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2.17 ¿Decisión final?

El muchacho se encontraba en casa de Mona, ella debería ser su consejera. Al final de todo, era de las personas que mejor lo conocía al haber sido su novia, y no solo eso, sino porque eran muy íntimos en sus sentimientos...cuando no estaban peleados.

Ella le cepillaba el cabello a Klee, la hermana de Albedo, la que, por alguna razón, se encontraba en su casa.

-Así que...son amigas.

-No, ella es mi hermana. –Dijo la infante, en tono aniñado, como no resultaba extraño.

-Albedo a veces debe salir con su familia, y no pueden llevar a Klee ni dejarla sola, por eso la cuido yo. Y es gracias a esta pequeña que le hablo a ese chico. Ha pasado tiempo de aquello.

-¿Por qué no la llevan a ella también?

-Ni idea. No me dice a dónde va, pero no me molesta, y pasar tiempo con la chiquita me es divertido, alegra mis tardes, y así no me aburro.

-Hum...tiene sentido.

-¿Aether también viene a jugar?

-No, él y yo debemos platicar de algo muy aburrido para Klee, así que... -Mona tomó una dona de su refrigerador, ofreciéndosela a la chica. –Sé una buena niña y come en mi habitación, puedes jugar con mis muñecas.

-¡De acuerdo!

La pequeña, sin más, se fue corriendo a toda prisa, emparejando la puerta del cuarto de Mona, los dos adolescentes rieron al ser un espectáculo tan tierno.

Era chistoso, pero Aether todavía recordaba las muñecas que su antigua novia solía guardar en su closet, las que solo acumulaban polvo pero el sentimiento impedía deshacerse de ellas. Ahora eran útiles para divertir a la que era algo así como su media hermana menor.

-Y dime, ¿qué pasa? Te notabas desesperado en la llamada.

-Tú yo fuimos novios, me conociste muy bien, especialmente mis sentimientos y mi forma de amar...y tengo una duda de si amo o no a alguien.

-Pensé que estabas enamorado de Amber, o eso escuché de Albedo. No te lo dije antes pero...me alegra que se reconciliaran.

-Sí, también a mí. –Sonrió él. –Volviendo al tema...

Ahí, Aether le explicó la situación que pasaba con Noelle, los primeros coqueteos, ese lado tan atrevido suyo que tenía, los besos que le había dado, y las cosas más recientes sucedidas entre ellos dos.

-Jum, típico de acuario. Siempre has tenido enamoradas, ¿y cómo no? Tienes cualidades muy positivas, pero te falta temple y un poco de cerebro.

-¡Oye, ¿qué tiene que ver mi signo zodiacal en esto?! Y explícate mejor.

-Que, según mi criterio, estás confundiendo amor con deseo. O no tanto así, es una mezcla de ambos. Noelle te atrae, sí, ella es muy linda, amable y sin duda sería la novia ideal, pero el cuerpo, los labios, las caricias, eso cualquier mujer. Ciertamente el que ella sea linda contigo, te halague, te diga cosas bonitas puede que es lo que ha despertado algo en tu corazón...pero no creo que sea amor puro.

-¿Eh? ¿Por qué lo dices?

-Tengo el mal presentimiento que, como el buen acuario que eres, cuando te canses de sus besos, ya no haya caricias, ni halagos, o si no te complace el sexo que ella te pueda ofrecer, ya no sentirás nada por ella, y Noelle no se merece algo así.

-Jamás me aprovecharía de ella, simplemente no puedo, sería algo horrible de mi parte hacerlo.

-Sí, me da la sensación de que a los pocas semanas se te apagará la chispa a ti, pero no a ella. Dudo equivocarme, ella te ofrece algo que solo un torpe rechazaría, pero no le hagas daño, por favor.

-Si le digo que no...le romperé el corazón.

-Es peor romper un corazón cuando ya han compartido momentos juntos. Piensa, Aether, piensa, si te hubiera dicho que no cuando te me declaraste, ¿te dolería tanto como cuando rompimos hace unos meses?

