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2.4 Amber.

Ciertamente al personaje que nos hemos de referir ahora no ha aparecido mucho, pero sus apariciones han sido excepcionales, más que la de cualquier otro personaje mencionado en esta parte de la historia.

Si tenemos que hablar de ella, lo ideal sería retroceder un año atrás, cuando todo comenzaba. Albedo y Aether ya habían roto, el muchacho se había tumbado en el sillón de su casa, viendo el celular sin realmente nada qué hacer.

En una de esas, y mirando tonterías en el celular, descubrió una imagen que decía que, supuestamente, el pulgar izquierdo forma una letra mayúscula, la que cualquiera pueda imaginarse.

Supuestamente esa letra, es la inicial del amor de nuestra vida, eso llamó la atención del muchacho, así que se revisó el pulgar derecho, topándose con la letra "A" que parecía más que nada ser el símbolo del anarquismo.

-¿Yo siendo anarquista? Ni en un millón de años. –Suspiró él, dejando el celular para mirar al techo, pensando. –Además eso está mal...el amor de mi vida es Mona, y no tengo una "M" en el pulgar.

Otro nombre que empezaba con A era Albedo, justamente, lo que le dolió hasta el alma. No se descartaba que esa alma gemela fuera un hombre, aunque ya lo daba por patraña.

Ellos dos no podían tener final bueno, todo había acabado entre los dos.

Para la mañana siguiente, y haciendo un favor a otro de sus amigos, Bennett, Aether le tomaría una fotografía mientras hacía una chilena.

-¿Entonces para qué quieres hacer esto?

-Vamos, eres de la Gaceta, si salgo en la portada haciendo algo genial, puedo llamar la atención de la chica que me gusta.

-En realidad es una idea magnifica. Solamente date prisa, Mona me está esperando y seguramente eso la hará enojar.

-Será rápido. –Bennett tenía el balón en sus pies, Aether preparó la cámara para que tomara varias fotos de forma seguida, y de ahí elegirían la mejor.

Sabrá Dios de qué sacrosanta manera tuvo que ser la chilena para que el balón le diera directamente a la cámara, haciendo que se cayera y se rompiera.

Ambos muchachos se miraron, blancos como un papel...la cámara se veía cara, y no es que sus bolsillos tuvieran dinero en ese preciso momento.

-¡¿Pero qué carajo hiciste, Bennett?!

-¡¿Yo?! ¡¿Quién fue el baboso que no esquivó el balón a tiempo?!

-¡¿Pero quién pateó el balón de esa manera tan absurda?!

-¡Ah, discutir no nos sirve de nada! ¡Solamente hay que juntar las piezas, pegarlas, y decir que es diseño de una colección edición limitada!

-¡Me van a correr de la Gaceta, el director Zhongli me regañará de forma segura, dijo que la cámara era mi responsabilidad!

Mientras los dos juntaban apresuradamente las piezas, una silueta que corría por la zona los atrapó con las manos en la masa.

Esa figura, que era esbelta, de estatura medía y que resaltaba mucho por su gran listón en la cabeza, se cruzó de brazos, golpeando un pie de forma repetida en el suelo.

-¡Si nadie se entera, no pasó, podemos dejarla en la dirección y nosotros decir que no supimos qué demonios! –Masculló Bennett. Aquella figura se aclaró la garganta.

-¿Enterarse de qué cosa? Además, ¿qué rayos están haciendo?

Los dos desaventurados amigos abrieron los ojos como platos, sintiendo que se les escapaba el aire. Los dos miraron a la chica del listón, que les enchinaba los ojos.

-¡Aether rompió la cámara de la Gaceta, yo le pedí que me tomara una fotografía, soy víctima de las circunstancias!

-¡Eres peor que Junio Bruto, desgraciado!

-Hum, de cualquier manera, no pueden esconder algo tan serio. Déjenme ver. –Pidió ella, un poco molesta, Aether le dio las piezas de la cámara, la que quedaba no demasiado rota. -¿De verdad se alarman por algo así? Todavía funciona, ¿ven?

