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2.15 Please, love me do.

Sabiéndose en completa desventaja, Noelle comenzaría a dar más de sí. En este sentido, y por más raro que fuera para ella, debía ser egoísta, y mucho.

¿Qué quiere decir el autor con esto? Ella no debía pensar en otra cosa como no fuera su felicidad. Simple, no es que precisamente apartara a todas las mujeres de a Aether ni mucho menos, pero podía hacer lo que, en su momento, Mona hizo: monopolizar su compañía.

Ella era la única persona que pasaba casi todo el día con él, debía aprovechar esa ventana de oportunidades que tenía, y comenzaría por ahí.

Ninguno de los dos vivía cerca, pero eso podía resolverse. Aether escribía otro poema en la escuela, Xingqiu y Hu Tao lo ayudaban en ese aspecto, por lo que tenían muchos rubros cubiertos, nada podía salir mal.

Acabando, los tres amigos salieron del salón, comenzando a platicar en una zona alejada de ahí para no levantar sospechas de que eran cómplices. Noelle los vio y se les unió, aunque Hu Tao miró eso con cierto recelo.

-Bueno, al final de todo ir a acampar fue divertido, no sé por qué no quisiste ir, Xingqiu.

-Estaba ocupado ese día, malamente. Las fotos que tomaron fueron lindas.

-Sí, aunque Aether actuaba raro cuando me le acercaba, ¿por qué será? -Preguntó Noelle, justamente, juntando su hombro al de él.

-¡A-ah, por nada en especial!

Habían pasado unos días de aquella odisea, la muchacha ahora moderaba las fotografías tanto en qué mostraba como en la cantidad de días en que lo hacía. Ahora eran fotos de ella como tal, aunque su escote siempre se asomaba, o el resaltar de su figura, no siendo algo hecho a posta, sino más bien natural.

De todos modos, seguía levantando pasiones en su buen enamorado y es que, desde la primera foto, él comenzaba a verla de una forma diferente.

No era amor, se ha dicho antes...¿pero en qué podía acabar? Ya no la veía como una simple amiga, la miraba como una mujer, que al final lo era, y una mujer sumamente atractiva, con muchos atributos por tomar en cuenta, y eso sí que llamaba la atención.

Lo dicho, ya tenía capturada su atención, solamente faltaba un algo para tenerlo comiendo de la palma de su mano, y ella claro que quería poner en práctica eso que necesitaba.

No trataría de ser muy encimosa, eso podría disgustarle a Aether, y era comprensible. Ser sutil, usar palabras adecuadas, ser coqueta, un tanto atrevida, ya se iba formulando una estrategia para que esa tabula rasa de amor se llenara con poemas, de esos que él sabía hacer.

En un trabajo en equipos de la clase de ciencias, ambos hicieron equipo, Noelle sabía de sobra cómo hacer los trabajos, pero fingió no entender.

Él lo explicaba de una forma detallada, usando su lápiz para señalar los párrafos donde las explicaciones daban a entender qué era mejor.

-Así me queda un poco más claro ¡gracias, Aether! ¡Eres tan listo!

-¿Yo? Yo no soy listo, solo comprendo un poco más rápido.

-Sí lo eres. -Ella se acercó a su oído, que era el punto más débil del muchacho. -Eres algo así como el hombre perfecto: inteligente, guapo, carismático. Eres el mejor...y te lo digo de corazón.

Aether, de forma inevitable, se sonrojó y sintió algo lindo en su pecho, más precisamente en su corazón.

-N-no es nada. Solo soy alguien común, pero me alegra que lo digas...me halagas mucho. -Sonrió él.

-Jum, no hay de qué.

Toda acción que Aether hacía, era aplaudida de forma ferviente por Noelle. Más que por lo sexual, debía acercarse a ella por su ego, que era lo seguro. Así como a toda mujer le gusta que le digan que es hermosa, no hay hombre que no se resista que le digan que es el mejor en todo.

En el restaurante, unos clientes dejaron una muy buena propina, la que fue a parar en manos del muchacho ya que les había dado un buen servicio, y les había resultado muy amena la experiencia.

Ella, como no podía ser de otra manera, lo volvió a halagar, diciéndole que era tan amable, empático, y aparte era un excelente mesero.

-No sé cómo es que puedes ser tan bueno...haces mucho por los demás, y casi nadie lo reconoce. De cualquier forma, quiero que estés seguro y que no se te olvide nunca que eres el mejor.