Esa pregunta lo dejó pensando. Claro que le hubiera dolido mucho menos, ese estado de melancolía jamás le habría sucedido, y aun así eso no le dejaba las cosas muy en claro.

¿No era amor lo que sentía por Noelle? Sí que lo había, pero también esa pizca de deseo y pasión. Como escéptico de la astrología, el que su signo zodiacal definiera su personalidad se le hacía algo absurdo y descartaba el que se cansaría de Noelle cuando ya no tuviera nada por ofrecerle pasados unos meses.

Sin embargo, ¿qué haría después del sí? Podía besarla sin ser su novio, incluso cabia la posibilidad de hacer el amor juntos sin ser pareja, entre muchas cosas más, ir al cine, a beber café, ir tomados de la mano, ¿qué más aparte de eso?

-Con Amber puede aplicar lo mismo.

-No, no. ¿Cómo te enamoraste de ella?

-Una vez pensé que era bonita, le tomé una fotografía y, con mirarla, ya no pude dejar de pensar en ella y en que era la chica más atractiva que había visto en mi vida.

-¿Más que yo? Ja, parece que te golpeaste la cabeza. No hay chica más linda que yo en la escuela.

-Hum, típico de virgo.

-No uses la astrología en mi contra, y aparte yo solo digo la verdad.

-Como sea. Fue por eso, dudé de que me gustara pero, sin que ella se esforzara por hacerlo, me demostró que sí estaba enamorado de ella.

-Ese, mi amigo, es el amor de verdad: el que llega por accidente, sin que la otra persona haga algo para enamorarnos. Su sola esencia nos enamora y no hace falta más. De cualquier forma, cuando ella intente enamorarte, jamás se acabará el amor que le tendrás.

-Pero si yo la enamoro, ¿ella no me ama de verdad?

-Hum, pobre iluso que eres. –Mencionó Mona, mirándose las uñas con altanería. -Amber está enamora de tu esencia, al final de todo el poeta eres tú, ¿no es así? Ella está loca por ese alías, que es tu esencia. Cuando intentes enamorarla, jamás querrá separarse de ti.

-¿Segura que es así?

-Puede que me equivoque. Pero si haces lo contrario a lo que te digo y resulta tal y como lo predigo, créeme que diré con gusto "te lo dije". En realidad...no pierdes nada si te equivocas, los amores van y vienen, las experiencias sirven de aprendizaje, saca lo mejor de tus errores y no tropieces de nuevo con la misma piedra.

Al ser la hora de la siesta de Klee, Aether tuvo que retirarse ya que Mona solía dormir con la niña. De camino a su casa, el muchacho pensaba en lo dicho por ella, tenía razón en todo lo que decía, pero aun así el miedo al fracaso le paralizaba en sus acciones. 

Al ser viernes en la tarde, se pensaría que tendría cita con alguna de sus enamoradas, pero al contrario, había reservado esa noche solo para él, para estar tranquilo por un rato, aparte de que debía procesar lo dicho por Mona.

Le parecía tan curioso, pero luego de meses de no hablarle, la razón por la que lo hizo le resultó satisfactoria y le tranquilizó un poco su pensamiento, que no por ello no significa que estuviera relajado al completo.

Tenía más claridad para pensar, eso es todo.

Solo se trataba de meditar todo, había mucho en qué pensar, especialmente ahora que se daba cuenta que podía estar malinterpretando sus sentimientos por Noelle. Y respecto a Amber, ni hablar, sabía que sí la amaba, y de forma pura.

Quizá a su compañera de trabajo sí que la amaba también, pero no la amaba a ella, sino a sus besos, a la coquetería de su cuerpo, y tal vez amaría su sexo en caso de que se lo diera, pero a ella y a su "esencia" no.

Eso lo dejó pensando seriamente, era una cuestión importante separar el amar la carne a amar a la persona, son cosas bien distintas, pero que pueden ir de la mano y por esa misma razón resultar confusas, la audiencia debe tenerlo en cuenta.

