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2.19 Después de la tempestad.

-¿Aether? –Preguntó una voz conocida. El mencionado alzó la mirada, cristalina, apenas logrando identificar a la persona a su lado a causa de los pliegues en su visión causados por sus lágrimas.

-Soy un monstruo, Mona. Ella no merecía que le hiciera algo así, ¡y se lo hice, me juré que no, pero lo hice, confió en mí, me regaló lo más caro que pudo darme, me dio tantas cosas, y solo le destrocé el corazón a cambio a pesar de que intenté devolverle el mío!

La mencionada ya sabía por dónde iba la cosa, así que solamente se llevó las manos al rostro, devastada, levantando a su antiguo amor para dejarlo llorar en su hombro. No podía hacer otra cosa.

En la casa de la muchacha, ambos bebían una taza de té. Los ojos del chico quedaron enrojecidos por las lágrimas, y el sentimiento de que le estrujaban el corazón no se había reducido, de solo pensar en el dolor de Noelle, se sentía con verdaderas ganas de terminar con su vida.

Él le explicó a Mona qué había sucedido, la que ya se daba una mala idea de qué pasó, más que nada por la expresión de dolor y la forma en la que se lo encontró.

-En realidad, te creo. Sé que no eres así y jamás harías algo parecido...y de todos modos lo hiciste. No quisiera decirte que "te lo dije" ya que me duele por ambos.

-Mátame... –Pidió, cabizbajo. -No quiero vivir sabiendo que le quité la virginidad a Noelle de esta forma.

-¿Y qué hay de ti? También fue tu primera vez.

-¡Yo no importo, soy basura humana por hacerle eso! Y-yo de verdad me esforcé por amarla, pensé que con todo lo que me daría sería cuestión de tiempo, pero más que amarla más, ese sentimiento se volvía más pequeño. –Aether se soltó a llorar de nuevo. -¿Por qué?

-El corazón no se equivoca. Te dije que cuando ella te diera todo lo que podía ofrecerte, la llama se apagaría para ti. No pensé que lo haría tan rápido, pero sí. Noelle era la mujer de la que estabas enamorado, pero no amabas. Pensaste que sí, y esto pasó.

-Me odio. –Aether comenzó a golpear la mesa. -¡Me odio, me odio, me odio tanto! ¡Ella tiene razón, debería morirme!

Mona lagrimeó al ver aquella escena, no pensó que su pronóstico sobre el destino de ellos dos fuera tan obscuro, a pesar de que no le auguraban cosas buenas. Es lo único malo que el destino no se puede cambiar.

Para el siguiente lunes, Aether seguía triste por lo ocurrido aquella tarde. Se arrepentía de tantas cosas, entre ellas el no haber dejado madurado su amor por esa inocente chica.

Seguía buscando en su corazón pero el sentimiento se apagaba poco a poco con el pasar de los días, aunque se esforzara por amarla de verdad, no pasaba, en lo absoluto. Ella debía poner de su parte para enamorarlo, pero ya jamás lo haría.

Ayaka entró empujando la puerta y dándole un golpe a Aether directamente en la mejilla, tirándolo de su banca. Detrás de ella llegaba Albedo, el que la tomó de los brazos.

-¡Déjame matarlo, se merece solo la muerte después de lo que le hizo a la pobre! –Farfulló, enojadísima.

-¡Permítele explicarse, Ayaka, no debe ser lo que piensas!

-¡Eres un imbécil, Albedo, seguramente le hizo lo mismo a Mona, ella jamás diría que algún hombre se aprovechó de ella, solo se hizo el del corazón roto para ver a quién pescaba, y lamentablemente fue a Noelle! –Ayaka miró con ojos asesinos a Aether. -¡¿Ahora a quién quieres?! ¡¿A Amber?! ¡¿Te la tirarás y luego le dirás "siempre no te amo" para mandarla al carajo?! ¡Ya suéltame!

El golpeado comenzó a llorar nuevamente, dándole manotazos a la mesa. Ayaka se detuvo, le extrañó esa forma de actuar de él.

Explicándole a ambos lo ocurrido y su sentir, además de que Mona llegó para ayudarle en ese sentido, fue que la guerrillera se relajó lo suficiente.

