Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

2.0 Aether, el poeta no tiene a quién escribirle.

Los poetas tienen una característica en especial, y eso es de cajón, no hay fallas: o están locos, o eternamente enamorados, que es lo mismo, pero no es igual.

Ese era el caso de Aether, un poeta que no tiene a quién dedicarle sus poemas. Miembro del club de letras, aquel dónde entraban los poetas como él, los literatos, los cuentistas y los ensayistas, al club no le hacía falta nada, en realidad.

Hu Tao, una de las chicas del club, le dedicaba sus poemas locos de amor al profesor Zhongli, del que estaba enamorada, pero ella claro que no decía nada de forma pública. El detalle es que eso era algo que todos sabían.

Sacarosa, su mejor amiga del club, era cuentista, y solía recordar las historias que inventaba con su mejor amiga. Por esas fechas, Aether se parecía más a un poeta como Bukowski: uno deprimido y lleno de melancolías.

Hay que mencionar que no había pasado mucho tiempo de que terminó con su novia, Mona, la chica más bella de la escuela, y fue por pura suerte que pudo enamorarla, realmente.

Aplicó una bien conocida: le escribía poemas para dejarlos en su mochila, firmados por su nombre, y ese detalle le encantaba. Siendo los dos del mismo turno, el matutino, y del mismo salón, existía una gran cercanía entre ambos. 

Lo único malo es que tanto él como el que fue su mejor amigo, Albedo, estaban ambos enamorados de Mona, y ciertamente podemos decir sin vergüenza que Albedo, muchacho un poco malhumorado, con rostro de muñequito de porcelana y ciertamente carente de demasiada carisma, no fue oponente para el chico lleno de labia, poeta, también atractivo de rostro, pero alegre por donde se le viera.

Ninguno de los dos sabía que estaban enamorados de la misma chica, fue algo que se guardaban para ellos mismos.

El autor desea empezar esta historia retrocediendo el reloj un año atrás: la fiesta de bienvenida para los nuevos alumnos de la preparatoria.

Fue un evento organizado en la misma escuela, donde el ambiente era muy festivo y lleno de alegría y emoción. Fue cosa de dos meses después del inicio del semestre.

Dos meses bastaron para que Aether y Albedo fueran mejores amigos, manteniéndose callados respecto a sus intenciones amorosas.

Los poemas que el muchacho le escribía a Mona empezaron a circular a eso de las dos semanas, por lo que fue necesario un mes y medio para enamorarla a base de los mismos, y él pensaba declararle su amor de la forma más romántica posible: mientras bailaban lentamente, abrazados juntando sus corazones, como suelen hacerlo los mexicanos. (Nota: se dice que los mexicanos abrazan de una manera tal que los pechos de ambas personas se juntan, ergo, "juntan sus corazones".)

En efecto, así fue, bailaron de forma romántica, sin la más remota pena, mucho menos por parte del poeta, que vaya que se le daba bien conquistar chicas por su labia y sus poemas, aparte de que era muy decidido.

Acabando ese baile, los dos fueron a una de las esquinas obscuras donde la luz del alumbrado público no iluminaba, y ahí se miraron frente a frente sin decirse nada, en realidad.

Es necesario decir que Albedo no fue, no le gustaba estar en multitudes, ese día prefirió dedicarlo a ver las estrellas al ser el que se declaró "la noche con más estrellas del año".

-Fue un buen baile, ¿no crees?

-Sí, bailas igual de bien que escribes poemas.

-Ya ves. –Sonrió él.

Los dos miraron al cielo, notando que, en efecto, el cielo se pintaba con tantas estrellas que parecían infinitas en el cielo, y no fue hasta que Mona bajó la mirada, que Aether le robó un beso en los labios, sorprendiéndola.

Ella lo tomó con cuidado de los bíceps, respondiendo al beso con cariño y con amor, lo que fue maravilloso para ambos. Finalmente se liberaba una enorme presión en ambos enamorados.