En efecto, la muchacha probaba la cámara, funcionaba, todo quedaba relativamente bien excepto por el exterior de la misma, que se había quebrado en varios pedazos.

-¿Entonces no es tan serio...?

-Para nada. Hum, se puede reparar, aunque de cualquier manera notó algo extraño. Como sea, lo mejor es que digan la verdad.

-Si es la mejor opción...

Ambos amigos, derrotados, fueron prácticamente escoltados a dirección para que hablaran con el todavía entonces director Zhongli.

Él bostezaba pesadamente, haciendo un montón de papeleo, aunque notándose muy apurado y estresado en cierta parte. Su caligrafía era terrible, debido al constante temblor que tenía en su mano.

Los tres tocaron la puerta, él les dio permiso.

-Sea lo que sea, díganmelo rápido, tengo mucho trabajo. –Al verlos bien, se dio cuenta que eran de nuevo ingreso. –Ah, eres el chico de la Gaceta. Si vienes a entregar fotografías, ve a la Sala Editorial, aquí no se entregan.

-Sí...respecto a eso...

Tras explicarle lo sucedido, y pidiendo enormes disculpas, el director Zhongli tenía la cámara en sus manos, no se veía molesto, pero sí decepcionado.

-Creo que habrá que cambiar algunas cosas.

-¡Por favor, director, no me cambie del puesto, fue un accidente!

-¡Sí, la fotografía iba a quedar excelente, soy tan responsable como Aether!

-¿Ahora sí me apoyas?

-Bueno, yo no perderé nada y tú perderás tu puesto de fotógrafo, al menos debo ayudarte.

-No sé si enojarme o darte la razón...

-¿De qué hablas, chico? –Bostezó Zhongli. –Esa cámara ya se había roto antes, estaba muy frágil, ¿no te diste cuenta? Supongo que saldrá más caro repararla a comprar una nueva. De todos modos, no es como yo la fuera a pagar.

-¡¿La pagaré yo?!

-Se puede decir que eres responsable directo...pero esta porquería ya se iba a jubilar, lo hará la escuela, pero tus padres le pagan a la escuela. Si ya no hay nada más que decir, les pido que me dejen trabajar.

-Creo que eso es todo por ahora...

Los tres chicos se fueron de dirección dejando a Zhongli hasta el cuello de trabajo, había un pedazo de pan y un café a medio comer y beber, y si no se podía dar ni tiempo de acabárselos, es que el trabajo se lo comía más bien a él.

Había sido más o menos una victoria, lo que sí conservaron fue la memoria de la cámara, la revisarían para ver si podían salvar algo.

Resultaba que las primeras dos fotografías no dejaban mucho a desear, lo más gracioso era que se había capturado el momento en que el balón se acercaba a la cámara, cómo la golpeaba, la forma en que iba cayendo y los rostros de los dos muchachos al ver aquel momento de ansiedad.

La chica del listón se soltó a reír al ver esa última fotografía, la que sin duda valía oro puro. Lo único malo es que no podría ser publicada.

-Al final de todo, las cosas no salieron tan mal, ¿verdad? Me pregunto qué hiciera pasado si es que no los hubiera descubierto.

-Realmente no quiero ni imaginármelo... -Suspiró Aether, cansado. –Solamente tendré que esperar a ver qué me dicen en la Gaceta...espero que nada malo suceda.

-Por cierto, ¿cuál es tu nombre? Vamos en el mismo salón pero no me había dado cuenta. –Mencionó Bennett, un tanto apenado.

-Soy Amber, y sí, los reconocía del algún lugar, pero no terminaba de ubicarlos.

-Yo soy Aether, un gusto. –Ambos muchachos se sonrieron y se dieron la mano.

Así fue la manera tan tragicómica que ambos chicos se conocieron.

Habría que mencionar que se llevaron bastante bien, siendo de personalidades muy compatibles al ser de carácter más bien chabacano.

Solían ayudarse mutuamente en varias situaciones, siempre que lo necesitaran, e iban en el mismo salón, tenían muchísimo tiempo para convivir (excepto por el hecho de que Mona quería monopolizar la compañía de su novio).

