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Final de la Sexta Ronda

Alejandro Magno observaba con ira como su oponente había comenzado a bailar al ritmo de las palmadas de los dioses espectadores, ¿Acaso lo estaba subestimando? Era lo que pensaba el conquistador mientras se lanzaba a por Rudra el cual seguía bailando.

"¡No me subestimes!" Gritó el humano mientras con una velocidad asombrosa trataba de acertar su intento de clavarle la punta de la lanza en su pecho, pero Rudra esquivó el golpe al son de la música moviendo su cuerpo un poco a la izquierda para acto empezar a esquivar todos los golpes que le venían mientras no paraba de bailar.

"¡La danza de Rudra está logrando esquivar todos los intentos de Alejandro Magno!"

En el balcón hindú, Tlaloc estaba sin palabras ante lo que observaba, esos movimientos a modo de danza nunca los había mostrado durante su estancia en América, por lo que miró a Shiva con una clava curiosidad en su rostro.

"Yo le enseñé a bailar, somos los mejores en la India" Dijo mientras reía ante lo que veía, las lágrimas de emoción habían cesado para ser reemplazadas por sonrisas de orgullo por ser su mejor amigo.

En el balcón griego, Atenea pensaba en la razón por la que Alejandro no era capaz de tocarlo y Rudra esquivaba los golpes con tanta eficacia. "El humano siempre ha estado usando sus capacidades de análisis para atacar y contraatacar, pero ahora que Rudra está bailando se ha vuelto totalmente impredecible, fascinante" Dijo la diosa con una sonrisa mientras Hermes asentía con la cabeza, Ares estaba estupefacto mientras Zeus trataba de recuperar la esperanza.

En la arena, Alejandro Magno parecía ciertamente cansado, aún teniendo toda la energía del alma, había forzado su cuerpo de semidiós demasiado, Rudra pareció notar que su adversario estaba bajando la velocidad por lo que aprovechó para que su danza pase al ataque.

"¡Esto lo aprendí de Shiva!" Gritó Rudra mientras esquivaba una estocada poniéndose boca arriba apoyándose con sus brazos y acto seguido dio una patada eléctrica que resonó en todo el coliseo.

"¡Rudra ha asestado una potente patada eléctrica!"

Shiva sonrió, esa técnica la usó el durante su batalla contra Raiden.

En la arena, Alejandro Magno cayó al suelo de nuevo, pero esta vez las quemaduras provocadas por la patada eléctrica parecieron causarle un potente dolor debido al excesivo cansancio.

"¡Maldita sea!" Gritó el humano mientras se levantaba lentamente y agarraba el trozo de lanza de forma puntiaguda mientras Rudra empezaba dejar de bailar para mirar el balcón hindú con una sonrisa de satisfacción.

"¡No sabes con quién estas luchando, maldito dios!" Empezó a delirar Alejandro Magno mientras miraba con ira a su adversario, Rudra se giró para mirarlo a los ojos de forma penetrante, parecía que ambos estaban en sus límites debido a que Rudra seguía sangrando.

Pero antes de que ambos pudieran seguir, una voz proveniente de las gradas de la humanidad se hizo presente. "¡Alejandro!"

El mencionado reconoció la voz, era su maestro Aristóteles, Rudra parecía no saber que hacer debido a que no le gustaba atacar sin honor, por lo que decidió empezar a calentar para volver a bailar.

"¡Alejandro, mira a tu pueblo y date cuenta de lo que estás haciendo!" Gritó Aristóteles mientras notaba que Alejandro Magno parecía enojado ante su interrupción, pero lo hizo y miró a las gradas, lo que vio lo dejó paralizado, todos sus habitantes estaban muy asustados, pero asustados de él.

"¿Qué?" Se preguntó mientras notaba como Rudra se lanzaba de nuevo a por él a través de una melodía a través de las palmadas del público divino.

"Espero que sepas verlo" Dijo Aristóteles mientras confiaba en que su pupilo despertaría y se daría cuenta de sus actos necios.

Alejandro Magno usó su lanza puntiaguda a modo de defensa para evitar más patadas o puñetazos rápidos con su danza, pero aún así estaba siendo totalmente acribillado por el baile de Rudra, pero en realidad el conquistador estaba pensando en las palabras de su maestro.