-M-me gustas como me gusta la miel al ser igual de dulce, tus labios me supieron al perfume de una flor al ser tú la rosa más hermosa en el mundo, me eres divinidad al tener una belleza más allá de lo transcendental, y me cuestionó, ¿serás tú un marcapasos? Es que te necesito cerca de mi corazón. ¿Mona...quieres ser mi novia?

-¿Te declaras con poemas? –Sonrió ella, completamente feliz a la vez que juntaba su frente con la de Aether. -¿Por qué no lo vi venir? No podía ser de otra manera, como mi respuesta, que tú ya te la tienes que saber.

-¿Sí?

-Sí.

Una pequeña risa fue dada por ambos para darse un beso en los labios que era una cosa para oficializar lo que era ya casi un hecho: su amorío.

Mientras eso sucedía, de forma tan irónica, por no decir que triste, Albedo dibujaba el cielo estrellado en una hoja en blanco, las estrellas, si se conectaban de la manera correcta, formarían el rostro de Mona. Pensaría regalarle ese detalle en cuanto la viera el día lunes.

Aquel que, en teoría, no era un secreto, tardó en extenderse ya que no veían la necesidad de gritarle a los cuatro vientos el que eran novios, se lo guardaban para sí, la gente lo sabría, pero no necesitaban presumirlo.

Justamente el día lunes, y platicando Aether y Albedo juntos en uno de los pasillos, fue que Mona, como si fuera una manzana de la discordia, pasó por ahí, dedicando una sonrisa coqueta y saludando con cariño. Los dos muchachos suspiraron de amor.

-Mira, ayer hice este dibujo. –Albedo sacó la hoja del bolsillo de su chaleco, mostrándoselo a su compañero.

-Wow, lindo cielo...aunque las estrellas tienen una distribución muy curiosa.

-Ahí el detalle. Usé tinta invisible que solamente se ve con la lámpara del celular y una hoja especial. –Justamente, el dibujante sacó un papel translucido color morado.

-¿Qué forma? –Preguntó el carismático poeta, sacando su celular para alumbrar el dibujo.

-El rostro de Mona. –Sonrió Albedo, acomodándose un poco el cabello. Aether sintió que la sangre se le bajó a los pies. –No te lo había dicho antes, ella me gusta mucho. Le pensaba regalar esto hoy, y con esa sonrisa que me dio, seguramente también está enamorada de mí, ¿crees que le guste el regalo?

-Cl-claro que le gustará, amigo...le gusta la astronomía, las estrellas, cosas así, aparte dibujas bien.

-Con eso espero ganarme su corazón. Por cierto, ¿a ti te gusta alguien?

-No...nadie.

Aquel golpe de realidad le fue muy duro a Aether, su mejor amigo estaba enamorado de su novia de no más de dos días. Aquellos cortejos, tan desesperado de que nadie los supiera, cumplieron su misión: enamoró a Mona sin que nadie se enterara.

La cosa estaba jodida por donde se le viera, ¿cómo le diría la verdad a Albedo? Por un lado, tendría la opción de que lo tomara "bien" deseándole la buena suerte a su mejor amigo. La otra, es que lo tomara a mal.

Durante el receso, justamente la hermosa muchacha llegó con un dibujo en manos, a sabiendas de que era el que Albedo le hizo, Aether se sintió intranquilo.

-Oye, tu amigo me dio este dibujo. Me dijo que lo viera en la noche usando la linterna de mi celular y este plástico, es un lindo dibujo, ¿pero por qué me pidió eso?

-Es un dibujo de tinta invisible...

-¿Cómo lo sabes?

-É-él me lo dijo...le gustas.

-Ay, Aether. –Sonrió ella, dándole un beso en la mejilla y un abrazo. –No te pongas celoso, tú me gustas a mí. Albedo es guapo y todo pero...no es mi tipo, aparte ya soy tu novia. –Canturreó ella.

-No es por eso. Él no sabe de lo nuestro...de hecho nadie lo sabe.

-Dile que somos novios. Lo entenderá, aparte quien tiene la última palabra soy yo, no alguno de ustedes dos.

Ciertamente Mona también conocía las dos opciones de las que el autor habló anteriormente. El problema es que ninguno de los dos sabía que existía una tercera.

