1.17 Alegría que acaba pronto.
(¿la imagen será spoiler del final del arco? Ya veremos 👀👀)
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Bien, prefiero ponerlo al principio ya que al final puede ser un poco inconveniente ya que el arco cierra de manera fuerte. Me alegra mucho, muchísimo decir que en dos semanas, aproximadamente, publicaré mi primer libro EN FÍSICO -inserte la Internacional- estará a la venta en Amazon, aquí está la portada, para que lo puedan detectar el día en que lo publique, así que, si es que les gusta lo que escribo, no dudo ni de lejos que les guste este libro, que si bien nada tiene que ver con la historia, es mi más grande obra maestra, sin dudarlo. Espero puedan comprarlo y que se encuentre dentro de sus posibilidades, sino, no hay problema, (valdrá, según mis estimaciones, unos 225 pesos mexicanos, lo que creo que es un precio relativamente asequible, lo que me preocupa es el costo de envío) De cualquier manera, muchas gracias por su apoyo ^^ Tal vez luego publique este fic (claro, con sus arreglos y cambios para que tuhoyo no se ponga en modo "ando buscando un cabrón, para partirle su madre" xd), pero eso para después, ya les daré aviso de cuando puedan comprar el libro que ya está "en cola" para su publicación :3
Ahora vamos con la historia:
Ese día Xiao y Zhongli llegaban juntos a la escuela, por lo que la directora Ninguang, en cuanto los vio, sonrió muy alegre. Era la primera vez que padre e hijo caminaban juntos en los pasillos, a la vista de todos.
Los dos se decían algunas cosas sin importancia, cosas que ya sabían pero querían mencionarse, cómo la clase que tenían en ese momento, si tendrían algún descanso, querían hablar después de tanto de no haberlo hecho.
-Me alegra verlos así...algo me dice que el cumpleaños de ayer fue bien celebrado. Por cierto, felicidades, Xiao.
-Gracias... -Dijo el muchacho, un poco apenado.
-Nos distanciamos mucho pero...esperamos que eso sea cosa del pasado.
-Mientras haya voluntad, todo se puede lograr. Eso sí, si vuelves a decepcionar al muchacho, yo misma seré la encargada de hacerte pasar por lo que Guizhong ya no puede.
-Realmente Guizhong me daba más miedo, pero no es cómo que pueda fiarme contigo. –Dijo él con una risa.
-¿Mamá también trabaja aquí?
-Éramos amigas, tu madre era encargada del orden, todos le temían ya que, a pesar de ser dulce y comprensiva, cuando se enojaba, realmente daba miedo.
-Si lo sabré yo...
Entrando a dirección para entregar algunas cosas en las que Xiao ayudaba a su padre y a la directora, él vio una fotografía de hacía doce años donde solamente posaban los profesores.
Zhongli se veía delgado, demacrado de la cara, con unas ojeras de pesadilla, el cabello opaco y resultaba mal rasurado, notándose triste a más no poder y sus ojos completamente apagados. Las razones eran evidentes, todavía no superaba la muerte de Guizhong ni el tener que estar separado de su hijo.
Esa imagen confirmaba que había sufrido tanto como su hijo, pero quizá no de la misma manera.
-Vamos, es hora de ir a clase. –Dijo Zhongli, tronándose la espalda.
Al salir, Ayaka esperaba a Xiao sentada en una de las bancas del pasillo, cuando ambos se vieron, se sonrieron a boca abierta, su padre y la directora Ninguang tomaron su propio rumbo.
Sin embargo, el mayor de todos ellos, tronó los dedos para voltearse, tragando saliva y diciéndolo con alguna duda pero intentando sonar convencido.
-¡Ah, por cierto, tienes mal amarradas las agujetas, hijo!
-Gr-gracias...papá. –Ambos sonrieron un poco amistoso, retornando sus rumbos.
Todo el pasillo se había callado, quedando los alumnos asombrados de saber una verdad que, en realidad, casi nadie sabía.
La misma Ayaka no se lo terminaba de creer ya que ella, en teoría, era la que mejor conocía a Xiao, y ya se veía que aquello era, en realidad, una falsa idea.
El muchacho se amarró las agujetas, sintiendo que muchos lo miraban, pero no se sentía molesto por ello. Ciertamente sería incómodo, pero la verdad es que no importaba ya, pues estaba dicha la realidad.
Ayaka llegó tomándolo de un hombro, secreteándole en el oído con sorpresa.
-¡¿Por qué no me dijiste que eras hijo del profesor Zhongli?! –Masculló, incrédula.
-Es...complicado de decir.
Tras explicarle sus razones del por qué aquel secreto no había salido de sus labios tras tenerse casi hasta la confianza suficiente para hacer el amor, la chica siguió estando sorprendida, incluso un poco molesta.
Daba la impresión de que tanta confianza, en realidad, era una vana ilusión que no existía.
-Quizá no te lo dije, pero me ayudaste al respecto. Eso que me dijiste fue lo que me hizo perdonarlo.
-Es bueno que ya no exista ese odio en ti, realmente es un gran progreso...lo que me sorprende es que no me hayas dicho que él era tu padre.
-No fue algo que me importó hasta hace muy poco. Hubo muchas mentiras de por medio, pero ya todo se aclaró.
-Y solamente fue porqué... -Ayaka sonrió.
-Ahora mi vida la guían grandes sentimientos de amor. –Respondió él, dándole un beso rápido en los labios.
-Y así debe ser, ¿de acuerdo?
-De acuerdo.
Tras un último beso, los dos fueron a sus salones respectivos, despidiéndose afectuosamente con la mano.
Ayaka ahora tenía una opinión muy diferente del profesor Zhongli, teniendo más bien sentimientos encontrados. Aquel profesor inteligente, amable, un poco torpe incluso, fue el que por muchos años causó mucho dolor en la persona que más quería.
Sin embargo, aquel dolor fue causado por personas que nada tenían que ver con él, y que solamente hicieron un humo con los carbones del odio y los deseos de venganza personal.
Hacer que Xiao no cayera ahí era su prioridad, y ciertamente lo estaba encaminando por una vida, y como dijo el propio chico "guiada por grandes sentimientos de amor".
Aquella donde hiciera más y se quejara menos, construyera más y destruyera menos, así fuera trabajando con personas que lo destruyeron demasiado.
Ciertamente jamás perdonaría a la familia de su madre, y a duras penas perdonaba a su padre, sabiendo que solamente eso le daría la plenitud que deseaba lograr, aparte de que era lo más sano.
Ya solamente faltaba que recibiera el amor de su padre, ese que por años anheló y que, sin en realidad saberlo, necesitaba en la etapa más conflictiva de su vida.
Sin embargo, quedaba todavía una cuestión en realidad: Lumine.
De veces, y cuando ella se encontraba junto con Tartaglia, ya fuera tomados de la mano, dándose un beso en los labios y caminando juntos, Xiao sentía celos, y no pocos, sino celos auténticos.
Sentía como si le quemaran vivo, la sangre le ardía de verlos juntos, pero no odiaba, trataba de no hacerlo. No tendría por qué, Lumine podía hacer con su vida lo que le fuera en gana, y aun así no controlaba esos celos infundados.
Cada día que pasaba se le aclaraba más y más una cosa que, si bien al principio negó, ya no podía hacerlo más por lo evidente que resultaba, sería digno de un necio negarlo.
Aquella era que seguía profundamente enamorado de Lumine.
La tristeza puede hacernos pensar cosas que no son, somos más sumisos ante lo que nos dicen los demás, y nos dejamos engañar más fácilmente.
El autor espera que el lector recuerde que Ayaka le había dicho a Xiao que él estaba solo, lo que no podía ser más falso, pues había personas que querían estar a su lado: su padre y Lumine. Aquel día, ella negó esa oportunidad.
Teniendo a su lado a su padre, a cuya presencia se fue acostumbrando con el pasar de los días después de su cumpleaños, se dio cuenta que, de hecho, jamás estuvo solo, sino que él no se daba cuenta, lo ignoraba o evadía a los que trataban de estar con él.
Su novia lo empezó a notar raro, pues los cariños se apagaron de forma repentina, no siendo ella como el muchacho, sabía que algo le perturbaría la mente.
Los dos fumaban en el lugar de siempre, pero el cigarro de Xiao estaba sin tocar realmente. No encontraba motivación para fumar al no sentir demasiadas preocupaciones, solamente lo hacía cuando estaba celoso.
-Te he notado un poco...distante conmigo. ¿Pasó algo? –Preguntó ella.
-Hum...creo que me he dado cuenta de algo importante, pero seguramente solamente serán tonterías.
-¿Puedo preguntar qué es...?
-Yo, realmente...creo que estoy celoso de Tartaglia.
-¿De Tartaglia? ¿Por qué estarías celoso de él? Tú siempre lo has puesto en su lugar, cariño.
-No es por algo de él en sí. Siento que es por algo que tiene, o mejor dicho, algo que lo acompaña.
-¿Estás celoso de él por qué tiene más amigos que tú? Ciertamente eres solitario, solamente tienes una novia. –Ella sonrió, tomándolo de la mano, la que él soltó.
-No es eso. Cr-creo que es justamente porque es novio de...
-No. –Interrumpió Ayaka, seria. –No es por Lumine. Solamente has de tener melancolía por aquellos días donde te gustaba, pero eso ya es tiempo pasado, Xiao.
-Quizá tienes razón. Debo sentir melancolía porque casi no suelo hablarle ya, dejamos de hacerlo hace... -El muchacho hizo un gesto que daba a entender que forzaba su memoria. -¿Hace semanas? Puede ser más de un mes, en realidad.
-Pero si van en el mismo club y salón.
-Eso es aparte...el punto es que hemos dejado de hablar.
-Seguramente por eso sientes melancolía, no convives con una persona que, tú mismo me lo dijiste, fue la primera que te trató como humano. Simplemente habla con ella de nuevo, pero hay dos cositas que no puedes olvidar.
-¿Cuáles? –Preguntó él, extrañado.
-Primera: ella tiene novio, y quizá se moleste si le dices que crees seguir enamorado de ella, y no se diga del mismo Tartaglia, que es muy comprensivo. –Explicó ella, con mucho sarcasmo en la parte final, incluso riendo de esas mismas palabras. Tras eso, Ayaka se puso frente a frente a su novio, mirándolo con seriedad. –Y la segunda es que...tú me pediste que fuéramos novios y yo... -Los ojos se le comenzaron a humedecer a Ayaka. –yo acepté porque estoy segura que te amo, y lo sigo haciendo después de aquel momento.
Xiao empezó a sentirse mal, su corazón se llenó repentinamente de culpa, por lo que abrazó con fuerza a Ayaka, la que comenzó a llorar en su hombro.
-Lo sé, lo sé. Perdón, quería decírtelo ya que no deseo ocultarte secretos, no me gustaría hacerlo.
-Pensé que lo hacías por eso, pero luego creí que...tenías otras intenciones. –Ella siguió llorando.
-No, para nada, juro que no tenía otra intención. Sigh, perdóname si te lastimé, solo quería decirte lo que estoy sintiendo, no sería bueno que lo ocultara.
Él la tomó de las mejillas, secándole las lágrimas con sus pulgares, ella se mordía un poco el labio para contener su llanto, lográndolo en buena medida.
-Eso me dice que me tienes confianza. So-solamente es melancolía, Xiao, no te confundas, por favor. Puedes tomar una mala decisión por pensar que sigues enamorado de Lumine. Habla de nuevo con ella para que ya no te sientas así. No olvides que dejaste que yo fuera quien estuviera a tu lado bajo cualquier circunstancia, incluso quiero estarlo en una situación como lo es está.
-Has de tener razón, siempre la tienes después de todo, me lo has demostrado, pero no llores, Ayaka, por favor. –Un beso en los labios fue dado de forma rápida, sería un intento por tranquilizar las cosas.
Era razonable, la persona que lo había hecho una mejor persona, aquella que le había dado tanta felicidad y por la que sintió tanto amor no podía mentirle.
Ciertamente ella no mentía, sino que también se engañaba. Ayaka se sentía segura de que era simple melancolía, pero no, se trataba de amor.
Irónicamente los grandes sentimientos de amor guiaban a Xiao, negándose a amar a quien verdaderamente lo hacía. Se volvía a convencer de algo que no era verdad, no ayudando en nada que su novia le tratara de aclarar las cosas, ya que ambos estaban igual de confundidos, por no decir que trataban de convencerse de algo que resultaba más o menos claro:
Xiao ya no estaba enamorado de Ayaka.
En el amor, las decisiones precipitadas siempre jugarán en contra, y tarde que temprano el precio de las mismas será cobrado de una forma dolorosa.
Aquel que escoge sin estar seguro, puede ganar el cielo o perderlo, según se desenvuelvan las cosas.
Nuestro ya no tan miserable protagonista estuvo en el cielo, de eso no hay duda, pero solamente para entrar a un infierno.
Sería como aquella idea de los mundos infinitos de Giordano Bruno: en uno de los mundos donde se encontraba, todo era paraíso y felicidad, sin embargo, tras atravesar la convexidad del mismo, y entrando a otro mundo, aquel resultaba árido, desértico, incómodo y era un lugar donde no resultaba agradable encontrarse.
Ayaka, al escuchar aquellas palabras, sintió que la sangre se le bajó a los pies, sus lágrimas, quizá algunos las interpretaron como falsas, pero nada más lejos de la verdad.
Sus lágrimas eran verdaderas, y resultaban de la desesperación y del dolor que causaban una posible verdad: Xiao ya no la amaba. O mejor dicho, nunca la amó, solamente hubo enamoramiento.
Debe distinguirse muy bien el amar de verdad a un simple enamoramiento que puede olvidarse. Los amores jamás se olvidan, siempre están presentes y siempre se anhelan con el corazón bien dispuesto a seguir amando a pesar del correr de los años, de las contrariedades y de los desazones.
Si llegaba a terminarla, así fuera por malinterpretar lo que sentía su corazón, ¿Xiao recordaría a Ayaka como ella lo recordaría? Ella no podría olvidarlo, lo añoraría, le tendría bien presente por un tiempo que ni ella misma podía terminar de saber. La pregunta le desesperaba, ya que ahora no se sentía segura de esa respuesta.
Aquella vez que no quiso hacer el amor con ella, ¿era de verdad por qué no sabía cómo se hacía o era porque no quería llevar su relación al último de los niveles, al más importante, de hecho? Podía ser, aunque sabía que Xiao, siendo noble como él era, se sentiría incapaz de aprovecharse de los sentimientos que le tenía para poder disfrutar de su cuerpo, seguramente por eso se negaba.
Otra cosa que hay que tener bien en cuenta: dale una pregunta difícil a una mente ansiosa y podrás arrebatarle la tranquilidad. Ayaka, sabiendo que Xiao pudo confundir amor con simple enamoramiento, ya no se sentía tranquila, pues ella sí que lo amaba, de eso no había ni la más pequeña duda.
La pareja ya no tan feliz tenía más preguntas que certezas, el suelo se les había movido de forma tal que nada resultaba igual a como hacía una semana, poco más. Las distracciones no le sirvieron al muchacho para tener quieta a su mente, el asunto Lumine siempre seguía ahí.