De todos modos, cuando ella lo invitó a una sesión de estudio en su casa, pensó que sería buena oportunidad para repensar las cosas. 

Su nota semanal decía lo siguiente:

Se preguntarán por qué no quise participar en el concurso de poesía, es simple: siento que de hacerlo, no ganaré, y hay que estar dispuesto a ir a ganar siempre. Realmente hoy no tengo que decir algo relacionado a la escuela, sino una pequeña reflexión que deseo compartir y es que la vida es como el ajedrez, hay que saber a dónde puede mover sus piezas para pensar en una jugada pronta que pueda contrarrestar un jaque mate o crear un punto de inflexión en nuestras vidas, solo así podemos ganar. No creo que eso sea ser precavido, solo es cosa de analizar la situación y tomar las decisiones más adecuadas para no recibir una paliza.

No es coincidencia que la nota del viernes fuera basada en un poco de lo que era su vida. La misma la envió al celular de Keqing para que estuviera lista para el lunes siguiente.

Preparándose para el día de mañana, el muchacho no es que precisamente fuera arreglado, iría de modo normal, al final de todo, no se trataba de una cita...o eso pensaba su inocente mente.

Sí que irían a hacer tarea, pero para descansar tras una buena sesión de estudio, lo mejor que encontraban era ir a pasear a un parque cercano de la casa de la chica. Sorpresivamente, Aether le había dicho a Lumine, y para evitar malinterpretaciones, que haría eso mismo pero con Albedo.

-Pensé que no se hablaban desde lo que pasó con Mona.

-Nos reconciliamos hace unas semanas, por suerte. –Sonrió él.

-Eso es bueno. Puede que llueva, así que llévate un paraguas.

-Boberías, solo chispeara, o eso dice el clima.

Sin más, él solo tomó su chamarra y se fue por la puerta, causando que su hermana soltara un suspiro.

-Espero que llueva para que no sea tan necio a la próxima. –Dijo, a baja voz.

El muchacho tomó el transporte público para llegar lo más pronto posible a casa de la chica, lográndolo en cosa de media hora, vaya que vivía lejos, pero era cosa de seguir la corriente para continuar con su plan.

Hablando todavía más con Mona, que era por mensaje mientras estaba sentado en el subterráneo, ella le comentó que había otra cosa que tenía que saber.

"Puede que en tu caso, más que sentir deseo por Noelle, ella te guste, y te guste por su persona y no por su cuerpo. El problema es que a quien amas es a Amber, según me has dicho, pero creíste que la comenzabas a amar y los momentos que has pasado junto a ella no han hecho más que confundirte. En fin, suerte con ella, dile lo que sientes, mejor no te andes con rodeos o pídele un poco de tiempo, y ya dile a Amber de una vez que eres el poeta y plática de esto mismo con ella para ver qué es lo que piensa".

Podía ser que Mona tuviera razón en lo dicho, pero poco tiempo tuvo Aether para pensar en ello ya que se bajó en la siguiente estación, comenzando a caminar directo a casa de la chica, como si fuera al trabajo.

En solo cinco minutos, él tocó la puerta, siendo recibida por Noelle, la que tenía un atuendo lindo que constaba de una blusa blanca un tanto ajustada, pero no mucho, así como de una falda azul que era más corta que la de escuela, la misma le llegaba a un tercio del muslo.

No era muy revelador, pero tampoco dejaba poco a la imaginación.

-Hice pastelillos, los que más te gustan.

-Que buena sorpresa. –Sonrió él, autentico.

El plan era estudiar y hacer las tareas para después ir al parque a platicar, ahí le diría lo pedido por Mona, ya que sí que tenía que ponerle sobre la mesa lo que sucedía en su corazón, pero expuesto de una mejor manera.

