Capítulo 2
EL MUNDO SEGUN ELI
....
Estos años habian sido algo extraños por no decir que todo se mostraba cómo era la vida real, desde que regresamos fue como si la luna de miel hubiera acabado y nos enfrentamos a tantas responsabilidades que en un cerrar de ojos mis planes de vida que ni recordaba a mis veintitantos habían cambiado en otra dirección.
¿Recordaba mis planes de la secundaria? Cuánto tiempo había pasado de eso, que ni la sombra quedaba.
Los mismos planes que eran casarme, tener tres hijos y si era posible uno de cada sexo (una idea bastante idiota, ¿pero quien me iba a criticar?) Tener un perro y un hámster que teníamos que cuidar para que no terminara siendo el almuerzo de nuestro perro.
Pues, si había criado un gato y él escapó de mí y en el departamento estaba perdido un hámster que por lo visto se alimentaba del aire ya que nunca lo encontré nuevamente además de que estaba viviendo en concubinato, no había siquiera un anillo en mi dedos y mucho menos tenía un hijo. Bueno, Joe no contaba porque era algo mas que un hijo, era cómo mi otro hermanito cómplice que un hijo.
A mi lado en el automóvil camino a nuestra rutina, ambos nos hacíamos compañía. Allí estaba aquél adolescente con la música resonando en sus oídos y tanto que yo podía escucharla.
— ¿No te gustaría una perforación? Yo puedo hacerla.
— ¿Tú? ¿Con una aguja? No gracias— rechazó mi idea asustado y yo le tomé tanteando la oreja buscando un lugar perfecto en el lóbulo para hacerlo.
— Enserio, le perfore las orejas a mi ex.. y aunque creo que si lo hago tú papá me va a mandar a dormir con los perros ¿Qué tu crees?— le pregunté riéndome y él giro los ojos.
— En verdad eres una idiota, no sé para que usas lentes oscuros si no estas en la playa— se quejó al verme con mis lentes de pasta gruesa de color blanco al igual que mi traje.
— Me gusta me veo linda— afirmé y él negó rotundamente y suspire —Pero me amas ¿o no?— pregunté apretando su mejilla y apartó su mano molesto.
Él odiaba las muestras de afecto en público y mas si venían de mi ya que decía que era completamente molesta por lo que mi placer diario era molestarlo un rato.
Mientras conducía el tráfico nos detuvo unas cuadras antes de su colegio, fastidiada me giré para molestarlo y vi que mi compañero estaba más callado que de costumbre y lo pille mirando a través de la ventana... concentrando, con la boca abierta y los ojos brillando cómo tal cual veía las papas asadas.
Conocía esa mirada en su padre y me di cuenta que una chica unos años mas grande que él estaba en el otro extremo, de unos dieciséis o diecisiete y sonreí. Ya sabía de donde venía ese cambio extraño del adolescente.
— ¿Cambiar por una mujer? Eres bastante tonto.— me burle y él levantó la mirada negando rápidamente.
— ¿Una mujer? ¿De que hablas idiota?— evadió mi mirada sonrojado y le sonreí al verla. Era apenas una adolescente de cabellos negros y bastante sombreado en los ojos, para ser tan temprano sus ojos estaban bien maquillados.
— No sabía qué tenías esos gustos, pensé que eras mas de las ñoñas y tu padre piensa que te gustan los hombres, pero ella está fuera de tu nivel así te perfores la nariz y cada lugar que sea visible— me burle por la gran diferencia entre ellos, y él se refugió en sus audífonos.
— No sé de que hablas — Negó y antes que fuera abrir la puerta lo detuve del bolso.
— Aún quedan cuadras para llegar, así que dime ¿quién es ella? No sé si recuerdas ya que yo soy bien preguntona y me puedo bajar— le señalé y él suspiró fastidiado.
— Ella me gusta pues, ¿feliz? — preguntó sarcástico y yo sonreí asintiendo.
— No me imagine que en secundaría te gustara alguien, no es tu tipo.
— Al menos mi tipo no es cómo el de mi papá...
— ¿Dios y la Biblia?— me burle
— Mimadas y gordas, aunque esa respuesta estuvo mejor— respondió con una sonrisa.
— En secundaria yo jamás fui una mimada más bien, yo no iba a cambiar mi estilo por gustarle a alguien y además yo...— y antes de continuar recordé las veces que me iba a ver con Taylor en los salones vacíos, las veces que lo hacíamos... ¡Demonios! yo era una zorra de en vez de ser una mimada.
— Si, yo era mimada — mentí riéndome con picardía.
Él se bajo una cuadra mas adelante tratando de lucir cómo un "hombre genial" pero en verdad caminaba con torpeza para reunirse con la muchacha, me dejo sola haciéndome que me regresara al hotel.
Era raro luego de llegar y presentar mi tesis en periodismo terminar estudiando pocos meses gerencia y paralelo había pasado como dos años que me encargaba prácticamente "sola".
No era sola, ya que debía representar el apellido de mi abuelo, y era la chica que se encargaba de supervisar al director al gerente de esa sede, y en ese caso desde hacía cuatro meses se nos había sumado el hijo menor del ayudante en las finanzas de mi abuelo como soporte suficiente para ayudarme.
Pero alli estaba yo, estacionado y bajando al hotel, pero antes de comer fui a buscar mi "motor " había una hermosa tienda a unas cuadras que vendía el mejor café y para alegrar a la junta directiva que se celebraría el día de hoy; pedí varios para ser entregados y mientras yo disfrutaba de ese expreso con notas de cacao me relajaba para un maravilloso día en...
—¡Maldito!— le grite al convertible que al cruzar la calle se había comido la luz roja frente a mi y de paso salpicó agua en mis tacones.
Retrocediendo me aparté y lo vi furiosa, era un convertible rojo y molesta le arroje el café acertando en el tren delantero, al hombre de lentes oscuros y traje blanco perfecto, al levantarse del asiento; corrí despavorida hacía el hotel que quedaba al cruzar la calle, por lo menos estaba cerca y no iba a meterme en otro problema por un idiota.
El semáforo dio luz verde y el carro siguió de largo, alli miraba al desgraciado de cabello rubio y traje blanco, siquiera vi su rostro. Solamente corrí y me di cuenta de que había empapado mis tacones ya en la entrada del Hotel.
¿No iba a empezar hoy con bien pie? Y yendo descalza, corrí antes tiempo a la habitación de mi madre a robarle algún par de tacones, de vuelta abajo tenía que volver a subir nuevamente al salón de juntas.
¿No y que iba a ser un buen día? Tuve que dejar ir mi delicioso café por uno que me había dado la recepcionista de mi propio pedido.
Ya decidida nuevamente y con unos tacones un número más grande que los míos, trataba de disfrutar mi café en el ascensor camino a la dichosa junta, y mientras las puertas se cerraban a pocos metros corriendo hacia mi me encontre con mi asesino de mis Chanel originales.
— ¡Ey, detenlo!— me llamo y lo reconocí inmediatamente por aquél llamativo traje.
Él sorprendido me observó y por lo visto sabía que era la misma que le arrojó el café tan solo unos momentos atrás, a unos metros corrió y rápidamente le di el botón de "cerrar" y las puertas se iban cerrando rápidamente.
Apenas unos centímetros que él me divisaba, de manera adulta le saqué el dedo medio y la lengua.
¡idiota! Esto me lo cobro por mis zapatos.
¿Qué pensaba? Yo no le iba a sostener la puerta a semejante maldito. Si tan sólo supiera su nombre iría a recepción y le mandaría a quemar su equipaje.
Ya en el salón de juntas con todos reunidos observé a todos, mi abuelo de fondo y con mi madre a su lado. Le sonreí y vi a los directivos: los encargados de la costa norte, el representante de Asia y de Europa, Donald, el hijo menor del antiguo director ejecutivo y alli estaba yo, esperando el motivo de esta reunión. Una junta directiva para presentar a quién iba a ser que trabajaría a mi lado durante todo este tiempo al igual que mi abuelo con su mejor amigo.
— ¡traje café para todos!— dije sonriendo para evitar el regaño, mientras la puerta se abría a mi lado, ya debía ser los meseros que llegaban para traerlo debido a que usaban el ascensor de servicio.
— ¡Louis, llegaste!— saludo Donald orgulloso, esté famoso "Louis" era quien todos esperaban.
Y si iba a ser mi colega solo quería que fuera amable y sobretodo..
— Hola "chica café"— escuché una voz masculina detrás de mi y al girarme llena de sorpresa solo pude pensar en cómo rebobinar mi día.
¿ podía simplemente regresar tan solo 5 minutos y no haber ido a comprar café esa mañana?.
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