Decimotercera Ronda: Parte 1
En la arena, Sun Wukong reía de la emoción al ver a Arturo enfrente. "¡Por fin podré demostrar mi poder! ¡Y encima de todo mi victoria pondrá punto y final al torneo!" Comenzó a gritar el rey mono mientras reía.
El rey Arturo miró a Sun Wukong mientras negaba con la cabeza lentamente ante sus palabras, para acto seguido hablarle con seriedad. "¿Por qué quieres acabar con la humanidad? Fuimos nosotros los que te liberamos de aquella montaña que te lanzaron encima y viajaste y conviviste con ellos, ¿Por qué ahora estás del lado de los que te detestan?" Preguntó el rey inglés con seriedad, demostrando su amplio conocimiento al saber la relación que tiene el rey mono con la humanidad.
Todos los espectadores estaban también interesados en esa respuesta, y se sorprendieron aún más al observar que el rey mono frunció el ceño repentinamente al escuchar esa pregunta, respondiendo de forma algo sombría. "La razón es muy simple, quiero que aquel que me lanzó la montaña encima sufra como nunca imaginó, ¡Buda deseará no haberme detenido después de exterminar a su querida humanidad y me importa un carajo lo que eso signifique! ¡Solo me quiero a mí mismo! Es por eso que acabaré contigo en menos de cinco minutos, prepárate, porque no aguantarás ni un asalto" Declaró Sun Wukong con ira mientras miraba a Arturo, el cual suspiró lentamente al escuchar esa respuesta.
"Eres un egoísta desagradecido, ven a matarme de una vez si tan fuerte eres" Declaró Arturo, haciendo que el rostro de Sun Wukong vuelva a mostrar una sonrisa, demostrando su confianza ante la situación.
"¡Pues prepárate para la paliza de tu vida!" Gritó el rey mono mientras saltaba y usaba su bastón extensible para intentar golpear al rey, todo eso en menos de una centésima de segundo, pero Arturo, sorpresivamente para el mono, bloqueó el golpe del bastón usando su gran espada Excalibur como escudo, funcionando y no recibiendo el arma ni un solo rasguño.
Sun Wukong no se detuvo y se lanzó a por Arturo en un abrir y cerrar de ojos mientras devolvía su bastón a su longitud habitual, con la intención de golpear a Arturo con su bastón extensible desde una distancia muy corta, pudiendo derribar al rey con seguridad o incluso atravesar su cuerpo en caso de que su resistencia sea muy baja, pero, para asegurarse que de funciona, primero hizo un amago de que saltaría e intentaría dar una patada en su cara, con la intención de que alce su espada y, así, poder golpearle en el estómago, pero nada salió como había planeado, pues Arturo supo las intenciones del rey mono y, en vez de intentar bloquear el golpe, movió su espada con destreza e intentó cortar en dos al simio, el cual tuvo que retroceder forzosamente.
"¡Apenas han pasado unos segundos desde que comenzó la ronda y los peleadores ya están demostrando tener un poder altísimo! Pero ninguno logra asestar el primer golpe"
El público estuvo interesado de inmediato en el enfrentamiento al punto de que a la gran mayoría se le había olvidado lo que estaba ocurriendo en la zona interior del coliseo.
"Esto solo era el calentamiento, ya verás cuando muestre todas mis habilidades" Habló Sun Wukong mientras señalaba a su adversario, el cual contestó con la misma seriedad de antes mezclada con un poco de furia.
"Eres un ingenuo y tu ego te está consumiendo, he peleado en muchas guerras, he enfrentado a miles de guerreros y también he acabado con monstruos mucho más poderosos que yo, a este paso morirás antes de que muestres tu supuesto poder verdadero" Las palabras de Arturo tocaron el ego del rey mono, el cual frunció el ceño y mostró sus colmillos a modo de amenaza mientras soltaba gritos de chimpancé para expresar su ira.
De un momento a otro Sun Wukong volvió a lanzarse contra Arturo, pero, de un momento a otro, una nube pequeña apareció en mitad de la arena, montándose el mono en ella.
Arturo ante eso simplemente mostró una postura de combate mientras miraba fijamente a su oponente, el cual quería que su adversario fuera consciente de la diferencia de poder que había entre ambos. "¡Te haré tragar tus palabras!" Gritó mientras se lanzaba subido a su nube, pero, además, todos observaron como Sun Wukong comenzó a crear clones suyos y a mezclarse con ellos.
"¡Increíble! Sun Wukong no solo ha llamado a su nube voladora para ayudarle a avanzar con más rapidez, sino que también se ha multiplicado para confundir a su rival, ¿Arturo será capaz de responder?"
Arturo, ante eso, optó por una opción inesperada por todo el mundo, cerró los ojos, aumentando aún más el ego de su rival en el proceso.
Todos los Sun Wukong saltaron a la vez de sus nubes hacia Arturo con sus bastones en mano, totalmente confiado de que Arturo no sería capaz de reaccionar, y si decidía atacar a uno de los clones no importaba, siempre y cuando el original siga bien.
