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Novena Ronda: Parte 3

En el balcón americano, los dioses parecían impresionados de que Tonatiuh acabase padeciendo úlceras en la pared del estómago, pero Quetzalcoatl parecía tener una sonrisa tranquila en su rostro.

"Para Tonatiuh eso no es nada, él ha pasado por muchas cosas para perder ahora por culpa de una enfermedad" Dijo el dios serpiente mientras miraba confiadamente la arena.

"Y pensar que comenzó como un dios pobre que ni siquiera se llamaba Tonatiuh" Dijo Tlaloc mientras la nostalgia les hacía recordar a los dioses americanos esos sucesos.

"¿Cómo Tonatiuh volver Quinto Sol?" Pregunto Huitzilopochtli con dudas mientras continuaba observando la arena, debido a que es el más joven entre los dioses americanos desconocía completamente la historia de Tonatiuh y cómo llegó a convertirse en el Quinto Sol.

Quetzalcoatl se aclaró la garganta mientras miraba al dios de la guerra y comenzó a narrar.

(Flashback, Continente Americano, hace muchos milenios)

(Era un día oscuro dentro del panteón mesoamericano, el dios del sol, más conocido como el Cuarto Sol había sido asesinado, trayendo una era de penumbra al continente, a tal punto llegó la oscuridad en América que otros dioses como Ra o Helios se ofrecieron a ayudarlos, pero los dioses mesoamericanos rechazaros completamente esas propuestas, no necesitaban ayuda de ningún tercero extranjero, van a elegir al nuevo dios mesoamericano del Sol que los alumbre todos los días, y la prueba para convertirse en el Quinto Sol comenzaba ese mismo día).

Quetzalcoatl observaba que únicamente había un voluntario para hacer la prueba, se trataba de un dios muy egocéntrico, pero altamente poderoso llamado Tecuciztécatl.

Ese dios estaba junto al dios serpiente en la cima de la montaña donde murió el Cuarto Sol, allí se encontraba una llama que nunca se consumía, había que meterse dentro de aquella llama y apoderarse del poderos el Sol si esa llama te elige.

"¿Cuánto tiempo más vamos a tener que esperar, Quetzalcoatl? Yo seré el próximo dios del Sol americano sin ninguna dificultad" Dijo Tecuciztécatl con una sonrisa confiada, el dios serpiente parecía no querer que ese dios se acerque a la llama, él sabía perfectamente que ese dios egoísta no merecía quedarse con el poder del Sol, pero no había nadie que se presentase voluntario, todo parecía sentenciado.

*Debo de encontrar a alguien que compita con ese egocéntrico* Pensó Quetzalcoatl mientras observaba una pequeña aldea de dioses menores y débiles que había bajo la montaña, fue en ese momento que los dos dioses mayores presentes observaron a una figura subiendo por la montaña, se trataba de un dios menor de aspecto descuidado debido a su pobreza, pero aún así portaba una radiante sonrisa inusual en el continente desde la muerte del Cuarto Sol.

"¿Tú quien carajos eres?" Preguntó Tecuciztécatl con molestia mientras observaba como ese dios plebeyo ni siquiera tenía el respeto de inclinarse ante ellos.

"¡Buenas! ¡Solo quería preguntar cuando van a nombrar al nuevo dios del Sol! Llevamos sin tener buena cosecha desde aquello" Dijo el dios pobre con una mano en su nuca y su sonrisa radiante.

Quetzalcoatl vio algo especial en ese joven y pobre dios, parecía iluminar el estado de ánimo a cualquiera que estuviera cerca con su actitud radiante. *Podría ser el indicado* Pensó el dios serpiente mientras se acercaba más a ese dios.

"¿Cómo te llamas joven dios?" Preguntó el dios serpiente mientras observaba que Tecuciztécatl estaba cada vez más impaciente.

"Me llamo Nanahuatzin, ¿Por qué?" Se presentó el dios pobre mientras su actitud cambiaba cuando el dios serpiente le respondió.

"Podrías ser el indicado para convertirse en el Quinto Sol, ¿Por qué no te presentas?" Le propuso, dejando a Nanahuatzin con duda en su mente, aunque le parecía divertido y quizá podría traer de nuevo prosperidad a sus amigos de la aldea donde vive.

"¡Está bien! ¡Será divertido!" Dijo con ánimo, provocando desprecio en su competidor Tecuciztécatl, pero su confianza lo hizo sonreír, pensando que eso no haría ninguna diferencia.

(Esa manera de pensar cambió cuando ese dios aparentemente pobre y sin poder alguno fue aceptado por la llama para convertirse en el Quinto Sol mientras Tecuciztécatl recibió quemaduras por todo su cuerpo por siquiera acercarse, fue en ese momento que la ira y odio de aquel dios poderoso y con muchas riquezas se apoderó de él)

"¡Estoy en llamas!" Gritaba Nanahuatzin con histeria mientras corría de un lado a otro, sin poder comprender sus poderes completamente, Quetzalcoatl sonreía mientras se aliviaba de que su corazonada fuera cierta, el balance entre el dios de Sol y Tlaloc (Dios de la lluvia) volvería a equilibrarse nuevamente.