-Vamos, me apenas. -Él se llevó una mano a la cabeza. -No es para tanto, solo hago las cosas bien.

-Muy bien, querrás decir. Aunque dejando ese tema de lado... -Noelle llevó su dedo índice al pecho del muchacho, subiéndolo poco a poco hasta llegar a su nariz, la que tocó con el mismo. -Tengamos una cita, solo que más personal que la última que tuvimos.

-¿Personal?

-Solo tú y yo, en un lugar con poca gente, ya sabes. Tengo una pequeña idea, pero me gustaría que fuera sorpresa, sé que te gustará, ve bien abrigado, lleva algo caliente de tomar y... -Ella se llevó una mano al mentón. -¿Qué fruta te gusta más?

-¿Hum? La frambuesa, ¿por qué preguntas?

-Es un secreto. -Ella le guiñó el ojo de esa forma tan seductora, regresando al trabajo. -Nos vemos en el parque de la avenida central a las ocho en punto el jueves.

-N-no he dicho si puedo. -Mencionó el muchacho, abrumado.

-No acepto un "no" por respuesta. -La chica se fue campante, dejando atónito a su contrario.

No era a mal, sino por una auténtica sorpresa que le daba el conocer esa faceta de Noelle. Pensó que la conocía perfectamente, esa chica tierna y amable, que era más bien sumisa a los demás.

Ahora era atrevida, coqueta, un tanto sinvergüenza en un buen sentido de la palabra, ¿a qué se debía? Al amor, claro está.

Llegado el jueves, él estaba en el parque, esperándola junto a un poste de luz. Eran las cinco, estaba por obscurecer, ¿qué se le habría ocurrido a esa chica? Le daba curiosidad saberlo.

En cuanto la vio, sus ropas eran de lo más lindas, constando de una falda sujetada a la mitad de la cintura, alargada como una copa de champan que le cubría hasta unos diez centímetros arriba de los tobillos, la misma era de color azul, y se abrochaba por cuatro botones grandes de color dorado.

Su blusa, una que dejaba sus hombros al descubierto, no permitía ver su escote, siendo de mangas francesas muy lindas, de color blanco, y moño decorativo que tenía colgando de su cuello. El detalle más lindo, era que en su peinado ella tenía una rosa.

Era algo simple, en lo absoluto atrevido, como no fuera el detalle de los hombros, y aun así resultaba de lo más hermoso en ella, parecía sacada de una pintura del siglo pasado, sumado a una boina vasca azul, vaya que así lo era.

-Te ves muy linda... -Dijo él, después de tragar saliva.

-Gracias. Me da la impresión de que, tengas puesto lo que tengas puesto, te verás bien, como siempre.

-Noelle, me sonrojas. -Mencionó el muchacho, ambos irían, primeramente a dar una vuelta por el parque, que era conocidísimo por ser uno casi exclusivo para parejas. Algunas parejas de enamorados iban de la mano, caminando por ahí.

El muchacho se dio cuenta que ella tenía pintados los labios de un color rojo suave...como el de una frambuesa, por supuesto. Ella, que había aprendido a saber cuándo le miraban los labios, se percató de eso.

-¿Te gusta cómo se me ve mi pintalabios nuevo?

-Ya te había dicho que tus labios son lindos. No solías usar pintalabios antes, ¿qué cambió?

-Usaba sabor fresa y el color era muy acorde al de mis labios, quizá por eso no te dabas cuenta. Aunque ahora es...sabor frambuesa. -Una risa coqueta salió de su boca.

Aether abrió los ojos y levantó las cejas a modo de sorpresa. Ahora entendía el por qué le preguntó por su fruta favorita, lo que no fue mera casualidad.

Claro que a ella le divertía infinitamente el que así fuera, ya quería tenerlo comiendo de la palma de su mano, y no faltaba mucho para eso.

Llegada la hora, los dos se sentaron en el pasto, verían una película al aire libre, la que transmitirían en el mismo parque, por lo que la entrada era gratis. Había sillas, sí, pero intercalarían entre el pasto y un lugar un tanto más cómodo.

Como seguramente enfriaría, por eso es que llevaban una manta, y ropa caliente, pero que usarían después, apenas empezara a enfriar.

