1.10 Xiao, el justiciero heroico.
Lumine caminaba a toda prisa, era el día siguiente de la obra de teatro, por lo que retrocederemos un poco en el tiempo. Este momento era en el que ella se dirigía para la oficina del director, abriendo la puerta sin tener si quiera el miramiento de tocarla.
Zhongli estaba sentado en su escritorio tomando sabrá Dios qué cosa, pues no era una taza de café, sino más bien un vaso de madera pequeño, regordete y circular, además de que parecía beber de lo que era un popote ancho de metal.
A su lado se encontraba Ninguang mostrándole algunos papeles, ambos se sorprendieron, mirando un poco a mal.
-Lumine, debes de tocar antes...
-¡Debo de hablar urgentemente con el profesor Zhongli! –Farfulló la chica.
-¿Sucedió algo?
-No precisamente...es sobre Xiao. Sé que es su hijo.
-Oh...creí que había mantenido bien el secreto.
-¿Por qué oculta que es su padre? ¿Le da vergüenza que así sea?
-¡No! Para nada. Solo no quiero que se rumore que él tiene favoritismo al ser mi hijo, por eso lo quiero ocultar.
-Es que...Xiao piensa que usted lo odia, le dolió mucho que se fuera de la obra sin darle una explicación, creyó que no le gustó en lo absoluto.
-Te dije que decirle la verdad era lo más indicado. –Canturreó Ninguang, mirándose las uñas.
-Tch. No quería que se preocupara.
-Está bien ser considerado, lo que no está bien es ser pendejo.
-Subdirectora Ninguang, creo que me está pidiendo una amonestación.
-¡Ella tiene razón! Director Zhongli...usted... ¡usted lo que es, es un pendejo! –Los dos maestros se quedaron sorprendidos ante la afirmación tan provocativa. -¡Sus malas decisiones han hecho que Xiao lo odie, él no quiere perdonarlo, pero eso no está bien!
-Mi muchacho...tiene razón, no merezco que me perdone. He sido mal padre, rara vez he estado con él, pero yo no me avergüenzo de él ni lo odio...no quisiera preocuparlo más de lo que ya debe de estar.
-¡Entonces dígale la verdad! ¡¿Por qué se fue a media obra sin explicarle antes?!
Zhongli no dijo nada, solamente se rascó el ojo, bebiendo un poco más de ese vaso de madera que resultaba muy curioso, llevándose una mano a los ojos.
-Me sentía mal...el doctor me hizo unos análisis ayer y en dos semanas me darán los resultados. Anteriormente me dijeron que mis glóbulos blancos están bajos, que lo mejor es que descanse, pero la escuela no descansa, así que yo tampoco. He sido director por más de 10 años, no he flaqueado nunca y no lo haré ahora, Xiao no tiene que preocuparse en vano, estaré como siempre he estado: bien y preparado para llevar las riendas de esta escuela que está vinculada a la universidad más importante del país.
-Director, eso que dice es egoísta de su parte. Su hijo lo necesita más que la escuela.
-Eso lo sé mejor que nadie. Pero no sé qué hacer, Guizhong sí lo sabría. –Zhongli se llevó las manos a la cara, la profesora Ninguang lo tomó del hombro, indicándole a Lumine que lo mejor era que se retirara.
Ahora ella estaba muy molesta, ya comprendía muy bien el odio que le tenía a Zhongli. Lo que ella no veía es que sí que era difícil decidir, ya que Xiao era parte de la escuela, y todos siempre esperaban lo mejor de Zhongli al ser el director.
Era una carga muy pesada la que él tenía, todo siempre tenía que ser supervisado por Zhongli para que quedara impecable, pero eso tenía un costo ya.
Su cuerpo le cobraba factura cada vez más rápido, notándose en lo común que eran sus visitas al doctor cuando antes eso ni le preocupaba.