-Ok, entiendo eso...¿pero cómo es posible que no puedas terminar de amarla cuándo esa noche jurabas que sí?

-Es porque faltó tiempo. –Intervino Albedo. –Sí que sentía algo por Noelle, pero faltó desarrollarse un poco más. Realmente ella lo encantó, y me da la impresión de que era cuestión de tiempo para que lo enamorara de verdad, pero se adelantaron mucho y también está la cuestión de Amber, a quién sí ama.

-Cierto... -Ayaka se llevó una mano al mentón. –Cuando escuché qué ustedes dos lo hicieron me sorprendí mucho, pensé que había pasado muy poco tiempo, pero pensé que eso sería lo que amarra el amor entre ambos.

-Hum, malamente Aether se dio cuenta que cabía la posibilidad de no poder amar por completo a Noelle y que continuar era avanzar por un barranco a obscuras, como podía salir bien, podía salir terriblemente mal. –Sentenció Mona. –Ambos tienen la culpa y son igual de estúpidos, si me lo preguntan. No se preguntaron qué podía resultar después de esa noche, y Noelle nunca se preguntó si verdad Aether estaba convencido de sus sentimientos y si había olvidado a Amber. Solo tapó el pozo cuando el niño ya se había ahogado.

El autor espera que, con lo expuesto por los protagonistas, la situación quedara esclarecida. Ciertamente, explicar los caprichos del corazón es complicado, complejo y rara vez puede decirse que es suficiente.

Esas cosas solo se pueden creer hasta que se viven, lo único que nadie puede sospechar es que aquel sentimiento que no es amor se esfuma pronto y no vuelve nunca más. El amor tiene más sombras que luces, y pocos son los que, aún con esas, no llegan a tropezar.

Habrá que decir que pasaron seis meses después de aquello, y en el lapso de aquel tiempo, Aether renunció a su trabajo en la cafetería, diciendo que lo ideal era una que le quedara más cerca de su casa. Curiosamente, solo pidió empleó en otra cercana a la escuela, y con sus buenas credenciales, no le fue complicado.

Bloqueó de todas sus redes a Noelle, ella se cambió de salón, incluso cambiaron sus rutas para no toparse ni por accidente. Y cuando eso llegaba a pasar, pasaban de largo como si no se conocieran.

Lo que él quería era que para la chica resultara justo como se lo pidió: como si hubiera muerto, y así era la mayor parte del tiempo. Nadie solía hablar de Aether cuando Noelle se encontraba presente.

El que sí es un amor de verdad no se puede olvidar, y ella a veces solía llorar en la noche, como si de verdad él hubiera muerto, lo que no era muy lejano de lo que pasó. Sus sentimientos por él murieron esa misma mañana, y un rencor nació, por evidentes y justificadas razones. De cualquier forma, lloraba, pero no por ella.

Realmente había sido un enorme retroceso, el poeta había desaparecido, Aether había renunciado a su nota semanal, no escribía poemas, y solía parecer siempre triste. A pesar de que no le rompieron el corazón, daba ese aire de cuando sí lo hicieron.

Vivir sabiendo lo que era, y que no mecería ser perdonado, lo consumía demasiado, incluso la idea de lanzarse de un quinto piso, a veces, y solo a veces, le resultaba atractiva.

Sin embargo, una pequeña lucecita lo impedía: se trataba de Amber. Para el fin de semana, y tratando de mejorar sus ánimos, ella lo invitó a un recital de poesía que la misma escuela organizaba.

Curiosamente, ella no se había enterado de todo el alboroto sucedido, y era mejor que así fuera. Los cercanos a ella que conocían todo el problema hicieron lo posible porque tal cosa no pasara, pero no era tonta, claro que se dio cuenta que, de ser novios, Aether y Noelle se separaron y ya ni siquiera se hablaban. Simplemente no quería preguntar al pensarlo como un problema personal.

Eso solo la confundía más, si Aether no era el poeta, por qué el mismo desapareció cuando sucedió todo el jaleo con Noelle.

De ahí que, por lo mismo, lo invitara al recital. Era con el pretexto de localizar al poeta desaparecido, para ver si lo encontraba por ahí, y aparte para interrogarlo.