Con Amber, en su momento, haría lo mismo. Se sentía nervioso de imaginar qué pensaría ella de que fuera el poeta. Eso le dejaba un sabor agridulce en la boca.

-¿Y tus padres? –Preguntó el muchacho, extrañado.

-Papá fue a cuidar del abuelo, se cayó de la cama y se lastimó de poca gravedad pero necesita atenciones. Y mamá está en la oficina, trabajando.

-Los míos igual...solo que mi hermana esta en casa.

-Yo soy hija única, pero ni modo.

Con esa pequeña conversación, los dos se pusieron a trabajar en sus pequeños asuntos escolares, siendo rápidos al hacerlo. Serían cerca de las seis de la tarde para cuando terminaron lo suyo, o bueno, cuando llegó la hora del descanso.

El chico planeaba irse a eso de las ocho si es que todo acababa a tiempo, planeando solo un retraso de no más de media hora en caso de que las cosas se alargaran.

El parque era de lo más lindo, especialmente su fuente y sus bancas de piedra. Alguna nube se veía en las cercanías, y soplaba el viento con fuerza, por lo que ella lo abrazó.

-Noelle, te pedí que...

-Perdón, es que me he acostumbrado a hacerlo. –Ella, como si fuera perrito regañado, se separó. -¿De verdad no te sientes molesto por lo que pasó la otra vez?

-Quería hablar de ello contigo. Pasa que...siento que en realidad yo no podría ama... -Al caer un trueno, la lluvia se soltó de golpe. Primero fueron pequeñas gotitas que, al paso de los segundos, se convirtieron en un tormentón. -¡¿Un tifón?! –Se quejó el muchacho, muy a mal.

-Pe-pero si dijeron que solo chispearía y ya.

En casa del muchacho, Lumine miraba por la ventana, llevándose una mano a la nariz, negando con la cabeza.

-Se lo dije a ese tonto...

De regreso con los dos muchachos, ambos iban corriendo para cubrirse de la lluvia, el problema es que estaban en medio del parque, y los árboles plantados eran cipreses en su mayoría, por lo que los mismos no ofrecían refugio alguno, para mala suerte.

Tras quedar empapados de forma considerable, ambos llegaron a un árbol que si los cubría de la lluvia, pero no sería suficiente.

-¿Crees que la tormenta dure mucho? –Preguntó Aether, pero Noelle le daba la espalda, nerviosa. -¿Te pasa algo?

-Hem... -Ella volteó un poco, su blusa blanca quedaba empapada, sus curvas se marcaban y, no siendo eso lo peor, es que ella se cubría los senos con un brazo, como si estuviera desnuda. –N-no tengo sostén puesto...

En efecto, la tela transparentada por el agua dejaba ver el cuerpo de Noelle, por lo que su piel se podía ver a simple vista, y lo mismo sucedería con sus pezones, notándose más por el frío que hacía, no solo por la tela mojada.

Aether se recargó en el árbol, sintiendo que el aire se le escapaba. Su corazón le latía, y trataba de no ver mucho a su contraria ya que, de forma inevitable, se comenzarían a levantar pasiones en él.

Esperaron cerca de diez minutos, pero nada, así que sabiendo que quizá la lluvia duraría un enorme rato, lo mejor que pudieron hacer fue irse corriendo a casa de la chica, tomados de la mano mientras Noelle se seguía cubriendo los senos con su otro brazo.

Al llegar a la casa de la misma, ella fue rápidamente por toallas para que ambos se secaran, Aether no podía quitarse esa imagen mental de su cabeza, y el que ambos estuvieran tan cerca, empeoraba las cosas.

-No pensé que esto fuera a pasar... -Dijo ella, apenada. –No vayas a estar viéndome los senos, que eres todo un pillo.

-A-ahora no... -Respondió él, secándose el cabello, mirando para otro lado.

Por lo nublado que hacía afuera, tuvieron que prender algunas luces, pues vaya que la cosa se había puesto fea en cosa de esos minutos que dejaron pasar.