Otra cosa es que ya no podía controlar ese temblor en sus manos por el estrés en aumento que sufría todas las semanas, el hecho de que tuvo que cambiar el café por el mate por la acidez estomacal que eso le causaba, entre otras cosas más.
Para la semana siguiente, que es situándonos de nuevo en el tiempo más presente, Xiao entraba en el club con bastante ánimo. Las ojeras que tenía ya no eran tan profundas ni obscuras como antes, de ahí que ese día no se maquillara al no verlo necesario.
Muchos se sorprendieron al verlo un poco más fresco que de costumbre, por lo que no se alejaban mucho de él al ya no inspirar esa aura de desagrado que siempre cargaba con él, lo que era mucho decirse.
Se sentía contento, claro, pues la cita con Ayaka le fue un sabor de boca muy dulce y que le seguía durando a pesar del tiempo. Quizá pasaría el receso fumando con ella en la azotea.
Al ver a Lumine, ella se sorprendiendo, sonriéndole, gesto que le regresó pero ni de lejos con la misma intensidad.
-Ya casi olvidaba como te veías sin maquillar.
-Lo tomaré como un cumplido.
-¿Qué te has hecho estos días? Casi sentí que te habías olvidado de mí.
-Esas son boberías, todos los días me acordaba de ti. Y respondiendo tu pregunta, salí con Ayaka.
-Oh, olvidé que me lo dijiste. Hum...lo que me parece curioso es pensar si te acordaste de mí cuando estuviste con ella.
-Una vez, pero eso es aparte. Quizá el próximo sábado salgamos otra vez.
-Eso ya no me suena tan casual. ¿Te gusta ella?
-No. –Ahora el "no" sonaba menos convencido, pero seguía siendo pasable. -¿Por qué preguntas? ¿Celos de amiga?
-Ay sí. Ya parece que tendré celos de tus amigas. –Rió Lumine, aunque al final hubo una cierta acidez, por no decir dolor, en su voz. –Pero eso da igual, ya que quiero platicar contigo algunas cosas, y qué mejor que acompañarlo con una malteada de almendras.
-No suena mal...pero no hablemos de mi padre.
-Hay cosas que tienes que escuchar.
-Yo no tengo nada que escuchar de él.
-Sí lo tienes.
-Olvídate de eso.
-Xiao, a veces eres tan necio...
-¿A quién le importa?
Ella no dijo más, simplemente torció los ojos, desesperada, pero no es que pudiera hacer más, lamentablemente.
El muchacho movía una de sus manos con bastante ansiedad, pues pensar en tener que escuchar algo de su padre, que posiblemente fuera positivo, era lo peor para él. Ya daba por sentado que siempre vería todo lo malo de él, y si así debía ser, no le importaba mucho.
Mirando a Lumine, la que se notaba un poco molesta todavía, notó algo que, más bien, intentaba mantenerse oculto, y esa era que ella tenía un curita en su mano, más precisamente en el pulgar, pero se había tratado de cubrirlo con el suéter.
Él alzó una ceja, ella lo ocultó un poco más, desviando la mirada así como si no supiera nada.
-¿Qué te pasó ahí?
-Nada, en realidad.
-Me parece sospechoso que así sea.
Llegando Tartaglia, las sospechas del joven no hicieron más que aumentar, ya que él tenía varios curitas en la nariz y en la mejilla, ¿había pasado algo entre los dos ayer y Xiao, por en realidad haber estado más al pendiente de Ayaka, no se hubiera dado cuenta?
Hay que decir que no debía ser un genio para ver la obviedad de lo evidente. Simplemente los miró con sospecha, pero no dijo nada. Debían comenzar con las pláticas de qué hacer ahora que había finalizado la obra, y de qué manera.
-¿Escribes el siguiente guion, Xiao? –Preguntó Fischl, que ya también había llegado.
-No veo por qué no. Si me dan la oportunidad, encantado.
-¡Bien! La obra gustó mucho, así que no dudo que la siguiente tenga un excelente recibimiento.