"¿Qué les pasa? Yo estoy siendo el mismo de siempre, poniendo a ellos por delante..." Susurraba mientras pareció notar la actitud egoísta y frustrada que estaba mostrando, pero ese momento de iluminación provocó ser golpeado por un puñetazo en toca la cara que lo mandó de nuevo a morder la piedra del Svarga.

"¡Llegó el momento de terminar su gran danza tormentosa!" Dijo Rudra mientras el público comenzaba a animar al dios hindú como nunca, pero de repente alguien rompió esos ánimos, era un grito proveniente del propio Alejandro Magno quién, demostrando su gran poder y determinación, se había vuelto a levantar aún teniendo su cuerpo en las últimas.

"¡Pueblo Macedonio!" Eso fue lo que gritó mientras miraba al público y desconcertaba a Rudra.

"¡Perdonen a vuestro necio gobernador de sus errores!" Se disculpó mientras se volvía a mirar de nuevo a Rudra.

"¡Yo no soy la personificación de Macedonia, sino que simbolizo sus esperanza y sueños! ¡Yo cargo con mi pueblo para darles una vida mejor!" Gritó mientras se llamaba tonto por haber olvidado el principal propósito por el que quería gobernar el país, el descubrimiento de su figura paterna lo había hecho pensar en él como alguien superior a su pueblo cuando esa clase de personas eran la que él más odiaba, agradeció a Aristóteles por haberle ayudado una vez más.

El pueblo de macedonia empezó a animar con júbilo a su señor al unísono, todos parecían personar a su líder mientras el resto de la humanidad se unía a esos ánimos.

El aura de Alejandro Magno no pareció absorber más energías de almas, pero aún así su poder pareció incrementar mientras Rudra se lanzaba de nuevo al ataque mientras bailaba al son del público.

Pero, sorprendentemente, Alejandro Magno esquivó los golpes que intentaba dar Rudra mientras él también empezaba a bailar, nadie entendía lo que había sucedido ahora y la razón de que pudiera ser capaz de prever sus movimientos cuando antes no era capaz.

Hasta que la voz de una joven macedonia se hizo presente. "¡Está usando mis movimientos de danza!" Dijo la muchacha mientras parecía en shock por verse reflejada en su líder, esa chica era conocida como la mejor bailarina del país.

Aristóteles lo entendió todo. "Ahora que Alejandro ha dejado de pensar en sí mismo y en usar nuestra energía para canalizarla en poder ha podido darle su mayor uso, está dejando fluir todos nuestros talentos y habilidades, en vez de reprimirnos, nos está dejando tomar el control de su cuerpo y mente" Explicaba mientras parecía derramar lágrimas de emoción.

En los asientos de honor, Qin Shi Huang levantó una ceja mientras veía que todo el chi de Alejandro Magno ya no era un amasijo de almas en completo caos, sino que ahora eran una sola alma llena de colores, algo totalmente hermoso.

"¡Ambos peleadores están esquivando los golpes que les asesta el otro! ¿Cómo acabará esto?"

Alejandro Magno se sentía extraño, era como si no tuviera control sobre su cuerpo, todas las almas de su pueblo se estaban coordinando y aportando sus habilidades en vez de ser reprimidas por él, por alguna razón, lo estaba disfrutando al punto de reír un poco aún cuando se estaba jugando la vida.

Rudra notaba como la sangre se agotaba cada vez más, pero no le importaba, estaba dando todo en una batalla donde al parecer su rival ha abierto los ojos finalmente, eso era suficiente para hacerlo feliz, le recordaba a cuando peleó en el Svarga contra Shiva.

El dios hindú de un momento a otro trató de repetir su jugada y asestarle una potente patada eléctrica, cosa que al principio funcionó ya que esquivó un golpe del humano y repitió lo mismo que la última vez, pero Alejandro pareció preverlo y con un movimiento rítmico esquivó la patada y con la cuchilla de la lanza trató de cortar a Rudra por la mitad, pero el mencionado logró evitar ese destino ya que logró moverse hacia atrás, pero un corte muy profundo en el estómago se hizo presente.

