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1.12 Indecisión.

El día siguiente fue una cosa más bien curiosa, ya que Xiao se sentía apenado respecto a lo de ayer que no quería ver a Ayaka a los ojos. No se sentía arrepentido, por supuesto, pero no estaba seguro de si la amaba lo necesario para pedir su noviazgo.

Lo que empeoraba la situación es que ella sí que lo amaba, y era bien sabido por nuestro protagonista. Se había metido en un grande lío, sin duda.

A pesar de la vergüenza y del pesar propio de saberse en problemas, Xiao no negaba, ni de lejos, que recordar ese momento le hacía sentir "cositas" en el corazón y pensar en otro beso de los labios de Ayaka le dejaba la sensación de mariposas en el estómago.

Daba la casualidad de que un par de mariposas amarillas revoleaban afuera de la ventana del club, quedándose volando por algunos segundos...hasta que un pájaro se comió una de ellas de forma impiadosa.

El muchacho se llevó las manos a la cara, abrumado por lo ocurrido. ¿Eso sería símbolo de su mala suerte? La realidad es que casi daba por sentado que así sería, ¿pero qué animal representaba él? ¿El pájaro? ¿La mariposa caída o la mariposa que sobrevivió?

-¡Xiao! -Gritó una voz bien conocida para él, por lo que reaccionó finalmente, un poco exaltado. -Dios, te hablé como tres veces pero no me préstate atención alguna, ¿qué te pasa últimamente? -Era Lumine, naturalmente.

-Tengo muchas en qué pensar últimamente, eso es todo. -Suspiró el muchacho cansado. -Algo le fue extendido, más precisamente un panqueque tibio. -¿Y esto?

-Te lo quiero dar como compensación de que te cancelé sin avisar. No te preocupes por mí, tengo uno. -Justamente una sonrisa se esbozó en el rostro de la chica, al mostrar el suyo propio. Los dos comieron de forma agradable.

-Un vaso de leche no estaría mal. Desgraciadamente no hay tal cosa.

-¿Qué le haremos? Hum...el sábado no hay mucho por hacer así que...

-¿Vamos a desayunar ese día?

-Me leíste la mente. -Se sonrieron los dos.

Ya recordaba por qué el amor por Lumine brotó de su alma. Había una conexión especial a pesar de que no tenían tanto en común.

Su relación con ella era completamente diferente a la que tenía con Ayaka, sin duda alguna, pero también huelga decir que le agradaba pasar el rato con cualquiera de las dos, en eso era igual completamente.

Sin embargo, recordó algo importante.

-El sábado no puedo...tengo otra cosa que hacer ese día. ¿Podría ser mañana aunque sea viernes?

-No lo sé...el domingo no tengo tiempo. Si resultamos sin tarea, seguramente aceptaré. -Sonrió ella.

Lumine ocultaba detrás de esa sonrisa un sentimiento de cierto dolor. Sabía que ese día, ya que lo daba por sentado, Xiao iría con Ayaka, e ir en domingo la dejaba pensándose como plato de segunda mesa. Eso le hería su grande orgullo, pues a ninguna mujer le gusta no ser la prioridad.

El viernes la dejaba con ese mismo sentimiento, una entrada para el plato fuerte, pero algo de paso, en realidad. Sí que quería tener ese desayuno, pero no conforme lo demandara su contrario.

Ahora tenía una idea muy en concreto, era divertida y sería bastante mejor que nada.

-Debo devolverle un libro a alguien, ya regresó. -Mencionó Lumine, marchándose apresuradamente. El muchacho tenía un pedazo de panqueque en la boca, de ahí que no se despidiera tampoco.

Ella regresó al poco rato, sonriendo ampliamente. Xiao estaba, por otro lado, desparramado en su lugar hablando con Fischl, que le daba algunas opiniones respecto al guion que ahora manejaban.

Faltaba su tiempo para la obra, pero vaya que sería una cosa de locos, sin pensarlo un segundo. Lumine ya se preparaba para el papel de la villana, que ahora sí le quedaba bien, no como aquella vez que no dio la talla.

