1.5 El primer ensayo trae una sorpresa.
Saliendo de la clase, Lumine y Xiao caminaban juntos, discutían de lo que sería su trabajo a exponer, ya que éste era uno muy importante. Pensaban un poco en qué hacer, ya que apenas iban entrando en los temas.
Lumine notó a Xiao de mal humor, algo que no sería raro, pero ahora lo notaba más. Trataría de no entrar en algún tema que le molestara, irónicamente no lográndolo.
-La letra del profesor Zhongli es bastante horrible. ¿Te has dado cuenta que le tiembla mucho la mano?
-Sí, ¿y?
-¿Por qué crees que sea?
-No lo sé y tampoco me importa. –Respondió. –Si es porque no puede dormir por las noches no me sorprendería. –Pensó para sí mismo.
-A veces pienso que eres muy indiferente a todo lo que te rodea.
-A quién le importa... -Xiao entró en un salón equivocado, por lo que vio a una chica de cabello y ojos negros, rasgos muy finos y bastante hermosa...que fumaba dentro del salón. –Lo siento. –Sin más, el cerró la puerta.
-¡Mona, te dije que no lo hicieras aquí! –Se escuchó desde dentro del salón.
-¡Al menos no fue un profesor! –Exclamó la mencionada, que así como era de bello su rostro, también lo era su voz.
-A mí sí me importa, Xiao. –Mencionó Lumine, jalándolo de su chaleco para adelantarlo y ponerse frente a él. -¿Harás lo mismo en el club?
-Son cosas diferentes, eso sí me importa. Pero, ¿por qué te importa tanto si soy indiferente o no?
- No tengo porque decirte, Xiao.
-Oye... -El muchacho sonrió de forma retadora.
-Oh, acaba de pasar un milagro. –Lumine sonrió, retomando su paso para ir al club, Xiao alzó una ceja.
-¿De qué hablas? –Cuestionó, confundido.
-Es la primera vez que te veo sonreír.
-¿Sonreí?...
No es necesario decir que el muchacho no era alguien que sonriera mucho. Ese gesto era tan extraño en Xiao que solamente dos personas lo habían visto sonreír: Ganyu y ahora Lumine, aunque hubiera sido por llevarle la contraria.
La sonrisa del muchacho era, de hecho, bastante curiosa. No era mala, aunque no es que como que fuera lo más bello para ver, ya que con ese rostro en general demacrado, no daban muchas ganas de verlo sonreír.
Sin embargo, para Lumine era lo más parecido a ver una aureola boreal, no tanto porque fuera bella para ella, sino que le parecía increíble al no haber visto algo parecido.
El muchacho regresó al club deciencias exactas donde encontró a las dos chicas que había visto antes en esa situación tan vergonzosa, ellas se le quedaron viendo.
Una de ellas era a la misma que le había quitado al acosador de enfrente, por lo que ella le sonrió, él no regresó el gesto.
-Chica...¿Tienes más cigarros?
-¿Ya ves? No soy la única que lo hace. –Se burló la chica cuyo nombre era Mona, la otra se llevó una mano a la frente. Ella sacó una cajetilla de cigarros de su mochila, Xiao tomó tres, ella lo miró feo, pero al muchacho le dio igual.
-Considera esto como un soborno para que no le diga al director que fumas dentro de la escuela.
-Aparte de golpeador, estafador.
-¡No es verdad! –Exclamó la otra chica. –É-él me defendió de ya sabes quién...y hoy no me volvió a molestar, seguramente no lo volverá a hacer.
-En caso de que no haya aprendido la lección, no dudes en decirme para partirle la cara otra vez. –Xiao guardó los cigarros en su chaleco, cojeando hasta la salida.
Esa misma noche, estando acostado con la ropa puesta en su cama, Xiao se puso a pensar de que, a pesar de que todos lo decían lo contrario, daba la impresión de que él había hecho algo bueno, ya que de no soltarse a los golpes, la chica seguiría siendo molestada.
Él estaba seguro de lo que hacía, pero necesitaba relajarse. La razón por la que le había pedido los cigarros a Mona es que quería probarlos, ya que decían que funcionaban para calmar los nervios, y Xiao los tenía de punta.
Salió al mirador de su apartamento, que quedaba en un séptimo piso, no sin antes tomar una caja de fósforos de la cocina, prendiendo uno de los cigarros.
En cuanto le dio el primer golpe se puso a toser a lo desgraciado, además de que se había mareado muy fuerte, casi como si lo hubieran hecho girar en una lavadora.