Pasó cerca de una semana, los alumnos habían visto a Aether y a Mona caminar o platicar juntos, por lo que hubo algunas sospechas, un poco infundadas, de que los dos eran novios.

En cuanto esos rumores llegaron a los oídos del joven dibujante, el corazón se le achicó. Incluso su hermanita, Klee, se dio cuenta de ello.

-¿Qué pasa, Albedo? ¿Te sientes mal otra vez? –Preguntó ella, de forma inocente.

-N-no es nada...tu hermano está cansado, eso es todo. –Sonrió él, la pequeña imitó el gesto, los dos iban caminando de la mano de regreso a casa.

¿Cómo había sucedido? ¿Cuándo? Era lo importante, y lo que más le daba curiosidad, ¿Ese Aether del que se hablaban era ese mismo que él conocía? Aquel que ya reconocía como su mejor amigo, como su camarada, su pana, entre varias cosas más.

Le parecía completamente imposible que lo traicionara, no de esa manera, y menos cuando su amistad, si bien efímera, era ya una bien forjada.

Esa pregunta le carcomía por dentro, ¿Su panita fue capaz de traicionarlo coqueteándole a la chica que le gustaba a pesar de que ya se lo había dicho?

Lo único malo dentro de ese turbio asunto era que, en efecto, Aether lo sabía, pero ya cuando no había nada qué hacer, cuando Mona había tomado una decisión, y sin tan siquiera considerar al propio Albedo dentro de algún juego del amor.

Pensar en esa traición un tanto probable, le hacía hervir la sangre, le llenaba de coraje, ya que el joven dibujante no era alguien a quién se le diera bien manejar emociones fuertes como la tristeza o el enojo.

Al día siguiente de escuchado el rumor, Albedo fue y se plantó directamente con aquel amigo, estando tranquilo, eso sí, pero necesitaba respuestas.

Ambos se sentaban juntos como siempre, hablando de temas banales, de lo hecho el día de ayer.

-Ayer terminé completamente agotado del trabajo en el restaurante. Todo sea por tener un dinero guardado. –Suspiró Aether, cansado.

-¿Ahorras para algo?

-No, en realidad. Siento que ahora necesitaré más dinero, tú sabes.

-¿Gastarás en algo?

-Es complicado de decir pero...algo así. –Mencionó Aether, haciendo ademanes con sus manos, queriendo evitar el hecho de que sí que iba a gastar en algo: en Mona.

Esas citas y regalos no se pagaban solos, evidentemente.

-¿Tienes novia o algo o sí? Eso, o seguramente querrás que vayamos a algún lado acabando las clases.

-Y-yo novia no tengo. –Mintió, intranquilo. -Ciertamente, quería que te pasaras por el restaurante donde trabajo.

-Gracias, amigo. –Sonrió Albedo, teniendo algo de duda en su corazón.

Aether negaba las cosas, aunque se notaba sospechoso o que trataba de ocultar algo, eso era innegable, y aquel hecho era el que lo preocupaba.

No queriendo pensar mal de su mejor amigo, pensó que podría ser algún otro asunto, alguna tarea que no hubiera hecho, demasiados pendientes en el trabajo, eso no lo sabía.

¿De qué se trataba todo eso? Aether, ciertamente, no podía decirle la verdad a su mejor amigo por temor de cómo se lo pudiera tomar, si se enojaría o le daba igual, sintiéndose más inseguro todavía ante las presiones de Albedo.

Ya sabía que él sospechaba de su relación con Mona, ¿pero cómo decirle? Dejar que se enterara por sí mismo sería algo muy de cobardes, y quizá fuera la peor de las ideas.

Justamente a la hora del receso, los dos buenos amigos caminaban con sus uniformes bien entallados, cada uno quería tomar su propio rumbo, pero el poeta lo impidió.

Tenía que acabar con ese martirio de engañar a su mejor amigo y decirle que él ya era novio de la chica que le gustaba. Quizá no llevaba mucho tiempo enamorado de ella, la olvidaría fácil...craso error.