Al prender la televisión para dar cuenta de las noticias, se dieron cuenta que el trueno había impactado en un generador del transporte público, por lo que quedaría suspendido hasta que pararan las lluvias y pudiera funcionar.

Lo peor de todo es que las calles comenzaban a inundarse, y era seguro que la cosa no se pararía hasta, quizá, unos dos días. La intensidad de la lluvia no sería igual, habría un momento entre las doce y una de la mañana en que sería una chispeada así como se esperaba.

Sin embargo, el daño ya quedaría hecho. La ciudad estaba paralizada por completo.

-No me lo puedo creer... -Suspiró Aether, llevándose las manos a la cara. Se quedaría toda la noche en casa de Noelle, y como ella lo sedujera o lo provocara, él no tenía ni idea de cómo iba a reaccionar.

A pesar de su nobleza, estando en esa edad y teniendo en el corazón algunas cositas que le complicaban la existencia, era muy dudoso que pudiera mantenerse estoico en una situación así.

De cualquier forma, no tendría por qué pensar que ella lo provocaría, se veía apenada de, tan siquiera, que él le viera el cuerpo en esa situación. Daba la impresión de que no era tan atrevida ya en persona.

Aun así, quería estar con la guardia en alto para no caer ante nada...o eso era lo que esperaba.

-Si quieres, puedes darte una ducha. Yo secaré tu ropa para que no haya problema, no te preocupes por lo demás.

-¿Cómo lo harás?

-Puedo usar la plancha, o quizás la secadora de cabello. Ya veré que puedo hacer, es mejor que no estés mucho tiempo mojado.

Acordaron que él entraría al baño y le pasaría sus prendas por la puerta sin que ella viera. Sin embargo, antes de quedar completamente desnudo, él se sonrojó un poco.

-¿También los...?

-M-me parece que no es muy necesario...esos pueden secarse solos, mañana puedes ponértelos de nuevo.

Un suspiro se escuchó dentro del baño, así que, apenas se quitó esa última prenda, se metió a bañar. El agua caliente le sentaba bien, por suerte, lo que le calentó rápidamente el cuerpo.

Por la relajación que sentía, aparte del agua caliente, algo comenzó a despertarle, lo que era totalmente normal en una situación así.

Apenas cerró la llave para comenzar a secarse, pareció que se escuchó que la puerta del baño se abría, lo que le hizo que los ojos se le pelaran por la sorpresa...

esperaba que fuera solo su imaginación.

Cuando la cortina del baño fue corrida, él no quiso voltear, pero al sentir unas manos que ya se conocía de memoria, así como dos bultos que se apretaba contra su espalda, supo que no había escapatoria. (los team Amber: todo terminó, señores, no tenemos escapatoria!!!)

-No pienses que soy una pervertida pero...quisiera demostrarte lo mucho que te amo. Seguramente no tendré una oportunidad así de nuevo y me dije "¿qué importa ya?"

-Noelle, por favor, no.

-Shh...no digas nada. –Ella le besó una mejilla, llevando una de sus manos a su entrepierna, encontrándose con la sorpresa de que algo ya estaba justo como lo deseaba. –Oh, no pensé que yo... causara cosas así en ti tan rápidamente. –Mencionó, notoriamente apenada.

Un nuevo rayo cayó en la ciudad, causando que la luz se fuera, solo quedaban los pocos destellos que se colaban por la ventana del baño. Las manos de Noelle daban una sensación de ser de seda, y cuando éstas se pusieron en acción, el muchacho tembló de pies a cabeza, deseando desaparecer.

Ella, sin soltarlo, se dio la vuelta para quedar frente a frente a Aether, apenas viéndolo en la obscuridad de ese cuarto de baño, tomando una de sus mejillas para besarlo. No era casualidad que supieran a frambuesa.