-A ver otra vez...
La segunda no fue menos peor que la primera, pero el mareo no fue tan horrible. Era cosa de acostumbrarse, por lo que al último cigarro fue el que finalmente ya lo comenzó a "disfrutar".
Sí que se había relajado...pero era debido a que la preocupación de no caerse por el barandal estando mareado. Regresó a su cuarto solamente para mandarle un último mensaje a Lumine de que lo ideal era que se vieran en su casa debido a que quedaba más cerca de la escuela.
Xiao fue al cuarto de Zhongli, que trabajaba como loco frente a su laptop, teniendo ojos de estar más dormido que despierto. Había una taza de café ya terminada a su lado.
-Oye...mañana Lumine vendrá a la casa a hacer esa tarea que dejaste de tarea.
-Me alegra que se comprometan. Falta una semana todavía para que se entregue, pero mejor tener todo listo lo antes posible que hacerlo a la carrera. No lleguen tarde, por favor. Ahora descansa, chico. –Zhongli olfateó. -¿Huele a cigarro?
-Para nada. –Xiao se puso blanco como un papel. –Descansa también.
El muchacho fue apresuradamente a su cuarto para acostarse a la vez que se llevaba las manos a los ojos, no pensó que el olor del cigarro le quedara por tanto tiempo en la ropa, aunque no habían pasado ni cinco minutos desde que había dejado de fumar.
-Casi me cago...
Para la mañana siguiente, Xiao despertó levantándose de la cama de forma inmediata para comenzar a tenderla, poniéndose el cinturón y la playera, aunque ahora los pantalones ya los tenía puestos.
El desayuno que le había dejado su padre ya estaba hecho, lo que le causó un cólera impresionante.
<<¿Conque te tiemblan las manos del estrés? ¿No será por el arrepentimiento de haberme tenido, desgraciado? ¿Cómo puedes dormir?>>
Por alguna extraña razón propia de la adolescencia, Xiao estaba de muy mal humor, y sentía bastante odio contra Zhongli, ya que naturalmente le parecía que no lo trataba como a él esperaría que le tratase su padre.
Después de un rato de enojo, Xiao finalmente se tranquilizó ya que se acercaba la hora en que Lumine llegaría, él no tenía puesto su uniforme, era su ropa casual y tampoco estaba peinado, por lo que daba un aura de desaliñado.
Tenía ganas de fumar, muchas ganas, pero no tenía cigarros, que era lo único malo. Ya le tocaría arreglárselas para comprar tabacos, pues el simple hecho de no tener para fumar le ponía nuevamente de malas.
Escuchando su timbre, él se sobresaltó un poco al estar tan perdido en sus pensamientos, por lo que fue directamente a la puerta.
Al abrirla se encontró con la que no era la sorpresa de que se trataba de Lumine la que tocaba la puerta, y aun así el asombro se apropió de su mente.
Lumine tenía puesta una playera color rosado, sin ningún estampado, iba peinada como siempre, aparte de que usaba una falda blanca que le llegaba más arriba de las rodillas. Ella se veía sumamente presentable y linda, muy al contrario de Xiao.
-Tierra llamando a Xiao, tierra llamando a Xiao. –Dijo ella, tocándole la nariz, él estornudó, causando una risa en su contraria.
-¿Por qué tan presentable si solo haremos un tonto trabajo escolar?
-Vives en un departamento caro, tus padres deben ser dinero, tenía que venir bien presentable. –Lumine pasó quitándose los zapatos una vez el muchacho le dio el paso. –Con permiso, buenos días.
-No hay nadie. –Suspiró Xiao.
-¿Qué hay de tus padres? No creo que vivas solo en un departamento así.
-Papá ya está en el trabajo y mamá...mamá está de viaje de negocios, seguramente ni vendrá en unos meses.
-¿No te sientes solo?
-Realmente no me importa... -El muchacho desvió la mirada.
Lumine se adentró un poco más en la casa, dándose cuenta que era bastante linda, Xiao nunca se había detenido a reparar en ello, ya que le daba exactamente igual cómo era la casa del que, según, era su padre.
Llegando a la sala, ella se topó con la fotografía que era de la madre de Xiao, la muchacha se sintió bastante sorprendida.
Por alguna razón le dio la idea de que era una especie de altar dedicado a ella, pues había algunas cosas que parecían personales: un collar de perlas que se notaba muy unisex, su título de la universidad, algunos libros y varias fotos más de ella, pero solo de ella, ya fuera de niña, adolecente o adulta.