"¡Esto no puede ser posible! ¡Yo seré el quinto Sol, aunque tenga que arrebatarte el poder por la fuerza!" Dijo mientras corría de nuevo hacia la llama, ignorando completamente las quemaduras graves que estaba provocando y alcanzó el centro de la llama, prendiéndose fuego a sí mismo de igual manera.

"¡El poder es mío!" Gritaba el dios totalmente fuera de sí mientras se alzaba con su cuerpo en llamas, Nanahuatzin notó que en ese momento sus llamas cesaron, Quetzalcoatl solo pudo quedarse horrorizado, ese dios había tomado el poder del Sol por la fuerza, eso acabará con su propia desintegración con el paso de los minutos, pero antes de que eso ocurra puede provocar cualquier catástrofe con el gran poder que había obtenido.

"¡Ahora yo soy el Quinto Sol! ¡Y lo primero que haré será desintegrarte hasta las cenizas!" Gritó Tecuciztécatl desquiciadamente mientras se acercaba a una velocidad increíble hacia , quien no parecía comprender del todo lo que había pasado, pero sí entendía que su competidor había perdido completamente la razón e intentaba matarlo, afortunadamente el golpe fue bloqueado por Quetzalcoatl, quien puso su propio cuerpo como escudo, provocando también que reciba heridas.

"¡Debes de parar esto! ¡Tú no serás el Quinto Sol!" Dijo el dios serpiente mientras se recuperaba del golpe, dando gracias a su piel escamosa ya que ayudó a resistir mejor el calor.

"¡Tú ya no dictas las órdenes aquí! Si no puedo desintegrarlo... ¡Reduciré su aldea y habitantes a cenizas!" Gritó el dios demente mientras apuntaba una llamarada hacia aquella aldea, provocando que abandone su sonrisa y se dirija hacia Tecuciztécatl con intención de detenerlo, quedándose fuera de la protección del dios supremo serpiente y provocando que el dios demente cambie la dirección de su llamarada y golpee de lleno a , mandándolo ha chocar contra una de las casas de su aldea, ubicada al pie de la montaña.

El dios pobre sobrevivió, pero se encontraba moribundo, Quetzalcoatl al observar esto trató de detener al dios demente, pero éste voló a la velocidad de la luz hacia donde había caído su adversario.

Todos los dioses menores aldeanos se quedaron atónitos al observar que uno de los suyos estaba brutalmente herido y había impactado en una de las casas, para acto seguido bajar un ser cubierto en llamas.

"¿Todavía sigues vivo? ¡Eso hará que disfrute aún más tu muerte porque te aseguro que será agonizante!" Dijo con una vez que denotaba que ese exceso de poder lo estaba volviendo cada vez más demente, Nanahuatzin se retorcía mientras trataba de levantarse en vano.

Pero la escena fue interrumpida cuando todos los dioses menores comenzaron a lanzarle una gran cantidad de objetos a ese dios demente, aunque no le hacía prácticamente nada.

"¡Déjalo en paz!"

"¡Detente, no permitiremos que hagas daño a nuestro amigo!"

Fueron gritos de los dioses menores y, aparte de vecinos, también grandes amigos, el dios demente respondió aumentando el alcance de sus llamas de forma descontrolada para alejar a los aldeanos molestos, pero escuchó un grito de su adversario.

"¡Déjalos! ¡Tu pelea es contra mí!" Gritó mientras usaba todas sus fuerzas para ponerse en pie, Tecuciztécatl respondió con una risa enfermiza y confiada.

"¿Y qué me harás para poder derrotarme?" Se burló mientras se volteaba de nuevo hacia el dios pobre que le enojó, y su rostro cambió a odio cuando observó que sonreía.

"¿¡Por qué sonríes!?" Preguntó el dios demente con frustración, Nanahuatzin respondió mientras empuñaba un hueso de conejo que agarró de los restos de la casa, en la cual habían cocinado un conejo hace poco y el esqueleto seguía allí.

"Porque me emociona saber que les importo a los demás compañeros de mi aldea" Dijo mientras reía brevemente, cosa que enfureció aún más a Tecuciztécatl, quien trató de lanzarse contra él, pero inesperadamente se arrodilló, ese dios egocéntrico y completamente loco estaba notando como su cuerpo, por muy divino y poderoso que sea, estaba siendo fundido por el poder del Sol.

"¿¡Por qué ocurre esto?!" Se quejó el dios mientras trataba de quitarse la llama que absorbió y que, al no ser el elegido, todavía continuaba en su pecho, y se la arrancó brutalmente para lanzarla lejos de donde se encontraba.

Todos vieron que el cuerpo de dejó de estar en llamas y a la vez todos se asquearon al ver que su cuerpo se encontraba medio fundido y sin ninguna fuerza, era ahora mismo, un dios sin fuerza, la llama le había drenado todo su poder por poseer por la fuerza un don que lo le pertenecía.

"¡¿Y ahora qué vas a hacer?! ¿Volverás a absorber la llama y me terminarás de fundir?" Dijo el dios con puro odio mientras se acercaba lentamenteseguía sonriendo, esta vez con misericordia y pena, para rápidamente cortar la yugular del aquel dios egoísta con el filo del hueso de conejo, matándolo al instante.