Ambos estaban juntos, el ambiente, por haber pocas personas y el sol extinguiéndose detrás de ellos, era romántico, sin duda alguna. Se miraron, él por encima del rabillo del ojo, descubriendo que la muchacha lo miraba con amor, como si le pidiera "por favor, ámame". No era otra cuestión, eso deseaba y pedía ella. Como perdían calor, ella lo abrazó sin miramientos.

Pasado un rato de la película, ella recostó su cabeza en las piernas del muchacho, lo que lo sorprendió infinitamente. Noelle se puso la manta ya que comenzaba a enfriar, y no es que llevara la ropa más adecuada para soportar el frío, mientras que el muchacho sí.

Se volvieron a mirar, daba esa sensación, el aura que emanaba la chica era de lo más angelical, agrandándose esa sensación cuando ella parecía estarse quedando dormida, no sin antes guiñarle un ojo para regresar su vista a la película.

El ambiente era el ideal para enamorarse, faltaba una cosa, y quizá la más importante, y dentro de ese contexto, hay que decir que Noelle solo pensaba en una cosa que le causaba cosquillas en el vientre: besar a Aether.

Lo deseaba, que fuera un beso tierno, amable y con amor. De hecho, sería su primer beso, mas no el de Aether, lo que era obvio. Tenía duda en su corazón de si era ideal robarle sus labios, en ese momento, esperando una confesión más formal.

Justamente cuando los protagonistas se besaron, ella tuvo un momento eureka.

-Oye...¿y si imitamos lo que hacen los protagonistas? -Pidió ella, con una risita de nervios y de gracia.

Él no respondió más que con un sonrojo y un abrir de ojos. Ella lo lograba, estaba haciendo que el chico que le gustaba se sonrojara por ella, se sintiera nervioso por ella.

Esa pregunta, si se hiciera a alguien no deseado, no valdría un sonrojo, sino más bien una cara de asco o de desprecio, no siendo este el caso.

-N-no sé...me da miedo.

-¿A qué?

<<De que pueda dejar de amar a Amber...>> Pensó él, y era un miedo muy real. Algo quería despertar dentro de Aether, pero no lo dejaba, no quería que así fuera.

Noelle jugaba bien sus piezas, hacía la misma técnica que Ayaka usó con Xiao...no es para extrañarse que ella la hubiera aconsejado.

-De lo que pueda pasar después...

-Ya sé... -Ella se besó los dedos, llevándolos a la boca del muchacho, asombrándolo. Detectó, casi de inmediato, el sabor a frambuesa, y vaya que era delicioso.

Esa pregunta resurgía ¿a qué sabrían los labios de Noelle? ¿Cómo sería besarlos? Su fuerza de voluntad era increíble, más de uno hubiera cedido ya.

-Sa-saben a frambuesa...

-Así es...ya te lo había dicho. -Al notarlo tan asfixiado, ella prefirió darle un respiro, por lo que se volvió a sentar, solo que ahora en las sillas que habían puestas. Él la imitó.

Por suerte, ya no eran las lluvias de acero que ella solía dejar caer en su corazón. Aunque, esa suerte, más que buena, puede contarse como mala. Antes, Noelle intentaba conquistarlo usando su coquetería y su cuerpo, pero ahora trataría con algo más peligroso: ella en sí misma.

Esto traía en cuenta que los gestos que hiciera, las cosas que le dijera, alguna pequeña acción, todo iría a parar al corazón de Aether, que tenía una barrera ya muy dañada que impedía que algo, como no fuera Amber, entrara en él. Si conseguía romper esa barrera, la victoria sería suya.

Ella lo tomó del brazo, sujetándolo con una leve fuerza, la película estaba ya casi por acabar, y realmente había válido la pena verla, era muy bella.

-Oye, tienes el brazo fornido. -Halago ella, apretándolo. Ciertamente, Aether era delgado como un brote de frijol, aunque sí era fuerte y un poco marcado.

-Debe ser de tanto cargar charolas. -Se mofó él, contagiando a su amiga, la que le siguió tocando el brazo.

-¿Qué mujer no quisiera ser abrazada por unos brazos así? Sigo pensando que eres todo en uno: fuerte, guapo, carismático, amistoso e inteligente.

-Bueno, yo te he dicho que eres bella, también eres carismática y te la pasas ayudando a los demás, no te quedas atrás...