-No lo sé, yo votó por algo más clásico. –Mencionó Tartaglia, desanimado.
-Tú no tienes voz ni voto. –Exclamó Lumine, él simplemente rió.
-Creo que lo mejor es hacer obras originales a que se repitan cosas que en anteriores generaciones ya han hecho. Es algo fresco, más puro, y dará de qué hablar por bastante tiempo. –Siguió Fischl.
-Tal vez...pero lo clásico es lo clásico, la gente también quiere verlo.
-Podemos dejarlo a votación.
Ya fuera para bien o para mal, se dejó la decisión de que se votara, por lo que ganó por una amplia mayoría (no queriendo decir aplastante), el que las obras fueran escritas por los miembros del club.
Fischl también quería participar, así que se le dio pase libre. Todavía tenían un montón de tiempo para decidir qué se haría, de ahí que se pudieran dar hasta el lujo de decidir cuál guion se quedaría.
-Suerte al mejor. –Sonrió Fischl, ofreciéndole la mano a Xiao, quién la aceptó gustoso.
-Así es.
En el tiempo de clase, que ya no era mucho, pues los pendientes se acabaron pronto. Los dos fueron a una de las máquinas expendedoras a comprar algo para beber. Justamente, Xiao quedaba recargado en la pared mientras que Lumine se sentó en el suelo, notándose un poco agobiada.
Querían iniciar una conversación, pero les daba un poco de vergüenza el hacerlo, no encontraban la manera de empezar. Él buscaba decirle que haría un personaje ideal para ella, ni muy malo, pero tampoco bueno.
Ya más o menos lo tenía pensado, se basaría en la personalidad de la propia chica, así ese papel le quedaría como anillo al dedo.
Ella deseaba preguntarle por su cita del sábado, rebuscándole si sería apropiado o no, debido a que lo menos que quería era mostrarse invasiva con su amigo, mas la curiosidad y unos pequeños celos le picoteaban la cabeza.
-Oye... -Se dijeron a la vez.
-Empieza tú. –Soltó Xiao.
-¿Te gustó la cita con Ayaka? ¿Qué hicieron juntos?
-Hum...sí me gustó, no puedo negarlo. Respecto a lo que hicimos, fuimos a comer una pizza, vimos una película, paseamos tomados de la mano por el parque y tomamos un café.
-¿Se tomaron de las manos?
-Sí...¿Eso es algo malo?
-Algo así solamente lo hacen las parejas... -Lumine agachó la mirada. -¿Seguro que no te gusta?
-Es linda y agradable, pero no me gusta. –Se ruborizó el muchacho. -¿Así que solo las parejas se toman de la mano? Eso explica mucho.
-¿De verdad no lo sabías?
-Sigh...los gestos normales para ti son extraños para mí. Nunca antes alguien me había tomado de la mano, mi primer abrazo me lo dio Ganyu cuando tenía 12, mi primer beso en la mejilla me lo diste tú, y Ayaka fue mi primer beso en la frente.
-Algo así suena imposible.
-Imposible para alguien que no es un miserable. Jamás he recibido en mi vida muestras de afecto, nadie nunca me ha demostrado algo de amor, solamente odio, odio y más odio. Eso es todo lo que conozco.
-Ay, Xiao. –Ella se levantó para abrazarlo, él respondió el gesto, apenas oliendo el perfume de Lumine que ya había olvidado lo mucho que le gustaba.
-Por eso no quiero hablar de mi padre. Me recuerda que por su culpa he sufrido tanto...tal vez más de lo que alguien tiene la obligación de sufrir.
-Lo mejor es cambiar tanto odio por amor. Todo lo que necesitas es amor, Xiao, eso arreglará tu forma de vivir. –Sonrió ella.
-Amor...tch, ¿me lo darás tú, por casualidad?
-Vamos, no seas sarcástico. –Ella le tocó la nariz. -Comamos un helado de fresa, charlemos un poco a profundidad y veamos qué pasa después.
-Lu-Lumine... (Inserte meme del werever diciendo "atrevida" :v)
Jamás se había esperado una propuesta de esa manera, aunque tampoco es que supiera perfectamente qué quería decirle con "veamos qué pasa después". Sonaba interesante y desconocido, algo que bien puede entusiasmar o asustar.
Para él, era una combinación de ambas cosas, pues pensar hasta dónde llegaría con la chica que le gustaba le causaba ansiedad para el futuro.
No contaban con que serían interrumpidos, ya que alguien caminaba con alguna cierta prisa, sorprendiéndose de ver a los dos jóvenes juntos, pero no era por ese hecho. Se sorprendía a bien, diciéndolo de alguna manera.
Éste sonrió, y se acercó rápidamente a Xiao.
-¡Perdón si los interrumpo, pero te buscaba para pedirte algo!
-¿Qué quieres de mí?
-¡Supe que tú golpeas a los abusones o a los que molestan a los demás, ¿eso es verdad?!
-Poner idiotas en su lugar es mi especialidad, ¿alguien te molesta?
-¡Sí, es alguien muy en particular! –El chico miró al suelo, avergonzado. –Siempre se burla de mí, de lo que hago, me molesta mucho y me humilla por leer romance, pero yo...yo no soy fuerte y si le reclamo algo seguramente solo se burlará más de mí, ¡por eso te pido que hagas justicia, Xiao!
-Dime quién es y para mañana no volverá a molestarte, ¿te agrada la idea? –Él enchinó los ojos, un poco molesto.
-¡Gracias, Xiao! –El chico lo abrazó, desesperado, él se sorprendió ante tal gesto, pues se notaba lo desesperado que estaba. -¡¿Cómo te lo puedo pagar?!
-Hum... -El muchacho empezó a acariciarse la barbilla. –Una cajetilla de cigarros no estaría mal.
-Xiao. –Masculló Lumine, molesta.
-Eso es todo, que sean de los más fuertes.
-¡Te los daré mañana sin falta!
El muchacho se fue corriendo con bastante alegría y emoción, Xiao sonrió para sí mismo, continuando con su bebida, Lumine negaba con la cabeza.
-No me gusta que fumes y no me gusta que te pelees.
-No fumaría si no me estresara y no pelearía si no hubiera idiotas que poner en su lugar, pero mientras los haya, lo haré con gusto.
-Por si no sabías, esa no es la forma correcta.
-¿Qué no es la forma, dices? –Se notaba que aquello lo alteró un poco. -Lumine, burlarse y humillar a las personas no es la forma correcta de tratarlas, así que lo extraordinario requiere medidas extraordinarias sea o no del agrado de la gente.
-En eso tienes razón, ¿pero es necesario que tú lo hagas?
-Soy el único que tiene guardado el suficiente odio y rencor contra las personas abusivas para hacerlo. Hablaremos después de lo que hagamos el miércoles, ahora tengo algo importante que hacer...
Cuando el muchacho se fue para conocer a su siguiente víctima, Lumine no pudo evitar llevarse una mano a la frente, riéndose pero no por gracia, sino por ironía y enojo.
Se daba cuenta que tanto él como Zhongli eran igual de brutos en las prioridades que debían tomar. De tal palo tal astilla, y malamente no había mejor forma de decirlo.
Justamente en el receso, Xiao miraba a su siguiente víctima, dándose cuenta que tal vez no la tendría muy difícil. Simplemente trataba de contener su enojo fumando un cigarro a escondidas.
Pensaba en las palabras que le había dicho Lumine, y eso le molestaba un poco, ya que el pelearse era su forma de desahogarse, pero no era suficiente todavía. Él sería lo que nadie fue por él: quien le diera justicia contra las personas que lo trataron de forma tan inhumana.
Justamente pensando en ella, recordó la otra cosa que le dijo, quería saber hasta dónde podría llegar. Ayaka lo tomó de la mano en la primera cita, y ésta sería la segunda con Lumine.
Recordaba ahora otro dilema: Ayaka. Sabía que ella estaba enamorado de él, y él estaba enamorado de Lumine. Sin embargo, las relaciones amorosas son como todo: hay que conocerlo bien para saber si nos puede gustar o disgustar. Xiao sentía que le gustaba la compañía de Ayaka, pues lo entendía, o eso pensaba.
Lumine definitivamente lo entendía poco, bajo su propio criterio, él comprendía mucho a Ayaka, y a Lumine muy poco. Sin embargo, existía el plus de ser su primer amor, por eso era tan difícil pensar sobre esos temas.
Fuera como fuera, tuvo que dejar de pensar en eso ya que Lumine lo encontró completamente perdido en sus pensamientos, tanto así que fumaba su cigarro estando ya completamente consumido.
-Vaya que tienes manías raras, pero mientras no fumes, está bien.
-Me tranquiliza el estrés. Si vienes a pedirme que no haga lo que tengo que hacer, déjame decirte que será en vano.
-Sí, sé que eres necio como nadie más lo sabe ser. Por eso mejor te pido que te cuides y uses la cabeza. Y, pase lo que pase, pierdas o ganes, será como la última vez...estaré ahí para ayudarte.
-Gracias. –Xiao no pudo ocultar una enorme sonrisa que le salió sola, por lo que tiró la colilla a un bote, levantándose de golpe tras haberla arrojado. –Disculpa si soy tan necio, es solo que ser así me ha funcionado siempre, y mientras algo no me funcione mejor, seguiré siendo así.
-Supongo que yo también sería una necia si te quiero imponer lo que yo quiero que tú hagas con tu vida. Solamente me preocupó por ti ya que no quiero que salgas lastimado. Ya tienes muchas marcas.
-Si lastimarme es el precio que debo pagar porque los demás vivan felices y sin temores, que así sea...porque quiero ser el héroe que nunca tuve, quiero darle a los demás lo que yo nunca tuve: justicia.
-Tan noble pero tan torpe a la vez...Sigh, tú sabrás lo que haces, pero si te patean el trasero te acordarás toda la vida de mí.
-Quizá ya lo hago... -Él le dio un beso rápido en la frente, sonriendo. –Gracias por preocuparte por mí, creo que eres de las pocas personas que lo hacen, pero hay cosas que no cambian, y mientras no cambien, yo tampoco.
Cuando el muchacho se retiró, Lumine quedó un poco sonrojada de sus mejillas, viéndose muy tierna y hermosa, malamente Xiao no pudo verla, de lo contrario se hubiera quedado más enamorado todavía.
Esperaba con ciertas ansias la hora de la salida, la chica la verdad es que se la pasaba un tanto preocupada por qué tan lastimado o no pudiera resultar el muchacho.
De cualquier modo, tenía la fe en que saldría bien, o lo mejor que pudiera.
Él pensaba en qué decirle, de qué forma actuar, pues no debía reaccionar con demasiada prisa, ya más o menos tenía la idea adecuada, solo esperaba que su plan saliera lo mejor posible.
Llegado el momento de la verdad, Lumine fue corriendo a la calle, con la respiración agitada y el corazón latiéndole locamente. Se había parado en una esquina, detrás de un poste, y vaya que era un buen lugar para observar.
Respecto a Xiao, vio a la persona a la que debía darle una pequeña lección, así que se acercó como si nada, casi como si pasara de pura casualidad.
Pasó de largo, pero después dio unos pasos de regreso, llevándose una mano a la barbilla.
-Oye, tú eres...
-Ah, sí. Soy yo, ¿por qué preguntas? –Acabada la pregunta, Xiao lo tomó de la chaqueta del uniforme, estampándolo contra la pared más cercana.
-¡¿Quieres que te dé tu merecido, imbécil?! ¡Alguien me dijo que te estabas queriendo pasar de listo, ¿es verdad?!