También eran compañeros de estudio, Amber ciertamente no tenía pizca de tonta, pero lo suyo no eran las letras, todo lo contrario a Aether.

Él sabía un poco de todo, aunque algunas fallas tenía por ahí en materias que se le daban bastante bien a la muchacha, de ahí que su relación fuera un tanto más estrecha que el resto de las que alguno dos tenía, un tanto más íntimo.

Ambos habían visitado la casa del otro, y eso era algo que molestaba de sobremanera a Mona, y tenía sus razones para enojarse, por supuesto. Eso sí, lo que más le dolía a Aether es que ella no confiara en él.

Ese fue uno de las grandes desazones en la relación tanto de los novios como de los buenos amigos, así que dejaron de hablarse por un tiempo, que más que nada fue corto. Ese fue una de las motivaciones de Mona para darle punto y final al noviazgo, pues éste llegó unas semanas después de aquel incidente.

Amber se sintió un poco culpable, pero entre las chicas siempre hay charlas que jamás llegan a oídos de los hombres.

<<Sé que nunca me engañó con Amber, lo tomé como pretexto...la verdad es que siento que no soy importante para él, por eso prefiero que nos separemos, no es la relación que me gustaría tener y no quiero ser una carga para él, y no me gusta darle problemas a donde quiera que voy. Desearía estar con Aether todo el día porque todavía lo quiero, pero si no podemos, y cada que lo intento se molesta o sale afectado, mejor dejarlo ahí>>

Seguramente el lector habrá pensado que Mona era una mala mujer que gustaba de hacer sufrir a nuestro poético protagonista. Todo lo contrario, le dolía verlo tan triste, el que ya no publicara en la Gaceta.

<<¿Qué te impide decirle la verdad?>> Preguntó Amber esa misma tarde.

-Mi orgullo. No quisiera ser un estorbo para él, y menos quedarme con las sobras de su tiempo. Soy demasiado bonita para eso, y él es demasiado lindo para que alguna chica le dé problemas. –Los ojos se le cristalizaron a Mona, además de que la voz se le rompió. –Quisiera estar con él, pero lo mejor es que sea así, sufriremos menos, tarde o temprano él encontrará alguien que lo haga feliz, y pretendientes no me faltan a mí, todos ganamos. –Dijo, corrigiendo su tono de voz y secándose los ojos.

Amber fue testigo presencial de aquel amor tan lindo, que muchos mencionaban era la pareja perfecta, desmoronarse por diferencias que no podían cambiarse, o el gran orgullo de la chica lo impediría.

Era lo mejor, esa es una realidad, que fuera doloroso, también. Ante un diente malo, lo mejor es sacarlo de raíz, que duela hasta el alma, es el cobro de que sea tan bueno. Podemos decir que algo similar era entre los dos enamorados, que ahora lo hacían sin estar juntos.

Retornando un poco más al presente, Mona ya estaba comenzando a superar a Aether, y como ya sabemos, él seguía igual de dolido. Sin embargo, el amor suele disparar, ya sea por capricho o simplemente por accidente.

Aether estaba ya casi por acabar su jornada en la cafetería cuando Amber entró apresuradamente a la tienda, jalando aire para después suspirar pesadamente.

-Dime por favor que todavía alcanzo.

-Claro que sí, Amber. –Sonrió él, poniéndose su mandil y acomodando una mesa.

-No es necesario, lo prefiero para llevar, no quisiera darte problemas.

-Falta media hora para que acabe, tengo todo listo, saqué la basura, no me molestaría.

-Bien. –La chica hizo un mal gesto, pero se sentó. Pidió un chocolate caliente y una rebana de carlota de limón, lo que era especialmente delicioso para una noche fresca como aquella.

Los primeros minutos fueron más bien silenciosos, simplemente se miraban discretamente, sonriéndose. Eran buenos amigos que retomaban la comunicación, aunque no encontraban nada para decirse.

Solamente podría haber una cosa en concreto que los podría animar a charlar más.

-¿Y qué tal vas con tu príncipe azul? ¿Algún chico ya te ha hablado?