-¿Escuchaste sobre lo de la Gaceta? ¿Has pensando mandar tus dibujos ahí?

-Lo intentaré. Tal vez mande alguno que dibuje especialmente para Mona, será un detalle romántico, ¿no?

-Sí...respecto a eso...¿cómo te lo digo? Soy poeta, ¿no? Los poetas siembre dedican versos a alguien especial para ellos y he estado escribiendo muchos poemas últimamente.

-Porque los enviarás a la Gaceta...¿no? –Albedo se notaba más blanco que de costumbre, muy serio y a la vez demasiado intranquilo.

-Ya los envié...se los envié a Mona, ella me gusta, y de verdad amigo, no sabía que a ti...

-¿Entonces los rumores son ciertos? –El muchacho se llevó las manos a los ojos, Aether tardó varios segundos en responder. -¿Eran verdad sí o no?

-¿Sobre qué ella y yo somos novios? Son verdad, pero en serio, Albedo, yo no tenía idea de qué...

Sin esperárselo, Albedo se destapó los ojos, teniendo los mismos mojados y el rostro enrojecido, por lo que se levantó de forma inmediata.

-¡Espera, escúchame, quiero decirte que...! –Albedo le soltó un golpe en la nariz que lo hizo dos pasos para atrás, aturdiéndolo de verdad. (Albedo: ya mamaste >:'v)

-¡Yo te consideraba mi mejor amigo, cuando supe de los rumores yo estaba seguro que eran mentira ya que no te creí capaz de hacerme algo así! ¡Me traicionaste, te dije que Mona me gustaba y siento que solo entendiste "coquetéale a la chica que me gusta desde secundaria, no me importa"! –Albedo se limpiaba rápidamente unas lágrimas de los ojos, no quería que lo vieran llorar. –No me hables nunca en tu vida, maldito traidor de mierda...rómpele el corazón a Mona y te romperé la nariz, no te atrevas a hacerla sufrir nunca.

La nariz le sangraba un poco a Aether después de ese golpe, el dibujante se fue deseando desaparecer, todos lo miraban llorar, algo que a él no le gustaba.

La tercera opción fue justamente la que pasó: que se lo tomara a peor.

Ese fue el primer tropiezo en la relación de Aether con Mona: perdió a su mejor amigo. Durante todo el año unos amores largos y contrariados les vinieron encima, siendo una relación más difícil de lo que alguno de los pensó en un primer momento.

No podemos decir que alguno tuvo la culpa, pero a Mona le gustaba demasiado la atención al ser sumamente orgullosa, y Aether no era la persona ideal para darle toda la atención que ella deseaba.

El trabajo, el club, la escuela en sí, su afición por la fotografía en la Gaceta, tenía muchas cosas que atender, lo que le llevaba demasiado tiempo.

La primera vez que discutieron fue que, en una ocasión, Mona había ido al restaurante donde su novio trabajaba para que pudieran estar juntos. El resultado: casi corren a Aether por no atender a los clientes ya que toda la atención recaía en su novia.

Él se molestó un poco por eso, pidiéndole que no lo hiciera de nuevo o, que en su defecto, lo hiciera cuando ya no hubiera mucha gente, como en la noche. Esa idea a ella no le gustó. Quería atención de su novio, nada más.

Otra cosa es que, a ella le daba la impresión de que Aether le prestaba mucha más atención a otras chicas que a ella.

La realidad era que él, por ser demasiado amable, no negaba ningún favor a nadie, fuera quien fuera. La mayoría de las chicas le pedían favores con las tareas al ser él muy listo, o que les publicara algo en la Gaceta, de la cuál era de los miembros del Comité de publicación.

Eso ponía celosa a Mona, sabiendo que su novio jamás le sería infiel al ser ella la chica más atractiva de toda la escuela. Sin embargo, no descartaba que alguna otra chica estuviera enamorada de él. Eso le daba celos.

Hay que poner las cosas de la siguiente manera: Albedo amenazó con que Aether no terminaría bien si le rompía el corazón a Mona. Lo curioso del caso es que ella era quien lo lastimaba.

