Intermedio y Presentaciones de la Tercera Ronda
Goll caminaba por los pasillos acompañada por Hlokk la cual se había despedido de Jack con quien había visto la segunda ronda para continuar respaldando a su hermana menor, Nostradamus al parecer se había ido temporalmente a otra parte del estadio para respirar tranquilamente, nunca nadie lo había visto tan enfadado, encima consigo mismo por fallar sus predicciones.
Goll paró en una puerta la cual se abrió cuando la pequeña valkiria puso su mano. "Hlokk, ¿Puedes esperar aquí, por favor?" Pidió a Hlokk la cual accedió, seguramente iba a hacer lo mismo que hacía Brunilde cuando un combatiente humano caía en batalla, ella simplemente esperaría mientras se arreglaba el pelo, al fin y al cabo, no pudo terminar de arreglarse debido a las constantes interrupciones que estaba recibiendo.
Adentro estaba ella poniendo una jarra donde se produjo una imagen de Caín, no le tomó mucho tiempo y tampoco podía ser como lo era Brunilde, unas pocas lágrimas de pena rondaron en su cara, pero nada comparable a los numeritos que causaba hace 1000 años, ella se echó a reír un poco al recordar los años que habían pasado y seguía casi igual tanto mental como físicamente.
"Espero que pudieras redimirte, nadie te olvidará nunca Caín, ni siquiera yo, aunque antes intentaste forzarme a hacer un volund" habló antes de bajar la cabeza en señal de respeto y salir de la sala, nada más hacerlo Hlokk la saludó mientras seguía mirando su espejo, pero notó lo tensa que estaba su hermana pequeña, aunque no lo quisiera reconocer, había madurado demasiado, aunque era todavía demasiada presión para la menor de ellas.
"Hlokk, ¿Me puedes acompañar a un lugar en particular? Sé a quién voy a elegir y quiero visitarlo personalmente" Preguntó ella, aunque sabía que aún sin hacerlo ella la iba a seguir, o si no lo haría Hrist o alguna otra hermana.
"Por cierto Goll, un ángel enfermero pasó por aquí y me informó que el Rey Midas ya estaba despierto en la enfermería, por si te interesaba verlo" dijo la undécima valkiria con algo de desinterés limitándose únicamente a compartir lo que le dijo el enfermero.
"Luego lo saludaré, seguramente ese ángel también debió habérselo contado a su familia, ahora la prioridad es ver al siguiente peleador" dijo Goll con la voz algo temblorosa, por mucho que hubiera madurado seguía siendo la de siempre.
Ambas avanzaron y Hlokk se sintió tentada a preguntar quién sería el siguiente pelearon y a la vez a quien iban a visitar, pero prefirió verlo por sí misma y sorprenderse, cuando llegaron a la habitación del sujeto Hlokk se sorprendió al ver que en la puerta había una bandera gigantesca de color rojo con dos símbolos, una estrella y un cruce entre un martillo y una hoz, aunque la undécima valkiria no sabía tanto de historia humana como sus hermanas, reconoció esa bandera a la perfección.
"Entremos hermana, sin miedo" dijo Goll temblorosa fracasando en su intento por sonar segura de sí misma mientras Hlokk seguía pensativa, ¿Un miembro de la Unión Soviética era el elegido? Eso la hacía aún más insegura, la URSS provocó un verdadero caos en el mundo humano durante el siglo XX.
Cuando se adentraron en la habitación veían una gran cantidad de banderas iguales a la de la puerta mientras también habían muchas armas colgadas en las paredes como adornos, Goll tragó saliva fuertemente mientras avanzaba a encontrarse con el líder más poderoso e importante en toda la historia de la Unión Soviética, Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, también conocido como Stalin.
En el fondo estaba él, un hombre de altura y peso promedio, sentado en una gran mesa mientras se daba un festín con lo que parecía ser carne de muy buena calidad, llevaba la ropa que usaba cuando era líder de la URSS y su mostacho frondoso también estaba allí, era igual a los retratos, Stalin pareció darse cuenta de la presencia de las valkirias, sonriendo de forma algo paternal mientras señalaba dos sillas que habían alrededor de la mesa. "Muy buenas, ¿Tenéis hambre? Aparte de esta jugosa carne también tengo nueces, ajo, ciruelas y granadas" ofreció mientras las dos valkirias parecieron dudar, pero Goll lo pensó mejor, seguramente querrá discutir mientras disfrutan de una buena comida. "Está bien señor Stalin" dijo Goll mientras se acercaba y tomaba asiento, Hlokk la siguió con algo de nerviosismo mientras Goll estaba aterrada por dentro, tenía en la misma mesa al hombre conocido por ser responsable de más muerte que el mismísimo Adolf Hitler.