-Te ves carente de vida, Aether...¿qué pasó entre tú y Noelle? ¿De verdad la amabas tanto? Siempre estabas tan feliz, con ganas de vivir, y ahora estás peor que cuando Mona te cortó.

-No es tanto por eso...solo te puedo decir que hice algo de lo que me arrepiento profundamente. La lastimé aunque me prometí no hacerlo y por eso nunca podré hablarle de nuevo.

-¿Qué pasó entre ustedes dos?

-No quiero recordarlo, eso es todo. –Al verlo al borde del llanto, ella lo abrazó, dándole abrigo para que lo hiciera a sus anchas.

-No puedo decir nada al respecto ya que no sé qué pasó entre ambos, pero ten por seguro que un día volverán a ser amigos, como en los viejos tiempos, como tú y Mona.

-Hace mucho dejé de creer en cuentos de hadas. Quizá el recital sirva para despejarme.

-El poeta desapareció así, de la nada, quizá planeaba algo importante para hoy, ¿no te parece? Estoy casi segura que recitará un poema para mí y finalmente sabré quién es. O solo lo hará camuflado, no lo sé. Veremos qué sucede.

-Seguramente. –Respondió él, sin ganas.

En esos seis meses que pasaron, hay que decir que Amber, como la pequeña luz al final del túnel, nunca se separó de Aether, ahora que Noelle ya no se encontraba con él. Separaba sus sentimientos de la amistad que tenía.

Al principio, hay que decir, que él se sentía tan monstruoso que intentó dejar de amar a Amber por temor a hacerle lo mismo que a Noelle, y no sentía muchas ganas para amar ahora que se encontraba sin ganas de vivir.

Como se dijo, solo lo intentó, ya que, y como Mona lo anunciaba, Amber lo enamoró una vez más, resultando nuevamente sin que ella lo quisiera. Fue por estar siempre a su lado, tratando de hacerle más amena la vida.

Ese era uno de aquellos momentos, ya que la chica transmitía un aura de alegría y vivacidad que contagió a su contrario. Los dos iban caminando al lugar donde sería la presentación.

-Sigo pensando que debiste participar. Quizá hubieras ganado.

-Tal vez, no lo sabemos realmente. ¿Entonces planeas encontrar al poeta aquí?

-Sí, tengo buenas expectativas. No sé qué habrá pasado con él, por qué dejó de escribirme o si tan siquiera le sigo gustando...

-¿Él te sigue gustando a ti?

-Si lo mencionas así...sí, realmente sí. –Sonrió ella, melancólica. –Pero le reclamaré muy fuerte por esto, no lo dudes.

-Sí, no lo dudo. –Rió el muchacho. –Lo encontrarás, lo sé también.

Aether recordó cuando Mona le dijo que ya venía siendo hora de que le confesara la verdad a Amber. Lo gracioso de todo resultaba en que eso tenía seis meses, tantas cosas habían cambiado, todas menos una: los sentimientos de ambos.

Sin embargo, nunca es tarde para emendar los errores, así pasen demasiados años. El único problema es que Aether pensaba que al haberle arruinado su felicidad a Noelle, él no merecía una.

También debía decirle esa verdad a la chica del listón, para que supiera qué clase de monstruo era en realidad y que corría el peligro, si bien no latente pero ya confirmado de ser posible, que un día le dijera que la amara y al siguiente amanecer esas palabras ya no serían capaces de salir de sus labios.

Durante su estancia en el recital de poesía, Amber fingía prestar atención a las letras de los poemas que se declamaban, ella sabía, si bien con un poco de duda, que su poeta se encontraba a su lado, él sí prestaba atención.

Claro que seguía la opción de que nadie estuviera enamorado de ella y solo fuera un juego, y tras quedar nuevamente su corazón destrozado, no encontrara más inspiración en seguir con el juego.

Sin embargo, él mencionó que lo encontraría de forma segura, ¿le diría algo ya finalmente? Prefería no hacerse ilusiones...no después de seis meses de quietud y tras ese fuerte golpe que recibió cuando vio al muchacho besando los labios de otra mujer.

-¿Notas algo en las rimas?

-Para nada...aparte, pocos han sido poemas de amor, algunos han sido más que nada a la escuela o a la patria...como se esperaba. –Suspiró ella.

