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2.7 Primer día del festival.

Eran más o menos las dos de la tarde, habían acordado ir a un jardín botánico en el centro de la ciudad, y éste también era un parque.

Pasarían por el festival más que nada de casualidad, ya que decidieron verse ahí, el detalle es que había más gente de la que esperaban, la experiencia no resultaría tan romántica al estar todo abarrotado de gente.

Noelle se había vestido de forma muy linda, teniendo una boina muy parecida a la del trabajo, con la excepción de que era a cuadros y de color café, no negra como la otra.

-Te ves linda así vestida. -Sonrió el muchacho, decía la verdad y solamente la verdad.

-Oh, gracias. -La muchacha sonrió con timidez, le había gustado mucho ese halago. -También te ves...ya sabes, muy guapo.

-Gracias. -Tras una última sonrisa más, los dos comenzaron a caminar, salvo que Noelle envolvió su brazo en el de Aether, como si fueran pareja.

Ya no había nada que confirmar, el que ella estaba enamorado de él era muy evidente. Lo único malo es que su corazón no le pertenecía, ya estaba para alguien más. Aunque todo puede cambiar, claro.

-Por cierto, quisiera darte esto. -Mencionó Noelle, sacando un pastelillo envuelto de su bolso. -Es porque este día...bueno, es especial para mí.

-Muy amable de tu parte...lo menos que puedo hacer es darte algo también.

-¡No, para nada! -Exclamó ella. -No es necesario, no te sientas preocupado por algo así.

-Puede ser un pequeño recuerdo, eso es todo. Tampoco te daría las llaves del Mercedes por un pastelillo. -Rió él, la muchacha lo jaló del brazo a un puesto de recuerdos.

Había esculturas de madera, ambos veían para ver que podía resultar mejor. El muchacho, sacando un as de la manga, y estando acorde con lo que a ella le gustaba, tomó un llavero de pastelillo que tenía en el envoltorio "festival del año x".

-¿Este te gusta, Noelle? -Preguntó Aether.

-Se parece mucho a los pastelillos que te suelo regalar...hum, la verdad es que sí me gusta. -Sonrió ella de forma bella, así que, apenas pagando el llavero, la muchacha lo colocó en sus llaves.

-Me agrada que te gustara mucho.

-Claro que sí. Lo guardaré como el recuerdo de mi primera cita contigo, Aether. -Dijo ella, de forma animosa para volver a tomar a su acompañante del brazo, encaminándolo al lugar donde querían ir.

Al llegar al parque, la verdad es que había mucho por ver, las llanuras eran completamente verdes y el pasto se meneaba lentamente con los soplidos del viento.

Las hojas de los árboles parecían brillar bellamente por el reflejo del sol, así que sin duda alguna era un espectáculo que valía toda la pena del mundo.

Llegando al jardín botánico, que era lo que deseaban en una primera instancia, descansaron un poco en una cafetería que se encontraba en la entrada del edificio.

-¿Qué tal una taza de té para reponer energías? -Preguntó Noelle.

-No suena mal, además me la puedo tomar junto con el pastelillo...pero me sentiría incomodo si es que solo como yo, me gustaría compartirlo contigo.

-Vamos, no es necesario, lo hice para ti... -Ella replanteó sus pensamientos, se supone que era de los sobrantes. -O no, de cualquier manera me sobró de ayer en la noche, hice varios, de cualquier forma eres muy atento.

-Je, que bueno que aceptas.

Cuando los dos se sentaron a beber el té, se dieron cuenta que sus gustos eran parecidos, ya que gustaban del té verde sin azúcar. Curiosamente, todo el dulzor que necesitaban se encontraba en el pastelillo, que partieron por la mitad.

Noelle había ido antes, aunque nunca terminaba el recorrido por cuestiones de tiempo. No es que fuera precisamente muy largo, aparte de que no le había interesado del todo, hasta ahora, por evidentes razones.

El recorrido duraría una cosa de una hora y media caminando, ella trataría de alargar un poco más ese tiempo para poder estar más al lado de su enamorado.

Aether, muy por su parte, tenía mucha curiosidad de ver todo el recorrido, y cuando acabaran con el jardín, regresarían, quizá, al festival que se gestaba y al que ellos se mantenían muy al margen.

Al acabar, la muchacha quedó con los labios levemente manchados por el pastelillo, ella se extrañó mucho cuando su contrario se le quedó viendo con ternura.