"¿Entonces soy el siguiente?" Preguntó el líder soviético mientras le daba un bocado a una ciruela, Goll trató de mantener la compostura. "Sí señor Stalin, ahora que vamos empatados creo que es el mejor momento para que intervenga en el conflicto" explicó con las palabras más educadas que se le ocurrieron, era duro hablar con un hombre como lo es Stalin, éste le dio un sorbo a su copa de vino y la miró fijamente. "Estoy dispuesto a hacerlo, pero quería preguntarte una cosa, ¿Por qué me eligió a mí?" Preguntó Stalin haciendo que Goll parpadee varias veces al escucharlo. "¿Cómo ha dicho?"
Stalin ahora miró a Hlokk, ella estaba algo incómoda, con cara de querer irse lo más pronto posible, luego sonrió y aclaró más sus dudas. "La pregunta es sencilla, si buscabas una figura importante de la Rusia del siglo XX, mi maestro Lennin es mejor opción, si buscabas a un dictador sanguinario y sangriento, aunque he asesinado a mucha gente no estoy tan demente ni soy tan sádico como lo fueron Iván el Terrible el cual mató a su mujer e hijo por una discusión trivial, Vlad el Empalador que pensaba que si bebía la sangre de sus víctimas empaladas obtendría su fuerza; Erzsébet Báthory conocida como la duquesa sangrienta fue la mujer que ha matado más gente, bañándose en la sangre de muchachas jóvenes por pensar que así nunca podría envejecer... Y así hay una larga lista, me gustaría saber la razón de mi elección."
Goll pensó muy bien antes de expresarse y decir su razón. "Porque usted es conocido también como el hombre que ha vivido las dos caras de la sociedad" explicó, Stalin levantó su ceja derecha mientras la pequeña valkiria continuaba. "Usted creció como hijo de un zapatero durante el reinado del Zar Nicolás II, pero logró volverse la mano derecha de Lennin durante la revolución rusa y acto seguido se volvió el líder más poderoso de la recién fundada Unión Soviética, usted ha vivido en la más absoluta miseria cuando era niño y el más absoluto poder cuando era adulto, en otras palabras, vivió las dos caras de la sociedad humana" terminó Goll mientras parecía pedir que Stalin lo tomase bien, Hlokk simplemente pareció incómoda mientras Stalin sonreía levemente, "Así que las dos caras de la sociedad, entiendo" dijo de manera algo siniestra mientras se levantaba de su asiento. "Podéis volver a vuestros deberes, yo ya me repararé por mi cuenta para la batalla" dijo algo más serio que antes, ambas valkirias no se hicieron de rogar y salieron rápidamente de allí, ambas no entendían pero estar cerca suya era como que su cuerpo estuviera siempre en defensa, normal conociendo que Stalin exterminaba a miembros de su propio partido por pensar que eran traidores, aunque no fuera tan demente como los ejemplos que dio se le acercaba mucho, y lo peor es que Rusia lo respetaba e incluso algunos o adoraban.
Mientras tanto en la enfermería se estaban produciendo dos sucesos a la vez, uno de ellos fue el despertar del Rey Midas después de su complicada recuperación después de vencer a Ra en la primera ronda.
El rey parecía todavía confundido sobre lo que había sucedido, luego miró sus brazos, uno de ellos estaba totalmente carbonizado e inútil mientras el otro estaba chamuscada únicamente la zona del antebrazo, fue en ese momento que lo empezó a recordar todo poco a poco, pero no le dio tiempo a pensarlo por mucho tiempo más antes de que alguien entrase en la zona donde él se estaba recuperando, era su padre Gordias, su hija Zoe y su esposa, básicamente allí estaba su familia, parecían tener rasgos de cansancio, es decir, que vinieron corriendo nada más les dijo un ángel sobre la aparente recuperación del rey.
"¡Papá!" Gritó Zoe mientras abrazaba fuertemente a su padre, Gordias se alteró ante eso y la mujer quería separar rápidamente a la infanta hasta que se dieron cuenta de la condición en la que estaban sus brazos, Midas comenzó a llorar de felicidad. "No tengo manos, la maldición finalmente se ha ido" dijo llorando, para él, el hecho de haber perdido sus dos extremidades era algo en lo que la locura nunca lo hizo pensar ya que ese hecho ya no le servía para nada pues su familia ya había sido convertida en oro, pero ahora por fin era libre de nuevo.