"¡Rudra ha recibido un importante corte en el estómago!"

Ambas partes animaban a sus representantes mientras Rudra parecía no tomarle importancia, mirar su herida solo lo haría vacilar más, Alejandro Magno estaba usando la agilidad de una bailarina profesional, la inteligencia de un filósofo y un estratega de guerra y la fuerza bruta de un gladiador, es decir, no iba a dejar ningún punto débil ahora que por fin había sido iluminado y liberado de su necedad.

"¡No puedo perder!" Gritaron ambos a la vez mientras volvían a lanzarse a pelear, los dos estaban en las últimas, Rudra no podía seguir perdiendo sangre o moriría en unos minutos y Alejandro Magno estaba perdiendo energía a una velocidad vertiginosa, su cuerpo empezaba a no dar más de sí después de presionarlo tanto.

"¡Tormenta Perfecta!" Recitó Rudra, haciendo que Tlaloc abra la boca de la impresión, esa es su técnica más poderosa, no sabía que su aprendiz había sido capaz de aprenderla.

Pero el momento en el que recitó la técnica, Alejandro Magno aprovechó para clavarle la lanza en su corazón, cosa que casi consigue, pero algo centelleante impidió que el conquistador no pudiera terminar la acción que iba a hacer.

Todos los humanos parecieron horrorizarse ante lo que ocurrió, fue tan repentino que incluso Heimdall tardó en reaccionar.

"¡Un gigantesco rayo a impactado en el humano!"

Tlaloc sonrió, esa técnica sacrificaba todo tu control sobre la electricidad por un día entero para desatar un rayo tan potente como para matar a 20 dioses de golpe, es casi imposible sobrevivir a eso.

Rudra pareció suspirar mientras notaba que su transformación se disipaba y todo su cuerpo perdía la electricidad al igual que los charcos de agua y la tormenta que se disipó, el dios hindú se arrodilló del cansancio.

Todos vieron que Alejandro Magno acabó totalmente chamuscado, todo su cuerpo estaba de color negro carbón mientras se mantenía de pie, su lanza se desintegró y la única razón por la que él no se desintegró fue el hecho de tener el cuerpo de un semidiós y la energía de miles de personas. "Y-yo l-lo l-lamento" Dijo con una voz casi inaudible mientras el cuerpo del conquistador caía al suelo.

Todos los humanos gritaron mientras el pueblo macedonio empezaba a llorar cuando notaron que la energía del alma volvía a sus cuerpos, su amado líder había muerto.

"¡Alejandro Magno no ha podido continuar vivo, la victoria es para Rudra!"

Los dioses comenzaron a gritar de furor mientras Rudra notaba como unos ángeles venían a llevarlo hacia la enfermería a curarlo. El dios hindú agradeció que no decidió hacerlo al principio de la batalla, si su cuerpo se había mantenido con forma significa que habría aguantado el golpe y se habría quedado indefenso, pero aún así no pudo evitar sonreír, había ganado delante de Shiva y de su maestro.

Duración de la batalla: 27 min y 10 según.

Golpe Definitivo: Tormenta Perfecta.

Ganador: Rudra 3-3.

El pueblo macedonio seguía llorando mientras el cuerpo carbonizado de su líder se convertía en ese cristal para desaparecer para siempre de la faz del universo.

"Estuviste muy cerca Alejandro" Dijo Aristóteles mientras sonreía y lloraba al mismo tiempo, todos parecieron pensar lo mismo.

En el balcón griego Zeus suspiró. "Parece que el veneno no hizo falta" Dijo con alivio mientras sonreía, habían vuelto a empatar.

Aparte de la alegría de Shiva y Tlaloc, la victoria de Rudra fue muy simbólica, era la primera vez que un dios de la lista ganaba y salía vivo, era una batalla que empezó a recuperar la dignidad y respeto perdidas anteriormente, ahora solo quedaba ponerse por delante y demostrar que las divinidades también tenían ases bajo la manga.


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Bueno, así termina de sexta ronda del Ragnarok, ¿Cómo os ha parecido? 

Espero que os haya gustado, ahora sin nada más que decir adiós.  

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