-¿Pasa algo?

-Tienes... -Mencionó él, apuntándose a los labios. Inmediatamente, Noelle se limpió los mismos con el dorso de su mano, sorprendiéndose, a la vez que sus mejillas se prendían un poco. Aether rió para que ambos siguieran con el recorrido.

Lo primero que se toparon fueron algunas capuchinas que llamaron especialmente la atención de Noelle por su flor de color naranja, era muy linda.

Ella llevaba consigo un pequeño libro que servía para identificar las plantas y conocer sus significados. Las que más interesaba que se conociera el significado era, como no podía ser de otra manera, más precisamente de las rosas.

Aquello parecía una jungla, el muchacho no pudo evitar pensar que si es que Ayaka estuviera con ellos, no dejaría de imaginar que era una guerrillera en medio de la selva siendo la que comandara una expedición de reconocimiento.

Eso era fantasear mucho, pero sí que daba la impresión, y todo era tan verde y vivo que no podía pensarse ser otra cosa.

Había inclusive un riachuelo que simulaba el cauce natural en una selva, no siendo raro que ese jardín botánico fuera propiedad de la Universidad más importante del país, esa misma a la que estaba afiliada la preparatoria.

Habría que mencionar que no tenía más de 7 años su fundación, y no resultaría raro que Zhongli había sido de los que estuvieron en la misma ceremonia al ya ser él director.

Al llegar a la zona de los crisantemos, Noelle decidió atacar, había de todos los colores, pero resaltaba el significado, claramente.

-Los crisantemos representan, independientemente su color, alegría, perfección y eternidad. Por ejemplo, uno de color amarillo puede ser para un amigo ya que representa alegría y unión. El crisantemo rojo representaría...un amor eterno, ¿no lo crees? -Sonrió ella, mirando a otra dirección.

-Tiene sentido...el rojo es el color del amor, y esa flor representa lo eterno. ¿Qué hay del color rosa? Debe ser algo lindo también.

-Oh, ni lo menciones. Los crisantemos rosas representan un amor frágil...

-Sigh, ¿a qué me recuerda? -Ante una cara de disgusto de Aether, Noelle decidió que era mejor continuar.

Lo importante es que le había dado una señal de qué flor podría gustarle: la del amor eterno. Ella, sin pensarlo, estaría encantada de regalarle una de esas.

Apenas vieron las peonías, Noelle describió que su significado era de la abundancia y la buena fortuna, lo que no sonaba mal, era algo neutro al no ser un "te amo" o algo que representara un "como amiga nada más".

El desear buena suerte y prosperidad a alguien querido puede tener muchos significados, no menos que confusos, por supuesto, de ahí que esa fuera la más ideal para ser obsequiada.

Los dos estuvieron de acuerdo en que las de color rosado, apenas abiertas, resultaban como las más hermosas, así que, apenas hubo oportunidad, Aether cortó una de forma rápida, poniéndosela en el cabello a Noelle.

-¡Oye, eso no está bien, podría regañarnos!

-Solo si se dan cuenta. -Rió él, de forma cínica. Noelle le pellizcó un brazo, ocultando que se sentía contenta de que le hubieran regalado algo.

Las últimas flores que más les llamaron la atención por ser unas que nunca habían visto, eran la lejana eustoma mexicana, y ciertamente era muy hermosa, especialmente por su color morado y violeta.

El espécimen que más les llamó la atención fue una que tenía los bordes de los pétalos pintados de violeta siendo el resto de la flor de un bello blanco puro.

Su significado, apenas lo leyó Noelle, la dejó conmovida. Regalar aquella flor era sinónimo de un amor profundo y sincero, tanto así que también representaba el compromiso matrimonial, lo que dejó muy sorprendidos a los dos muchachos.

Ella se cuestionaba si era bien o mal el que Aether, algún día, le diera una de esas. Pensar en casarse le daba vértigo, siendo tan joven, por supuesto.

Mejor dejar que las cosas siguieran su curso.

Ya acercándose al final del recorrido, tras haber pasado un largo rato viendo árboles y flores, fue casi un broche de oro. Había una fuente de los deseos, así que, ni cortos ni perezosos, ambos sacaron una moneda para ver si es que aquella fantasía se les cumplía, para bien o mal tendrían que hacerlo.

