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Regalito

-aahh- siente como su cuerpo es invadido por otro, el entrar y salir de manera placentera- si... si- se mueve suavemente de arriba abajo para sentir el orgasmo construyéndose y luego rápido para que sea expulsado

El amante lo comienza acariciar con sus uñas medianamente largas. Sus caderas tiemblan y se estremecen cuando las uñas arañando con un tanto de dolor, lo suficiente para excitarse mutuamente.

-Zen'in-sama- el omega sale de su ensueño con el grito de su madre. - los bebés están limpio y listos a comer. -se acerca con un criado omega y los gemelos en una fu da gruesa que los protegía del frio

-Mamá- le susurra cuando baja la bata de los costados y colocar a los niños en cada brazo, con almohadas debajo de los niños.

-Toji vendrá pronto ya que la caza ha sido productiva- el omega sonríe al ver a su hijo y nietos- si tu padre ve que no me encargo de ti se molestara, ya sabes cómo es-acaricia el cabello de sus pequeños nietos, aunque no se ve como abuelo, aun es joven... 40 años no son nada

-¿Dónde está Naoya? - grita, rugiendo, tiene aroma de sangre y feromonas de celo.

Rápido aparece Naoya y es arrastrado a alguna habitación de su hogar, lo empotra contra la pared más cerca y comienza a oler todo su cuerpo, le abre la hakama dejando rastros de su aroma en él.

-Delicioso...- dice respirandole en el cuello- delicioso mi omega... mío... mío-ruge y Naoya está en éxtasis, cuidaste bien de nuestros hijos- dice quitándose los pantalones.

-Si... si Toji-le dice rasgando la camiseta de su alfa. A pesar de su edad no dejan de tener sexo duro y adolescente- los niños están comiendo- dice mientras es puesto en cuatro contra la pared- está comiendo.

-yo también comeré- y mete la boca en medio de sus glúteos.

Lo que pasa de ahí en adelante es puro descontrol de hormonas, sexo, fluido y demás.

Megumi pudo escuchar a su padre rugir por su madre, al veces cree que están viejos para ello. Ve como el sol cae poco a poco y la luna comienza a dejarse en lo más alto y percibe a alguien.

-Hola Gumi- saluda descarado

-No me llames así- le dice presionando la nariz del recién llegado. Le sonríe y toma su mejilla dándole un tierno besos.- hola Sukuna- saluda feliz

-Hola Megumi- besa su frente. -¿en dónde están mis bebés?

-Makoto aun duerme, Katsuki es el que siempre esta despierto. Como si supieras que vienes por él. - le dice entregando al pequeño con sus ojos grandes y brillantes.

-Hola pequeño- le dice mientras acaricia su mejilla y la cara de adoración en el alfa se extiende, poco después Makoto empieza a removerse u llamar a mamá con balbuceo y gimoteo- hola mi rey-le dice. Los bebes son gemelos idénticos ambos alfas machos. Solo que colocaron a y no Makoto por Toji. -Le gusto el regalo a tus padres? - sonríe malicioso

-¿Fuiste tu? - le cuestiona

-hey!- debo ganarme puntos indirectos, si el sexo les pone de buenas y aparezco su odio hacia mi disminuye

-Colocando un omega sin marcar en celo en medio de la caza, no creo que sea un favor que se deba agradecer. - le dice mientras cambia el pañal a Katsuki- eres un demonio, Ryomen-san

Eso toca a Sukuna, se queda quieto y solo suspira.

-Como digas, - le dice y no despega los ojos de Makoto- eres tan hermoso, no puedo creer que de mi saliera esta hermosura- le dice mientras aprieta las mejillas de su hijo.

-Es cierto, tú eres feo- y se ríe, Sukuna queda embobado por la risa de Megumi, al veces no recuerda porque lo odiaba tanto al ver esas lágrimas de alegría al burlarse de él, es tan hermoso, sus ojos amarillos como piedras preciosas y esa mirada profunda que puede leer tus pensamientos es algo que lo terminaron de engatusar.

La sorpresa llega a la cara de Megumi cuando siente una mano en su trasero, o el fantasma cuando le sonido resuena. Sukuna le había dado una nalgada.

-Megumi! - se escucha un grito y no debe ser un genio para saber que es su padre.

-Hora de huir- y cuando Sukuna se pone de pie, Megumi lo toma del tobillo y cae de pecho contra el piso y Makoto gatea a su lado colocándose encima de la espalda de su padre, era como si Megumi y Makoto estuvieran conectado por algún tipo de complicidad.