-Puede sonar pedante de mi parte, pero seguramente has pensando lo mismo tú también. Cualquiera que sea mi novio se sacaría la lotería: sé cocinar, soy amable, cariñosa, carismática, linda, y muchas cosas más.

La realidad era esa y solo esa, Noelle podía ser la novia perfecta, algo que le quedaba claro al muchacho. Aunque, a pesar de todo, hay personas que no son deseosas de ganar la lotería, en ningún sentido que se piense, si es que hay que precisar.

-Creo que tienes razón en eso...ofrecer amor no es suficiente, o eso me parece a mí, no sé si a ti también. -Siguió Aether.

-No, en eso no estoy de acuerdo. Si alguien te ofrece un amor sincero, seguramente con devolverle ese amor bastará. Claro, uno de amor no vive, pero vaya que lacera el corazón cuando uno ve a sus seres amados sufriendo, eso te empuja a seguir adelante.

-No lo niego...

Acabada la película, ambos caminaron por el parque, esa noche no había estrellas ni luna en el cielo, ese tiempo ya había pasado. Lo que sí que se notaba, y muy bien, eran las nubes en la obscuridad de esa noche, y las luces de los edificios, y de la enorme ruleta rusa a las afueras de la ciudad, aquella que desprendía luces de todos los colores.

Entre tanto, Noelle aprovechó y lo tomó de la mano, la que estaba bastante fría, confundiendo a su compañero en ese momento, ¿se le declararía?

-Estás helada...

-Lo sé. Y tus manos están calientes. -Hubo un pequeño silencio. -Quería que me compartieras de tu calor, espero no te desagrade.

-En lo absoluto, lo que pasa es que me sorprendí.

Eran las ocho, quedaban cosas por hacer, sin duda, y una de ellas fue ir por un chocolate caliente en un puesto callejero. Lo beberían para llevar, así que caminaban, tomados de una mano y con su vaso térmico en la otra.

Eso era un pretexto para calentar ambas manos, ya que bien se podía sujetar el vaso térmico con las dos, pero detalles que, aparentemente, no tenían importancia.

Lo gracioso de todo, es que, al ser ya noche y estar obscuro, Aether tropezó sin darse cuenta, por lo que el chocolate se le cayó al suelo. Él lo vio como si fuera un compañero de combate al borde de la muerte, mientras que Noelle, más que reírse de él, se soportó la risa y lo consoló, aunque ese hecho no dejaba de ser gracioso.

Lo curioso de todo es que la mano se le quemó al chico por lo caliente del chocolate, lo que su buena y fiel amiga hizo fue algo, por decir poco, tierno: le dio un beso al dorso de la misma, esperando que así sanara.

Esto es mera ideal del autor, pero cuando hay dolores en el cuerpo, uno se siente peor que el otro, y si el más fuerte de ellos desaparece, el que parecía doler menos, va ganando intensidad con los segundos.

La mano de Aether, en efecto, dejó de doler por la quemadura, ¿cuál era su otra herida que comenzaba a hacérsele? Se estaba enamorando de Noelle.

-A veces un beso lo mejora todo, ¿no te parece?

-Un poco...depende de la situación.

-También aclara muchas cosas. -Sonrió la muchacha, radiante. -Ayaka me dijo que su novio se enamoró de ella ya que le dio un beso bajo la lluvia, y la verdad es que suena muy romántico.

-Nadie lo puede negar.

Teniendo una idea, si bien no tenía mucho qué ver, era ideal para la situación. Como se habían soltado de las manos, y Aether no tenía algo caliente que le protegiera las mismas, se le empezaron a enfriar.

Aprovechando la manta que tenían, Noelle los cubrió a ambos, estando muy juntos, pegados hombro con hombro, mientras que cada uno tomaba un lado de la manta.

Las defensas del corazón del muchacho estaban por caer como Constantinopla, faltaría poco para ello, un movimiento más, y todo quedaría ahí.

-Hay que hacer esto más seguido, ¿no te parece? Realmente fue lindo y divertido, quisiera que se repitiera. -Mencionó ella, satisfecha y llena de orgullo por su enorme avance.

-Sin duda alguna. Aunque podría ser algo diferente, no lo sé.

-Hum...¿cuál podría ser tu salida ideal?

-¿Por qué me preguntas? Preferiría que sea a tu gusto.

-Ya fue al mío. Solamente quiero que...tu salida ideal sea conmigo, con nadie más. -Sonrió ella. -Que tu recuerdo más precisado sea junto a mí.