-¿Ella es tu madre?
-Supongo que sí. –Dijo él, sin detenerse a pensar en su respuesta. Nadie que conociera a su madre respondería con un "supongo".
-¿Cómo que supones? –Lumine hizo un gesto de extrañeza.
-No soy apegado a mis padres, eso es todo. –El joven se sentó en uno de los sillones de la sala, sacando las cosas para empezar con el trabajo.
-Tu madre es una mujer muy bella. <<Con su permiso, mamá de Xiao>> -Lumine tomó una de las fotos, volteando a ver a su contrario directamente, él se le quedó viendo con ese semblante tan serio que acostumbraba. –Hum...no te pareces mucho a ella, un poco en las orejas y en la nariz, se puede decir que son las únicas cosas que tienes idénticas a ella.
-¿Y? Vamos, Lumine, suelta esas cosas y vamos a estudiar de una vez.
-¿Y qué hay con tus modales? Xiao, quizá no te guste lo que te diré, pero eres una persona muy grosera y tosca.
-¿Algo más que quieras decir? –El joven se puso un libro abierto en la cara para recostarse en el sillón.
-¡Xiao!
Tras una discusión de lo que eran los modales, el muchacho le sirvió un vaso de agua a una muy molesta Lumine que seguía inconforme con la forma en que Xiao la trataba...y no solo a ella.
En general, él sí era grosero y tosco, eso debido a que jamás le habían enseñado modales al tenerlo viviendo como un animal, pero eso es algo que ya será del conocimiento del lector.
Continuaron con el trabajo, hasta que lo acabaron, algo que no les costó más de dos horas de esfuerzo...principalmente a Lumine, ya seguía batallando con el comportamiento de su condiscípulo.
En más de una ocasión se había tenido que tallar la frente del enojo por algo que Xiao hacía mal, ya fuera masticar las galletas con la boca abierta, sorber su nariz sin vergüenza alguna o no fingir que el tema de plano le daba pereza.
La muchacha estaba muy de acuerdo en que era la casa de Xiao y él podía hacer lo que se le viniera en gana...pero hay límites en todo.
Finalmente acabado todo, y siendo un enorme suplicio para Lumine, Xiao bostezó enormemente, sin taparse la boca. Ella le dirigió una mala mirada.
-¿Sucede algo?
-Nada...
-Bueno, iré a cambiarme, tú...¿te parece bien mi cuarto?
-Si no hay de otra...
Xiao fue a su cuarto para tomar su uniforme, que ya tenía en la cama, dándole paso a Lumine para que ella cerrara la puerta.
No hubo más palabras, él fue a la habitación de su padre para cambiarse, era la primera vez que la veía a detalle.
Hubo algo en específico que le hizo hervir la sangre: una foto donde su madre ya estaba embarazada, se notaba tendría unos seis meses de edad, y Zhongli le besaba el vientre a la vez que ella le sonreía.
Lo que le enojaba era lo feliz y tranquilo que se veía: sin ojeras, sin las manos temblorosas y una sonrisa que jamás le había visto en el rostro.
<<Ahora ya sé por qué me odia tanto...le arruiné la felicidad>>
El muchacho tomó el cuadro con intención de tirarlo y pisotearlo hasta que se cansara, pero recordó que Lumine estaba en casa, por lo que se apretó la cabeza mientras suspiraba pesadamente. Siguió cambiándose.
Ambos salieron al mismo tiempo, Lumine le sonrió apenas lo vio con su uniforme puesto, ya no se veía tan andrajoso, y ella seguía viéndose igual de hermosa con o sin uniforme puesto.
El gesto que su homologo intentó hacer fue...más bien patético, de ahí que Lumine se soltara a reír.
-¿Cómo es que no sabes sonreír? A ver, ven para acá. –Ella lo tomó de las mejillas tratando de que formara una sonrisa, él alzó una ceja. –Das miedo, mejor quédate serio como acostumbras. –Rió ella de nuevo.
-¿A quién le importa? –Ahora él la tomó del rostro, haciéndola sonreír de manera forzada, pero no fue necesario, una sonrisa natural saltó en el rostro de esa chica tan luminosa. –No creo entender el por qué siempre estás tan sonriente.
-Ni yo el por qué siempre estás tan serio.
Ambos comieron antes de partir. Zhongli había tomado en cuenta que Lumine vendría, así que también le preparó algo, cosa que la muchacha agradeció mucho.