Esa falta de confianza, esos celos infundados, pensar que ponía en duda su amor por ella, le molestaba porque él la amaba mucho.

La relación fue conflictiva desde el comienzo, y nada bueno podía salir de ahí. En cosa de ocho meses, (y eso es decir mucho), Mona le puso punto final a la cosa.

Aether, que siempre escribía un poema todas las semanas, cerrando el mismo con un "Para Mona, como siempre", naturalmente que dejó de hacerlo.

Durante los meses restantes del segundo semestre escolar, él no publicó absolutamente nada, ni si quiera un punto y coma, nada. Sacarosa, una buena amiga suya, le pedía que escribiera algo, ya que las amigas de Mona, y ella misma, siempre estaban deseosas de leer el nuevo poema del jueves sin falta.

-Soy un poeta que no tiene a quién escribirle, Sacarosa...no hay nada que pueda hacer para cambiar eso, ella me mandó a volar.

-Vamos, Aether. Sé que te gustaba mucho, pero...

-Error. No me gustaba, yo amaba a Mona con locura. Perdí a mi mejor amigo por un malentendido, fui feliz con ella, pero también la perdí. Sigh, maldito sea el amor. –El muchacho ocultó su rostro entre sus brazos, Sacarosa le acarició la cabeza.

-¿Crees que Albedo te perdone ahora que ya no eres novio de Mona?

-¿Crees que lo haga?

-No lo sé...quisiera decir que sí, aunque ni idea.

Lo único que no faltaba, y eso por necesidad, era la fotografía que él solía tomar. Ahora solo eran de eventos oficiales de la escuela, ya que las fotos de países le salían tan mal y tan sosas que terminaban por ser rechazadas.

Aquel corazón roto no lo dejaba avanzar. Muchos vaticinaban que Aether terminaría igual que Poe: muerto a golpes por estar tirado de borracho sobre la calle en el lugar equivocado en el momento equivocado. 

Aquellas lágrimas que le mojaban las mejillas no hacían más que parir un corazón, de forma dolorosa, como cualquier parto, pero éste nacía, con lentitud, con paciencia, llegaría y reemplazaría al otro que murió ese día.

Faltaba tiempo para que eso sucediera, pero iba a suceder sí o sí.

______________________________________

Ooookey, como podemos darnos cuenta, muchas cosas cambiaron en tan solo un capítulo :v Ahora ya el team Mona no existe como tal, pero ella sí que tuvo una relación con Aether durante el periodo de tiempo que abarca el arco de Xiao, eso habría que mencionarlo. Otra cosa, han pasado ya ocho meses desde el beso que se dieron Xiao y Lumine en la última escena del primer arco, tengamos eso MUY en cuenta ya que todavía hay dos que tres cosas que se mencionan aquí que tienen que ver con ellos.

También, y aunque ahorita parece que Mona fue mala con Aether, en realidad después se explicará por qué terminaron, y muchos pensarán que quizá es exageración que Albedo se haya enojado tanto hasta el punto de dejar de hablarle a Aether para siempre porque le bajó a la chica que le gustaba, eso se verá en su arco, el cual estará ufas las estufas, pero bueno, no nos adelantemos. 

Los siguientes capítulos serán de introducción a la historia, más especialmente de los protagonistas de esta parte del arco que, adelanto, serán, aparte de Aether, obvio :v Noelle, Sacarosa y Amber, y el protagonismo se repartirá entre ellas tres, no necesariamente porque tengan intereses amorosos con Aether, recordemos que también se eliminó el team Sacarosa, ella en esta historia no está enamorada de Aether, sino de Albedo...vaya vueltas da la vida, ¿no? xd

En resumen: ese Aether con forma de hablar rimbombante ya no existe, ahora es más campechano, más "normal" claro, con todavía algunos pequeños atisbos de romanticismo, solo que muy de vez en cuando y en situaciones muy especificas. 

Pues bien, ojalá les guste esta nueva trama que apenas va empezando, ya verán que los primeros capítulos, si bien introductorios, son entretenidos y de vital importancia. 

Nos vemos el viernes :3

Siempre tuyo:

-Arturo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro