Platón reaccionó rápidamente ante el ataque de ira que sufrió Ganesha y esquivó el primer golpe de su hacha.

"¡Maldito humano!" Empezó a gritar Ganesha una y otra vez mientras balanceaba su hacha de un lado a otro con la intención de cortar al humano por la mitad, pero el hecho de estar atacando sin pensar lo hizo caer de nuevo en el engaño de la caverna, por lo que empezó a encontrarse con varios objetos que también fueron cortados en un instante.

En el balcón hindú, Shiva observó con seriedad la forma tan busca en que está peleando su hijo. "Su hacha le permite corar cualquier cosa, por muy dura que sea, pero eso no es mi preocupación ahora" Dijo el dios de la destrucción mientras miraba la arena, Rudra asintió mientras también continuaba observando el combate.

"¡Tú, eres un blasfemo!" Gritó Ganesha mientras seguía moviendo su hacha de un lado para el otro, era evidente que no tenía ningún tipo de habilidad peleando con armas ya que nunca las usó con ese objetivo.

"Tranquilízate y piensa tus palabras antes de decirlas, al fin y al cabo, ¿Qué importa ahora que estés usando el hacha?" Trató de razonar el filósofo griego mientras observaba como Ganesha seguía cayendo en el mito de la caverna una y otra vez por atacar sin pensar, los pensamientos de Platón eran ciertamente alegres, estaba encontrando a un rival que siempre lo estaba sorprendiendo, cuando creía que ya había respondido todas sus dudas sobre él, siempre acaba demostrándole lo contrario.

"¡Ese es tú problema! Tu maldita filosofía te impide diferenciar ni respetar a los dioses, ¡Desde cuando los humanos deben preguntarse ni intentar responder cosas que no os incumben!" Gritó el dios elefante, esa frase paralizó a Platón, se le hizo muy similar a una frase que escuchó cuando solo tenía 18 años, el día en que juzgaron y condenaron a su maestro Sócrates.

"¡Cae cortado en pedazos!" Ese grito devolvió a Platón de nuevo a la realidad, no había activado el mito de la caverna para ese ataque por lo que tuvo que esquivarlo haciendo retroceder su cuerpo lo más rápido posible, recibiendo un corte en el pecho.

"¡Ganesha finalmente logra acertar y provocar un corte en el pecho de su oponente!"

Platón ni siquiera miró el corte de su pecho ni la sangre que empezaba a caer de allí, sino que levantó la cabeza y miró a Ganesha a los ojos, el griego parecía realmente enojado.

"Esa falta de respeto a la filosofía... ¿Acaso os molesta que los mortales sepamos lo que a vosotros os hacía especiales de nosotros?" Esa pregunta provocadora hizo enfurecer a muchos dioses de las gradas, pero para Ganesha fue diferente, estaba tomando aliento después del golpe dado y empezó a pensar con más sensatez.

"No es eso humano, lo que me molesta de tus ideales es que son falsos" Dijo Ganesha mientras volvía a levantar su hacha.

"¿Falsos? ¿Qué parte de la filosofía te parece falsa?" Preguntó Platón con una ceja levantada.

"Todo son puras patrañas, ¡Siempre estaremos en la ignorancia, incluso yo que soy uno de los dioses más estudiosos y sabios ha acabado con dudas! ¿¡Qué te hace pensar que un simple humano como tú las podría contestar!?" Exclamó Ganesha con pura confusión y resignación, pero Platón al escucharlo pareció comprenderlo todo.

"Así es por eso" Dijo Platón con una sonrisa calmada mientras miraba fijamente a su oponente y continuaba hablando. "Eso es porque te rendiste, viste un obstáculo demasiado grande y decidiste conformarte, estabas demasiado ocupado preocupándote de mantener tu apariencia de dios sabio para diferenciarte de tu padre, ¿Cierto?"

Esas frases dejaron a Ganesha totalmente paralizado, no se movió ni un ápice. "¿Cómo sabes tú eso?" Preguntó con pura conmoción, pero no le hizo falta una respuesta, ahora lo había entendido, Platón había respondido todas sus dudas sobre él, gracias a sus palabras de pura ira le había soltado pistas que lo llevaron a descubrirlo todo sobre él.

Todo el mundo estaba confuso ante la conversación que tuvieron el humano y el dios en mitad de la pelea y Heimdall parecía no saber qué comentar al respecto.

En las gradas de la humanidad, los discípulos de Platón sonreían, sobre todo Aristóteles, su maesto había logrado ayudar con su filosofía incluso al más acomplejado de los dioses.

En el balcón hindú, Shiva estaba sin palabras, mientras en el balcón de las valkirias Goll sonreía, pero Nut no comprendía nada.

"¿¡Por qué ha ayudado a su oponente?!" Se quejó la diosa egipcia, Goll respondió con una voz suave y confiada.