Arturo alzó su espada en una dirección específica, sin ver siquiera las decenas de clones que se habían abalanzado contra él, y la movió para atravesar el estómago de quién alcance, funcionando pues Arturo notó como algo era atravesado por su gran arma.
No escuchó a Sun Wukong y tampoco sintió ningún dolor, fue entonces que abrió los ojos y se encontró al rey mono siendo atravesado por el estómago por la Excalibur mientras los clones desaparecen pues su anfitrión estaba gravemente dañado.
"¡I-Imposible! Arturo ha acertado y ha atravesado el estómago de Sun Wukong!"
Todo el público estaba en shock, nadie podía creer lo que estaba viendo.
"¿C-Cómo?" Logró preguntar Sun Wukong mientras caía al suelo con un agujero en su estómago y abdominales, por suerte la nube voladora pudo salvar al rey mono, pues bajó rápidamente y evitó que Sun Wukong cayera al suelo, poniéndolo a salvo rápidamente o sufría la posibilidad de ser rematado por Arturo.
"Excalibur fue hecha por un ser con propiedades divinas, me permite detectar la hasta los más pequeños detalles de mi entorno, como la respiración, tus clones no respiran, y es por eso que te he detectado" Explicó Arturo, intentando darle una lección de humildad al rey mono, el cual escuchó todo mientras seguía tumbado en la nube, con aquella herida en su estómago, haciéndolo sangrar.
"No voy a morir tan miserablemente, yo soy perfecto, ¡No será suficiente para matarme!" Gritó el rey mono mientras se levantaba y quedaba de pie en su nube, notándose la gran herida hecha por la Excalibur y la sangre que se estaba derramando por ello.
Arturo miró que Sun Wukong se había recuperado muy fácilmente del dolor que debe de dar una herida de ese calibre, fue entonces que todos notaron como la herida se iba cerrando poco a poco, el rey mono tenía un factor regenerativo que le estaba sanando poco a poco.
"Entonces debo de matarlo antes de que pueda recuperarse" Susurró Arturo mientras pensaba sus opciones, Sun Wukong se rió, él era mucho más poderoso que cualquier dios mediocre, si no fuera por Buda él se hubiera coronado como el líder supremo, es por eso que le odia tanto.
Miró a su oponente todavía con arrogancia, sabiendo que su poder era ilimitado y que solo estaba jugando con Arturo, es cierto que lo había subestimado, pero solo se quedará en eso, le demostrará a todo el mundo la razón de que casi destruye el panteón chino hace ya tantos milenios.
(Plaza central del coliseo)
Mientras la decimotercera ronda se estaba desarrollando, los dioses y humanos más reconocidos le estaban plantando cara a los demonios, en la plaza central se encontraban Zeus (totalmente musculoso) y Thor, los más poderoso pues esta zona era de donde se está abriendo el portal donde salen todos los demonios invasores.
"¡Esto no sirve ni para calentar!" Habló Zeus mientras mataba demonios de bajo rango como si fueran insectos, Thor usaba su martillo y asesinaba a legiones enteras de esbirros un una eficacia asombrosa, por el momento nadie más a logrado llegar al origen de la invasión, solo ellos dos, los más fuertes.
"¡¿Cómo se cerrará ese maldito portal?!" Gritó Zeus mientras atacaba y se acercaba al portal, notando que, sin conocimiento de magia demoníaca, les sería muy difícil cerrarlo, y los refuerzos serían muy escasos pues todos estaban peleando contra los demonios que lograban escapar y adentrarse en los pasillos, o directamente otros portales menores se abren en otros lugares para repartir la invasión, aunque sea seguro que este es el portal principal por su monstruoso tamaño.
"Buda antes estaba con nosotros en la plaza central, ¿Adónde fue?" Preguntó Zeus de lo más casual mientras mataba demonios esbirros de bajo rango, Thor contestó con seriedad.
"Dijo que se iba a llevar a Nostradamus a la enfermería" Contestó Thor, Zeus rió mientras seguía con su batalla hasta que un gran temblor de tierra hizo alertarse a los dos dioses presentes, algo realmente poderoso había salido del portal.
Y, efectivamente, dos criaturas extrañas habían aparecido en la plaza, el primero siendo una especie de demonio de un tamaño tan grande que su cabeza chocó contra el techo aún cuando está tumbado sobre una almohada voladora, destacando que posee rasgos de perezoso (como sus garras) acompañado de una piel negra y roja. El otro invasor se notaba muchísimo más poderoso que el primero, era un ser de piel roja (lo cual delataba que es un demonio), unas alas gigantescas acompañado de dos cuernos en su cabeza similares a muchos animales, destacando también por estar vestido con un abrigo de piel de dudoso origen y unos colmillos que sobresalen de su boca, un auténtico demonio en toda regla.
"Parece que dos demonios poderosos han aparecido, menos mal, me estaba aburriendo" Habló Zeus mientras hacía calentamientos y se preparaba dando pequeños saltos, Thor, por su parte, se mantuvo firme mientras los miraba y preparaba su poderoso martillo.