No era algo que se pudiera ignorar, ella no quería perder a ese chico que amaba tanto, y que resultaba amor de verdad. Solamente tenía que tratar de salvar un bote que se hundía, ¿pero cómo? ¿Cómo parchar un agujero que no se puede ver dónde está, o si no es más de un agujero?
Independientemente de ello, lo mejor para la muchacha era tener cierto cuidado. Si había una cosa que podía salvar las cosas, aunque con riesgo de que las lograría empeorar, era "empezar de nuevo".
No literalmente cortar y volver un tiempo después, nada de eso, lo ideal era que fueran igual de románticos, así como habían empezado.
Los dos entendían que el amor es una serie de contratos no escritos, pero sí hablados, y de ahí que, aceptando que había crisis en su relación, lo mejor resultaba afrontarla juntos.
Día nuevo en la escuela, Lumine paseaba tomada de la mano con el odioso rival de amores de Xiao, y como no resultaba raro, una molestia autentica le sobrevino al chico.
Se tranquilizó al pensar que eso no era su asunto, lo que sí, y quizá no fuera lo más inteligente, resultaba en hablar las cosas.
Llegada la hora del club, Tartaglia estaba de castigo tras haberse peleado, por lo que regresó a hacer faena, lo que se traducía en pase libre para el miserable muchacho, pero ahora más por miserias relacionadas al amor.
Los dos se veían sin que el otro se diera cuenta, querían decirse aunque fuera un hola, pero nada. Cuando sus miradas se toparon, las retuvieron un segundo para desviarlas a otro lado. Xiao finalmente tuvo la decisión de hablar.
-¿Cambiaste tu broche del cabello? –Preguntó, como si no le interesara. La respuesta ya la sabía.
-Es el mismo que suelo usar. –Respondió ella.
-Lo vi diferente...veo que tú y Tartaglia...ya sabes, pero no entiendo, pensé que no te agradaba.
-Exacto. No me agradaba...pero le di una oportunidad y resultó ser lindo.
-¿Cómo te enamoraste de él? Yo...creo que te mencioné que me enamoré de Ayaka por un beso que nos dimos bajo la lluvia.
-Qué lindo. –Sonrió la chica, hablando con gusto, sin embargo, Xiao no pudo ver que ella apretaba su pulgar derecho. –Realmente no sé cómo me enamoré de él, pasó y ya...
-Ya veo, creo que te entiendo, o me da la impresión. Cómo sea, no sé por qué hablamos de esto, debemos concentrarnos más en la obra.
-Solo somos nosotros dos, podríamos leer el guion mientras llegan los demás.
Había el problema de que solamente Lumine tenía su guion, eso debido a que el muchacho se lo había prestado a Ayaka para que le diera una leída, pues a ella le había picado la curiosidad de si había alguna escena "comprometedora" durante la obra.
Todo era con intención de que no hubiera malentendidos después de la misma.
El asunto aquí es que ambos lo leían estando uno al lado del otro, siendo Lumine la que sostenía las hojas. Hablaban sus líneas con alguna inseguridad, como si no estuvieran bien concentrados.
Así lo era, lo que causaba situarse al lado de una persona que se quiere intentando mantener la calma es uno de los grandes desafíos que supone el amor que se intenta ocultar.
Lumine decidió pausar un momento, llevándose las manos a los ojos para beber un poco de agua. Existía incomodidad, claro, así como una tensión que los asfixiaba de forma horrenda.
Aquellos recuerdos de lo que casi fue les perseguían, sin tregua alguna, muy para su desgracia, pero ahí se encontraban presentes.
Lo que había propuesto Ayaka no funcionaba, empeoraba las cosas, y no solo para una de las mitades de la relación.