Aquel sabor era algo que le hizo perder el control de sí, así que Aether, que ya no soportó más ante los besos y las caricias a su zona tan privada, aquella que ninguna mujer había tocado nunca. Ahora él tomó la batuta de la situación, abrazando a Noelle, juntándola a su cuerpo, bajando las manos más allá de la cadera de la chica, tocando con fervor lo que tenía en sus manos.

Sabiendo que el baño no era la mejor zona para hacer lo que harían, y conociendo que tenían todo el tiempo del mundo, fueron, sin dejar de toquetearse, al cuarto de la chica.

Noelle se recostó de inmediato en la misma, Aether quedó sobre ella, preparándose para lo siguiente, pero ella lo detuvo al tomarlo del pecho.

-De hecho te mentí...sabía que llovería toda la noche y que algo así pasaría...Ayaka me lo dijo, y por eso me preparó para cualquier cosa. –De debajo de su colchón, la chica sacó un pequeño paquete plateado, del cual extrajo lo que parecía ser un globo, pero no lo era, uno que era resbaloso al tacto.

El muchacho, sin pensárselo, debido a que su juicio se encontraba nublado ante la vista que tenía, que era el mejor espectáculo carnal que había visto en su vida, se vio cegado por la propia idiosincrasia de su edad.

Ahora ya no solo se le respondería qué se sentía besar a Noelle, sino cómo se sentiría tener sexo con ella. Curiosamente, no recordó en ese momento el que se había dicho a sí mismo que nunca se aprovecharía de Noelle y que jamás usaría su cuerpo para saciar sus necesidades carnales.

Lo peor de todo, es que no creía que era por eso.

<<Mona...Mona se equivocó...no es deseo lo que siento por Noelle, de verdad estoy enamorado de ella>> Fue lo que pensó para sí mismo apenas le dijo adiós a su virginidad.

Se abrazaban mutuamente, gimiendo a volumen muy bajo al tiempo en que las sábanas se movían junto con ellos, especialmente con Aether.

-¿Te duele? –Preguntó él, preocupado.

-Estoy bien, no te preocupes. –Respondió Noelle, con un hilo de voz. –Solo abrázame más fuerte...

Ambos danzaban en esa cama mientras escuchaban el sonido de la lluvia caer afuera de la casa, en la ya casi total obscuridad de esa tarde-noche. Si se tuviera que pensar qué bailaban los dos amantes, sería vals, por la cercanía que tenían, y por lo mucho que se tocaban.

-Soy tan feliz, estás haciendo el amor conmigo, no pensé que algo así pasaría, ¡Aether, te amo! –Exclamó ella, entre pequeños gemidos, besándole la mejilla varias veces a su enamorado.

-Yo también a ti, Noelle.

-¿De verdad esto es real? Se siente real, pero no me lo puedo terminar de creer, ¿dijiste que me amas?

-Te lo dije y te lo repito: yo te amo, Noelle. –Respondió él, diciendo lo que su pecho sentía en ese momento y solo en ese momento, que no era otra cosa más que la auténtica verdad.

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Joder, lo peor o lo mejor es que todavía no acabamos el arco y menos la historia xD

No diré nada, esta vez no, así que nos vemos el lunes ya que la cosa se quedó al rojo vivo sin pensarlo un solo segundo. De verdad hay tanto por decir pero no sé ni por donde empezar, mejor no digo nada.

Aunque suene raro (o tal vez no), el próximo capítulo se centrará en Amber. Y, por cierto, también será el último del arco, ya se viene el cierre a la trama que empezaron Lumine, Xiao y Ayaka, se verán algunas cosas que pasaron en el arco del emo vengador pero ahora desde la perspectiva de Lumine, pero quizá no publique en una o dos semanas ya que debo de leerme todo el arco de Xiao otra vez para rescatar todas las ideas que dejé pendientes, aparte de que le meto caña al otro fic que tengo.

No me maten, debo terminar la historia :'v

Siempre tuyo:

-Arturo.


En lo que no me equivoqué con Ayaka es que ella está interesada en ayudar a todos aunque sea contraproducente uwu

La amo, alv esa misión fue la chele

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