Durante la clase con Zhongli, él daba un recordatorio relativamente importante.

Se trataba sobre la gaceta escolar, que ya llevaba su tiempo circulando y destacaban mucho los poemas del hermano de Lumine que iba en el turno de la mañana, así como algunos cuentos, fotografías y ensayos breves.

Como fuera, el recordatorio era para que no dejaran de mandar algunos trabajos, pues la gaceta se quedaba sin mucho material, en realidad.

La verdad es que Xiao no resultaba para nada interesado en la gaceta...hasta ese momento. Pensaba en que, quizá, lo ideal sería retratar a Ayaka en la próxima cita que tuvieran, siempre y cuando tuviera el uniforme puesto.

Quedó pensando en eso durante algunos minutos, le venía a la mente la situación, la pose que ella haría, si debía ser mejor con una sonrisa o no, algunas cosas más.

Sin darse cuenta ya había sonado el timbre para salir a receso, por lo que, con un enorme suspiro, se retiró del salón sin ver atrás, pues lo único que quería hacer era fumar para quitarse el estrés de las clases.

Era la primera vez que, a su llegada, Ayaka ya estaba ahí, sentada, pero ella no fumaba, simplemente bebía un té enlatado que se notaba frío. A pesar de que el aire estaba helado, el sol pegaba fuerte.

-Te esperaba. -Ella se levantó y, sin preguntarle, lo abrazó para besarlo nuevamente, Xiao quedó tan sorprendido que no reaccionó, algo que decepcionó a su contraria. -¿T-te arrepientes de lo de ayer?...

-¡No, para nada! -Se exaltó el muchacho. -No sé tú, pero siempre que recuerdo ese momento...el corazón me empieza a latir.

-Yo igual... -Un nuevo beso se dio, pero otra vez resultó infructífero. -¿Pasa algo?

-Siento que es muy pronto...prefiero que no lo hagamos.

-Sí, es pronto...pero no puedo evitarlo. Cuando me enamoré de ti, jamás saliste de mis pensamientos, y llegó un momento donde me pregunté seriamente qué sentiría al besarte. Ahora que lo sé y me gustó, quisiera repetirlo.

-Ya veo...tiene sentido. De cualquier modo, sigo insistiendo en que es pronto.

-¿Prefieres normalizarlo antes? Es lógico, a nadie le gusta que jueguen con sus sentimientos. Pero sí te diré, Xiao. -Ayaka lo agarró de la corbata, jalando de la misma para pegarlo a su frente con ternura. -Yo no juego contigo. Te amo y eso es todo lo que diré. -Un beso rápido terminó en los labios del muchacho, fue tan fugaz que no hubo tiempo de saborearlo, pero era lindo de cualquier modo.

Soltándose del agarre de la chica, él se acomodó la cortaba y recuperó la cordura, aclarándose la garganta solamente para recargarse contra la pared, sacando un cigarro para ponerse a fumar.

-¿Puedo preguntarte cómo te enamoraste de mí?

-Es una cosa de bobos. -Sonrió ella. -Te vi caminando por los pasillos el tercer día de clases, fue de lejos, pero a mis ojos caminaste a cámara lenta, todo el mundo se detenía para mí, suspiré como no lo había hecho en meses, y el pensamiento "nada cambiará mi mundo" se derrumbó completamente. Fue como amor a primera vista...

-Oh... -El punto del cigarro ya no era lo único rojo en el ambiente. -Lindo, si me lo preguntas. ¿Así que amor a primera vista? A mí no me gusta el amor a primera vista, siento que se pierden muchas experiencias lindas.

-¿Cómo las que tú tienes conmigo? -Una sonrisa traviesa se acomodó fugazmente en sus labios.

-Po-por decirlo de alguna manera, Ayaka...

-En mi caso, esas experiencias solo cimientan lo que pensé desde ese día: que me gustas mucho. -Dándole un beso rápido en los labios a la vez que daba una risita, la chica salió de la terraza, entrando de nuevo a la escuela. -Debo estudiar para la prueba diaria, nos vemos después.

-Chica rebelde...le dije que no quiero que me bese y es lo primero que me hace.

