2.16 Sin tregua
Los dos jóvenes estudiaban en la casa de la muchacha. Faltaba un poco para ir al trabajo, al ser sábado, se entraba más tarde de lo normal.
Noelle se encontraba pegada a su contrario, copiando cosas de su libreta, dedicándole pequeñas sonrisas de vez en cuando, fingiendo que no sabía o no terminaba de entender para que su enamorado le explicara.
-Vaya que eres listo, eso me gusta mucho. ¿Qué haría sin ti, Aether?
-Vamos, también eres inteligente, no me necesitas.
-Quizá no, pero me alegra contar siempre contigo. -Sonrió ella.
Esa sonrisa ya comenzaba a calarle fuerte al corazón del muchacho. Seguía resistiendo, ¿pero por cuánto tiempo? Noelle había hecho las cosas bien, ahora aplicaba la misma técnica de Mona: no dejar que viera a ninguna chica.
Sin embargo, eso le era difícil, no quería ser posesiva, ni por asomo, le parecía tan egoísta, tan ajeno a su naturaleza, y de todos modos sabía que era necesario. El jugar limpio no siempre es lo más adecuado, no se puede ser cordero entre lobos, dirían por ahí.
Los dos comían pastelillos de forma entretenida, vaya que eran muy ricos, pues tenían un ingrediente secreto: el amor de una adolecente, aquel que empuja a no hacerle caso a razón y cometer locuras. En una palabra, el más puro que pueda existir.
Él también la halagaba en ese sentido, y ella disfrutaba de recibir esas palabras, que la hacían sentirse especial. Solamente se cuestionaba, ¿Aether le decía los mismos cumplidos a otras chicas?
Como fuera no una verdad, no lo haría. Sus palabras eran sinceras, rara vez solía mentir, como no fuera para salvarse el pellejo.
Al llegar la hora de irse, ella sacó un sobre de sus bolsillos.
-No la vayas a leer hasta que llegues a tu casa, ¿de acuerdo? -Pidió, de forma tímida.
-¿Qué es?
-Es una sorpresa, pero estoy segura que te encantará. -Sonrió, alegre.
Simplemente se despidieron en la puerta de la casa de Noelle, ella no trabajaría ese día al ser su descanso. Sin más, le dio ese típico beso, ahora no tan cercano a la comisura de sus labios, pero que igual le dejó su pintalabios marcado, ese que sabía a frambuesa.
Justamente como Noelle lo pidió, Aether no abrió la carta hasta que llegó a su casa en la noche, sintiéndose un tanto cansado, con sueño, pero debía hacer eso último, que no podía aplazarlo en caso de ser importante.
Sorprendentemente, en el sobre se encontraba una carta, como no podía ser raro. Lo curioso de todo no era eso, sino que era una fotografía polaroid de Noelle, no era una con tintes eróticos ni mucho menos, todo lo contrario.
Apenas el muchacho abrió el sobre, se encontró con ese perfume tan característico de la chica, aquel al que ya se había acostumbrado, y ciertamente le era agradable en varios sentidos.
Hay que mencionar que, además, en el sobre se encontraba el pétalo de una rosa, si bien no fresca, seguía estando lo suficientemente fresca, lo que era un lindo detalle. Ésta tenía tallado con un alfiler, el nombre de Aether.
La fotografía de la chica, hay que decir, había sido tomada por Ayaka, quien ahora era la asesora de Noelle en cuanto al amor se refiere. Ella era compañera de club de su enamorado y, por si poco fuera, conocía la historia de amor que tenía con Xiao.
Como Hu Tao ya no la asesoraba al darse cuenta del craso error que cometió anteriormente, Noelle, evidentemente, buscó ayuda de alguien más. Eso sí, la rebelde muchacha era muchísimo más medida en cuanto a sus consejos de amor se refería.
La fotografía, ahora sí hablando de ella, era de aquella tierna chica, vestida con su uniforme escolar, sonriendo, viéndose de lo más hermosa y dulce, sus labios quedaban bellamente pintados, así como un muy ligero maquillaje le adornaba el rostro.
Es claro, la mujer más bella es aquella que no necesita maquillarse para verse bonita.
Respecto a la carta, ésta era la que desprendía el bello aroma, que sorprendió gratamente al muchacho, pues estaba escrita a máquina de escribir con teclas que parecían escritas en cursiva, lo que le daba un estilo único.