-No sé, vamos muy avanzados en la obra como para que nos equivoquemos tanto, mejor esperamos a que lleguen los demás. –Sentenció Lumine. Ninguno de los dos decía bien sus líneas, más de una vez, alguno de ambos erró.
-Es buena idea... -Ambos se relajaron en sus sillas, manteniendo la guardia arriba. Por la parte de Xiao, él quería seguir el consejo de Ayaka, intentando convencerse a sí mismo de que el amor por Lumine era cosa pasada.
Podremos renegar de todo: de la religión, de la nacionalidad, de la filosofía. Solamente no se reniega del amor verdadero; a la mente y a los sentidos se les puede engañar, al corazón, no.
Charlas menores se dieron entre ambos jóvenes, los que no se miraban a los ojos por un temor que les paralizaba hasta la mente, y ese era el dejar de renegar de su cariño.
La vida humana está hecha de errores y azares, y ya fuera por error o por azar, los dos encontraron sus ojos a pesar de lo que temían que sucediera tras hacerlo.
Esa mirada se transformó en un recuerdo vivo de la vez que conoció a Lumine, de la ocasión en que le dijo la verdad respecto a que ya tenía pareja, prefiriéndolo ocultarlo.
Sintió la necesidad de disculparse, y lo más indicado era un beso en la mano o en la frente, encontrando razonable que fuera en la frente ya que le aterraba la idea de tomar su mano, que de por sí Xiao dudaba demasiado en realizar un gesto de disculpa así.
-Y-yo...quisiera pedirte perdón por romperte el corazón, la verdad es que me arrepiento demasiado de lo que hice, Lumine. Sigh, quisiera hacer algo para remediarlo, así que cierra los ojos, por favor...
Ella hizo lo pedido, cerró sus ojos, demostrando sorpresa y ansiedad de lo que pasaría, y cuando sintió que aquel miserable en el amor se le acercaba, ella lo tomó de las mejillas sin abrir los ojos, dándole un beso en los labios.
El lector debe darse a la tarea de recordar qué sintió Xiao cuando Ayaka le dio su primer beso, el que fue mágico y lo llenó de una calidez que nunca antes sintió.
Podemos clasificar esa calidez ahora como un fuego tan caliente que arrasaría con el mundo, una bondad solo comparada cuando se está junto a Dios, y esa magia, no lo era como tal, sino más bien un realismo propio del amor de verdad.
Él, en un primer momento no se lo esperaba, no luchando por separase, sino que, y a sabiendas de que estaba besando a la chica que amaba de verdad, la abrazó de la forma en que le fue posible, bienaventurándose en ese acto palpable, concreto, verdadero, y que de cualquier forma le pareció que lo hizo saltar por los aires.
Ya no cabía duda alguna: Xiao y Lumine se seguían amando de verdad.
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Uhhhhh esto quedó intenso 😂
Los team Ayaka: HOY TE MUERES, PUTITO!!
Los team Lumine: no esperaba esto...
Pues cuando dije que el arco cerraría fuerte...muchos no debieron pensar que tanto xd
Ya el próximo lunes empieza el arco de Aether, uno que es bastante romántico y lindo, además de que introducirá personajes nuevos y otros aparecerán otra vez con muy poca relevancia o con muchísima, así que ya lo verán.
Sé que este arco deja más dudas que respuestas, y la realidad es que sí, pero esto se resolverá en el arco de Lumine, aparte de que se retomarán cuestiones que no se vieron aquí, así que paciencia sobre todo, y sí, sé que más de uno me quiere ver muerto por que Xiao le está rompiendo el corazón a Ayaka, aunque ya veremos luego qué sale de eso xd
Lo único concreto es que Xiao y zhongli ya se reconciliación definitivamente uwu
Nos vemos el lunes, esperen el arco de Aether nuevo y recargado, ahora ya no tiene tantas inconsistencias como el anterior...espero.
Siempre tuyo:
-Arturo.
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