"Soy Abadón, señor del caos, las plagas y las calamidades, y este es Belfegor, señor de la pereza" Se presentó el demonio con alas mientras señalaba a su gigantesco compañero.
"Acabaremos con vosotros" Habló Abadón mientras, de un momento a otro se abalanzaba contra Thor, el cual se mantuvo firme y se protegió el golpe con su martillo, Zeus iba a golpear a ese demonio, pero notó como la garra gigante de Belfegor intentaba atraparlo, ganando su atención.
"¿Así que tú eres Zeus?" No pareces la gran cosa, venga, ven a por mí anciano" Habló Belfegor con varios bostezos de por medio, Zeus contestó con una risa algo perturbadora típica de él, sabiendo que Thor se enojaría por meterse en su batalla,
él haría la suya contra ese señor de la pereza.
"No me subestimes" Habló Zeus mientras saltaba y preparaba su arma secreta, no iba a contenerse.
"El puño capaz de superar el mismo tiempo" Dijo Zeus mientras esto mismo ocurría, deteniéndose todo a su alrededor y golpeando al gigantesco demonio, recibiendo el golpe de lleno, creando una gran cortina de humo cuando el tiempo volvió a la normalidad.
Zeus rió, pero su risa cesó cuando la garra de Belfegor lo atrapó, mostrando cuando la cortina de humo se fue que el demonio estaba perfectamente.
"Soy totalmente invulnerable, nada de lo que hagas podrá herirme" Habló Belfegor con una risa, pero bostezando de nuevo al momento siguiente, Zeus intentaba zafarse del agarre, pero su fuerza no era suficiente, ¿Cómo podía ser eso posible?
"Te has estado enfrentando a demonios de poco rango, este es nuestro verdadero poder, anciano" Habló Belfegor mientras, usando la garra de su otro brazo, se preparaba para clavarlas en su víctima y torturarla.
Por otro lado, Thor miró fijamente a Abadón, el cual reía mientras el dios nórdico preparaba su martillo para contraatacar ese ataque sorpresa que le había intentado asestar el demonio.
"¿De verdad piensas ganarme con ese juguete para niños? No soy Beelzebub, tómame más en serio, yo estuve encerrado por cientos de miles de años en una puta celda de lo más profundo del infierno, ni siquiera Satanás confiaba en mí, pero Astaroth me ha liberado, y, que quede entre nosotros, pienso traicionarlo cuando todo esto termine" El demonio comenzó a platicar con Thor, el cual no contestó, ni siquiera lo escuchó pues estaba preparando su martillo, el cual parecía estar igual que cuando peleó contra Lu Bu, palpitando y preparándose para hacer el mismo golpe que partió las piernas al peleador chino.
Abadón notó como Thor preparaba su martillo y ejercía su presión contra él, con la intención de partirle las piernas en el mejor de los casos o matarlo en el peor, o eso sería para cualquiera, pero para Abadón, un demonio tan poderoso que ni Satanás pudo disciplinar, no era el caso.
"Puertas el infierno" Recitó Abadón mientras sus brazos comenzaban a cubrirse de un color negro a la vez que sus venas se inchaban por la presión y poder que habían recibido sus propias extremidades.
"¡Ese juguete para niños no me sirve ni de calentamiento!" Gritó mientras liberaba el poder de sus dos brazos en dos puñetazos contra el martillo, ocurriendo algo que haría cambiar de expresión a Thor, pero para mal.
Su fiel martillo, una de las armas más poderosas que se han visto entre los dioses, había sido destruida en mil pedazos por ese puñetazo del demonio, haciendo que Thor caiga al suelo ante la ráfaga de aire que se liberó de ese golpe.
"¿Qué? ¿Qué es ese poder?" Preguntó Thor, Abadón reía sin parar, disfrutando de ver a su oponente ser consumido por el miedo, pero, más parecía triste por la pérdida de su martillo más que otra cosa.
"En fin, ¿Continuamos o ya no puedes más?" Habló el demonio mientras crujía sus nudillos y se acercaba a Thor, el cual se levantó e hizo algo que sorprendió a Abadón, sonrió de una forma tétrica mientras las lágrimas caían por sus ojos, estaba triste por la pérdida de su martillo, pero estaba feliz, pues, por fin, su aburrimiento que había vuelto desde que mató a Lu Bu, estaba volviendo a desaparecer, todo lo contrario, por primera vez en su vida su cuerpo estaba temblando, cosa que lo motivaba aún más a continuar hasta quedarse sin aliento.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Bueno, hasta aquí el capítulo, esta ronda tendrá muchas partes pues tengo que mostrar los distintos grupos de humanos y dioses contra demonios, prepárense.
Espero que les haya gustado, pueden dejar su opinión si lo desean lo agradecería mucho, sobre todo en este momento, pues estamos en la recta final de la historia.
Ahora sin nada más que decir, adiós.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro