2.8 Cambio de estrategia.
Había pasado una semana, Aether escribía un nuevo poema para Amber en el pizarrón siendo ahora ayudado por el bueno de Xingqiu, ya que él vigilaba que no llegara nadie, y en caso contrario, le diría a la persona que estaban limpiando el salón.
Ahora la llave se la había facilitado Ganyu, como buena amiga de su hermana, él también tenía sus aliados en Consejo Técnico.
El poema lo escribió mirando una fotografía de la muchacha, ya no tanto de lo que sentía por ella o lo hermosa que le parecía, sino una descripción de su cara en particular, con tonos poéticos y románticos como no podría ser de otra manera.
Se sentía muy nervioso pensar qué reacción tendría ella, si le gustaría, si ahora lo sentiría más soso. Quizá después le dedicaría una canción especialmente a ella, pero eso sería después, por ahora se tenía que centrar en no ser descubierto.
Apenas hubo terminado, él se fue corriendo tras abrir la puerta, tomando a Xingqiu del hombro para que los dos se fueran a la entrada, como si se hubieran encontrado por casualidad.
-¿Crees que le gustará?
-Claro que sí, amigo. El primer poema le encantó por qué le decías lo que sentías por ella, pero ahora le describes el cómo tus ojos de enamorado la ven, quedará boquiabierta.
Los dos amigos rieron para después sentarse y dar la impresión de que no habían hecho nada sino apenas llegar a la escuela. No siendo raro, el buen literato leía un libro mientras se lo mostraba a su contrario.
Uno de sus compañeros pasó por ahí, viéndolos. Prontamente se unió a la plática, como si nada pasara, eso no era parte del plan pero ayudaría a que no levantaran sospechas.
Pasados unos quince minutos, los alumnos comenzaban a llegar a montones, así que no era difícil que ellos dos pasaran de largo.
Cuando Amber llegó, campante y sonriente, Aether la miró de reojo, viéndola caminar ahora con su peinado de siempre, su listón se movía tiernamente de lado a lado, e inmediatamente después de saludar a Aether, una de sus amigas la tomó de la mano.
-¡El poeta desconocido te escribió de nuevo! -Exclamó ella, ambas corrieron en dirección al salón, pero más apresuradamente Amber, la que era la más interesada en ello.
Xingqiu hizo un gesto con su cabeza que daba a entender que preguntaba "¿Vamos?". El muchacho se quedó pensando detenidamente, pero no sabía si ir sería lo adecuado.
Al final recordó que él era "juez" de la poesía que le escribían a su buena amiga, e irónicamente él era su propio juzgador.
Caminando al salón, vio que Amber se encontraba muy emocionada, con los ojos lagrimeantes de felicidad, tomando una foto del poema para tenerlo bien presente en la mente. De hecho, su fondo de pantalla era justamente ese, el del anterior poema.
-Escuché que él...
-¡Ven, ven, tienes que verlo! -Ella lo tomó de las manos, metiéndolo al salón de golpe. -¡Así le parezco, dice que mis lunares son como chocolate y que mi cabello es como una montaña con flores de seda!
-Amber...si te gusta, no veo necesidad de decirte si está bien o mal. Son buenas comparativas, la rima está bien, pero el contenido importa más, e importa mucho más las emociones que causé en el lector.
-Tienes razón, ¿no te suena la lírica? ¿El estilo? Casi nadie escribe poemas en la escuela, y muchos te piden consejos, ¿quién podría ser?
-Quisiera decírtelo...pero no puedo.
-¡Aether, por favor dímelo, yo quiero conocer al poeta desconocido, quisiera saber cómo es, qué más le gusta de mí, hay tanto que deseo preguntarle!
-Y-yo no sé, Amber. Si lo supiera te lo diría sin problema, pero no sé quién puede ser. De todos modos, lo conocerás tarde que temprano, tenle paciencia, seguramente no se siente seguro de que puedes gustarle.
-Vaya, eso suena a alguien que podría ser el poeta. -Xingqiu tomó un hombro de Aether, apretándolo con fuerza. Se estaba delatando y debía frenarlo lo más pronto posible. -¿Sabes leer mentes?