Xiao se sentía enojado, impotente, pero no demasiado. Sería como el sentimiento de cuando alguien se come algo que no debió, y ese algo fuera de uno. No es el fin del mundo, pero tampoco se siente relajado.

No siendo solamente eso, el muchacho sonrió golpeando suavemente dos veces la pared, esa chica rebelde, aquella que hacía lo contrario que le decían para molestar. Esa rebeldía era lo que le encantaba sin duda alguna, le parecía lo más sexy de Ayaka.

Regresando a su mundo, no habían pasado más de cinco minutos del encuentro, así que, tras acabar de fumar, él regresó a las andadas, así como si nada hubiera pasado. Se le veía de buen humor, cosa ya rara de por sí.

Lo más ideal era darle alguna repasada al guion para ver si es que de verdad necesitaba cambiarle algo, y eso fue justamente lo que hizo, acostándose en una de las largas bancas, teniendo un pie encima de la misma, sujetando un lápiz y revisando el guion, al que le encontraba algunas faltas de ortografía que corregía al instante.

Tomó en cuenta lo que Fischl le había dicho, y encontró prudente cambiarlo, así que lo hizo. No comenzaban todavía con los ensayos generales, así que podía darse ese lujo.

Sin embargo, y faltando cinco minutos para terminar el receso, alguien llegó corriendo frente a él, era una chica más o menos de su tamaño, de cabello corto y platinado, muy linda y tierna.

-Hola, Xiao. Quería pedirte un favor rápidamente. -Dijo ella, un poco tímida, pero ciertamente se notaba apresurada.

-¿Pasa algo? ¿Alguien te molesta?

-S-sí...digamos que me dijo algo que no fue muy de mi agrado, y sé que tú...

-Yo me encargó. -Xiao se levantó de inmediato, pareciendo ahora de muy mal humor, pues cada paso que daba se hacía más pesado, aparte de que un aura de furia se cernía sobre él de forma inmediata.

Por cualquier lugar donde pasaba, más de un escalofrío era causado, la chica lo alcanzó, diciéndole a dónde tenía que ir.

Más precisamente era el club de cocina, y suerte la suya, ya que estaba tan enojado que le haría algo que le daría un buen susto a ese tipo. Seguiría el consejo de Ayaka, pero saltándose lo de poner una llamada de atención. Algo así merecía, sin duda, una buena amenaza, cómo las que él sabía dar.

-Aquí está...es la única persona ahí, y ese chico...

-Despreocúpate. -Sonrió el, revolviéndole los cabellos a la chica. -Ya no te volverá a decir nada ese degenerado, lo prometo. Solamente dime tu nombre.

-Noelle...¿Por qué preguntas? -No hubo respuesta.

Empujando la puerta con fuerza y enojo, alguien se cayó del lugar donde estaba sentado por el susto que se había dado al escuchar el estruendo. Xiao comenzó a tronarse los dedos, siendo perfectamente audible incluso para Noelle, que seguía fuera del salón.

-Oye, un pajarito me contó que le. dijiste a Noelle cosas desagradables, ¿acaso quieres que te remodele esa boquita a golpes? No debes decirle a ninguna chica que... -Al llegar al lugar donde la persona se había caído, se percató...que era alguien bien conocido. -¿Lumine?

-¡Por Dios, Xiao, vaya susto me diste! No pensé que te tomarías tan en serio el asunto.

-¿Qué pasa aquí? ¿Tú fuiste la que...?

-De hecho era mentira... -Noelle se sonrojó un poco, juntando sus manos. -Creo que ustedes dos tiene cosas que hablar a solas, mejor me retiro.

En cuanto ella se retiró, Xiao volteó a ver muy extrañado a Lumine, pero un poco enojado también. La explicación era simple: quería llamar su atención, y a sabiendas de que no había otra forma posible de hacerlo, se les ocurrió a ella y a Noelle esa pequeña mentirilla.

Suspirando fuerte para contener el enojo, el muchacho se tranquilizó, llevándose ambas manos a la cara. Ya se le veía más calmado.

-Decirme que querías verme era suficiente, o esperar a la hora de clase.

-Ahí está el detalle, Xiao. -Sonrió Lumine. -¿No has visto la mesa, verdad?

-¿La mesa?

Recordemos que estaban en el club de cocina, había una mesa de trabajo común, y en la misma se pusieron dos platos con tres panqueques cada uno, sumado a un buen vaso de leche. Al chico se le abrieron los ojitos con un pequeño brillo al verlos.

-Como no podremos tener una cita juntos solamente para comer panqueques, pensé "porque no hacerlo a mí manera".

-Me agrada tu manera. -Ambos se sentaron tranquilamente a la mesa, viendo el reloj de la pared para después verse a los ojos, tomando el tenedor para comenzar a devorar esos panqueques con velocidad de rayo.

Xiao masticaba a la vez que se echaba sirope directamente en la boca, volviendo a masticar con prisa. Algo parecido hacía Lumine, ya que ella, en vez de sirope, tenía el bote de la crema batida descargándose en sus labios.

Tras tragar aquella porción, se cambiaron de complementos, siendo ahora lo contrario y lo mismo a la vez.

En cuanto se acabaron los panqueques, los dos bebieron la leche de una sola sentada, sin detenerse un segundo para inmediatamente después respirar profundamente, aliviados.

Ambos eructaron, Xiao lamía la crema batida que quedaba en sus mejillas y en el plato, mientras que Lumine se limpiaba con una servilleta.

Mirándose de forma seria, los dos estallaron en una carcajada absolutamente necesaria y querida. Había sido la cita más corta de la historia, y seguramente la más absurda también.

Aun después de sonada la campana, los dos seguía riendo, rojos de la cara por la falta de aire. Un dolor les llegó a ambos casi al mismo tiempo. Se retiraron del club no sin antes recoger todo lo que habían usado, riendo de vez en cuando.

-Seguramente si alguien nos hubiera visto, sentiría asco de nosotros. -Confesó Lumine.

-Ni siquiera pude tomarles todo sabor...solamente sé que estaban muy ricos. ¿Los hiciste tú?

-Así es. Noelle es parte del club de cocina, ella me ayudó para que estuvieran listos "a tiempo".

-Ahora pienso que hicieron bien en mentirme. No le habría tomado mucha importancia sino me decían para qué era en realidad.

-Fue divertido, al final de todo. Eso vale más, estoy segura de ello. Ojalá un día sí podamos comer tranquilamente.

-Se disfrutará más, lo apuesto.

Con una pequeña sonrisa en sus labios, ambos fueron al salón con bastante satisfacción y un estómago lleno, sin duda.

La experiencia fue algo que resultó bastante lindo, nada más faltaba que se repitiera otra vez y con más calma.

Malamente, ese recuerdo quedaría enterrado de forma, tristemente, rápida. ¿Qué quiere decir el autor con eso? Llegó el día sábado.

Quizá no fuera lo más prudente o lo más lógico, pero el muchacho llevaba consigo ese día un clavel blanco con algunas manchas rosadas en sus pétalos. Lo llevaba lindamente decorado con un celofán transparente y un papel de tela azul, representando el cabello y los ojos de Ayaka.

Sería equivocado no decir que aquel era un detalle, aparte de romántico, muy tierno y detallado. Era solo uno, pero el gesto, más que la cantidad, causaría un buen recuerdo.

Ese día Ayaka vestía como la otra vez, salvo que ahora usaba una falda corta, la misma le llegaba poco más arriba de las rodillas, lo que era mucho decir si se toma en cuenta que ella, con el uso de su falda escolar, era muy cumplida. Apariencias, al final de todo.

No era todo, en realidad, pues Ayaka tenía pintados sus dedos, cubiertos también por anillos más simples, todos de color negro. Los "tatuajes" eran algunos números romanos, una calavera, un corazón negro, una cruz ortodoxa y sus uñas quedaban pintadas nuevamente de negro.

-Xiao, qué lindo. -Exclamó ella con ternura en cuanto vio el clavel en sus manos, retirándolo de las mismas para olerlo. Su sonrisa era de lo más genuina.

