Intermedio y Presentaciones de la Octava Ronda
Beelzebub caminaba lentamente por los pasillos, podía volver al inframundo en cualquier momento, pero quería estar solo y reflexionar sobre lo que había hecho durante la séptima ronda, por su movimiento había impedido una victoria de sus supuestos aliados, todo por perseguir los ideales del difunto señor del inframundo.
"¡Por fin te encontré, Beelzebub!" Dijo una voz que el señor de las moscas reconoció al instante, alzó la vista y se encontró con el demonio de la lujuria y el vicio Asmodeus, mientras a su lado se encontraba otro demonio que él no conocía, tenía un aspecto aparentemente joven con cabello totalmente negro igual a él, poseía rasgos de murciélago como unas alas de éste animal en la espalda, vestía con un traje que le deja expuesto todo el pecho del hombre, mientras un pantalón negro y rojo cubría la zona inferior del cuerpo, era completamente intimidador por su mirada tranquila pero despiadada, un verdadero demonio.
"Así que tú eres Beelzebub, por fin te encuentro" Dijo ese demonio mientras mostraba una sonrisa maliciosa pero aparentemente cariñosa, Asmodeus se acercó al demonio de la gula para tratar de aclarar las cosas, ya que Beelzebub se encontraba incómodo.
"Verás, él es Astaroth, y ha sido elegido como nuevo líder del infierno, tenía muchas ganas de conocerte en persona" Explicó el demonio con neutralidad, pero para Beelzebub fue una jarra de agua fría, no quería relacionarse con más seres de su especie.
"A mí no me interesa" Dijo el señor de las moscas mientras trataba de abrir un portal al inframundo, es bien sabido que ningún demonio no-autorizado puede cruzar la frontera, era su única manera de alejarse de esos malditos embaucadores.
"No te marches tan pronto, quería hacerte una propuesta" Dijo Astaroth mientras miraba a Beelzebub con una sonrisa paciente, pero el demonio de la gula no tenía ningún interés en escuchar los tratos sucios de su especie.
"Escúchame, aunque sean diez segundos, te aseguro que no te arrepentirás, al fin y al cabo, quiero que vuelvas al infierno para convertirte en uno de los nuestros" Dijo Astaroth con una sonrisa, Beelzebub giró la cabeza con desinterés para mirar fijamente al demonio, aunque no haya dicho nada dejó claro que le había dejado esos diez segundos únicamente para que lo dejen tranquilo y no lo persigan en cuanto salga del inframundo.
"Agradezco tu tiempo, quiero nombrarte parte de la élite de los demonios, lo mereces por tu gran poder y todo lo que has sufrido por culpa de los anteriores gobernantes, ¿O de verdad prefieres quedarte trabajando para Perséfone y arriesgarte a quedarte sin nadie a tu alrededor?"
Beelzebub siguió mirándolo, esperando a que termine su ridículo discurso.
"Me explico, si los dioses pierden el torneo, incluso Perséfone será destruida, pero los demonios no somos afectados por ese trato, no somos dioses, al fin y al cabo, ¿Acaso no quieres volver con tus hermanos demonios? Todos te aceptaremos y tendrás todo cuanto desees" Terminó Astaroth, pero notó que Beelzebub empezó a abrir un portal hacia el inframundo.
"La soledad nunca me importó, ahora déjame tranquilo" Dijo el señor de las moscas para luego desaparecer en el portal.
"Parece que le ocurre lo mismo que sufro yo con Sara" Dijo Asmodeus con algo de tristeza mientras miraba a su nuevo líder, el demonio de la lujuria había sido testigo del poder de Astaroth y era un monstruo, no tanto como Satanás, pero era mucho más poderoso que él sin duda.
"Tranquilo Asmodeus, Beelzebub se unirá a nosotros tarde o temprano, y tú te reunirás también con Sara algún día de éstos" Dijo Astaroth, haciendo que Asmodeus sonría de emoción, una de las razones que lo hicieron seguir a su nuevo líder es que no se burló de él, sino que prometió ayudarlo con Sara, al menos poder verla cara a cara, aunque los demonios fueran mentirosos, Asmodeus notó la intención de Astaroth, tarde o temprano triunfaría sobre morales o divinidades, sea quien sea el ganador del torneo.
(Otro pasillo en el otro extremo del estadio)
Goll se encontraba caminando de nuevo hacia la habitación de Platón junto a Nut y Hlokk, tratando de pensar qué clase de descubrimiento tendrá ahora entre manos el filósofo más reconocido de la historia.
"¡Platón, la séptima ronda ha terminado!" Gritó Goll al instante de entrar donde se encontraba Platón, el cual no pareció responder, aunque después de unos minutos se lo vio delante de una pizarra llena de apuntes matemáticos.
"No entiendo nada de lo que dice" Dijo Hlokk tratando de descifrar los cálculos hechos por el filósofo en vano.