"No lo ha hecho por Ganesha sino por aclarar todas sus dudas sobre su oponente, Platón siempre pone encontrar respuestas y resolver enigmas antes de cualquier cosa" Respondió la joven valkiria, Nut asintió mientras observaba la arena, los humanos eran todos tan extraños, pero a la vez interesantes, eso la hizo soltar una pequeña sonrisa.

Volviendo a la arena, Ganesha seguía totalmente paralizado, reflexionando sobre lo que le había dicho aquel humano que hace unos segundos consideraba como el más molesto y grosero de todos los mortales, pero volvió a la realidad rápidamente cuando sintió otro puñetazo en su otro cachete proveniente de Platón, el cual había aprovechado para saltar y asestarle un potente golpe, aunque no tan poderoso al no poder usar el mundo sensible de nuevo.

"¡Parece que la octava ronda continua y Platón es el que empieza de nuevo con un puñetazo en la cara de su oponente!"

"Ahora que he respondido todas mis dudas sobre ti, o al menos eso creo de nuevo, acabaré ya con la batalla" Dijo Platón mientras observaba como gracias a ese golpe (que lo hizo retroceder unos centímetros) volvía a la realidad nuevamente.

"Humano... Sigo sin comprender del todo esos ideales, pero te agradezco haberme devuelto al camino de la inteligencia y gracias a eso te ganaré y demostraré que los dioses seguimos siendo los dominantes en conocimiento" Dijo el dios hindú mientras cargaba su hacha, aún le desagradaba usar sus instrumentos para la violencia, pero sabía que debía de pelear usando el cerebro y no alterarse como antes o sería su fin.

"Pues aquí te espero" Dijo Platón mientras se preparaba para esquivar o recibir los golpes que fuera a dar su oponente.

Pero, para sorpresa de todos, Ganesha no atacó, sino que apareció en su otra mano una manzana dorada, sacando una mueca de extrañeza al filósofo y una sonrisa a Shiva, sobre todo cuando vio que se la comió de un solo bocado.

"Esa es la manzana del autocontrol, pero se supone que la perdió después de descontrolarse y asesinar al desgraciado de Andhaka" Dijo Shiva con una leve sonrisa mientras su madre soltaba lágrimas de alegría mientras recordaba más detalles de lo ocurrió después de la muerte de Andhaka.

(Flashback, poco después de la muerte de Andhaka)

El dios elefante se encontraba mirando fijamente a su padre a los ojos, el cual parecía afectado por lo que escuchó que sucedió mientras él estaba ausente.

"Sabía que Andhaka era retorcido, pero desconocía que fuera capaz de hacer tal atrocidad, al menos hiciste bien en defender a tu madre hijo, ¿Hijo?" Shiva observó que Ganesha había bajado la cabeza.

"¿Por qué te fuiste padre? ¿¡Acaso era más importante irse de parranda con otros dioses cabeza hueca como tú?! ¡Por tú culpa he perdido mi manzana dorada!" Exclamó Ganesha, dejando en shock a Shiva, quien no sabía que decir al respecto.

"Tampoco será tan importante esa dichosa manzana" Fue lo único que se le ocurrió decir para tratar de relajar el asunto, al fin y al cabo, su hijo posee muchos más atributos a su nombre, ¿Qué puede afectar perder uno?

Parece que esas palabras desagradaron a Ganesha, quien, aunque fue incapaz de mirar con odio a su padre, sí lo hizo con decepción. "La manzana simbolizaba el autocontrol, ahora he perdido un aspecto de lo que represento, a partir de ahora perderé los estribos tan rápido como vosotros, he perdido una parte de mi ser" Dijo el elefante mientras unas lágrimas se derramaban, Shiva, al estar sin palabras más que una disculpa, hizo esto mismo y trató con el tiempo de que su hijo olvidara el asunto, pero eso nunca ocurrió.

(Ganesha trató de recuperar su atributo sin descanso, pero no dio resultado, hasta el presente, donde, después de escuchar a Platón y reflexionar sobre sus ideales por primera vez en milenios, la llama del odio y la impaciencia se volvió más pequeña, finalmente pudo volver a encontrar el autocontrol y una parte de su propio ser)

(Fin del Flashback)

En la arena, después de recuperar finalmente la manzana dorada del autocontrol y devorarla, Ganesha no pudo evitar soltar una lágrima de felicidad por primera vez en su vida, y todo gracias a quien consideró un ser blasfemo y molesto. "Vuelvo a estar completo de nuevo y lo demostraré como agradecimiento"

De un momento a otro Platón observó que el elefante lanzó inesperadamente su hacha en dirección al filósofo, el cual la esquivó gracias a su estado físico de salud y sus hábiles reflejos, pero aún así le costó otro corte, pero esta vez en su antebrazo.

"¡Ganesha sorprende a su oponente lanzando el hacha!"

Platón observó el corte hecho en su antebrazo, parecía ser algo profundo, y la sangre ahora empezaba a derramarse tanto allí como en su pecho, como si se tratara de varios ríos de sangre.