-Tu padre debe ser alguien muy atento. –Mencionó la chica, el joven comenzó a reírse un poco, aumentando de tono su carcajada conforme pasaron los segundos, Lumine se le quedó viendo muy raro. -¿Ya te volviste loco?
-Recordé algo muy gracioso, eso es todo.
Naturalmente que Xiao no le podía contar algo tan personal a Lumine como lo sería el abandono que sufrió de su padre por tantos años. El solo pensar que alguien llamara "atento" a su padre le causaba una risa enorme y un enojo equiparable.
Acabando todo, los dos jóvenes emprendieron rumbo a la escuela, charlaban de las materias que tendrían ese día, los maestros y la flojera que les daba en mayor o menor medida.
No era un día especial, en realidad.
Ambos tomaron caminos separados apenas llegaron a la escuela, Xiao fue directamente a su banca a dormirse, mientras que Lumine fue con Ganyu, tomándola de la mano para sacarla del salón. Daba la impresión de que le quería decir algo importante.
Como el autor ha mencionado ya en el título, ese día sucedería el primer ensayo de la obra que había estado escribiendo Xiao, que ya tenía más o menos cimentada, pero todavía no encontraba un final adecuado.
No se encontraban en el club de teatro, sino en receso. Ganyu se veía enojadísima, y Xiao leía un libro acostado en una banca, por lo que cuando vio a su prima dirigirse a él, se sorprendió.
-¿Ganyu? –La muchacha lo tomó de una de las patillas del cabello para comenzar a jalársela hacía abajo, causando que él pegara un grito del que luego comenzó a callarse.
-¡Eres un zoquete! ¡¿Cómo es que pudiste tratar a Lumine de esa manera?!
-¡¿De qué me hablas?!
-¡Ella me dijo cómo la trataste cuando hoy en la mañana fue a tu casa, eres un salvaje, no tienes tacto con las mujeres, fue mera suerte que ella no se quejara de ese trato tan rudo que le diste!
Varios se les quedaban viendo de forma no muy amigable, especialmente a Xiao, quién abrió los ojos de la sorpresa al darse cuenta que las palabras de Ganyu se podían malpensar.
-¡Baja la voz, ¿no te das cuenta de lo que dices?!
-¡Era la primera vez de la pobre, y la trataste igual que a una basura, seguramente la humillaste de una forma horrenda!
-¡Cállate, Ganyu!
La gente murmuraba al respecto, dándose una idea bastante equivocada de lo que había sucedido entre esos dos.
El asunto es que las miradas de las mujeres no fueron para nada agradables, y los hombres lo miraban por debajo del hombro, y no precisamente por su tamaño.
-¡Tienes suerte que le dije que eres un salvaje casi por naturaleza, pero de no ser así seguramente no te volvería a hablar, aparte de que no te mostrabas interesado en la tarea de historia! ¡¿Es por el profesor Zhongli?! ¡¿Es por eso?!
Por suerte las miradas se relajaron, pero siguieron siendo de bastante suspicacia. Xiao suspiró pesadamente.
Ganyu le metió una regañada de aquellas por ser tan grosero y tosco en su comportamiento general. Nadie se había tomado la molestia de enseñarle modales a aquel muchacho, y ella tenía la pretensión de civilizarlo.
Sin embargo, y con bastante orgullo, él se negó tajantemente a ser "civilizado" ya que eso sería como aceptar que él era un salvaje y que su familia tenía razón en cuanto a él.
Ganyu se enojó bastante más por eso, pero no podía hacer nada con un necio como Xiao.
Él fue a buscar a esa chica llamada Mona para pedirle más cigarros, enterándose que era del turno de la mañana, por lo que esa idea se había ido directamente al caño.
Ya era hora del ensayo, Xiao no sabía muy bien que papel interpretar, la única que ya tenía una idea muy en concreto era Lumine con su papel de la villana, la que, de cualquier manera no estaba del todo segura.
En esa ocasión, y poniendo como pretexto que lo mejor se dejaba hasta el final, Tartaglia sería el director de la misma, por lo que él no actuaría en esa ocasión.
-Bien, el guion no está tan mal ahora que le doy una leída, pero tiene algunos clichés que lo mejor sería quitar si le damos una revisada.
-Tch. Todavía no es la versión definitiva, si algo no les agrada, pueden decírmelo y no me enojaré al respecto.
-Al menos lo entiendes, pequeño salvaje. –Sonrió Tartaglia.
-¡¿Qué dijiste, idiota?! –Se exaltó Xiao, se le veía muy enojado en ese pequeño instante.