-No...simplemente lo intuyo. -Por suerte, logró captar la indirecta.
Entre tanto, el jaleo ya se había expandido a más lados de la escuela. Noelle empezaba a intuir que no era Aether el poeta desconocido, ya que, a sabiendas de que ella estaba furiosa con él, a lo mejor no lo volvería a hacer. Idea no muy acertada, claro.
Aquella jornada fue de alegría para ambos muchachos; ella estaba feliz de que el poeta desconocido le hubiera escrito otro poema, y vaya que había sido muy lindo. Por primera vez en mucho tiempo, no tenía quejas de su cara, no le molestaban los lunares que tenía, su nariz no la acomplejaba y menos su mentón.
Aether, por su parte, se había anotado una nueva victoria, o más o menos, puesto que todavía falta mucho por hacer. Lo ideal era seguir escribiendo esos poemas, aunque ahora le pediría ayuda a alguien más, puesto que no hay nadie mejor para comprender los sentimientos de una mujer que otra mujer.
Esa era nada más y nada menos que Hu Tao: la chica más bromista de toda la escuela.
Justamente mientras la buscaba, ella caminaba en silencio hacía el club de cocina, encontrándose con Xiangling en la misma, así que ella rió silenciosamente justamente con el ratón Jerry para después caminar lentamente, tomando de la cintura a su amiga y así sacarle un buen susto.
Mientras ella reía y la segunda se enojaba, el muchacho las miraba con cierta incomodidad, y apenas fue notada su presencia, ambas callaron.
-Oh, Aether, ¿se te ofrecía algo? -Preguntó Hu Tao.
-Sí...respecto a eso, ¿podría ser en privado?
-Je, ya tienes pretendiente. -Xiangling alzó ambas cejas dando a entender que había sentido amoroso.
Hu tao simplemente le enchinó la mirada, y sin que nadie lo esperara, volvió a asustar a Xiangling apenas ella se dio la vuelta.
Caminando entre risas, los dos muchachos llegaron a una zona alejada de los pasillos principales y, por ende, más concurridos.
Asegurándose de que no hubiera nadie, Aether finalmente se decidió a actuar, suspirando pesadamente.
-¿Qué pasa? Pareces un criminal que no quiere ser descubierto.
-No quiero ser descubierto, en efecto. El punto es que yo...soy el poeta desconocido.
-Sí, ya me lo esperaba. -Dijo ella, despreocupada a la vez que se miraba las uñas. -Tu lirica fue tan obvia. Xingqiu te dio una mano, ¿no es así?
-Sí...¿de verdad fui tan obvio?
-Solamente alguien que conoce la escritura de ambos puede saberlo. Por suerte, nadie fuera del club lo sabe.
-Por eso mismo me gustaría que me ayudaras.
-Oh, el poeta más destacado le pide ayuda a la ex campeona de poesía de secundaria...suena interesante. Lo haré, dime qué necesitas.
-¿Tú sabes qué le puede gustar a Amber? Ambas son mujeres, ¿qué es lo que más les gusta que un chico les halague? ¿Qué te gustaría que alguien te escribiera?
-Vas por buen camino, sin duda...pero te falta algo. Debes decirle que la quieres hacer feliz, que deseas darle tu cariño y tu amor, y que cuando ella te conozca, no quedará decepcionada.
-Touché...
Con eso en mente, ambos escribirían el siguiente poema el día de mañana, le darían algunos retoques, lo ideal era juntar ideas, y tenían tiempo para hacerlo. Se había dicho que el modus operandi del poeta desconocido era escribir cada dos semanas o cada semana, así que tenían tiempo de sobra, y eso era mucho decir.
Sin más para decir, Hu Tao se acercaría un poco a Amber para saber información de ella sin que resultara muy evidente. Todo fuera por los compañeros del club.
Antes de salir, Aether pasaría por el club de arquería y se quedaría ahí un rato para ver a Amber lanzar. Ese día se podía dar el lujo de llegar tarde al trabajo, así que aprovecharía bien ese tiempo.
Al llegar a esa zona de la escuela, se dio cuenta que Amber tenía el uniforme de arquería roto, lo que le sorprendió a mal. Ella sonreía como siempre, notándose de buen humor.
En cuanto se vieron, ella lo llamó con una mano, sacando de su mundillo de ideas al muchacho, que fue de inmediato para saber qué tendrían para decirle.
-Tu uniforme...
-Justamente de eso te iba a hablar. -Sonrió ella. -El sábado pasaré cerca de las librerías, seguramente hay algún libro que te gustaría comprar, ¿vamos juntos?
Procesando un poco esa información, Aether sintió que aquello era un golpe de suerte.
-¡Claro! Si no tienes problemas.
-¿Tú? ¿Darme problemas a mí? Nah, imposible. Te espero en la calle H a orillas del M, llegas temprano.
-Bien...
-Sirve que me cuentas un poco más de quién podría ser él, creo que tengo más o menos una idea...pero no me agrada del todo.
Aquello hizo que la sangre se le bajara a los pies al muchacho. Pensar que ser sospechoso fuera algo desagradable para Amber le resultaba complicado, muy duro de afrontar.
Solamente adelantaba juicios, era muy pronto para pensar algo, así que mejor se detuvo prontamente para no pensar en ello.
Por ahora sabía que el sábado le era un completo regalo, y no había nada más que tomar esa oportunidad y aprovecharla lo mejor posible, haciendo que resultara en algo que le ayudara en el enamoramiento de su amiga.
A la mañana siguiente, y pensando un poco en las ideas que tendría que anotar para el poeta que escribiría junto con Hu Tao, algunas cuantas cosas se le vinieron a la mente.
Lo primero fue pensar en que un poema describiéndola a ella con su uniforme de arquería era ahora lo ideal, en lo bella y elegante que se veía al tomar la postura para disparar, y que le había flechado el corazón.
Sin duda, pensar en ella con ese uniforme blanco, tan limpio e impecable, además de verla prepararse para disparar, recordaba que la hacía verse tan bella.
Nunca se dio cuenta que Amber, de hecho, era una chica muy hermosa, y fue solamente al darse cuenta que esa belleza bastó para enamorarlo, si bien con duda al principio, después se cimentó a la perfección.
Ya no dudaba de su amor por ella, le parecía ingrato el habérselo cuestionado, pero ante algo tan grande como un sentimiento como ese, dejaba lugar a dudas, ¿cómo cuáles?
¿De verdad ella lo hacía sentir un sentimiento de tal magnitud? Ni siquiera Mona, la chica que más había amado en su vida, lo había hecho sentir así, ¿por qué su mejor amiga sí? Factores existían por cientos, y todos ellos no causaban más que Aether siguiera enamorándose más de Amber conforme los iba descubriendo.
Era su forma de ser tan amigable y linda, su sonrisa, esa calidez que ella desprendía por sí sola, entre muchas cosas más.
Aquel castillo mental se le cayó de inmediato cuando apenas supo que alguien se le había adelantado a todo, y uno de sus peores temores se había cumplido: alguien se hacía pasar por el poeta desconocido.
Un nuevo poema había sido escrito en el pizarrón con la dedicatoria a Amber, por supuesto, y lo peor es que dejaba algo en claro: hoy será el día en que me conozcas...
Xingqiu llegó corriendo con su buen amigo al notarlo a punto de desfallecer, su corazón estaba hecho un nudo y sus ojos reflejaban el abatimiento que sentía.
Amber sonreía, se notaba contenta y feliz, sin embargo daba un aura de que algo no estaba bien con ella, ¿qué era? El poema era una cosa especial, sin duda había sido bien escrito y resaltaba lo mejor de la muchacha. Parecía ser que el mejor poeta de la escuela había sido vencido en su propio juego.
-Ese era el riesgo de jugar en las sombras...no pensé que alguien fuera tan canalla como para...
-No. -Interrumpió Aether. -Fue mi culpa. Si no hubiera dudado en un primer momento, le hubiera dicho que el poema se lo escribí yo, pero me dio miedo...
-Vamos, no te sientas mal, ¿vamos a beber un café cuando esto acabe?
-N-no lo sé. Simplemente olvídalo...no me siento bien. -Los ojos del muchacho se notaban apagados y a la vez lagrimeantes. Le quitaron todo lo que pudo ganar.
Amber se le acercó pasado el rato, en una de las entre clases ya que tenía curiosidad respecto a él.
-¿Qué te pareció el poema? ¿Era lindo, no?
-No lo leí bien...no recuerdo todo.
-Oh, yo sí...era lindo, pero tenía un pequeño problema. Como sea, cuando lo vea le diré qué sea.
-Suerte con él...¿será guapo? Yo pienso que sí.
-No importa. Ya sé que le diré si es que se me declara, y no podría cambiar de opinión. -Terminando con una risita, Aether sintió que toda oportunidad que tenía de sobrepasar ese obstáculo se desvanecía.
Nada cambiaría ya su destino, parecía que Amber estaba convencida de darle el sí, y nada más que el sí. No había otra manera.
Los segundos se le fueron lentos y tortuosos al muchacho, vio que su enamorada no dejaba de menear los pies o jugar con sus dedos, signo de emoción. Conocería al que iba a ser su príncipe azul, y ese no era él.
Cuando llegó la hora de la verdad, algunos curiosos se encontraban en las cercanías de donde sería el evento, Aether, por obvias razones, se mantuvo ajeno a la vez que se encontraba sentado abrazando sus rodillas al lado de Xingqiu, quien lo trataba de consolar sin lograr gran cosa en realidad.
Hu Tao se encontraba junto con ellos, miraba su celular, el que contenía varías notas para el futuro poema que pensaba escribir junto con su buen compañero, preparándose para borrarla, ya de nada le serviría.
Amber finalmente se vio con aquel muchacho que era de alto tamaño, de ojos verdes y una caballera color avellano que resultaba atractiva. De hecho sí que tenía pinta de ser un príncipe azul.
Él le extendió una rosa, sonriéndole. Amber se cruzó de brazos, notoriamente enojada.
-¿Por qué...? ¿Por qué hiciste algo así?
-Hum, bueno, ya sabes, me daba un poco de pena pensar que...
-No te hagas el tonto... ¿por qué aprovecharte de una situación así? ¿Por qué mentirme a sabiendas de que eso haría que el verdadero poeta quedara relegado? Eres... ¡eres un oportunista!
-Amber, de qué hablas, soy yo, quien te escribió...
-¡No pienses que no me di cuenta! ¡Las palabras, la forma de escribir y de rimar, era evidente que alguien que no conocía los otros dos poemas había escrito este! Y qué curioso, cambia todo y el poeta me quiere conocer, así que te delataste todo...aprovecharte de alguien que no puede defenderse al no querer mostrar su rostro, ¡eso es algo muy deshonesto, y yo odio a las personas deshonestas!
Amber se fue resoplando del enojo, dejando consternados y boquiabiertos a todos los curiosos, y ni hablar del mismo muchacho, que había recibido una paliza verbal.
-Así que ese era el detalle... -Mencionó Aether, que había escuchado los gritos de la muchacha.
Aquello había servido de base para darse cuenta de algo esencial: no podía seguir mintiendo, pues aunque revelara la verdad, Amber no lo aceptaría por haberle mentido.
-Por un pelo...nadie se dio cuenta más que ella, seguramente no ha dejado de leer tus poemas, amigo. -Sonrió Xingqiu, la verdad se había sobrepuesto a la mentira, y Aether tenía una nueva oportunidad.
-Ahora cualquiera que tuviera en mente la misma idea se lo pensará mejor, jamás había visto a Amber tan enojada. -Continuó Hu Tao, agregando una estrofa más a las ideas que tenía para el poema. -Si quieres triunfar, debes empezar a ser más sincero con ella.
-Lo mismo pensé...
Siendo ya sábado, y estando en el lugar citado, él esperaba un poco impaciente porque Amber llegara. Tenía que empezar a dar pistas de quién era el autor de los poemas, sin delatarse mucho, claro. Pequeñas cosas que, hilándolas, tuvieran ese resultado que él deseaba.
Entre otras cosas, y cuando la muchacha ya se acercaba a él, lo notó distraído, en las nubes, así que decidió no decir nada, sino más bien aplicar una bien conocida para ella y que podría ser un poco divertida.
Ella llevaba consigo el llavero de una flecha de un tamaño relativamente grande, la distancia del pulgar al dedo índice. Ella lo colocó en la espalda de Aether, quién reaccionó finalmente.
-Quédate quieto y esto no terminará en un cuello, chico. -Ella forzó la voz, pero ahora ya sabía quién estaba detrás de ese juego.
-¿Para ti eso es un cuchillo? ¡Esto es un cuchillo! -El muchacho se volteó y poniendo fuerza en sus dedos índice, corazón y anular, comenzó a picar la cintura de Amber, la que comenzó a reír.
-Ok, ok, me atrapaste. El mismo truco no funciona dos veces.
-Nop, no lo es. ¿Qué ibas a comprar de forma exacta?
-Algunas cosas para el club de arquería. Mi uniforme, puntas de flecha, y adornos para mi arco. -Ambos comenzaron a caminar.
-¿Por qué no le pones un listón? Quedaría realmente lindo, y haría juego contigo.
-Hum, podría ser...no lo había pensado a pesar de ser muy obvio. Lo intentaré. -Sonrió.
Mientras caminaban, Amber le contaba quién pensaba ella que podría ser el poeta desconocido, además de que algunas de esas ideas no era muy de su agrado.
Escuchar "Solamente lo veo como amigo" lo tranquilizaba y lo martirizaban a la vez. Lo tranquilizaba pensar que sus competidores se reducían y eso era, en realidad, buena noticia. El detalle recaía en que él también podría ser que le dijera "amigos solamente".
Le intrigaba quién podría ser el poeta desconocido, puesto que claro que deseaba conocerlo y, si todo salía bien, podrían conocerse mejor, saber más el uno del otro, y claro, cuando llegara el momento, finalmente ser novios, pero eso dependía de la fase del cortejo que tuvieran.
-¿Por qué me lo dices?
-Me dijiste que enamoraste a Mona con poemas...ese chico ya me enamoró con sus poemas. O mejor dicho, me enamoró su alías, pero en todo caso quisiera conocerlo, saber de él, qué le gusta, esas cosas. Puede gustarme, pero todavía no sé si soy compatible con él, eso deseo probarlo cuando sepa quién es.
-Es lógico pensarlo...si no sabes quién es y te lanzaras a sus brazos, podrías arrepentirte después.
-En pocas palabras.
Llegando a la tienda, Amber tomó de la muñeca al muchacho, lastimándosela más de una vez al hacerlo correr de aquí para allá, derrochaba energía y felicidad, teniendo todo el sentido del mundo que así lo fuera.
Veían mil cosas, muchas de las cuales el muchacho no tenía ni idea, pero su contraria se veía muy feliz por ello, entre muchas cosas por el hecho de que las nuevas puntas, especialmente sus diseños, le agradaban.
Ella misma había personalizado algunas con pinturas, haciéndolas parecer tribales, algo que le gustaba bastante.
-¿Cuál te gusta más? -Preguntó ella, mostrando dos diseños de punta, una era dorada con detalles en café, y la otra era de tonalidades rojas y carmesí.
-La roja llama más la atención, así sabrán que sin duda será tuya.
-Je, a pesar de que el rojo es mi color favorito, no me decidía, las dos son muy buenas.
Ahora tocaba el uniforme, no tenía mucho sentido pensarlo, pues era reglamentario de la escuela: blanco con negro, no más y no menos.
El detalle es que, lo único que podía cambiar, era lo holgado de las mangas, que bien podría ser muy holgado, o un poco más ajustado, pero no en exceso.
Ella se probó los dos diseños y ambos le quedaba bien, Aether miraba atontado el cómo se veían las mangas, ella se había llevado las manos a la cintura, sonriendo.
-¿Y qué tal?
-¿Y si posas como si estuvieras tirando? Lo ideal es que no te sea incomodo a la hora de la hora.
Cuando ella hizo lo pedido, sin duda se veía como una bailarina que posa para que le tomaran una fotografía mientras ensaya ballet.
No era porque Amber hiciera lo mismo, sino en el sentido de lo fino e idéntico que se vería como si de verdad en ese momento sostuviera un arco en sus manos.
Ambos seguían viéndose bien, pero existía un pequeño detalle, y que era el más importante a tomar en cuenta, ya que con ambos se veía muy hermosa, sin duda.
-¿De qué tamaño eran las mangas de tu anterior uniforme?
-Eran muy holgadas, ¿por?
-Si las escogieras menos holgadas, puede que afecte, así sea un poco, a tu puntería. Piénsalo, el uniforme tiene un cierto gramaje, una mínima variación podría hacerte disparar mal.
-Cierto...¿entonces escojo un uniforme de mangas holgadas?
-Nop.
-¿Eh?...
-Vas a ponerle un listo a tu arco, será ligeramente más pesado, y con mangas más pesadas, afectará, aunque sea un poco.
-Hum, cierto. Mangas no muy holgadas, y preparé el listón mañana por la mañana. -Sonrió ella, mirándose linda como siempre.
Ya estaba resuelto ese pequeño asunto, las mangas no tan holgadas hacían que a Amber se le vieran un poco más los brazos, los que eran delgados y de color un poco menos blanco que el de su cara, pues habían estado mucho tiempo en el sol durante cada práctica.
Independientemente de ello, ambos salieron satisfechos, pues habían tenido un buen sábado que todavía no terminaba: fueron a comer un helado.
Se encontraban sentados en una banca del centro comercial, sentados el uno al lado del otro, comiendo de sus helados sin mayor problema.
-Te veías más linda con el uniforme holgado. -Soltó él, sin pensarlo. Sabía que se arrepentiría de decirlo si lo analizaba más.
-Gracias. -Sonrió ella. -¿Crees que él piense lo mismo cuando me vea?
-Seguro. -Rió él; aquella era nada más y nada menos que la mayor verdad. -Resalta el color de tu cabello, la postura que tomas, aparte te ves muy elegante, más bien es como algo ceremonial.
-Más o menos. También me hace lucir más esbelta, jeje. -Las mejillas se le prendieron un poco a la muchacha. -Como las mangas no son tan grandes, se nota más el resto de mi cuerpo.
-¿Quisieras que él te escriba un poema sobre tu cuerpo?
-Hum...eso sería raro, sin duda. Depende de cómo lo haga puedo reaccionar, si lo hace tan lindo como él sabe hacerlo, apuesto a que sí. De verdad quisiera conocerlo.
-¿Y si es alguien que ya conoces? Digo, los dos sabemos que podría ser. -Era hora de jugar un poco las piezas.
Alguien pasó caminando, sonando su celular para responder, resultando en chill jazz, por lo que Amber sonrió únicamente para mover la cabeza adelante y atrás, además de hacer algunos ademanes con las manos y mover uno de sus pies arriba y abajo. El muchacho sonrió.
Cuando el hombre respondió, tras tomar su celular y soltar sus bolsas de compras, aquel pequeño baile se interrumpió.
-¿Qué te decía?
-Que depende de quién fuera.
-Sí, respecto a eso...lo dicho, reaccionaré mejor o peor dependiendo de quién sea, si yo misma sé que esa persona puede ser más que un amigo o no, todo depende de mi relación con él, o incluso ella, el poeta puede ser poetisa, no lo descarto.
-Muy razonable...
-Así es. -Ella terminó su helado, comiéndose el barquillo en tres mordidas. -Ah, cerebro congelado. -Se quejó ella, Aether se soltó a reír, sobándole la cabeza a su amiga.
Había encontrado la mejor manera de saber cómo moverse y atacar en su guerra por conquistar a Amber: pasar tiempo con ella.
Le había dado las claves esenciales: no mentir, consolidar una relación que podría ser algo más, y que no se estancara en el "solo amigos". En una palabra: tenía que ser aquel que sobrepasara las demás relaciones de la chica.
Y eso solamente se podría lograr de una forma simple: el festival.
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Ufas, se puso intenso en una parte xD ¿Qué pensaron que sucedería? Quizá de haber alargado esa parte quedaría más intenso, pero necesitaba de otros temas como la pequeña cita que tuvieron uwu
La próxima vez habrá un capítulo especialmente lindo e importante, ya sabrán qué quiero decir pero será un salto adelante (al menos para Amber)
Así que nos vemos el viernes :D
Siempre tuyo:
-Arturo.
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