-Quería darte un presente, eso es todo. -Murmuró el muchacho, rascándose detrás de la cabeza. Como era de esperarse, incluso por él mismo, es que los dos se dieron un beso decidido, bien hecho, que duró algunos segundos donde ambos se sintieron muy felices y se sintieron de verdad vivos.

-Vaya, me sorprende que sí respondieras.

-Chica rebelde, te dije que no quería que me besaras. -La voz de Xiao, al decir aquello, era muy autoritaria. -Al final haces lo que se te viene en gana, así que mejor me di por vencido.

-Puede que esté loca por ti, pero no estúpida. -Una buena risita salió de los labios de Ayaka. -Yo siempre seré rebelde y haré lo que quiera, desafiaré a quién sea y corregiré a todo aquel que este mal, incluso a ti.

-Ya lo hiciste, de hecho. Hay algunas cosas que quiero decirte, quizá eres la única persona que puede ayudarme...

-Claro que me gustaría ayudarte... -Sonrió la muchacha, tomándolo de la mano para encaminarlo al lugar dónde tenían planeado, que era, de nueva cuenta, el cine.

No solamente irían al cine, era cerca de medio día, ninguno de los dos había desayunado, por lo que acordaron almorzar en un lugar cercano al cine que era barato y rico.

Llegando, Xiao se puso bastante serio, bebiendo un poco intranquilo un vaso de jugo de temporada, daba la impresión de que no quería lastimar ni preocupar a la persona que tenía frente de sí.

-Supe que tuviste un momento divertido con Lumine, una amiga del club de cocina me lo dijo. Y, por tu cara, imagino que tiene que ver con eso...algo me dice que no quieres que te bese porque te confundo.

-Más o menos...ser una persona solitaria me ha impedido desarrollar mis sentimientos. No sé cómo sentirme al respecto con ello. Ella me gusta, como te lo dije aquel día, pero...

-¿Pero...?

-Ese primer beso que nos dimos me ha hecho replantearme las cosas. Besándote soy feliz, estando junto a ti soy feliz, y creo que también me gustas, solo que es muy pronto...

-Me parece sensato lo que dices y lo que piensas. Sin embargo te pregunto, ¿tardaste mucho en enamorarte de Lumine? ¿La conocías bastante antes de que nos viéramos por primera vez?

-Tal vez no mucho...

-Quizá tengo tu atención. -A pesar de la dureza de las siguientes palabras, Ayaka nunca lo dijo con mala intención y siempre fue con ternura en su voz juvenil. -Pero falta ese chispazo. El beso calentó la pólvora de tus sentimientos, pero falta algo que la haga estallar. Eso depende de ti, solamente quiero que sepas que yo hago todo lo posible porque así sea.

-Me sonrojas... -Confesó, apenado, ella lo tomó de la mejilla, sonriéndole cálidamente.

Ayaka no era tonta, y sabía que tenía que llevar la delantera, pues el amor no solamente se vale del presente sino de los recuerdos, que puede ser muy importante. No es necesario decir que esa ida al cine era un as bajo la manga.

Muchas veces el ir a ver películas en el cine no es solamente por lo romántico de la obscuridad, de poder tomarse de la mano, abrazarse. Es parte de la experiencia, pero hasta la ciencia juega ahí.

Las emociones fuertes, en compañía de una persona, engañan un poco al celebro, y se asocia a esa persona que tenemos al lado con la liberación de adrenalina, por lo que, siendo el humano adicto por naturaleza a la adrenalina, se comienza a desear estar al lado de esa persona.

El plan de Ayaka era simple: haría que Xiao, por medio de las experiencias fuertes, empezara a desear estar junto a ella, no había fallo.

Podía ser un poco manipulación o puede no serlo, pero de que funcionaría, era más que seguro que sí, y de dudarse, el lector puede ponerlo en práctica según le parezca correcto o no.

Aquí el asunto es que, la película que verían, tal vez no era de terror, pero sí que era una por la que pasarían emociones fuertes.

Era una película, como no podía ser de otra manera, de amores contrariados y de vidas trágicas.