El resto de su familia corrieron a abrazarlo mientras Midas sonreía de pura felicidad por primera vez en muchísimos años, había logrado llegar por fin a la paz que siempre deseó.
Mientras en la otra sala se encontraba Ares recién recuperado mientras Zeus estaba sentado en una silla en frente suya. "¿Entonces Asmodeus me manipuló para robarme mi puesto en la lista?" Preguntó Ares con ira mientras le entraban ganas de venganza hacia esos malditos demonios.
"Exacto hijo mío, de todos modos, debo darle las gracias aún así ya que nos ha conseguido el empate y a la vez a acabado con uno de los ases de la humanidad, es nuestra oportunidad de ponernos por delante" explicó Zeus, Ares por su parte también recordaba la aparición de otro demonio más pero simplemente decidió no pensar más en ello. "¿Y quién es el siguiente?" Preguntó haciendo que el dios supremo griego se acaricie la barba mientras le respondía. "Se supone que íbamos a tener una reunión para decidir eso, pero, al parecer, los egipcios quieres volver a tomar el relevo" explicó Zeus confirmando una aparición divina egipcia en la tercera ronda mientras Ares, aunque prestaba atención, seguía frustrado por haber perdido su oportunidad de pelear.
En esa misma sala se puso ver durante unos pocos segundos como Legión escuchaba todo escondido y acto seguido volvía al infierno.
El tiempo de descanso acabó y todo parecía estar listo para la tercera ronda, Goll se sentó junto a Hlokk la cual para esta ronda decidió sentarse en su respectivo balcón em vez de estar con Jack, Nostradamus por su parte todavía no había parecido, la pequeña valkiria parecía preocupada mientras no puede evitar quedarse quieta, pero ahora tocaba apoyar a la humanidad, luego se preocuparía por Nostradamus.
En este momento todos se sorprendieron por la ambientación que tenía ahora la arena, ni siquiera Goll sabía de eso, Stalin actuando por su cuenta.
"Para esta tercera ronda tendremos otra batalla callejera al igual que en el anterior torneo, pero esta vez ambientada en la ciudad invernal de San Petesburgo del siglo XX."
Ambas gradas se sorprendieron por saber que el peleador divino había aceptado pelear en una ciudad humana al igual que hizo Hércules en su día, el balcón griego volvía a tener a Ares sentado mientras el balcón egipcio parecía ser el más tenso.
La puerta de la humanidad empezó a abrirse.
"En el bando de la humanidad tenemos a uno de los líderes más poderosos de la historia de Rusia y el que provocó la mejor época de la URSS"
Al decir eso los humanos parecieron estar muy sorprendidos mientras que veían como de la puerta salía un hombre que toda la humanidad conocía, vestido con ropas gruesas para el frío y acompañado de una gran variedad de armas de fuego como armas divinas.
"Pero también culpable de más muertes de las que provocó cualquier otro dictador del siglo XX, ¡Stalin!"
Eso provocó emociones mixtas ya que un gran grupo pareció descontento mientras un puñado sí lo animaban con gran fidelidad mientras gritaban su nombre en señal de adoración. El dictador soviético simplemente saludó a las gradas y preparó su primera arma apuntando a la puerta contraria, la cual también se estaba empezando a abrir.
"Del lado de los dioses peleará otro Dios egipcio en busca de venganza"
Eso ya provocó revuelo entre la multitud mientras una figura surgía a la vista de todos.
"Creación del mismísimo Ra para acabar con el pueblo egipcio y convertida gracias al alcohol"
Todo el mundo ya sabía quién era y los dioses empezaron a animar con furor a esa diosa.
"Conocida como Bastet, ahora se ha dejado consumir de nuevo por la ira y acabará con la humanidad, ¡Sekmet!"
Gritó junto a la multitud mientras veían a la diosa leona con una armadura lista para acabar con su enemigo, totalmente engullida por la ira y la destrucción, Stalin la miró mientras cargaba su rifle.
"¡Que la tercera ronda de la batalla final entre los Dioses y la humanidad comience!"
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Hola, os traigo otro capítulo tan pronto como agradecimiento por el apoyo que está recibiendo, sinceramente no esperaba que esto lo fuera a leer nadie, que haya al menos una persona que vote y comente ya que da ánimos, muchas gracias, nos vemos y espero que disfrutéis de la tercera ronda que iré subiendo con el tiempo.
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