Aether:
Las fotografías han sido parte importante de nuestra relación en estas últimas semanas, y quisiera que atesores una mía de la mejor forma posible. Puedes hacer lo que quieras con ella: guardarla en un cajón, entre tus libretas, romperla, quemarla, llevarla en tu cartera o simplemente enmarcarla y ponerla al lado de tu cama. Te doy esas opciones, pero hay bastantes más, puedes decirme o guardarlo en tu corazón. De verdad, me pareces un chico tan irreal, ¿autenticamente eres tú y no actúas todo el tiempo como una especie de Mr. Hyde y Dr. Jenkins? Te lo digo porque creo que eres lo más lindo que me ha pasado en la vida. Espero el sentimiento sea mutuo. Por cierto, gracias por estar siempre a mi lado y ayudarme.
Te quiere: Noelle.
El muchacho terminó de leer aquello con un pequeño rubor en sus mejillas, infinitamente halagado, tomando la fotografía de Noelle para sonreír al verla, dejándola en su mesa de noche. Se preguntaba dos cosas ¿Qué haría con ella? Y, ¿algún día tendría una de Amber? Esa chica del listón, a pesar de que ya casi no estaba en sus pensamientos, seguía ahí, inamovible, como una estatua.
Para el día siguiente en la escuela, Amber se preguntaba qué hacer respecto a lo del poeta. Ya sabía que era Aether, ¿pero qué hacer respecto a ello?
Curiosamente para ella, el poeta era mejor cortejando que el mismo Aether, no solía invitarla ya a salir, se la pasaba con Noelle, ¿qué planeaba? ¿De verdad sería él o sería un cebo?
Ya no lo descartaba porque, sin él, no tendría sospechoso alguno, lo que no le era conveniente.
Daba la casualidad de que el muchacho la veía tan perdida en sus pensamientos, así que decidió jugarle una pequeña broma, sonriendo, acercándose silenciosamente a ella.
-¿A dónde va la chica más guapa de la escuela? -Dijo él, de forma alta y tomándola de los hombros. Amber se sobresaltó, golpeándolo con su bolso-mochila directamente en la cara, dejando enrojecida la mejilla. -¡Auch!
-¡Maldición, Aether, qué susto me diste!
-Y-yo solo quería saber a dónde ibas.
-¡Pudiste hacerlo de forma más delicada! ¡E iba al salón, ¿a dónde más?! Ay...parece que sí te lastimé enserio. -Mencionó ella, preocupada.
-Me duele un poco.
-Déjame ver...
La chica lo tomó con cuidado de la mejilla, los dos quedaban cerca, apenas el tacto de sus dedos lastimaba el rostro del enamorado, ella acariciaba esa zona con delicadeza, con las yemas de los mismos.
-Entonces...¿dices que soy la chica más guapa de la escuela? -Sonrió ella, un poco sonrosada. Siguió acariciando esa parte de la cara de Aether, el que ya no se dolía tanto tras recibir algunas caricias ahora con el dorso de la mano de la muchacha.
-Sí, ya te lo había dicho antes, Amber. Me pareces muy guapa, y tienes todo para enamorar a cualquier hombre.
-Solo me dijiste que era linda, pero no que era la más linda.
-Pues ahora me lo pareces... -Sonrió él. Ella le dio una pequeña palmadita, así como un beso rápido en la mejilla.
-Para que te recuperes más rápido.
Sin esperar un segundo más, la muchacha se fue corriendo a toda prisa, sonrojada de la cara. Si bien los pocos acercamientos románticos que tenían eran rápidos, bastaban para causar gran mella en sus pensamientos.
No podía evitar pensar que ese chico que tenía enfrente y que le acaba de decir aquello era su poeta, el que le había descrito tantas cosas, y todas ellas tan bellas.
¿Sentía algo por Aether? Siempre lo vio como amigo, pero quizá ahora las cosas podían empezar a cambiar al ya saber la verdad y tenían bien en su mente que todo lo que él le dijera es como si el poeta lo hiciera, y viceversa.
Llegados al club, no era casualidad que Noelle y Ayaka se encontraran en el mismo jugando cartas, más precisamente al uno, por lo que fue grata la sorpresa del muchacho de ver esa situación.
-Hum, trabajando duro, sí claro. -Se burló él, sentándose.