Los dos acabaron el almuerzo hablando de cosas más, un poco sobre los besos y la relación que debían llevar, pues al final de todo, las relaciones sociales se regulan por medio de contratos o normas, y esa parte era justamente la que tratarían.

Ayaka defendía que podían ser novios no declarados, no era necesario tener tanto formalismo, en realidad, aunque podían hacer cosas propias de las parejas sin serlo, como ir tomados de la mano, besarse, tener citas, cosas de ese estilo.

A Xiao no le parecía del todo mal, el detalle es que se sentía que eso podría confundirlo más de lo que ya estaba.

-Necesito un tiempo...quiero pensar bien las cosas, la verdad me daría la impresión de jugar con tus sentimientos, y eso no lo quiero.

-Puede que yo juegue con ellos sin darme cuenta. Sigh, lo repito, eres bastante sensato. ¿Alguna idea más?

-¿Te agrada la idea de que lo llevemos como hasta antes del beso?

-Me dolería un poco, aunque a futuro puede dolerme más el seguir como lo hacemos hasta ahora.

-Bien, me agrada eso.

-Solamente...quisiera un último beso, no pido más.

-De acuerdo, no tengo problemas con ello. La verdad será un poco incómodo ya que acabamos de desayunar...

-No ahora, Xiao. -Rió ella. -Después, pero quiero que sea sorpresa.

Sin más, ambos pagaron la cuenta y entraron al cine faltando no más de cinco minutos para que la función terminara.

En cosa de no más de 20 minutos, Ayaka lloraba desconsolada en el hombro de Xiao a la vez que él la abrazaba, incluso recorrieron uno de los recarga brazos pegados a sus asientos para que fuera más cómodo.

-Abrázame... -Pidió Ayaka, sin dejar de llorar, y en realidad a Xiao no le faltaba mucho para que estuviera igual.

Tal momento no llegó, pero un fuerte nudo en la garganta del joven le apareció, el resto de la sala lloraba a mares a mitad de la película, y la realidad es que, rara vez, alguno de los dos se soltaba del abrazo.

(Anécdota innecesaria: una vez fui al cine a ver una película de terror con una chica que me gustaba que luego fue mi novia, y vimos parte de la película abrazados, fue muy bonito, pero en una parte, yo me asusté y dije "Ay, cabrón", se escuchó en toda la sala y todos se rieron, incluso a mí me dio gracia ya que un susto similar pasó a los pocos segundos y, en vez de asustarnos, la sala entera se rió :v)

Otra ocasión a mencionar es que Xiao tuvo algunas contracciones en su pecho cuando estuvo a nada de llorar, pero se controló, cerró los ojos y abrazó con fuerza a Ayaka, quien no controlaba su llanto de magdalena.

Acabándose la película, ella tenía los ojos un poco hinchados, se sonaba la nariz y limpiaba los ojos con un pañuelo que había llegado a sabiendas de que lloraría.

Un nuevo abrazo necesario los acompañó, estaban tan juntos, y permanecieron tanto así que incluso el perfume de Ayaka se había pegado en la ropa de Xiao.

-Iré a maquillarme de nuevo...no tardo. -Se despidió Ayaka caminando al baño, Xiao se sentó en una banca del cine, mirando al techo.

La historia le había parecido linda, un nuevo y hermoso recuerdo quedó en su mente, uno en el que Ayaka aparecía como principal protagonista. Una victoria se anotaba para ella, justamente como lo tenía pensado.

La siguiente actividad, y de hecho la última, era ir a bailar...fue más bien decisión unilateral de la rebelde muchacha, pues su querido acompañante, en realidad, no sabía hacer tal cosa.

-Venga, una nueva primera vez en la que estaré incluida. -La sonrisa que esbozaron las mejillas de Ayaka no pudo ser más real. -Tu primer baile será conmigo, ¿te agrada la idea?

-Me aterra, mejor dicho. -Xiao abrió los ojos, exaltándose un poco. -¿Qué tal si te piso?

-Me aguantaré.

-¿Y si te dejo en ridículo?

-Siendo a tu lado, vale la pena.

-Oye...supongo que es noble de tu parte sacrificar tu dignidad bailando por mí.