-¡Chicos, tranquilos! –Lumine se puso frente a Xiao, él buscaba con la mirada a Nobile, que estaba sonriente como siempre.
-Escuché que trataste con bastante salvajismo a Lumine, que fuiste un grosero, un tosco y que hasta la humillaste al no tratarla con tacto.
-¡Lumine! –Fischl se llevó una mano a la boca a la vez que se sonrojaba. –N-no pensé que tú y Xiao...tuvieran esas cositas.
La mencionada se quedó un segundo analizando lo dicho por Tartaglia...y cuando le encontró el doble sentido también se sonrojó, alejándose un poco de su condiscípulo.
-¡E-esas son mentiras! ¡É-él y yo no hicimos "eso" que hacen las parejas, no digas mentiras, Tartaglia!
-Yo no miento...que lo hayas malpensado es otra cosa. Ganyu regañó a Xiao por la forma en que te trató mientras hacían el trabajo de historia. Fischl, también eres una pervertida. –El joven se soltó a reir, Lumine se infló una mejilla y empezó a ahorcar a Tartaglia.
-¡¿De qué te ríes?!
Xiao se tranquilizó únicamente para ponerse un libro en la cara, el cual fue retirado por Fischl mientras ella seguía leyendo el libreto.
La verdad es que todavía había mucho que hacer...
Honestamente, la actuación de Lumine en el papel de la villana dejó más bien que desear. Fischl lo tuvo un poco mejor, por lo que un repentino ataque de celos le dio a la primera de las chicas.
Ahora estando relegada al papel de "la chica buena" Lumine se centró, se levantaba en sus puntillas una y otra vez de forma rápida mientras respiraba hondo.
Xiao estaba quedándose dormido en su asiento a la espera de la actuación de Lumine, y ella estaba tan concentrada en lo suyo que no le prestaba atención a ese detalle.
Sin embargo, cuando comenzó su actuación, cuando ella dijo la primera línea, Xiao se despertó de golpe.
Cada movimiento era suave, natural, la voz sonaba bien hecha, y los gestos en el rostro de Lumine eran completamente mágicos.
A Xiao le comenzó a latir rápidamente el corazón. Por primera vez se había puesto a pensar seriamente en lo bella que era Lumine, en lo hermoso de su rostro, su cabello, su voz.
Conforme ella seguía actuando, el ritmo cardiaco del muchacho iba en aumento al igual que su respiración. Él se llevó una mano al pecho, sintiéndose sorprendido a más no poder.
La muchacha se paró frente a él, estaban separados por algunos metros, la cara de sorpresa de Xiao era completamente evidente, y Lumine adaptaba el gesto que pedía una escena de emoción.
-¡Por fin estarás bien! ¡La tirana ha muerto ya, somos libres, libres! ¡Tenemos que celebrar, hay mucho por lo que bailar, cantar y festejar! Nos hemos ganado nuestra libertad. Si morimos, moriremos libres, ya no como esclavos...
La cereza del pastel es que Lumine dio esa sonrisa tan radiante que la caracterizaba, aquella que tenía en su rostro todos los días, pero ahora tenía algo de diferente: era más bella, más hermosa, irradiaba mucho más que anteriores días.
-Wow...actuaste de forma maravillosa, Lumine. –Exclamó Fischl, sorprendida, la mencionada la volteó a ver.
-Fue mejor que la interpretación que hiciste de la villana. Creo que mejor te quedas con este papel.
-Ay...yo quería ser la mala. –Ella hizo un puchero, mirando de nuevo a Xiao, quien seguía estupefacto, tenía la boca abierta, no parpadeaba y parecía que tampoco respiraba. La muchacha soltó una pequeña risita. –No me digas tu opinión, tu rostro lo dice todo.
Ahora el joven muchacho pestañeó dos veces, sonrojándose al ver de nuevo esa sonrisa que, de parecerle molesta e incomprensible, ahora la quería ver domingo, lunes y martes; al despertar, al sentir el sol golpearle la piel, durante la madrugada antes de dormir...
En una palabra: quería verla todos los días que le restaran de vida.
-Ya regreso, tengo que hacer algo. –Xiao se escapó del club dejando confundido a todos los presentes.
Corrió por algunos pasillos, recargándose en una pared, miraba a la ventana, por lo que miraba directamente al cielo.
Se sujetaba fuertemente el corazón, pensaba que se le iba a salir, no podía dejar de pensar en Lumine ni en su sonrisa, ¿Qué era lo que le pasaba? ¿Por qué se sentía así?