-Vamos, juega con nosotras. -Ayaka le dio un par de cartas al muchacho. Era, sin pensarlo un poco, una mano peor que mala.
Todo estaba hecho para que Noelle ganara en esa partida, había sido un ya planeado, y la mirada de complicidad entre las dos féminas resultaba signo de ello. Malamente, Aether no tenía ni idea y no se había dado cuenta.
-Es con apuesta. -Advirtió la enamorada.
-¿De qué?
-Quien gane, pedirá cualquier cosa a cambio. Puede ser dinero, la tarea de mañana, el almuerzo, cosas así.
-Hum...mejor paso.
-No seas gallina, Aether. -La muchacha guerrillera le dio un golpe en el hombro, haciendo que se doliera. -Ya tomaste las cartas, ni modo.
-Sigh...aprovechadas.
Tal y como era de esperarse, Aether perdió, Ayaka se dejó ganar y Noelle resultó victoriosa, aunque lo fingieron bien, todo parecía como una partida normal.
-¿Qué pediré?
-Con que no sea tomar tu turno, me doy por satisfecho. -Mencionó Aether, rendido.
-Oh, yo tengo una idea. -Ayaka soltó una risita maquiavélica, acercándose a Noelle para susurrarle al oído. Ella fingió sorpresa y un poco de indignación.
-¡Oye! ¡E-es solo un pequeño juego, lo que pides no es correcto! Y no creo que él esté de acuerdo.
-¿Hablan de mí? ¿Qué planean? -Preguntó el mencionado de forma inocente y confusa.
-Noelle quiere que le des un beso en los labios. -Rió la guerrillera, comenzando a levantarse de su asiento para ir a la puerta.
-¡Ayaka, esa idea es tuya!
-¡¿Eh?! ¡Oye, esto no...!
-Como sea, les daré un minuto, hagan lo que tengan que hacer y disfrútenlo. Es solo un juego, al diablo lo demás, ¿por qué se lo toman tan enserio? -Mencionó ella, campechana, dejando a solas a los dos tortolitos.
A penas estuvieron solos, ambos se miraron, sonrojados. El corazón le latía como fiera a Noelle de solo pensar que haría lo que haría, así como por la inseguridad de toparse con la negativa de su enamorado, que era posible.
Se levantó de inmediato para acercarse a él, ahora sí sonrojada de verdad, y ni hablar del propio Aether, que también pasaba por un momento de nerviosismo incómodo.
-S-si no quieres, lo entenderé. -Mencionó ella.
-No es que no quiera, es solo que es muy radical, ¿no crees?
-Al final de todo, Ayaka dice que es solo un juego...¿por qué no hacerle caso?
-No creo que sea... -Sin esperar otro segundo, e ignorando totalmente las palabras del muchacho, ella lo tomó de las mejillas, robándole ese beso tan ansiado por ella.
Faltaban cuarenta segundos para que se terminara el minuto que Ayaka contaba en su reloj.
El autor ha dicho que cinco minutos son suficientes para que alguien o algo quede destrozado. En esta ocasión, fueron cuarenta segundos los necesarios para que alguien, o mejor dicho algo, quedara destrozado. Eso era el último bastión de amor por Amber en el corazón de Aether.
Aquel beso, impregnado de amor, fue corto en tiempo, pero infinito en muchas cosas más. Él quedó con los ojos abiertos de la sorpresa durante los primeros cinco segundos a la vez que Noelle los cerró de inmediato, acariciándole el rostro a su contrario.
Él, de forma tímida, tomó de la cintura a la muchacha, luchando consigo mismo para no responder el beso, pero es que los labios de Noelle le eran tan suaves, bien cuidados, carnosos. Debía aceptar que, incluso, eran mejores que los de Mona, los mejores que había besado en su vida.
Ahora ya sabía que se sentía besar esos labios que lo desesperaron por tanto tiempo, el cómo sabían, los conocía perfectamente. Comenzaba a nublarse allá afuera.
Ayaka se asomó por la puerta, viendo que aquellos dos seguían besándose con vehemencia, lo que casi le saca una exclamación de ternura, pero prefirió callar y cerrar la puerta para que aquellos dos siguieran besándose hasta que se hartaran.