-¡¿D-de qué me hablas?!
-¡Oh, no te hagas el tonto, quizá debo refrescarte la memoria! –Xiao estampó otra vez al chico contra la pared. -¡¿Ya te acuerdas?! ¡¿No te suena un chico al que te gustaba molestar por leer?!
-¡Ta-tal vez me suena, ¿pero qué tiene que ver contigo?!
-¡Todo! –Otro azote, con golpe de cabeza incluido, vino. -¡Si algo me hierve la sangre son las personas como tú, así que como vuelva a saber que humillas o te burlas de alguien, me aseguraré de que sea la última! ¡¿Quedó claro?!
-¡Claro, claro, muy claro! ¡No lo vuelvo a hacer! –Xiao arrojó al chico contra el suelo, pues a pesar de no ser muy alto, sin duda tenía la fuerza de un toro, rematándolo con un golpe en el estómago.
-¡Para que se te quite lo idiota!
Sin más, Xiao se fue resoplando del enojo, aunque se fue calmado poco a poco, sacando todo su enojo en un último suspiro que se notaba cansado.
El chico que le había pedido ayuda se le quedaba viendo bastante sorprendido, incluso con un poco de miedo.
-Pon tu mano.
-¿Mi mano? –El chico lo tomó de la mano para poner una cajetilla de cigarros sobre la misma sorprendiendo a su contrario. –Gracias, Xiao. No creo que ese idiota vuelva a burlarse de mí, no si sabe que tú me defiendes.
-Ya sabes, cualquier cosa, estaré ahí para ayudar.
-Lo sé. –Tras una última sonrisa de lo más sincera, el chico se fue bastante alegre, pues se sentía liberado de una carga muy pesada, como si el justiciero heroico hubiera roto las cadenas que lo amarraban.
Xiao sonrió ahora para sí mismo, abriendo los cigarros para fumarlos, notando un sabor deliciosamente fuerte. Sorpresivamente, alguien le sacó el cigarro de la boca, él se sorprendió, y estaba listo para reclamar, pero se dio cuenta que había sido Ayaka la culpable.
Ella se llevó el cigarro a la boca, fumando del mismo, Xiao sonrió un tanto molesto, pero después se lo quitó a ella, volviendo a su vicio.
-Lo dejas bastante babeado. –Le recriminó la chica, con una risa.
-Sí, lo sé. Pero no es como que sea común de mí compartirlo.
-Cómo sea. Vaya, que malote, ese tipo seguramente se cago encima al verte la cara, parecías demonio, así que ya no molestará a nadie en su vida.
-¿Me viste?
-Corrección, escuché los gritos que pegaste, también por eso lo espantaste bastante, se puso blanco como muerto.
-Eso no importa, ver contento a ese chico...me hizo feliz. Por eso hago lo que hago, no quiero que sufran lo que yo sí, que sean felices a diferencia mía.
-Es noble, también muy lindo. Si fueras profesor, serías todo un ejemplo a seguir, pero haces lo que puedes con lo que tienes, siéntete orgulloso de ser el que defiende a los indefensos, Xiao.
Ella le dio un beso en la mejilla, retirándose, aunque, y sin esperárselo, Ayaka se llevó un cigarro prendido a la boca, sonriendo de forma coqueta.
Vaya sorpresa se llevó el chico, revisando que tenía las manos vacías. Ella le había robado el cigarro sin que se diera cuenta.
-Tch, que chica más necia y rebelde. –Sonrió él, sin en realidad darse cuenta de eso.
Luego fue a lo que en realidad iba, que era buscar a Lumine, pero por más que buscó y buscó con la mirada, se dio cuenta que ella no estaba, lo que fue una amarga sorpresa para él.
Quería platicarle de lo bien que le fue, resolviendo el conflicto sin apenas violencia, por lo que su semblante entristeció, pero no le dio más importancia al notar que su padre y el profesor Diluc iban caminando juntos.