"¡Llegáis en el momento más importante! ¡Tengo respuestas verdaderas!" Empezó a gritar Platón mientras les enseñaba su pizarra a las tres chicas presentes, Nut pareció ser la única que más o menos podía entender algo.
"¿Qué has descubierto exactamente?" Preguntaron Nut y Goll a la vez y el filósofo pareció estar muy alegre de contarlo.
"Verán, primero me he hecho la pregunta clave, ¿Por qué durante el Ragnarok tanto dioses como humanos nos convertimos en polvo cósmico?" Empezó Platón, haciendo que las tres presentes también se lleven una mano al mentón para tratar de pensar en una respuesta, pero Platón se adelantó y continuó hablando.
"¿Quién cuenta con ese poder para morir definitivamente durante el torneo? La respuesta es muy simple y obvia, los dioses infinitos" Cuando Platón nombró a esos dioses a las tres chicas se les erizó el pelo, esas entidades eran tan poderosas que ni siquiera portan una forma física confirmada, sino que sus ángeles transmiten sus mensajes.
"¿Ellos son los responsables?" Nut preguntó mientras trataba de encajar la pieza del rompecabezas en su mente.
"Los dioses infinitos son omniscientes y omnipotentes" Seguro que son ellos los que provocan la muerte verdadera durante el Ragnarok, ¿O acaso conocéis otros seres tan poderosos como para evitar resurrecciones o reencarnaciones cuando alguien muere?" Esos argumentos eran tan sólidos que ninguna de las tres presentes pudo rebatirlo, aunque eso las llevaba a la próxima cuestión, ¿Qué ocurre después?
"¿Y que hacen los dioses infinitos cuando te convierten en polvo?" Preguntó Goll con mucho miedo de escuchar la respuesta, al fin y al cabo, podría ser la clave para recuperar a sus hermanas, a Hércules y a todos los caídos en el Ragnarok.
Platón se acarició su barba mientras trataba de pensar en las palabras correctas para responder. "Lo más seguro es que pases a formar parte del universo, tu polvo estelar se vuelta una parte del basto mundo extraterrestre que controlan los dioses infinitos, pero por el momento, necesito más información verídica" Dijo Platón mientras empezaba a fruncir el ceño en busca de respuestas.
"¡Nut! Eres la cúpula celeste personificada, ¡Seguro que podrías encontrar el polvo estelar de los caídos!" Dijo Goll a la diosa egipcia con algo de esperanza, se acercó demasiado y Nut no sabía cómo responder sin decepcionarla.
"No soy capaz de hacer eso Goll, únicamente podría en caso de ser constelaciones como ocurrió con Hércules y aún así no son los verdaderos, ¿Y de verdad quieres enfadar a los dioses infinitos si intentamos eso?" Nut dijo con algo de rudeza y realidad, no quería darle falsas esperanzas a su amiga y Hlokk lo comprendió.
"Entiendo, lamento haberte puesto tanta presión ahora que estás herida" Dijo Goll algo deprimida mientras notaba como Hlokk le daba un breve abrazo para tranquilizarla, al fin y al cabo, era su hermanita.
"En fin, señorita valkiria, voy a poner en práctica muchas de mis ideas, me prepararé para pelear en la octava ronda" Dijo Platón con una sonrisa suave, aunque decepcionado consigo mismo, odiaba no encontrar las respuestas.
"Tranquila Goll, céntrate en el Ragnarok y en que Platón será en siguiente en pelear" Dijo Nut mientras se acercaba a su amiga, pero no la abrazaba por vergüenza, Goll asintió mientras salían de la sala de investigación del filósofo.
(Sala de reunión de los dioses)
Todos los dioses presentes miraban a Zeus con mucha decepción por lo que estuvo a punto de hacer.
"Eres una decepción para los dioses, desde ahora dejarás de ser el líder del consejo del Valhalla" Declaró Thor con seriedad mientras muchos dioses asentían, incluyendo los propios griegos, aunque se estuvieran jugando la vida, justo el honor es lo que los llevó a esa situación, debían de evitar más humillaciones.
Zeus empezó a aumentar de tamaño y hacer aparecer sus músculos mientras miraba a Thor por encima del hombro. "¿Y tú me vas a expulsar? Soy más fuerte que tú y que tu panteón entero, solo hay que recordar que yo gané a Adán y tu padre Odín perdió frente a una escoria como Nostradamus" Dijo el padre del cosmos, haciendo que Thor esté a punto de tratar de golpearlo con su martillo.
"Zeus, si te niegas será una pelea contra todos nosotros" Dijo Rudra recién salido de la enfermería y de notaba por sus ventajes, Shiva estaba a su lado y asintió con la cabeza.
"¿De verdad todos os ponéis en mi contra?" Preguntó Zeus totalmente incrédulo, viendo que incluso Ares apartaba la mirada sin decir una palabra para defenderlo.
"Os arrepentiréis de esa decisión" Dijo Zeus para luego encogerse de nuevo y marcharse de la sala de reuniones, dejando a los dioses presentes con inquietud por lo que tendrá ese anciano en la mente ahora mismo.