Cuando parecía que el beso iba a subir de intensidad, puesto que Noelle pasó una de sus manos a la nuca de Aether, él regresó en sí, separándose delicadamente, con sutileza, teniendo todavía el sabor a frambuesa en su boca, ese que le gustaba y que, quizá, pasaría a ser su favorito de por vida.
Sonrojándose tras acabar aquello, los dos se separaron, ella sonreía, dándole la espalda. Se sentía tan feliz de que finalmente había besado en los labios a ese chico que tanto amaba, y lo que más le alegraba es que él respondió como más lo deseaba.
-Su-supongo que gracias...Este fue mi primer beso. Si te causó molestias, creo que solo puedo pedirte perdón. -Susurró ella, apenada.
-No sé qué decirte...eso es todo. -Siendo raro en su comportamiento, ahora quien escapó fue Aether, abriendo la puerta, sorprendiendo a Ayaka solamente para irse apresuradamente.
Ella miró a Noelle, la que corrió a abrazarla, riendo de alegría.
-Duró un minuto con diecinueve segundos, vaya que fue un beso. -Sonrió ella.
-Los que sean, han sido los mejores de mi vida. Ya lo tengo, ¡solo falta lo último!
-Ve por él, tigresa.
Retornando a Aether, él miraba por la ventana, ya no solo estaba nublado, llovía fuertemente, y las gotas de lluvia que quedaban impregnadas en el vidrio de aquella pared relataban solo lo evidente: ya no sabía ni qué pensar.
Se llevó los dedos a la boca, el corazón parecía se le quería salir del pecho por la forma en la que latía, ese sabor seguía presente y cada que se relamía los labios éste se refrescaba, como si el beso recién acabara.
Lo recordaba, aquella textura, las manos de Noelle tocándole las mejillas, él sujetándole la cadera, queriendo apegarla a ella.
-¿De verdad me enamoré de ella? Pero si el beso que me dio Amber en la mejilla me hizo sentir vivo, ¿por qué ya no puedo sentir algo por ella?
Tanto la mente y el corazón del muchacho estaban nublados, la visibilidad era cero y reinaba la confusión en su más alto grado. Lo único que quedaba claro era una sola cosa: Aether quería besar de nuevo a Noelle.
Aquello lo abrumaba demasiado, sin pensarlo un segundo.
Durante el resto del día fue igual, veía a Noelle, viéndola ahora más hermosa que nunca, no despegaba la vista de sus labios, luchando consigo mismo para no recordar ese beso, esas caricias y, sobre todo, el deseo de repetir ese momento.
Para receso, decidió despejarse ya que no le quedaba de otra. Albedo lo miraba extrañado, cuestionándose algunas cosas.
-¿Pasa algo? Actúas un poco raro. -Le preguntó mientras bebía una soda.
-¿Qué demonios debo hacer si siento algo por alguien pero ya me gusta otra persona y tengo significativos avances en esa relación?
-¿Eh...? -Exclamó el muchacho de ojos verdes. -Haré de cuenta que te entendí. ¿Quiénes son?
-Amber y Noelle.
-Joder, hermano. Te metiste en un gran dilema. -Se burló él. -El corazón no se equivoca, cuando eliges a alguien, no te queda duda, siempre será ella. Puede que hayan pasado años, pero solo la verdad se impone. El verdadero amor rompe con relaciones de años, con aquello que creíste real pero, si se tambalea de un día para otro, entonces solo te engañaste.
Extrañamente, Albedo se notaba sonriente al decir eso, simplemente bebió de su soda una vez más, suspirando a la vez que una sonrisa se posaba en sus labios.
-Primera vez en un año que me llamas "hermano" y es por una mierda así... -El semblante de Aether pasó a ser de preocupación. Su realidad se caía a pedazos, y el amor que sentía por Amber parecía extinguirse.
Seguía lloviendo.
Lo dicho por Albedo poquísimo o nada ayudaba a rescatar esas cenizas de amor. El amor por Amber se tambaleaba en cosa de nada, los meses que pasaron ahora parecían no tener significado, ahora su corazón se inclinaba más por Noelle.
Podría ser que, quizá, el poeta estaba enamorado de la primera, y Aether de la segunda. Lo único malo es que, al final de todo, los dos eran la misma persona y debía elegir a una de ellas dos.
Noelle pasó enfrente de ambos, sonriendo afablemente, solamente causando que el muchacho recordara el momento aquel, que parecía ser ahora un punto de inflexión en su pensar respecto a ella.