Inesperadamente, en esas centésimas de segundo que Platón usó para revisar el corte se encontró con que Ganesha estaba a solo unos pocos centímetros de él, cosa que sorprendió al filósofo ya que su velocidad había aumentado tan drásticamente que parecía un oponente totalmente distinto, pero el hacha ya la había tirado, por lo que seguramente tratará de amarrarlo con su trompa.

Efectivamente observó que la trompa de Ganesha se extendía velozmente hacia él, quién, gracias a su atlético cuerpo pudo dar un salto y esquivarlo, pero parece que eso es lo que esperaba Ganesha.

Platón notó como algo empezó a perforar su estómago, haciendo que grite de dolor y caiga abruptamente al suelo.

Todos observaron que Ganesha clavó el colmillo de elefante que usaba como pluma de escribir en el estómago del filósofo.

"¡Increíble, Ganesha a usado otro de sus instrumentos para perforar el estómago de Platón!"

El filósofo se miró el estómago, un cuerno de elefante estaba clavado y atravesando la zona de su estómago, en ese momento estaba todavía en el suelo tratando de levantarse, y en cuanto lo logró, empezó a vomitar una gran cantidad de sangre.

"He ganado, humano, ríndete ya y ahorra más sufrimiento" Aconsejó el elefante, pero el filósofo negó con la cabeza.

"Rendirme no está en mi vocabulario, pelearé y ganaré, resolveré todas las dudas de la humanidad, por eso no perderé contra ti" Dijo débilmente mientras sangre seguía cayendo se su boca, era cuestión de unos pocos minutos que se desplome en el suelo.

En el balcón de las valkirias Goll estaba temerosa de perder mientras que en las gradas de la humanidad todo el mundo estaba realmente preocupado por el bienestar de Platón.

Sócrates miraba a su mejor alumno al borde de la muerte con algo de angustia, le gustaría gritarle que se rinda, ahora mismo sentía que los papeles de aquel juicio de hace tantos años se habían invertido, siendo el propio Sócrates el que desea que Platón no se sacrifique por conocimiento.

"Maestro, ¿Por qué lo haces todo por conocimiento?" Preguntó Aristóteles para sí mismo mientras recuerdos empezaban a pasar por su cabeza.

(Flashback, Grecia, 387 a.c.)

(Platón, en su búsqueda de conocimiento, viajó a Sicilia a petición del propio gobernador del lugar, Dionisio, el cual quería consejos para gobernar el lugar. Dionisio era un tirano y no le parecieron correctos los consejos de Platón, el cual únicamente buscaba saciar sus dudas sobre Dionisio y la capital de Sicilia llamada Siracusa, desgraciadamente Dionisio se hartó de los consejos de Platón y lo vendió como esclavo)

Platón se encontraba en un barco mercante de esclavos, pero a diferencia de como se esperaría, realmente no estaba para nada asustado, de todos modos, ya era un anciano y ser esclavo le podría ser útil para saciar sus últimas dudas sobre la sociedad.

El barco se detuvo en seco en el puerto de Egina, polis que estaba en conflicto con Atenas en ese momento, cosa que puso más emocionado a Platón, conocería la vida de los enemigos con los que se enfrenta su patria.

Pero grande fue su sorpresa cuando se encontró con sus alumnos en el puerto de la polis enemiga junto a un hombre llamado Anníceris.

"¡Maestro! Finalmente pudimos encontrarte" Dijo aliviado un joven Aristóteles junto al resto de sus alumnos que empezaron a vitorear de alegría mientras Anníceris pagaba al esclavista para comprar a Platón.

"Tuvisteis suerte de que soy un gran fan suyo seño Platón" Dijo Anníceris mientras todos los presentes observaban que en vez de estar feliz y agradecido parecía ciertamente enojado o frustrado.

"¿Qué le ocurre maestro?" Preguntó Aristóteles con preocupación, el filósofo de espalda musculosa respondió con frustración.

"Maldita sea, habéis arruinado mi oportunidad de saciar mis dudas sobre el esclavismo y la ciudad de Egina, nunca os pedí un rescate" Dijo, dejando a los alumnos y a Anníceris con la boca abierta, Platón continuó.

"Si hay algo en esta vida que nadie puede detener es mi curiosidad y ansias de saber lo que la gente desconoce, así que no volváis a preocuparos por mí en lo que me queda de vida ya que siempre, pase lo que pase, saldré victorioso y con un botín de respuestas. ¿Ha quedado claro?" Declaró el filósofo, haciendo que todos los alumnos sigan confundidos a excepción de Aristóteles quien lo comprendió finalmente, su maestro arriesgaría todo por el conocimiento, pero eso no significa que vaya a caer por ello.

(Fin del Flashback)

Aristóteles miró la arena con una sonrisa, su maestro encontrará la manera de salir de esas dificultades con el conocimiento que tiene en mano, siempre lo ha hecho y, ahora que ha recordado ese momento, está libre de dudas de que lo logrará.

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Bueno, hasta aquí el capítulo, ¿Cómo os ha parecido? Espero que os haya gustado. 

El próximo pondrá fin a la octava ronda. 

¿Team Ganesha o Team Platón?