"No sufras más, ni siquiera tú mereces eso" Dijo mientras todos los aldeanos le aplaudían y al instante aparecía Quetzalcoatl, quién venía a ayudar y se encontró con que todo ya estaba resuelto.

"Nanahuatzin, ahora que todo está arreglado, ¿Quieres convertirte en el Quinto Sol de forma definitiva?" Preguntó el dios serpiente, observando que aquel dios pobre pero radiante sonrió y volvió a agarrar la llama, la cual finalmente se introdujo dentro del cuerpo de forma permanente, naciendo así el Quinto Sol a la vez que se volvía a prender en llamas.

"Seré el Quinto Sol para que ningún Dios de América, sea rico o pobre, vuelva a pasar dificultades, les iluminaré el día y los animaré a seguir adelante, seré radiante con todos, e impediré que vuelvan a suceder incidentes como el de Tecuciztécatl, de hecho, me cambiaré en nombre y empezará por *T* en su honor, ¡Seré el Quinto Sol Tonatiuh!"

(Y desde aquello, el recién rebautizado Tonatiuh hizo lo que prometió con todos los dioses americanos, aunque, cuando surgieron los humanos, el Quinto Sol los consideró inusualmente emocionantes pero destructivos, por ello mandándoles sacrificios para mantenerlos tranquilos, pero, hasta la actualidad al conocer a Moisés, Tonatiuh nunca se planteó que los humanos pudieran tener problemas tan complejos, y por ello, quizá el Quinto Sol ilumine también a los humanos en caso de ganar su ronda)

(Fin del Flashback)

En la arena, Tonatiuh continuó atacando con su cuerpo nuevamente en llamas mientras Moisés esquivaba mejor los golpes de su rival, ya que el dolor de las úlceras estaba ralentizando sus movimientos.

"¡Siguiente plaga, Fuego y Granizo!" Nombró el profeta y al instante una gran cantidad de llamas salieron del bastón de madera como si se tratara de un truco de magia, cosa que no surgió efecto en Tonatiuh.

"¡Lo único que estás haciendo es malgastar tu tiempo! Mi fuego es definitivo" Dijo Tonatiuh mientras atravesaba rápidamente las llamaradas como si no fueran nada, y lo mismo pasó cuando Moisés comenzó a lanzar granizo, el cual se derretía e incluso se evaporaba al acercarse a las llamas del dios americano.

"¡Moisés lanza otra plaga que no tiene efecto alguno en Tonatiuh!"

"¡Siguiente plaga, Langostas!" Invocó, pero nuevamente no sirvió de nada la llegada de esos insectos cuando te enfrentas a alguien que está en llamas.

Hubo un momento que las úlceras no fueron suficientes para ralentizar a Tonatiuh y éste cada vez se acercaba a poder golpear a su adversario.

"¡Lo lamento! ¡Pero no es suficiente!" Gritó Tonatiuh con emoción y acto seguido logró golpear a Moisés, pero esta vez en la cara, mandándolo de nuevo a la zona del río seco.

"Parece que las tornas se han cambiado y ahora Tonatiuh tiene la ventaja después de lograr golpear nuevamente a Moisés"

El profeta se levantaba lentamente y con mucha dificultad mientras notaba las quemaduras graves que ahora tenía en su cara, estaba en clara desventaja.

"¡Esto está siendo muy emocionante Moisés! Pero me temo que aquí se termina todo" Dijo el Quinto Sol mientras se preparaba para terminar todo, Moisés, aún con todas sus heridas, emitió una leve risa.

"¡Esto no ha acabado! ¡Siguiente Plaga: Tinieblas!" Y acto seguido todo el coliseo se sumió en la más profunda oscuridad, haciendo que Heimdall tenga que activar unas lámparas que rodeaban toda la arena para ver mejor lo que ocurría, los dioses americanos ante eso por primera vez parecieron angustiarse.

Tonatiuh observaba que sus poderes solares estaban desapareciendo, se notaba que eran esas tinieblas venían de un poder otorgado por los dioses infinitos, ni siquiera sus poderes del Sol podían activarse, totalmente diferente a las tinieblas que él experimentó cuando murió el Cuarto Sol.

"¡Yo voy a ganar!" Gritó Moisés mientras se lanzaba con su bastón, aún cuando el dolor de las quemaduras estaba presente.

Tonatiuh siguió sonriendo de emoción aún cuando no tenía el poder del Sol a su lado y, de un bolsillo secreto, sacó un hueso de conejo, el mismo hueso bien conservado con el que mató a Tecuciztécatl y se puso en guardia.

"¡Tengo amigos en una aldea que me esperan en casa! ¡Yo tampoco perderé!" Respondió Tonatiuh con emoción, la novena ronda acababa de entrar en sus últimos minutos.


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Bueno, hasta aquí el capítulo, espero que os haya gustado. 

El próximo capítulo pondrá fin al noveno enfrentamiento. 

Team Tonatiuh o Team Moisés 


Ahora sin nada más que decir adiós.  

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