Había una especie de calor en su pecho cada que pensaba en Lumine, su respiración se entrecortaba, el estómago le revoloteaba, y era una sensación completamente desconocida para él.
Los lectores intuirán que el muchacho se había enamorado de Lumine sin saber que lo estaba.
Se enamoró de su forma de actuar, de mirar, de hablar, se había enamorado hasta de su esencia, ya que sabía que eso no era Lumine, era un personaje que él mismo había escrito, pero ya fuera de ese personaje o cualquier otro o la misma chica que él ya conocía desde antes, él siempre estaría enamorado de esos ojos, de esa nariz, de esa voz, de esos cabellos, no habría cambio alguno.
Antes de regresar al club, Xiao se fue a mojar la cara para ver si eso le ayudaba a tranquilizarse, mas nada calmaría ese ardor en su alma.
Ganyu debería tener una respuesta.
Así, pues, el joven muchacho se apresuró de regresó al salón, entrando tímidamente y con un ardiente deseo de mirar a Lumine de forma más detallada.
-¿Todo bien? Te desapareciste así de la nada. –Ella lo miró con preocupación.
-E-estoy perfectamente bien. Recordé un asunto importante, eso es todo. –Él desviaba y regresaba la mirada a Lumine, quien no dejaba de mirarlo con curiosidad y preocupación.
Ahora Xiao debía actuar, puso de pretexto que no podía ya que no se sentía concentrado, y era cierto, no podía prestar atención ni memorizar el guion al tener de forma permanente a esa chica luminosa en su mente.
No sabía no qué era lo que quería, pero quería algo, tendría la difícil tarea de encontrarlo.
Acabando el club y siendo ya la hora de la salida, Xiao se adelantó a Lumine cuando ella estaba por salir, poniéndose frente a ella, sonrojándose levemente. La muchacha se extrañó.
-¿Xiao? ¿Se te ofrecía algo?
-S-sí...respecto a lo de hoy...me porté mal, fui muy grosero contigo a pesar de lo amable que eres conmigo. No quiero justificarme, pero no vengo de un entorno donde las cosas se pidieran de forma amable y mucho menos hubiera tacto, y quieras que no eso ha influido mucho en mi forma de ser. So-solo quiero decirte que en realidad sí soy un salvaje...perdóname, no lo volveré a hacer.
Ella sonrió, suspirando un poco. –Disculpa aceptada. Ganyu me dijo algo parecido. –Los dos comenzaron a caminar juntos. –Le conté lo que sucedió ya que quería saber si te desagradaba o algo parecido, pero me dijo que esa siempre ha sido tu forma de ser.
-Lamentablemente.
-Lo comprendo, no te preocupes. Es cosa de que cambies un poco tu manera de ser, ¿sí? Te puedo ayudar en eso si lo necesitas.
-No quiero darte más problemas y disgustos de los que ya te he dado, Lumine.
-Jamás me darás problemas, Xiao. –Ella le tocó el pecho, sintiendo que su corazón latía rápido y fuerte, por lo que se sorprendió. –Ganyu me dijo que tu corazón no tiene pizca de maldad, que eres un chico de luz, pero que tu pasado no te deja avanzar. Si un día quieres contarme eso que te ata a tu yo del pasado, seré toda oídos, ¿de acuerdo? –Sonrió.
-De acuerdo... -Por primera vez desde aquella navidad, Xiao sonrió de oreja a oreja, mostrando sus dientes, cerrando los ojos y llevándose una mano al cabello, daba la impresión de que incluso le brillaba el rostro. Lumine se tapó la boca, notoriamente sorprendida.
-¡Sonreíste! ¡Sonreíste finalmente! ¡Reconozco que sigues dando un poco de cus cus aunque te veas feliz, pero es tan extraño que no deja de ser especial!
-Vamos, me acomplejas. –El muchacho había abierto los ojos, con las mejillas tímidamente prendidas, moviéndose el cabello con la misma mano a la vez que sonreía de forma menos intensa, pero sonreía al fin y al cabo.
(Así me imagino al shao :v)
Los dos muchachos fueron caminando a la salida.
Oficialmente ahora Xiao era un enamorado.
Cuando uno está enamorado empieza a cuidar más de sí mismo, pues el muchacho conocía una famosa frase "no busques a las abejas, embellece tu jardín y éstas vendrán a él".
Había mucho que embellecer en ese jardín llamado Xiao, toda una serie de cosas tan complejas que hasta el mismo muchacho se sorprendió.
