Prólogo: El inicio del Segundo Asalto
(Monte Olimpo)
Han pasado 1000 años desde la victoria de la humanidad en el Ragnarok y los dioses han cumplido su promesa al pie de la letra, pero el plazo de paz ya ha terminado y toca votar de nuevo el destino de esos mortales.
Esta vez la reunión se hacía en el Monte Olimpo en vez del Valhalla para evitar verles la cara a las valkirias. La sala estaba en completo silencio al notar la ausencia de sus compañeros caídos: Poseidón, Hércules, Zero, Hades, pero sobre todo la ausencia de Odín el cual cayó en la última batalla ante el vidente Nostradamus con la ayuda de la enana de Goll.
"Quiero agradecerles a todos por haber aceptado cambiar el lugar de reunión, así evitaremos ver caras que provocarían conflicto" Anunció Zeus en el centro de la sala, aunque ningún Dios le contestó, simplemente permanecieron en silencio. "Ya veo que desde nuestra derrota nadie tiene ganas de charlar aunque ya hayan pasado 1000 años, por lo que hagamos esto rápido, iniciemos la votación"
Y dicho eso por Zeus los demás dioses aceptaron y empezaron a votar, casi ningún panteón quería estar reunido más tiempo de los necesario, pero destacan dos en concreto: la zona nórdica estaba ocupada únicamente por Thor ese día, y desde lejos se notaba que no estaba muy feliz con la muerte de su padre y la zona griega ya que habían perdido 3 de los 4 dioses que combatieron, eso golpeó en el orgullo a muchos de los dioses restantes de ese panteón.
La zona hindú estaba neutral, Shiva parecía más callado y serio mientras se observa la ausencia de tres de sus cuatro brazos; la zona egipcia era de las que mejor estaban, Anubis fue su único peleador y encima ganó al espadachín Shoji Okita que estaba siendo ayudado por Brunilda, por lo que no podían estar más felices. El resto de panteones simplemente parecían aceptar su derrota y tratar de pensar en otros temas.
Cuando todos votaron, los resultados salieron a la vista de todos: 50% Dejarlos 1000 años más, 50% exterminarlos.
"Vaya, no contaba con este resultado, parece que tendremos que hablarlo para aclarar que haremos" dijo Zeus con un tono de voz burlón. Thor fue el primero en hablar en toda la sala sin contar al padre del cosmos.
"Ellos han matado a miembros de mi familia, pero han ganado y yo respeto sus capacidades, creo que lo mejor sería dejarlos en paz" expresó el dios del trueno provocando un bullo en la sala ya que nadie esperaba esa respuesta de ese Dios específico.
"¡Pues yo no estoy de acuerdo! Mi padre perdió tres brazos por culpa de esos humanos, yo creo que debemos tomar medidas" habló Ganesha, hijo de Shiva de cabeza de elefante.
"No creo que sea buena idea exterminarlos, ellos ya nos han demostrado que no son débiles y nos han ganado justamente, debemos tener algo de dignidad" Dijo el Dios egipcio Ra, el cual estaba mirando fijamente al Dios con cabeza de elefante.
"¡Ni hablar! Mataron demasiados dioses, ¡Es una ofensa para figuras como nosotros!" Dijo Ares con furia, los recuerdos de la muerte de Hércules a manos de Jack todavía le carcomen la cabeza.
Y así comenzó una lucha dialogada entre todos los dioses de la gran sala, unos argumentando sobre que es mejor dejarles vivir un milenio más mientras la otra mitad quería su destrucción. Y mientras ocurría esto Zeus estaba totalmente aburrido viendo la escena hasta que su viejo cerebro tuvo una idea brillante y demasiado buena para desaprovecharla, por lo que giró su mirada a Hermes el cual estaba de pie justo a su lado.
"Hermes, quiero que viajes al Valhalla y le digas a la nueva líder de las valkirias que venga aquí para discutir un asunto que seguro que le interesa" dijo en voz baja y el mensajero al principio mostró sorpresa pero rápidamente volvió a su rostro relajado y sonriente. "Como ordene Zeus-sama"
En el Valhalla, Goll se encontraba estresada en este momento, ser la nueva líder de las valkirias es algo muy tediosos, aunque ahora solo sean 7.
Sentimientos de melancolía pasan por su mente mientras hace las tareas, sobre todo la muerte de sus hermanas, en especial Brunilda. Todavía recuerda la reacción de varias de sus hermanas al enterarse de que ella sería la nueva líder, el sentimiento dominante fue sobre todo confusión ya que Goll es la más joven e inmadura de las 13.