-Ni lo menciones...simplemente nada. Me parece extraño, todas las chicas me halagan, incluso la misma directora, pero da la impresión de que soy invisible para todos los chicos. –Ella miró a su taza de chocolate, triste y abatida. Deseaba ser tan linda como Mona, que pretendientes le salían hasta por las orejas.

-Yo soy un chico, Amber. Y no pasas desapercibida para mí.

-Me refiero a las cuestiones amorosas, tonto. –La muchacha hizo un puchero, enojada.

-Demonios, tienes razón. –Bostezó Aether. –Cuando menos te lo esperes, alguien te dedicará poemas, y yo quisiera ser juez de qué tan bien o mal lo hace, y también podría ayudarte a saber si hay algo escondido en los poemas que te escriben, ¿de acuerdo?

-Hum, si es que sucede, contaré contigo. Sé que eres muy estricto con los poemas, y que tu calificación dirá mucho.

Acabándose la carlota y el chocolate, ambos salieron por la puerta, Aether dejó la llave donde siempre, teniendo un café en un vaso térmico, bostezando grandemente, contagiando a su contraria. Ambos rieron ante aquel gesto tan curioso.

Se despidieron, el muchacho de verdad se preguntaba por qué demonios Amber no tenía ningún enamorado siendo ella tan linda y de carácter tan ingenioso y chabacano, era una persona que agradaba a todo el mundo, sin duda alguna.

¿Podría ser que, era tan bella y amable que todos se pensaban fuera de su liga? Era posible, aunque cualquier baboso con medio cerebro se le lanzaba como perro al hueso a Mona, aun sin tener posibilidad alguna, ¿entonces por qué era?

La verdad es que nadie podía saberlo, cuestiones de suerte en el amor, habría de ser.

Durante todo el camino a casa, Aether solamente pensaba en Amber, en lo atractiva que era, en su carisma y carácter, ¿qué le faltaba para que alguien se enamorara de ella?

<<No le falta nada, en realidad>> pensó él para sí mismo.

Llegó a casa y siguió pensando en eso, analizó a varias chicas de su clase y, para sus gustos personales, Amber podía ser de las tres chicas más lindas de la clase, ¿por qué nadie le hablaba? No le cabía eso en la cabeza.

Para él, claramente, la más hermosa de toda la escuela y quizá de todo el mundo no era otra más que Mona. Empatarían Amber y Sacarosa, ¿y por qué las dos no tenían suerte en el amor?

Sacarosa, era evidente: por ser una chica muy tímida y que no gustaba de hablar con nadie que no fuera de su absoluta confianza.

Amber resultaba el misterio.

Sin más que pensar, lo que le esperaba en casa era la crónica de la semana, la que no contaba con nada en especial, salvo que trataba de hacerla elocuente e irónica para que, por lo menos, fuera divertida a los lectores. Realmente lo fue, usó como público de prueba a Bennett y a Razor, lo que se divirtieron mucho con la misma.

Suerte la suya que ya tenía un visto bueno, lo que faltaba, más bien, era que se la aprobaran. Era humor bastante ácido y mucho sarcasmo, valía la pena arriesgarse.

Faltaba solamente ahora la fotografía, la que tomaría justamente antes de tener que entregarla, algo se le debía de ocurrir entre la noche y el día siguiente.

Pensaba en quizá algún pasillo de la escuela, en el patio, no tenía por qué ser algo demasiado llamativo, con que fuera explícito y original bastaba.

Justamente, ese día al llegar a la escuela, se encontró con Amber en la entrada, que ahora no tenía su listón puesto, y se peinaba de una forma diferente, lo que extrañó al muchacho. Ya se había acostumbrado a verla con aquel listón que le era tan característico.

-¿Olvidaste tu listón? –Preguntó él una vez estuvieron juntos, y curiosamente se dio cuenta que ahora el olor de la muchacha era diferente. -¿Cambiaste de perfume?

-No olvidé nada, y cambié de desodorante, eso es todo. –Mencionó ella, un poco apenada. -¿Cómo me veo?

-Linda, aunque, siéndote sincero, me agrada más que te peines con listón, y realmente te sienta bien el olor. –Sonrió Aether. -¿Por qué el cambió?

-Leí por ahí que, si no llamo la atención de los chicos, un cambio de estilo siempre llamará la atención. Deséame suerte, algo me dice que hoy encontraré a mi príncipe azul.

-Suerte, ya sabes que tienes mi apoyo.

-Y lo aprecio. –Ambos se sonrieron para después entrar a la escuela, cada uno tomando su ritmo.

Amber sí que resaltaba, se veía bien, aunque él prefería ese estilo ya tan característico en la chica, tanto así que parecía que era su esencia. Simplemente le deseaba lo mejor.

De hecho, ya tenía una idea de qué hacer para ayudar a su mejor amiga a conseguir alguien que la amara. Una sorpresa se le vendría encima.

Ya más o menos sabía que tenía qué hacer, y el plan era muy ideal. Faltaba ponerlo en práctica, nada más.

Llegando a uno de los pasillos, y donde la chica platicaba con varias de sus amigas, las cuales todas le halagaban el que tuviera tan buen cambio, ella se veía radiante, feliz, con un muy lindo semblante, ¿y qué mejor? Con un rubor excepcional en sus mejillas.

El chico preparó su cámara, ajustando un ángulo para que solamente saliera ella, y nada más que ella, se centró en Amber, llevando su ojo al visor, teniendo el dedo listo en el botón para capturar aquel momento.

-¡Amber! –Exclamó el muchacho, ella volteó a verlo, sonriendo de forma completamente natural, con un porte de elegancia y de finura exquisito.

Cuando se escuchó que la cámara tomó la fotografía, algo quedó completamente en blanco, y no era precisamente el flash de la cámara. Era el rostro de Aether.

Su semblante estaba serio, pálido, sorprendido como si hubiera visto a un muerto y no podía ser otra cosa más que eso, incluso la propia Amber se percató de ello, preocupándose.

-Oye, ¿estás bien? –Preguntó ella, acercándose al muchacho, que se sobresaltó, recuperando el color de su piel, y no solo eso, sino que, además, se le encendió el rostro.

-Cr-creo que sí, pero me siento un poco...mareado. –Él se fue lo más aprisa que pudo, Amber lo siguió hasta donde pudo, pues él se metió al baño, dejando confundida a la chica.

Él se recargó en la pared, mirando al techo, sujetándose el corazón de manera fuerte. No se podía creer lo que sentía, no en ese momento.

<<Amigo, ¿Qué demonios me sucede?>> Pensó, confundido y exaltado.

Apenas y recordaba ese sentimiento, le traía tantos recuerdos de cuando era novio de Mona, pero ella ya no era la causante de esa sensación tan linda.

Al revisar la cámara, ese fuego no hizo más que avivarse con salvajismo, aquella sonrisa tan hermosa, tan autentica, y luego con ese nuevo peinado suyo, era la combinación perfecta para que alguien se enamorara de ella, incluso el mismo Aether lo reconocía.

Lo que no se le pasó nunca por la cabeza es que fuera él quien se terminaría enamorando de Amber.

Lo primero que hizo, por estar tan asustado, fue negarlo rotundamente. No era amor lo que él sentía, simplemente se trataba de sorpresa e impresión, o al menos eso se trataba de converser a sí mismo.

Serían patadas de ahogado, pues como ya ha mencionado el autor, una vez el amor llama a la puerta es difícil correrlo.

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Uhhh, final estuvo bien intenso 👀 aparte de que ya por fin se sabe por qué Mona mandó a volar a Aether

Creo que a varios les ha de haber dado mucha risa el cómo se conocieron Aether y Amber :v ciertamente es para reír

Cosas importantes se vienen, sin duda.


Hu Tao te ofrece de la que dejó delgada a Ganyu ¿acectas?

Ok, familia, hablando en serio, ¿hay alguien aquí de pura casualidad que dibuje bien? Ya sea en computadora o a mano, pero que pueda dibujar en manga, o que ustedes conozcan a alguien que dibuje así, ¿que por qué lo digo? Oh, esa parte es un secreto 7u7 pero hablando en serio, me gustaría tener contacto con esa persona.

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