Ganyu estaba en su casa, ella sería su mentora al habérselo pedido de favor. Era la persona más adecuada para ese puesto.
-Lo primero es rasurarte correctamente. –Ganyu le pellizcó la cara, él lanzó un pequeño quejido. –Como esos vellitos tan feos que tienes en la cara.
-Auch...
-Lo segundo son tus modales en la mesa. Diablos, siento como si estuviera educando a un niño pequeño.
-Empiezo a arrepentirme de no golpearte esa noche. –Al muchacho se le marcó una vena, su prima rió.
-Lo hago por tu bien. Aparte, un día compartirás mesa con alguna chica, la primera impresión es la que más cuenta. Lo primero es no masticar con la boca abierta y no sorberte la nariz...eso es asqueroso.
-Tch...¿algo más?
-No sorbas tampoco del popote una vez te hayas acabado la malteada, no te chupes los dedos si van a comer un helado...hay mucho que hacer todavía.
Fue cosa de dos semanas las que ambos primos practicaron día tras día para que Xiao empezara a embellecer ese jardín para traer a una abejita llamada Lumine, que era, naturalmente, la abeja que Xiao quería capturar en la red de su amor.
El autor prefiere omitirse los detalles del entrenamiento al encontrar seguro que a la audiencia le aburrirán, pero eso sí, desea añadir que las ojeras de la pobre Ganyu, que tenía una vida demasiado atareada por el Consejo Técnico, aumentaron su tono, así como corajes no faltaron. El brazo de Xiao quedó con una nueva marca: la de un pellizco que le dio Ganyu cuando ya la tenía hasta el carajo.
Cuando ella se había rendido, acostándose en uno de los sillones, Ganyu negó con la cabeza.
-Esto será más difícil de lo que pensé. ¿Por qué ahora se te da por aprender modales? Sé que a Lumine le molestó la forma tan poco hospitalaria con que la trataste, pero igual viniendo de ti me parece raro.
-Hum...debo decirte algo, pero es complicado de explicar. Hay una chica...
-Ajá. -La atención de Ganyu fue en aumento.
-Es la primera vez que siento algo así por alguien.
-Entiendo... -Más atención de su parte.
-Me siento muy feliz cuando escucho su voz, es la chica más bella que haya visto en mi vida, el corazón me late fuertemente cuando pienso en ella, siento dolor cuando le habla a otros chicos, quiero verla sonreír a todas horas y me gustaría estar siempre platicando con ella. -El muchacho se había sonrojado un poco, miraba al suelo y se tallaba la nuca, Ganyu lo miró con ojos que irradiaban luz.
-¡Awwww! ¡Mi primito está enamorado!
-¿E-enamorado?...
-¡Sí! ¿Quién es esa chica? En realidad hay que ser medio tonto para no saberlo ya que solo me hablas a mí y a Lumine, ¡¿Es ella?! ¡Hacen muy linda pareja, lo juro!
-Tal vez...
-¡Ay, lo niegas! ¡Qué ternura das, Xiao!
-Y-yo no doy ternura. Yo doy miedo y mi mirada inquieta a cualquiera que la ve.
-A cualquiera...menos a Lumine. -Ganyu sonrió, enterneciéndose al ver el rostro enamorado de su primo.
Durante esas dos semanas, Xiao terminó de darle forma al guion, aparte de comprarle una cajetilla de cigarros a Mona por un precio que más de un fumador se pensaría, pero el vicio siempre termina ganando a los más débiles de mente y voluntad.
Vaya que al muchacho le sorprendió mucho ya que notó que las ideas le fluían como río cuando fumaba, de ahí que el guion, que de por sí era bueno, ahora era mejor.
Hay que añadir, ciertamente, que el protagonismo que le dio al personaje de Lumine aumentó, ese que tanto ella aborrecía, equilibrándolo con el de la villana y el suyo propio.
Ciertamente el personaje de Lumine se notaba más, y eso era lo que él agradecía, ya que siempre se enamoraba más y más cada vez que la veía ensayar, no quería ni imaginarse qué sería cuando finalmente llegara el día del estreno, que iba acercándose poco a poco.
Acabándose el día, y finalmente tranquilos por ser viernes, en que salían temprano, Lumine y Xiao charlaban en una de las bancas de la escuela, mirando juntos al atardecer.