<<Quisiera que Aether fuera mi novio...y que me amara tanto como yo a él.>> Pidió ella, como no podía ser de otra manera, siendo un deseo completamente sincero y que era pedido con todo el corazón.

Ahora era turno de Aether, él, apenas miró la moneda y la lanzó, cerró los ojos y juntó ambas manos.

<<Espero que a Albedo le vaya bien con Mona...espero él pueda hacerla feliz como yo solo pude intentarlo.》 Como era de esperarse de él, no se preocupaba primero por él mismo, sino más bien por los demás, y precisamente por aquellos que le habían dado la espalda, esperando que volvieran a voltearse.

Solamente quedaba descansar en uno de los anchos valles del jardín, ambos se sentaron a la sombra de un árbol, estando juntos. El cansancio por caminar era muy notorio, sin duda alguna, así que aquello era algo que sentaba de manera maravillosa.

Aether tenía la cabeza recargada en el tronco del árbol, Noelle abrazaba más bien sus rodillas, los dos estaban juntos, mas no pegados.

Podían ver el cielo en lo alto del cielo, para su suerte el propio árbol les cubría de sus rayos, así que no se preocupaban por nada. Solamente lo harían por disfrutar lo que tenían: un buen rato para pasar.

Comían una manzana, seguramente en un rato les daría hambre tras solamente haber comido un pastelillo y bebido un té, eso serviría para que no pasaran dificultad alguna.

Entre tanto, el muchacho finalmente se decidió por romper el silencio que había entre los dos.

-Entonces...¿Qué deseo pediste?

-No te lo puedo decir o no se hará realidad. -Sonrió ella. -Siento que es algo banal y egoísta, no merezco que se me cumpla.

-Noelle, tú eres la más indicada para ser feliz. Siempre ayudas a los demás, haces que la gente se sienta alegre porque siempre les sonríes. En los días tristes eres como un curita para el corazón, por eso, sin importar que egoísta fuera tu deseo, mereces que se cumpla, ya que por cada deseo egoísta que tienes, haces que otras diez personas cumplan un sueño abnegado, y lo haces de forma completamente altruista.

-Eso solamente depende de una persona muy en concreto... -Dijo ella, jugando con un mechón de cabello.

-En efecto. Y esa eres tú. -Tras una buena sonrisa, Aether mordió de nuevo de su manzana, mirando al cielo. -Por cierto, ¿sigues enojada con el poeta desconocido?

-Un poco...esa era mi más grande fantasía romántica, que alguien fuera así de lindo conmigo...y me la arrebataron.

-Ya te lo dije, alguien te hará un detalle más grande.

-¿Cuál es tu fantasía romántica? -Preguntó Noelle, claro que tomaría nota de ahí sin dudarlo un segundo.

-¿La mía? -El muchacho se lo cuestionó. -No lo sé, una relación con amor y comprensión, eso es todo. Sigh, sé que es lo más torpe del mundo...pero me hace falta. -Aether dio una risa que ocultaba el dolor de su fracaso amoroso.

Ella rió un poco para darle un abrazo de consuelo que él no pudo sino más que aceptar con algo de dolor, pero era cierto al final de todo. Solamente quedaba resignarse a eso.

-Me da la impresión de que escuchas solamente música triste.

-Por suerte no. Aunque mis gustos no se asemejan tanto a los de Ayaka...canciones de protesta y de la revolución de una isla del Caribe y de uno de sus comandantes. Como sea...no me había puesto a pensar en qué música escucho, aunque no es mucho de lo contemporáneo.

-Yo soy más del rock. Quieras que no, escuchar esa música toda la tarde en la cafetería hace que le termines tomando gusto.

-Tienes razón. -Sonrió él. -Y ahora que lo pienso, también escucho algo de rock, sobre todo las canciones que más me llaman la atención que suenan en la cafetería.

-Es que son muy pegajosas. -Rió Noelle. -¿Mañana las escuchamos a detalle?

-Es día de descanso, no quisiera pensar en el trabajo. Aun así...claro que me gustaría, sería algo bueno, sirve que practico mi inglés.

-Me parece bien.

-Aparte puedo tomar ideas para algunos poemas, depende de la canción, si es romántica, cosas así.

-Es cierto, nunca antes te lo había preguntado pero, ¿por qué te gusta la poesía?