-Oh! Ryomen-san- saluda Naoya con una reverencia- traeré algo de comer- se dirige a Toji y este asiente.

-Hola sueggggg... Toji-sama- dice algo nervioso, Sukuna no es idiota él es poderoso, pero no lo suficiente para darle pelea a un Zen'nin y menos al hijo menor, Toji.

-Hola- no quiere ni dirigirle la palabra sino fuera por el buen humor que trae encima y que prometió a Su omega e hijo que se llevarían algo bien por los niños y más cuando estén presenten. Se acerca a Makoto y lo levanta de encima, no para ayudar sino porque Makoto a cierta medida se parece a Megumi, aunque él y Katsuki sean gemelos... es extraño.-Hola angelito, te diviertes con él-si, a eso llega su desagrado no le dice ni por Sukuna ni padre de los gemelos- quieres comer fruta?- Makoto abre los ojo y brillan, Katsuki llega gateando a los pies de su abuelo y le pide atención,-Para Katsuki también hay comida, la abuela vendrá y comeremos todos-les dice juntándolos y sobando su vientre haciendo sonidos. Sukuna se esconde detrás de Megumi, no quiere verlos dándole amor a sus hijos.

-Llego la comida u fruta para los gemelos.

Naoya arregla todo y comienza la convivencia algo relajada, con comida bebida y una que otra sonrisa de parte de los gemelos que alegra el ambiente.

-Eres un omega como cualquiera, podría vencer con mis cuchillas

-Pobre y patético alfa que se escuda en eso, te demostrare lo contrario

Era una pelea de nunca acabar, Ryomen Sukuna y Zen'nin Megumi, siempre peleaban. pero sin saberlo esta sería la última.

Sukuna formo con energía maldita agujas y cuchillos, lanzándolos a mayar al omega. Con una elegancia que se describiría como perfecta utilizo sus herramientas malditas goleando y esquivando cada una de esos lanzamientos, recibiendo uno que otro corte en su cuerpo.

-Nada mal para un simple omega

-Simple tus gustos de ritual, alfa patético.

Y así continuo por algunos minutos hasta que los dos no dieron más, fuerza física y energía maldita no fueron suficiente...

-Ryomen Sukuna- eso lo saco de sus recuerdos- estas aquí para pedir algo

-Si

-Pide y si esta lo concederemos. -los hombres de capucha y energía malditamente fuerte hablaban.

-Quiero volverme más fuerte, quiero convertirme en Rey y gobernante. Tengo sed de poder y ustedes tiene esa agua

-¿Estás seguro?

-Posiblemente perderás todo

-Quiero a mi omega conmigo, siendo mi mano derecha, no pido más.

Los ancianos sonrieron con tanta malicia y perversión que Sukuna se sacudió, sabía que esos viejos eras unos asquerosos. Pero su sed de más... de quererlo tenerlo todo era más fuerte que cualquier cosa.

-Necesitas corromper tu alma

-Debo asesinar, eso lo sé y estoy listo para ello

-Pero no simplemente matar, debe matara a....-

Sukuna escuchó perfectamente lo que dijo, pero la risa de los demás viejo hizo estruendo

-Debes traernos su sangre aquí y tu alma se corromperá aún más.

Sukuna apretó el frasco y salió de ahí. Con lágrimas en los ojos. Pero sabiendo que puedo restaurarlo después cuando sea fuerte, es el plan perfecto y para que los viejos no lo supieran enterró esa posibilidad.

Megumi nunca fue considerado como un inferior, nunca fue discriminado.

Pero siempre se creyó que era algo... débil. Si lo ve con lógica, tiene un celo cada 4 meses que lo debilita y quiere reproducción porque la naturaleza le dice que debe hacerlo, comprende que es la ley de la supervivencia es la reproducción.

También entiende de que un alfa, a pesar de que lo nieguen, es débil a un omega. Es fuerte e inteligente, sigiloso y astuto... pero eso no le quita la sensación animal que tiene para reproducirse, es controlado por las feromonas del omega y su justificación es que los omegas lo hacen a propósito como si ellos los controlaran.

-Puras tontería

-Ma!- escucha balbucear a sus gemelos

-Ustedes serán los más fuertes, honorables y justos- le dice con amor- no forzarán a nadie y no serán engreídos, ustedes serán unos niños grandes y los hermoso... los amo tanto- Megumi está enamorado de sus hijos, no solo su parte omega, sino su persona. Ama con devoción a sus hijos tan fervientes- hora del baño, papá vendrá a meterse a la tina

-¿yo que? - habla Sukuna bajando del techo

-A bañarse los tres-les dice mientras desnuda a Katsuki y se lo entrega a Sukuna mientras este también se desnuda con una mano

-Si mama-toma a sus dos hijos, los tres están desnudos y entran a bañarse y luego a patalear a la tina.