Aquella puesta de sol tan deliciosa le era hermosa a Xiao, veía el rostro de Lumine, que se notaba cansado por el día, pero muy alegre. Su mano era lo que más le tentaba, pues estaba vulnerable, reposando en la misma banca.
Él quería tomarla de la mano, pero no lo creyó oportuno, pues eso sería algo raro. Eran cercanos y ya hasta se podían considerar amigos...pero seguía siendo raro.
<<¿Cómo reaccionará ella? ¿Bien? ¿Mal? ¿Le dará igual?>>
Lumine finalmente dio un suspiro, estirándose para después dedicarle una sonrisa a su contrario.
-No te lo había dicho antes...pero actúas bien.
-Gracias. –Él regresó la sonrisa, ahora a Lumine eso no le era extraño o motivo de celebración.
-Las escenas de lamento y martirio son las que mejor te salen, no te reprimes para nada.
-¿Por qué debería reprimir mi dolor? <<Ahora que tengo oportunidad después de tantos años de haberlo hecho>>
-Me doy cuenta que planeaste el cómo decir tus líneas mientras escribías, te sale de forma natural.
-Un poco...
Hubo un silencio un tanto incomodo, no había más sonido que el los cipreses mecerse, el viento soplar, las hojas corriendo a toda prisa tras una de esas brisas cálidas y aroma a almendras dulces y vainilla, ¿pero por qué a almendras y vainilla? Xiao no lo recordaba. Comenzó a olfatear.
-Algo huele delicioso... -Exclamó, asombrado.
-Yo no huelo nada... -La muchacha se olió el suéter, un leve sudor le empapó la frente y un color rosa pastel le adornó tímida y adorablemente el rostro. -¿A qué dices que huele?
-Nueces... ¡no! Almendras...y vainilla.
-Ay... -Ella se llevó las manos a los ojos, teniendo una pequeña risita. –Soy yo...
-¿Tú? –Xiao la volteó a ver, notando la posición que había adoptado, el sonroso de sus mejillas y la sonrisa natural que a cualquiera se le suelta después de una carcajada.
-No yo como tal, es mi perfume. Huele. –Ella se quitó el suéter que era característico en las mujeres, entregándoselo a Xiao.
Él dudó en un primer momento, lo olería de forma rápida y breve para no parecer acosador, sin embargo, cuando tuvo tan de cerca ese aroma, no pudo evitarlo, pues lo volvió a oler varias veces.
-Sí, es este mismo olor. Es muy rico. –El muchacho sonrió de forma tímida.
-¿Es porque te gustan mucho las almendras?
-Por eso mismo...tengo una idea, pero no sé cuál sea tu presupuesto y tu tiempo.
-Hum. No pensaba llegar temprano a mi casa así que...
Los dos se miraron por un par de segundos, ya sabían qué hacer, por lo que era cosa de que hubiera un rápido acercamiento o, en su defecto, que alguien lo diera por sentado.
-¡Yo quiero de almendras!
¡Y yo de fresa!
Los dos jóvenes se levantaron corriendo de la banca, apresurándose a la salida, topándose con que el profesor Diluc vigilaba los pasillos.
-¡Oigan, no corran dentro de la escuela!
-¡Perdón! –Gritaron los dos, bajando su velocidad a la vez que se aguantaban una risa. Unos segundos después, los dos volvieron a correr a toda prisa a la entrada, riendo alegremente.
Ahora Xiao, de ser alguien que parecía un perro rabioso, se había transformado en una sonrisa andante, y todo fue gracias a que comenzó a cuidar ese jardín seco, desolado y triste.
Ahora su destino no solo se resumía en hambre, miseria y dolor; ahora era felicidad, ventura y gozo.
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Estuve buscando imágenes donde Xiao sonriera para tener una portada, y hay muy pocas imágenes donde él sonríe, por lo que nada más puedo decirle: ¿podrías no ser un amargado...POR SÓLO CINCO MINUTOS?!!
Se darán cuenta que el capítulo es bastante largo, y eso se debe a que unifiqué dos capítulos en uno mismo.
Tuve algunas dudas de si Xiao debía enamorarse de Lumine por verla actuar, me parecía algo ñeh, pero le pregunté a una amiga que estudia danza y me dijo que el enamorarse de alguien por verlo actuar (o bailar, como es su caso), es más normal de lo que uno pensaría, así que bueno, quería saber qué piensan ustedes, ¿fue un acierto o se sintió como un guionazo?
Nos vemos el lunes, voten y comenten owo
Siempre tuyo:
-Arturo.
Vení conmigo, Eula, no muerdo :'v
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