Realmente esa pregunta tenía una respuesta un tanto larga. Habría que remontarse a los años de ya pasada la infancia del muchacho, unos doce años, aproximadamente.

Él, de hecho, solía leer bastante desde joven al igual que su hermana, aunque a ella no le interesaba la poesía, sino más bien los libros de teatro, como no podría resultar de otra manera.

Teniendo sus padres una amplísima biblioteca, y sobrados de tiempo por bastante, lo que hicieron fue simple pero no por ello menos importante: sentarse a leer en sus ratos de ocio.

Cada uno generó, como ya se ha mencionado, una inclinación propia por alguna rama de la literatura, y como las portadas de los libros que más llamaban la atención del no tan alto muchacho quedaba frente a sus ojos, se inclinó por la poesía.

Fue azar, habría que decir de forma más acertada. De ahí que, teniendo ya la técnica, la empleó de forma hábil, descubriendo que tenía una muy buena facilidad para la escritura de poesía, así que cuando comenzó a destacar en esos trabajos, se decidió a dedicarse a la poesía de forma concreta, y cuando supo que el club de letras necesitaba poetas, supo donde habría un espacio para él.

-Es interesante lo que dices. -Confesó Noelle, impresionada. -¿Y qué solías escribir primero?

-Sobre cómo me sentía, la escuela, la exaltación del país, cosas así. Luego llegaron los amores, comencé a escribirles, y ahora no tengo a quién escribirle. -Suspiró él, fingiendo abatimiento. Claro que tenía alguien a quién escribirle.

-Lo tendrás, te lo aseguro. Hum...por qué no... -La muchacha calló rápidamente. -No, olvídalo. Sería inadecuado.

-¿Qué sucede? ¿Qué me ibas a decir?

-Que escribieras poemas de que ya has superado a "ya sabes quién". -Mintió ella. Pedirle a Aether que le escribiera poemas no era lo más acertado por cuestión de que evidenciaría desesperación, sino que incluso el que le negaran esa petición resultaría doloroso.

-Sería muy inadecuado, ya lo dijiste. Aparte, no necesito hacer tal cosa. -Sonrió él, confiado.

-Si tú lo dices.

Tras acabar la manzana y descansar un poco más, los dos fueron de regreso a las calles, donde había un poco más de gente pero tampoco resultaba abarrotado todo ello, simplemente se disfrutaba.

Seguían viendo un poco qué podría ofrecer el festival, y fueron algunos actos callejeros los que les sorprendieron.

Uno les llamó en especial la atención al ser varias personas disfrazadas que bailaban, en un círculo. Los dos veían de forma animada aquel espectáculo pequeño.

Sin embargo, llegó un momento en que los disfrazados tomaron a varias personas del público para que bailaran también, entre ellas se encontraba Noelle.

Ella miró a Aether como pidiéndole ayuda, pues no sabía bailar, lo suyo era más el trabajo con las manos que con los pies.

-Déjate llevar. -Sonrió él, sin embargo, la muchacha no se terminaba de soltar del todo, estando sin moverse apenas.

Para salvar un poco la situación, el muchacho fue para entrar al baile también, tomando de las manos a su compañera, desplazando de forma cuidadosa y con respeto al chico que estaba disfrazado.

Apenas sus manos se tocaron, Noelle se relajó un poco más, así como también sus pasos y su expresión facial, que cambió a una sonrisa tranquila.

-Sigue mis movimientos, no es muy difícil. Simplemente déjate llevar. -Susurró Aether, sonriendo.

La muchacha hizo lo pedido, se dejó llevar, siguiendo los pasos que su contrario daba, lo que parecía un alivio. A eso sí ya se le podía llamar un baile por el aura tan armónica que lograban, Aether miraba a las demás parejas para saber qué ritmo llevar, y seguía ese mismo ritmo en su baile con Noelle.

Eran lindos, pues no se llevaban mucha diferencia de altura, aparte de que los ojos de la muchacha, que eran bellos de por sí, irradiaban de forma cándida por la cercanía en la que tenía a su amado. Su corazón latía especialmente rápido, lográndose por sentir sus manos, tenerlo tan cerca de ella, tomarlo de uno de sus brazos y hacer algo tan especial y que no se hace con cualquiera: bailar.

Al retirarse de la faena, Noelle tenía las mejillas un poco rojas, sintiéndose apenada, pero muy alegre por finalmente conseguir algo que le faltaba: un paso más en su lucha por el corazón del muchacho. No era lo que ella imaginaba, malamente.