Aún habiendo pasado 1000 años no había crecido físicamente hablando ya que tuvo que madurar un poco mentalmente, el Ragnarok la cambió para bien y para mal.
Aún así todo parecía ir bien ahora ya que los dioses ya no están molestando y ellas pueden vivir tranquilas, o eso pensaba la joven valkiria hasta que vio al Dios griego Hermes entrar al Valhalla.
"¿Qué diablos querrán ahora los dioses de nosotras?" Se preguntó a sí misma con frustración, sobre todo ahora que estaba sola. Al verlo acercarse Goll no pudo evitar su nerviosismo y eso pareció notarlo Hermes aunque no dijo nada sobre ello.
"Saludos Goll-sama, nueva líder de las valkirias, vengo en nombre de mi padre Zeus-sama para pedirle una solicitud" explicó el mensajero tranquilamente mientras Goll no podía evitar pensar en qué conflicto la meterán a ella y a sus 6 hermanas. "Saludos de igual manera Hermes-sama, ¿De qué trata esa solicitud?" Tuvo el coraje de preguntar aún aguantando su miedo y nerviosismo, haber sido el arma de Nostradamus no significa que tenga tanto coraje como sus hermanas ni mucho menos.
"Zeus-sama desea que vaya un momento a la reunión milenaria de los dioses en el monte Olimpo y nos ayudes a aclarar unas discusiones, es seguro que tendrás toda la atención si vienes" Dijo Hermes haciendo que Goll empiece a temblar, aunque estuviera intentando disimular era muy obvio para ser ignorado por el Dios Griego el cual no pareció importarle lo más mínimo.
Fue en esos escasos minutos de silencio cuando ella comenzó a preguntarse las razones de que Zeus el padre del cosmos la quiera en la reunión de dioses, además, dejaría solas a sus 6 hermanas mayores, seguro que se preocuparían. Esta situación también llevó a la pobre Goll a preguntarse la razón de ser ella la siguiente líder de las valkirias, pero ese sería un dilema que nunca sería respondido por lo que rápidamente pensó en que sería muy importante si los dioses quieren volver a ver a una de las que ayudaron a la humanidad a ganar el Ragnarok por lo que asintió con la cabeza en respuesta para luego contestar debidamente. "Sería un honor Hermes-sama"
"Entonces sígueme hasta el Olimpo" dijo Hermes con tranquilidad mientras Goll aún intranquila lo seguía.
En cuanto Goll llegó al gigantesco lugar donde estaban reunidos todos los dioses no podía creer lo que veía, todos los panteones se estaban peleando entre ellos verbalmente, aunque algunos de ellos ya estaban listos para llevar la discusión al siguiente nivel con la violencia. Curiosamente para Goll, Zeus estaba totalmente cansado y aburrido, seguramente se verlos discutir así durante tanto tiempo. "Bajemos hasta el asiento de Zeus-sama" dijo Hermes y la joven valkiria por miedo a que esa pelea la involucre a ella también acabó obedeciendo y gracias a ello pudo escuchar varias de las frases que usaban.
"¡Aunque nos hayan ganado siguen siendo una plaga!"
"¡Debemos perdonarlos o perderemos la poca dignidad que nos queda!"
Esa clase de argumentos hizo comprender los motivos del caos entre los dioses, y al descubrirlo ella se alteró notablemente, están discutiendo el destino de los humanos, por alguna razón ella pensaba que quizá dejarían tranquila a la humanidad pero parece que en cuanto cumplieron su trato ya están queriendo volver a exterminarlos.
Zeus reconoció a su hijo Hermes y a la Valkiria más joven detrás suya y por ello el viejo soltó una sonrisa entusiasta cuando estuvieron a tan solo unos metros. "Bien hecho Hermes" Agradeció a su hijo y al momento de la nada la valkiria se asustó al ver que el padre del cosmos estaba enseñando sus músculos para acto seguido destruir su trono de un solo puñetazo y así atraer la atención de todos los presentes. "¡Escuchad todos! He tenido una maravillosa idea de zanjar el conflicto, y por ello he llamado a la actual líder de las valkirias.
Esas palabras empezaban a darles mala espina tanto a Goll como a los demás dioses, y los miedos de Goll se hicieron realidad con una sencilla frase. "¡Organicemos un segundo Ragnarok!"
Esa declaración de Zeus hizo que todo el mundo quede en silencio, pero atentos. "Líder de las valkirias, ¿Qué te parece esto? Es perfecto para acabar de una vez por todas con la sed de sangre que se respira en la sala" dijo Zeus haciendo que Goll se quede en shock, el Ragnarok fue la experiencia más traumática de su vida, había visto a sus hermanas morir incluyendo a Brunilda, ella tuvo que asumir un cargo del que no estaba y sigue sin estar preparada, ¿Por qué debería de aceptarlo? Además, ahora serían de todos modos menos valkirias que combatientes.
"Zeus-sama, lo siento, pero no puedo aceptarlo, la humanidad ya os ganó una vez" dijo intentando sonar firme y fallando miserablemente en el intento, pero al contrario de lo que se esperaba el padre del cosmos rio suavemente.
"Es irónico, ahora soy yo quien te diré que eso es de cobardes, ¿Acaso tienen miedo de que los dioses ganemos? Si tanto confiáis en los humanos no debe ser nada volver a aceptar" Provocó Zeus haciendo que involuntariamente Goll frunza el ceño, si acepta significa que las muertes del los humanos y valkirias del primer torneo no han servido para nada, pero es cierto que si se niega a humanidad puede ser exterminada por una simple votación entre dioses, esto para la cabeza de la joven Goll era demasiado y se notaba porque estaba empezando a marearse un poco.
Al ver el estado en el que encuentra la actual líder de las valkirias los dioses no pudieron evitar reírse por lo humillante que era la situación e incluso empezaron a soltar burlar sobre ella y Brunilda, cosa que fue la gota que colmó el vaso.
"Y-yo..." empezó a hablar débilmente haciendo que Zeus ponga su mano en su oreja para que hable más fuerte. "¿Qué tienes que decirnos? Habla más fuerte enana.
Por primera vez desde la pelea contra Odín ella tuvo confianza y descaro de gritar lo siguiente. "¡Yo estoy de acuerdo empecemos otro Ragnarok!" Gritó a los cuatro vientos haciendo que todos en la sala se callen de golpe ya que ninguno esperaba esa respuesta, mientras Zeus empezaba a saltar de alegría.
"Pero con dos nuevas reglas" dijo la joven valkiria haciendo que los presentes sigan en silencio en señal de que puede seguir hablando, aunque la confianza cada vez desaparecía ella seguiría actuando firme.
"La primera es que ningún combatiente ganador del Ragnarok pasado puede volver a pelear, ni humano ni Dios" dijo haciendo que el rostro de Zeus caiga en una mueca de tristeza y enfado pero no dijo nada.
"Y la segunda es que si los humanos ganan debéis dejar en paz a los humanos para siempre, sin votaciones ni nada, no interferiréis nunca más" dijo mientras se preparaba para una contra de sus normas y una contra de puñetazo.
"Me parece justo, aceptaremos" dijo una voz que resultó ser Thor el cual parecía sorprendido.
"¡Jaja! Seguro que será espectacular ver como mi panteón os vuelve a aplastar" dijo Isis mientras asentía con la cabeza.
"Por mí perfecto, pero que sepas muñequita de porcelana que esta vez será distinto" dijo Shiva mientras se levanta de se asiento y camina hacia ella.
"Parece que todos están muy confiados, está bien líder de las valkirias, aceptamos tus condiciones" dijo Zeus para luego seguir hablando. ¡Y el lugar del torneo tendrá lugar en las llanuras de Prometeo!" Anunció haciendo que muchos se sorprendan y otros sonrían, ese fue el lugar donde los un Dios bondadoso con la humanidad fue castigado por ello, es perfecto, aunque Goll ahora tenía que pensar quiénes serán sus 13 peleadores y cómo hará para conseguir armas divinas cuando solo son 7 valkirias contándose a ella misma.
"El Ragnarok tendrá lugar dentro de 2 días, tiempo de sobra para que se construya la arena y ambos bandos elijan a sus combatientes" Explicó Zeus y aunque Goll pareció desmayarse por el tan poco tiempo que tiene aceptó ya que era incapaz de seguir llevándole la contraria al Dios de Dioses.
Una vez fuera del Olimpo tenía que volver al Valhalla para comunicarlo a sus hermanas y elegir a los humanos que pelearán, y más tarde encontrar alguna manera de conseguir armas divinas.
Pensando en eso último una sonrisa se formó en su rostro, para qué usarse a ellas mismas aún siendo insuficientes si puede pedirle a alguien que les construya esas armas, de hecho, ya tenía un Dios forjador en mente que seguro que estará más que dispuesto a ayudarla.
Hefesto.
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