-Gracias por el reporte de hoy, Diluc. –Mencionó Zhongli, alzando su índice izquierdo. –Creo que el terror que les inspiras a tus alumnos funciona mejor de lo que pensamos.
-Director, cuando asumí el cargo como encargado de disciplina fue porque sabía que usted no se equivocaba cuando me dijo que era el indicado.
-Ciertamente, lo habría hecho yo mismo, pero entre que la subdirectora Ninguang no me dejó y tengo muchas que hacer no pude.
-No importa, usted lleva la batuta de la preparatoria, y no dude que algún día lo premiarán por sus esmeros en cuidar de la escuela y su reputación.
-Supongo que sí... -Zhongli miró a Xiao, simplemente le sonrió amablemente. -¿Tardé mucho? Una disculpa, tenía un asunto pendiente.
-¿Xiao es su hijo? –Preguntó el profesor Diluc, bastante sorprendido.
-Así es. Él es mi muchacho. –Zhongli lo tomó de un hombro, sonriendo, él miraba a otro lado, enojado.
-Se parecen mucho...mismos ojos y cabello. Tiene la nariz y la barbilla de Guizhong, ¿pero de quién sacó el carácter?
-Ni idea. Es cosa de descubrirlo todavía, supongo. Bueno, hora de irnos, Xiao.
-Está bien...
Padre e hijo se fueron en el mismo auto, sin decir más palabras en realidad. Los dos estaban agotados tras todo lo ocurrido en el día.
Aunque hay que mencionar, ¿Qué pasó con Lumine? Ella vio el revuelo que causó Xiao, y se alegró bastante de que no hubiera demasiados problemas ni tuvieran que llegar a los golpes, lo que para ella fue mucha ganancia.
Justamente cuando iba a atravesar la calle, miró que Ayaka corría al muchacho, quitándole el cigarro y fumando del mismo.
Notó que Xiao sonreía mucho a su lado, que reía y no estaba serio en lo absoluto, que era su carácter habitual incluso de veces con ella.
Tratándose de Ayaka, su mirada tenía un brillo que irradiaba luz a más no poder, esa luz que solo puede reflejar la llama del amor dentro del corazón.
En cuanto a Xiao, había una pequeña luz, una que se notaba intentaba brillar con mucha más intensidad, solamente era cosa de que dejara de haber viento y esa llama se avivaría como un faro.
Eso le lastimó el corazón, y un ataque de celos la invadió. No eran celos tóxicos, sino se trataba más bien de una alarma que se prendía en su interior, y esa la que sabía que había una guerra en el corazón de Xiao.
¿Lumine era participe de esa guerra? Eso no lo sabía, y eso la aterraba. No queriendo ser vista en ese estado tan patético, mejor se retiró lo más rápido que pudo.
Ahora estaba más que preocupada. El lector intuirá algo, pero el autor prefiere ser reservado con ese tema que se verá adelante en la historia. Por el momento, todavía no nos compete tal cosa.
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Quizá los que sean más team Lumine se quedaron de "ah, maldita Ayaka, nada más anda de encimosa con el emo >:v" tal vez un poco, al final de todo dije que ella tendría más protagonismo jsjsjs
La escena de la máquina expendedora me pareció linda, la verdad, y como ya ven, también Tartaglia ya anda haciendo de las suyas, aunque eso lo veremos en el arco dedicado a Lumine.
¿Qué les parece eso de que Xiao sea una especie de justiciero? Al final, en el juego es el guardián yaksha, aquí también tiene eso de guardián/protector de los indefensos, espero haya sido acertado y les recuerde un poco al juego.
Por cierto, no les había dicho nada, pero suerte en sus tiradas al viejo sabroso, yo nada más estoy esperando a la muslos, digo, a Eula, ya que al papi geo lo tengo desde la 1.1
Nos vemos en una semana, voten, comenten, compartan :D
Siempre tuyo:
-Arturo.
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