-No pierdas la esperanza, él llegará, algo me lo dice.

Conforme se acababan los números, Aether se comenzaba a sentir cada vez más nervioso, pensar qué le diría ella, su reacción, el hecho de que tenía que ajustar cuentas tras seis meses de dejar su corazón en un vilo, y lo que más empeoraba esa situación se trataba de lo ocurrido con Noelle.

Si es que ella, al saber la verdad, decidía que era mejor no ser nada, él lo entendería, con dolor, pero era el pago justo por sus pecados cometidos: cobardía, mentira y traición. La traición solo se paga con sangre, de ahí su nerviosismo.

Ciertamente el recital no fue malo, al contrario, resultó gratificante, y daba un aire de ser ajustado. Al declararse el ganador, que fue por sus poemas al Partido, como no resultaba de otro modo, fue el ganador. (les recuerdo que la historia, por raro que parezca, se situa en un mundo alterno, pero con el sistema político chino, al final Genshin es chino, yo le encuentro sentido xd)

-Puro pinche PCCh y no mamadas. –Rió Aether, ya que así parecía ser la realidad de esa tarde.

Al salir, ambos decidieron ir por un café para tranquilizar el sueño vespertino, que parecía vencer en la batalla. Debían platicar de cosas todavía, y eso era lo indicado.

-Pues bueno, no encontré nada que pareciera ser el poeta...me siento un poco decepcionada a pesar de que podía resultar obvio.

-Llegará, solo falta tiempo.

-Le he dado mucho tiempo...si pudiera verlo, desearía decirle que ya no quisiera esperar más, que me he sentido mal por su ausencia y que solo quiero escuchar la verdad.

-Amber... -El muchacho, viendo el rostro de la mencionada, que era lleno de abatimiento y un poco de desesperación, fue que finalmente se atrevería a decir la realidad. Ella siguió caminando, pero él se ancló al suelo.

-¿Pasa algo? –Preguntó ella, dudosa.

-Yo soy el poeta desconocido...

A pesar de que todo seguía tan nublado para ella, el escuchar que Aether sí era su poeta la hizo tan feliz, llenándola de alegría de saber que era él, justo como deseaba que fuera, como pedía que fuera. No esperaba que resultara de esa manera, quizá con un beso, una rosa, o en un lugar especial para él, pero sucedió en la calle, en lo normal. El autor desea mencionar que lo más hermoso de la vida se encuentra en lo más simple.

-Siempre fui yo...por eso, cuando escuchaba qué pensabas de él, me sentía feliz, me encantaba verte emocionada, llorando, ya que era yo quien producía esas sensaciones en ti, y siento que, si no lo hubiera ocultado, quizá jamás me hubieras prestado atención. –Aether comenzó a llorar, cabizbajo. –Si dejé de escribirte no fue porque te dejara de amar...pero confundí mis sentimientos con Noelle, pensé amarla en vez de a ti y le quité la virginidad. Cuando ella y yo fuimos novios, intenté amarla, seguir desarrollando mis sentimientos por ella, pero no pude, cada día dejaba de sentir algo por ella. No mereces a un monstruo como yo, ¡no quiero herirte a ti también, no quiero pensar que te amo cuando no es así, a pesar de que te juro que te amo con toda mi fuerza, Amber! Te amo...todo lo que te dijo que sentía el poeta por ti, son mis palabras, cada palabra que él te escribió salió de mi corazón. Vaya...apenas puedo expresar mis emociones contradictorias por mi inconsciencia.

Levantando la mirada y limpiándose los ojos, Aether miró que Amber corría directamente hacía él para abrazarlo. Él no dudó y respondió al mismo, sintiendo esa calidez en su corazón, aquella que apenas sintió por Noelle, aunque por Amber siempre fue un fuego que, a pesar de estar a poco de apagarse, nunca lo hizo.