-Siempre estaré dispuesta a ayudar a quien lo necesite, tú no eres la excepción, ya sea para lo más difícil o lo más simple.

-¿Por ser yo?

-No. Eso fue algo que aprendí del guerrillero que mataron en Bolivia, y siempre ayudaré a cualquiera en cualquier situación, sin importar nada.

-Eres muy noble, Ayaka. -Una pequeña sonrisa de boca abierta figuró en el rostro del muchacho.

Ya entrados en la pista de baile, al ser sábado y no muy temprano, había un poco de gente, así que Xiao comenzó a arrepentirse. No será raro el decir que la rebelde muchacha lo obligó a bailar.

Se veían muy torpes, ya que ni siquiera bailaban el género que sonaba en las bocinas, lo suyo era más bien un vals, pero lo hacían con armonía, encerrados en su propio mundo, en realidad.

-Así...bien hecho, Xiao. -Celebró Ayaka, sonriendo con alegría en cuanto los pasos empezaron a mejorar. -Uno, dos, uno, dos...y vuelta.

La vuelta fue un fracaso absoluto, pues el muchacho se torció un poco al pensar que él era quién debía darse vuelta en vez de su compañera. Ella rió con gracia, acomplejando un poco a su contrario.

En esos cuarenta minutos de baile nunca se soltaron de las manos, ni dejaron de abrazarse como tampoco de mirarse a los ojos.

La música era de lo más romántica, tranquila, feliz, justamente como el vaivén de los latidos de su corazón. Sus pies se movían al compás, el paso más básico fue dominado en media hora.

Una nueva vuelta fue trabajosa, pero salió relativamente bien para ser novatos, cuando Ayaka tomó de nuevo las manos de Xiao y él la sujetó de la cintura, se cobró aquello que debía.

Es cosa de imaginárselo un poco: bailaban pegados, con una música que tranquiliza el alma por lo bella que es, tenían las manos sujetas, y esos labios se juntaron bellamente.

Cerraron sus ojos de forma delicada, casi como si estuvieran quedándose dormidos, entrelazaron sus dedos y apretaron un poco el agarre que tenían en la mano que sujetaba el cuerpo de su contrario.

Se habían convertido en una misma estrella que danzaba bellamente en lo frío del espacio, siendo ésta un objeto con un tierno calor emanando de ella, como lo sería un verdadero astro.

Perdieron la conciencia del tiempo durante ese beso, habían dejado de bailar, no dejando de estar unidos de esa forma tan bella y especial. Fue, durante ese momento en que sus almas se fusionaron en una misma, que finalmente el chispazo ansiado por Ayaka surgió en el corazón de Xiao.

Quedaba el solo detalle que ella no lo sabía, quedando delatado únicamente en el color rosado de las mejillas del muchacho.

Separándose, tomaron aire como si faltara un segundo para morirse ahogados, mirándose a los ojos para decirse todo sin decirse nada. Sus ojos ardían con las llamas del más poderoso de los amores: el del amor juvenil.

-Xiao... -Ayaka tenía el rostro sonrojado, su voz era dócil, tímida, amable y llena de amor, pero también de inseguridad. -Todos los días lucharé por el amor que siento por ti y que mis sentimientos, de ser palabras bonitas, se transformen en una realidad a tu lado.

-Es cosa de que me des un empujón.

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Verde...pensé que este cap estaba más centrado en Lumine que en Ayaka, pero ya vi que no jsjsjs

Hacía más de un mes que no leía el capítulo y la verdad esta lindo, pero incluso yo mismo me sorprendí con la escena final, me quedó de ufash las estufhas. Noelle, de hecho, no volverá a salir hasta dentro del arco del cada día más canon, así que si son main de ella, la volverán a ver dentro de poco uwu 

Wow, falta poco para que acabemos este arco, el viernes estará intenso.

Nos vemos después, voten, comenten, ya saben uwu

Siempre tuyo:

-Arturo.

PD: ya vieron la demo de Eula? Ese baile me hizo super simp de ella, Hu Tao es mi niña concentida pero Eula va a ser mi reina 😂

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