-N-Noelle...¿por qué lo dices?

-Mis razones tendré, pero el secreto de una bella chica es algo que no se dice, y que mucho menos se pregunta. -Ella hizo una sonrisita, guiñando uno ojo de esa manera tan elegante y hermosa. Las defensas seguían cayendo.

Llegados a la casa de la chica, ella dobló la manta y se la puso en el brazo, sonriendo irradiantemente, como solo lo puede hacer una chica enamorada.

Era la hora de despedirse, ya no podían verse por más tiempo ese día, así que, como no era de otra forma, ella lo abrazó, cerrando los ojos, queriendo transmitirle el amor que deseaba darle.

Sin embargo, él no quería recibirlo, quería creer que soportaría todos los golpes que pudieran venírsele, quería serle fiel a Amber, a pesar de que no fueran ni siquiera novios, aunque ella no supiera la verdad, o la que él creía como verdad.

-Nos vemos mañana en la escuela. -Noelle lo besó muy cerca de los labios, más precisamente en el bigote izquierdo, incluso pensó que se robaría sus labios, lo que le pareció para asombrarse el que no sucediera tal cosa.

-Ha-hasta mañana...

Ella se despidió con la mano, y apenas salió de su campo de visión, Aether se relamió el bigote, topándose con ese sabor a frambuesa natural que era su favorito, sin dudarlo un solo segundo.

El dilema estaba servido en la mesa, las piezas que Noelle había jugado fueron ganadoras en todos los sentidos, se ganaba el corazón del muchacho, sus defensas se mantenían, sí, ¿pero por cuánto tiempo más?

Podía compararse con una barricada, llegado un momento, la misma colapsa por todos los daños recibidos, ¿la barricada que Amber montó en el corazón del muchacho sufrió tantos daños que era solo cuestión de tiempo para que se derribara? Podía ser por su propio peso o por un tiro de gracia, o igual mantenerse a pesar de todo.

Solamente queda seguir con la historia para saber qué es lo que sucederá de manera exacta, y el autor invita a la audiencia que así sea.

Noelle se comenzaba a cambiar, aunque antes de hacer nada, se tomó una foto con la ropa que llevaba puesta, sonriendo de forma angelical, lo que casi ella parecía, una hermosa ángel caída del cielo.

Claro que la mandó al muchacho que, en un primer momento, no quería verla ya que sabía que, de ser atrevida, ya no podría soportar más. Curiosamente, y aunque no lo fuera, esa sonrisa y esa ropa que la hacía lucir tan bella, fue un golpe más duro.

La muchacha, ya prepara para dormir, miraba al techo, casi sabiéndose victoriosa si es que seguía esa táctica, siendo lo único que la frenaba su timidez por darle un beso en los labios a su enamorado.

-Aether...por favor, ámame.

Él, por su parte, recordaba una canción que le gustaba mucho a Ayaka, aunque solo una parte de la misma que decía "...quizás buscando siluetas o algo semejante que fuera adorable o por lo menos querible, besable, amable."

Noelle tenía todos esos atributos, sin duda alguna: adorable, querible, amable...¿besable? Ya lo empezaba a creer, aunque le costara trabajo.

No quería aceptar que, tal vez, solo tal vez, ya sentía algo por ella. Sería equivalente a dejar de amar a Amber, y por eso mismo se lo cuestionaba.

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Jo, ¿creen que la cosa se pone intensa? El lunes estará que arde xd 

Vaya que, de ser un personaje un poco relegado, ahora Noelle tiene muchísimo protagonismo, incluso más que Amber, y ya los de su team he visto que dan por perdida la cosa, así que creo que me está quedando más dramático de lo que creí en un primer momento. Uy no, de verdad el lunes pasarán cosas que jsjsjsjs no me puedo ni imaginar su reacción.

Le envié una escena chiquita a una amiga y me dijo que estaba muy linda, aunque casi todo es muy lindo, así que les tengo que decir que sucede con Amber xd espero que a los ya desesperanzados team Amber les alegre un poco. Desde ya les digo que no adelanten juicios de qué pasará.

Pues bueno, nos vemos hasta entonces, paciencia en la trama, les recuerdo que vamos en la recta final y no miento cuando digo que el arco cerrará con fuerza, ya verán a qué me refiero.

Siempre tuyo:

-Arturo.

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