-Siempre me pregunté por qué te ocultabas...me dijiste muchas cosas sobre el poeta, y lo podías hacer tan bien ya que eran tus sentimientos los que describías, no los de otra persona, siempre lo supe. Cuando me dijiste que eras novio de Noelle me sentí destrozada ya que pensé que el poeta sería otro chico, pero no, ¡eres tú! –Exclamó ella, feliz. -¡Quería que fueras tú y escuchar esas palabras de tus propios labios, yo no quería que fuera otro chico, y de verdad sentí que no podía ser así, ¿por qué describir tan perfectamente algo que no sientes?! Aether, admito que lo que le hiciste a Noelle es terrible, imperdonable, pero quiero correr el riesgo, y aparte, no he hecho apenas algo para enamorarte. Trataré de que siempre estés enamorado de mí, que cada día de tu vida tu corazón siempre lata por mí, y si no lo consigo, al menos podré decir que lo intenté. ¡Eso sí, me rompes el corazón y yo te romperé los dientes!... pero luego seremos amigos de nuevo.

Aether puso una cara de extrañeza al escuchar eso, solo para que él y Amber comenzaran a carcajearse. Ella le limpió las lágrimas que quedaban en sus ojos, abrazándolo una vez más

-Me alegra que seas tú...tu pasado no importa, sino que mejores tu futuro y tu presente, eso es todo.

Al separarse, él se llevó una mano al pecho, como si fuera un caballero, uno de aquellos que se leían en los cuentos de hadas que solían gustarle a Sacarosa.

-Me presento ante vos, mi nombre es Aether. Quizá me conocéis como "el poeta desconocido". Deseo decirle que todo lo que mi pluma escribió es verdad, la amo, bella señorita, y me parecéis, en esta vida, la más bella doncella que mis ojos hayan avistado. Perdón por ocultarle mi identidad y perdón si le lastimé alguna vez, nunca tuve tal intensión. Juro que nunca romperé vuestro corazón, y si lo hago...que me parta un rayo.

-Siempre me gusta cuando hablas así...

-Señorita, ¿gusta vos de acompañarme por un café? –Antes de que Amber pudiera responder, el celular de Aether sonó, lo que sorprendió a ambos por igual. Vaya si no les cortó el rollo. –Ay, ¿por qué en una situación así?

Al responder, y del otro lado de la línea, Sacarosa lloraba desesperadamente, y sí, la pobre muchacha, con un hilo de voz, apenas pudo lograr decir, llena de angustia:

-¡Aether, estoy en el hospital, Albedo se muere...está enfermo del corazón!

Apenas escuchó esa pequeña oración, sintió que una parte importante de su mundo se venía abajo, derrumbándose en cosa de un segundo. Por la impresión misma que trajo esa noticia, el celular se le cayó de la mano, estrellándose contra el suelo.

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A la verrrrrrrga.

Hay mucho que explicar...demasiado.

Pasaron tantas cosas y todas ellas tan intensas que realmente el cierre del arco quedó más fuerte de lo que esperaba, primero Aether descubrió la verdad de sus sentimientos por Noelle, le dijo la verdad a Amber y pasa lo de Albedo. Ciertamente muchos han de pensar que lo ocurrido con Noelle es un guionazo, yo no lo creo así por meras cuestiones personales y subjetivas, la verdad sí pienso que deben vivir algo parecido a eso para que vean que tengo razón. Digo, con mi última ex después de que tuvimos snu snu (xdxdxd), los dos sentimos que, tras eso, la relación se fue en picada, como que no era lo que esperabamos y pues bueno...ya se imaginarán qué pasó después.

La parte de cuando él le confiensa a Amber que es el poeta pensaba hacerla dramática, pero me salió bastante romántica, y eso fue sin querer, pero me gustó cómo quedó, y a los del team Amber seguramente también. Estoy seguro que el team Noelle me quiere crucificar por esto, y razones no les faltan, lo admito x'D pero falta todavía de historia.

Justamente, sobre Albedo no puedo comentar mucho para dejarlo en suspenso, pero sí, di pequeñas pistas de que su enfermedad podía ser crónica, quizá no taaaan crónica aunque se daba a entender que era un asunto delicado y que lo preocupaba. Quizá su arco sea el penúltimo, en realidad si fuera al último pasaría una inconsistencia fuerte.

Como dije, me daré una pequeña pausa para releer el arco de Xiao y así saber en qué puedo entrelazarlo con el de Lumine. Lo mismo pasará con los siguientes arcos, pues todos tienen relación, en su grado, claro, pero la tienen.

Pues bien, me despido por ahora...yo volveré.

Siempre tuyo:

-Arturo.

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