Trataría de solo pensar las cosas y nada más, no le quedaba de otra, pues vaya que la situación era de lo más difícil para su corazón.
Entre tanto, Noelle planeaba su siguiente jugada, quizá no la que rematara toda la situación, pero sí que sería un buen avance en su de por sí ya ventajosa situación. Parecía increíble, pero de no tener ninguna oportunidad o alguna ventaja, todo parecía indicar que, de seguir así, enamoraría finalmente a Aether.
Eso estaba por verse, claro. Debía ser cuidadosa de todos modos.
Por ello mismo, y durante la salida, en la que seguía lloviendo, Amber practicaba tiro con arco de cualquier manera, como capitana debía dar el buen ejemplo ante todo.
Ahora los dos amigos caminaban juntos, dirigiéndose al trabajo. Iban tarde, malamente, por lo que, queriendo ver una vez más la sonrisa de su enamorada, Aether tuvo que quedarse con las ganas. Ambos se miraron de lejos, mientras Noelle arreaba al muchacho de la mano, ella sujetaba el paraguas para que no se mojaran.
Casi pareció ser que, tal como si fueran orejas de conejo, el listón de Amber se vino abajo por la tristeza que le daba ver aquello. Ahora ella recordaba algo bien en concreto: Aether trató de ayudarla para que no se sintiera triste de que ningún chico le dijera cumplidos, y justo al día siguiente un poeta misterioso aparecía.
Comenzaba a olerse que, en realidad, el poeta era solo un invento para que ella se sintiera bien consigo misma, pero que él nunca estuvo enamorado de ella, solo resultaba un montaje.
Pensarlo le laceraba enormemente el corazón, y le daba una pequeña de furia. Si es que no estaba enamorada de Aether, ¿por qué le dolía tanto el que no fuera ese poeta que le había dedicado los mejores versos que jamás leyó?
De regreso con la curiosa pareja, los dos iban tomados de la mano, Noelle sonreía de forma grande, mientras que Aether no dejaba de verse pensativo, y no solo eso, apenado.
Recordar el beso le era complicado, y cuando dejó de llover, que fue más bien pronto, él aprovechó para soltar la mano de su compañera. Ella lo miró.
-¿Te molestó el que...?
-Dame tiempo...estoy confundido, no quisiera hablar de eso ahora y, no es por que seas tú, pero no me gustaría que hagamos cosas...ya sabes, de pareja.
-No te preocupes, no lo haré. -Sonrió ella, cerrando el paraguas.
Eso indicaba cosas buenas para la muchacha. El que Aether se sintiera, en sus propias palabras, "confundido" era sinónimo de que ya no sentía del todo claro que amaba a Amber, lo que auguraría su victoria, solo debía seguir atacando sin tregua, así que haría caso omiso a la petición de Aether, solo que de forma sutil.
No podía dejar ir la oportunidad ahora que la tenía más cerca que nunca, quizá nunca más se le presentaría una oportunidad así.
Mientras cargaban los sacos de café en el almacen, ella tomó a propósito tres sacos del mismo, los que podía cargar con un poco de dificultad, pero al final era parte de su plan.
-¡Noelle, no te vayas a lastimar! -Exclamó Aether, corriendo a ayudarla, ambos los cargaron de uno de sus extremos, así que cuando los dejaron en su lugar, ella se hizo un paso para en frente, como si hubiera sido por accidente.
Ambos quedaron cerca el uno del otro, con el rostro a centímetros el uno del otro, el olor a café se mezclaba en el ambiente con el olor de sus perfumes y, especialmente, el del amor que brotaba en el aire.
-No creo habértelo dicho antes pero...que bonitos ojos tienes.
-Cr-creo lo mismo de los tuyos. -Ahora sí, él se separó de golpe, tosiendo un poco para después seguir con el trabajo, teniendo la imagen mental del rostro de Noelle frente al suyo, como si justamente estuvieran a nada de besarse otra vez.
Ya casi finalizando la jornada de ese día, y es que poco o nada faltaba para ello, volvió a llover de nuevo, y solo quedaba un paraguas. Esa vez le tocaba cerrar a Noelle, y lo único malo es que él, que planeaba irse para llegar pronto a su casa a pensar las cosas, no podía hacerlo al no haber otro paraguas, e irse caminando no era una opción por la intensidad de la misma, y no podía dejar a la chica a su suerte.
La ayudó a cerrar como era su costumbre, ambos se apresuraban en caso de que la lluvia pudiera arreciar, así que apenas cerraron, los dos se fueron con prisa a la casa de la muchacha.
-Vaya día...pasaron muchas cosas.
-Tengo tanto en qué pensar por eso mismo.
-Supongo que sí... -Ahí, llegaron a la casa de la chica, despidiéndose con un beso rápido en la mejilla solo para que Aether comenzara a caminar por su rumbo. Sin embargo, ella no quería que las cosas terminaran así, el día tenía que terminar tan bien para ella como empezó. -¡Espera!
Noelle, no logrando contenerse más, fue corriendo a toda prisa con el muchacho, el que volteó al llevarse una sorpresa, solo encontrándose con que ella lo tomó por detrás de la cabeza, abrazándolo con su otro brazo para pegarlo a su cuerpo, dándole un nuevo beso en los labios.
Él quedó con los ojos abiertos, viendo cómo es que Noelle apretaba los suyos mientras cometía aquel acto, parecía como en la tarde, cuando sus rostros se juntaron.
Ese sabor, esa textura, ya las conocía y daba la impresión de que volverlas a sentir le tranquilizó una ansiedad a su corazón, no queriendo separarse. ¿Ya necesitaba de esos labios?
Por su mente, como si fuera un rayo, pasó el recuerdo de Amber, lo que comenzó a lastimarle el corazón. Traicionaba esos sentimientos que tenía por ella, o peor, ¿los cambiaba?
Ahora la que tuvo la iniciativa de separarse fue la misma muchacha, sonriendo, sonrojada.
-Te amo...no me digas nada, sé que pedías que no mencionara más de esto, pero ya me he contenido mucho tiempo yo también. Si quieres tiempo, te lo daré, si Amber te impide que tomes una decisión...sigo pensando que, y con todo respeto para ella, pero yo sería mejor novia que cualquier otra chica. En fin, cuídate de regreso a casa.
Ella le dio un último beso rápido en los labios para entrar a su casa, sonriendo. Él tiró el paraguas, comenzando a empaparse por la lluvia.
-Ya no sé qué diablos hacer...
Al ducharse, dejaba que el agua caliente se llevara sus preocupaciones y sus confusiones. Lo dicho: no tenía ni idea de qué carajo hacer, como no fuera ya mejor no hacer nada.
Miró la foto de Noelle en su mesa de noche, por lo que, para no sentirse peor, la volteó para que no la mirara. Por una parte ahora reflexionaba que Noelle ya lo amaba, pero Amber no, eso era un simple "veremos".
-Ya no es solo lo que he hecho con Amber...hay mucho detrás de eso pero...¿qué hacer? Me sentí seguro de que la amaba, y todo se me tambalea, ¿de verdad la amé? Y Noelle...espero que haya alguien que pueda ayudarme.
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Vaya que nadie pensaba al inicio de la historia que el personaje de Noelle tuviera situaciones así, o el que fuera atrevida con Aether. A eso se le llama evolución de personaje, y todavía falta una faceta de ella que sin duda nadie se puede imaginar :0
No tiene mucho que ver, pero hace unos días vi que a alguien no le gustó el arco de Xiao porque perdió Lumine (lo que respeto, claro) y, me imagino que los que no se pasaron al team de Ayaka son de "Puro pinche team Lumine y no mamadas" JAJAJAJA Si alguno del team Amber se niega a pasarse al team Noelle aunque las cosas pintan demasiado a su favor (por no decir que ya parece que la tiene ganada), será también de "puro pinche team Amber y no mamadas"
Bueno, bueno, me doy cuenta que Ayaka tiene poco parentesco a la versión del juego, pero en lo que no me equivoqué es en esa parte que es rebelde y que quizá en un futuro la veamos como guerrillera del ejército de resistencia, que ciertamente es más como una guerrilla, o eso pinta por ahora, no sé xd
Por cierto, ¿qué team son en este caso? Espero sus respuestas
¿Qué será? Esa pregunta está en el aire.
Nos vemos el lunes, el siguiente cap quedará con un final on fire 🔥
Siempre tuyo:
-Arturo Reyes.
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