Siguiendo con su pequeño recorrido, lo que les tocó ver fue un sorprende acto de magia, pues se trataba de que se arrojaban varias espadas al aire, una de las cuales el mago la introducía por su garganta, pareciendo como si fuera algo apenas riesgoso.

Aether ya no creía en la magia, pero ver la cara de sorpresa de Noelle era algo que no tenía comparación. Cuando el mago lanzó varias espadas, ella se aferró al pecho del muchacho, nerviosa y asustada de que algo pudiera salir mal.

Apenas se acabó el truco, soltó la playera de su contrario, dando un suspiro de alivio. Él sonrió, tomándola de un hombro para tranquilizarla.

-Creo que lo tuyo no son actos como estos. -Mencionó.

-En lo absoluto. Me pongo muy nerviosa.

-¿Quieres que vayamos a otro lugar?

-Me parece bien.

Al lugar al que decidieron moverse fue unas escaleras, las que tenían una vista impresionante. A pesar de lo aglutinada que estaba la calle principal, por ahí no pasaba ni un alma, todo se encontraba tan vacío.

El sol los golpeaba directamente, así que ambos se cubrían con una mano para poder ver delante de sí. Desde ahí, se apreciaban todos los edificios que eran abrazados por el cielo tan azul de aquella tarde temprana. Las nubes parecían verse más cerca, sedosas como solo ellas lo pueden ser, y ni hablar de las parvadas de pájaros que volaban de un lugar a otro.

Lo más maravilloso eran los árboles que adornaban las cercanías de esas escaleras, Noelle subió al barandal para sentarse en el mismo, mirando el paisaje que tenía frente a sí.

Aether la imitó de forma rápida, sus cabellos se mecían con una brisa de viento que los azotó, y no era una suave, sino una constante que los refrescaba al ser aire fresco.

Mirando más abajo, podían ver el calor que desprendían los autos, las mismas calles; la basura que dejaban los árboles resultaba incluso linda, ya que daba una sensación que ninguna otra calle a los alrededores sí daba: la de haber naturaleza, así fuera poca, pero la había.

-Ese es un árbol primavera. Lo sé por sus flores amarillas y por su tronco. -Explicó Noelle, recordando lo visto en el jardín botánico.

-Y cuando caen parecen mariposas volar al suelo de forma lenta.

-Eso es lo más lindo, sin duda. -Sonrió la muchacha. -Me divertí mucho hoy, si te soy sincera. Es mi primera cita, y me alegra que haya sido contigo por que fuiste muy amable, ¿crees que podamos repetir la ocasión?

-Yo esperaría que sí, Noelle. También me divertí mucho hoy.

Los dos caminaron todo el recorrido a la casa de Noelle, que no era precisamente corto, pero disfrutaban de las calles y de su compañía, tanto así que incluso decidieron regresar por la calle del festival para ver qué podían encontrar.

Había de todo, y eso era lo mejor, olores dulces, salados, emociones de todo tipo. Aquel no podía ser un ambiente más festivo. La tranquilidad regresó unas cuadras después, cuando ya las calles se encontraban vacías de puestos ambulantes.

Y una vez más, en la puerta de la casa de la chica, como todos los días, ambos se despedían con un beso en la mejilla y dándose un abrazo en esta ocasión que resultaba especial.

Apenas entró a su casa, Noelle se recostó en su cama, sonriendo para sí misma a la vez que tomaba entre sus manos el llavero que le había regalado Aether, llevándolo a su pecho.

Pensaba en él y que había dado pasos importantes, y sí, lo eran. El detalle es que cada pasó, más que acercarla al corazón del muchacho, la mantenía a una misma distancia, como si hubiera una pared que ella no veía ni por equivocación.

No hay forma de avanzar en un lugar donde no existe un camino.
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Parece que Noelle no tiene oportunidad...quizá no por ahora, eso lo admito, pero después sacará su artillería 7u7 no nos adelantemos todavía

El capítulo deja claros los sentimientos de Noelle por Aether, y claro que ella tendrá protagonismo, lo irá ganando de poco, claro, pero lo tendrá uwu

Lo más bonito del cap fue cuando bailaron y la parte donde ven las hojas de los árboles caer :3

Nos vemos el lunes

Siempre tuyo:

-Arturo.

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