"¿Siempre son así las reuniones?" Preguntó el dios Mesoamericano Tlaloc con los ojos abiertos de la impresión, toda su curiosidad por formar parte del consejo del Valhalla se había esfumado.
"En fin, ¿Pasamos a decidir quién peleará?" Preguntó Shiva, tratando de centrarse en el tema importante.
Pero antes de que alguien pudiera dar alguna idea una voz gruesa y profunda se hizo presente. "Yo lo haré, padre" Shiva abrió los ojos de la sorpresa y Rudra pareció sonreír, era el turno del hijo del dios de la destrucción.
Zeus caminaba por los pasillos con total enojo, tenía pensado crear un asiento propio alejado de esos traidores que no lo apoyaron incluso cuando él solo está velando por ellos, pero sus pensamientos fueron interrumpidos por la voz alguien que el padre del cosmos no conocía.
"Parece que estuviste a punto de infligir las normas" Dijo una voz suave y relajada, Zeus no estaba de humor para esa clase de comentarios y rápidamente aumentó el tamaño de sus músculos y dio un veloz puñetazo.
Pero grande fue su sorpresa cuando vio que esa persona bloqueó su puñetazo con una sola mano desnuda, haciendo que Zeus se dé cuenta que se trata de un ángel al servicio de los dioses infinitos.
"Parece que tienes problemas de autocontrol" Dijo el ángel mientras Zeus se daba cuenta de lo que había hecho.
"Me presentaré, soy San Rafael, un ángel de élite enviado por los tres dioses infinitos para comunicarme contigo, Zeus del panteón griego.
El dios griego tragó saliva mientras volvía a su forma de viejo pellejo. "¿Qué quieres los diose infinitos de mí?" Preguntó con curiosidad y también algo de temor.
"Verá, mis amos están observando en todo momento el Ragnarok y todos sus peleadores y espectadores, seré directo, si vuelven ha intentar hacer trampas, perderán inmediatamente el torneo, ¿Entendido?" Dijo el ángel, haciendo que Zeus se vea obligado a asentir.
Unos minutos más tarde, la octava ronda del Ragnarok está ya por comenzar, todos se sentaron en sus asientos, pero el resto del panteón griego notó la ausencia de Zeus, cosa que, aunque les pareció comprensible, para Ares sigue siendo una gran decepción y tristeza.
Mientras que en el balcón de las valkirias Nut estaba por sentarse de nuevo en las piernas de Goll, pero ella la detuvo. "Detente Nut, te hemos traído una silla" Dijo la joven valkiria mientras la cúpula celeste observaba un gran asiento al lado del de Goll, cosa que hizo a Nut asentir con algo de decepción y sentarse, poco después, Heimdall apareció en la arena para presentar, en este caso, la arena era un poco distinta ya que estaba llena de hierva y vegetación, incluyendo un roble gigante en una esquina.
"¡La Octava ronda del Ragnarok va a dar comienzo!"
Todo el público gritó con furor mientras la puerta de la humanidad se empezaba a abrir.
"¡Representando a la humanidad tenemos al pensador por excelencia de la humanidad!"
Empezó presentando, haciendo que los humanos ya tengan opciones en mente, pero eso cambió cuando vieron entrar a ese hombre tan característico.
"¡Alumno de Sócrates y maestro de Aristóteles fue el filósofo más famoso de la historia! Y aunque su verdadero nombre es Aristocles gracias a su espalda musculosa se ganó el apodo con el que todos lo conocemos... ¡Platón!"
Todos los humanos gritaron de la emoción y Platón entraba en la arena, estaba con el pecho descubierto, dejando ver que, aunque esté en la tercera edad, su musculatura es digna de un peleador de boxeo, junto a eso, en su mano se encontraban unas vendas divinas con las que se estaba atando los nudillos, es decir, que peleará a puñetazos.
La puerta de los dioses se empezó a abrir.
"¡Y representando a los dioses tenemos al segundo dios procedente de la India de la lista!"
Empezó presentando, haciendo que los dioses de la India empiecen a celebrar y a gritar de emoción, sobre todo cuando escucharon el característico barrito de un elefante.
"¡Hijo del gran dios de la destrucción Shiva, el peleador tuvo un poder comparable a su padre, pero centrado en la disciplina y en el entrenamiento! Una vez más los dioses hindúes quieren empatar el marcador, ¡Pero esta vez lo intentará Ganesha!"
El gran dios elefante entró en la arena vestido con muy poca ropa también, únicamente para cubrirse su zona trasera, además, estaba sin armas, es decir, que esto va a ser una pelea cuerpo a cuerpo.
Los dos peleadores se miraron a los ojos mientras analizaban a su oponente, ambos grandes pensadores de sus respectivos mundos.
"¡Qué la octava ronda del Ragnarok comience!"
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Hola, octava ronda, Ganesha vs Platón.
¿Cómo os está pareciendo la obra hasta el momento?
Espero que este intermedio os haya gustado, ahora sin nada más que decir, adiós.
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