-Traeré ropa para los tres alfas de mi vida. - Megumi se retira y Sukuna se queda con sus hijos.

-Saben, papá cometerá una locura-les dice acariciando sus cabellos marrones oscuros, como los tiene en la parte de atrás de la cabeza- así que deben confiar en papi, si algo les pasa tuyo iré por ustedes. Promesa- dice riendo y acariciando sus mejillas- no le cuenten a mamá , se preocuparía- los pequeño ríen por ver a su papá tan cariño.

El ser humano es parte de todo y nada a la vez. Es parte del cosmos y no es nada frente al universo.

Sukuna tiene una personalidad algo extraña el realmente ama con devoción a su omega y sus bebés pero también cree en el sacrificio por un bien mejor. Y su bien mejor es ser poderoso.

Desde pequeño ha sufrido precariedad y siempre prometió que no sería pisoteado, siempre con la cara en alto y jamás bajarla... desde los 16 años.
Siempre quiso más de lo que pudo masticar y eso no cambio con la llegada de Megumi, igual tiene en mente lograr su cometido, el omega solo trajo alegría y compañía en su solitario camino. De alegra tanto que estuviera con él y poder disfrutar de él.

Aún recuerda como se besaron, las primeras caricias, los primeros roces sensuales, su primera vez. Todo lleno de amor y sensualidad. Todo lleno de muchos sentimientos. Se siente liviano el pensar en una vida junto a su omega, para ellos debe ser poderoso, estar en la cima... SER EL REY.

Cuando sale de la cabaña del anciano que lo mando llamar, debía darle la daga especial para matar, hecho de marfil... del hueso de tigre.

Al salir con su capa negra, nadie puede reconocerlo. A menos que sea un omega dominante. Naoya lo vio saliendo de ahí porque es camino al bosque en donde está la tumba de sus pequeños, las flores eran muy fragantes por ello Sukuna no reconoció a su suegra estar ahí. El omega se conmociono, él sabe quién vive ahí para que van a ellos. No le dio buena espina.

Se lo dirá a Toji regresando a casa.

Sukuna iría a la mañana siguiente a la casa de Megumi

El día es pronto de caza es pronto y Sukuna llevara de casa a los niños, irán por un ciervo.

Es normal que los niños, pronto a cumplir un año deben ver la sangre de los animales muertos para poder familiarizarse con el aroma, al ser alfa ellos se encargaran de la caza y no deben tener asco a la caza visceral.

Makoto y Katsuki están bien sostenidos en la espalda de Sukuna.

-Mire y no haga ruido- dice y los niños prestan atención, su papá entra en una cueva por el ciervo.

Un metro más alejado, se escuchan alaridos de dolor, llantos de bebé y olor a feromona alfa.

Todos corrieron, Toji no fue, pero si su hermano menor. Lo que vieron se les hizo vomitivo, un oso hecho tirones una manta con dos cuerpecitos y Sukuna con dos grandes rasguños en los costados de su cuerpo. La cabeza del oso en su mano y llorando, cayó al piso y lo último que escucharon son grito de ayuda.

Abre despacio los ojos y encuentra a Megumi llorando en su regazo, su mano se movió suavemente a su cabello. Eso sorprendió al tacto.

-Sukuna... Sukuna- repetía y se hundía en su pecho-nuestros hijos... mis pequeños...-la voz de Megumi se apagó y las lágrimas caían por su pecho- no están, mis bebes... ellos... ellos- Sukuna lo apego contra su pecho haciéndolo olvidar, o tratando que la tristeza se vaya- lo siento... lo siento... lo siento. -Meguki y su omega están destrozado, sino fuera por su alfa estaría al borde del suicidio.

El alfa no soltó ninguna lagrima, su cara fue impávida y solo se dedicaba a ser fuerte por los dos. Megumi estaba deshecho en todo el sentido de la palabra.

Los gemelos fueron enterrados tres días después, Megumi y Naoya se desmayaron cuando la tierra enterró sus pequeños cuerpos, Sukuna y Toji tragaron su dolor para sus omegas.

Megumi parecía un zombi, despertaba por la mañana solo porque Sukuna esta ahí, siendo amoroso, paciente, diligente es como si no hubiera perdido nada. Pero el omega sabe que no es así, todas las noches a la luz de la luna acaricia la ropa de sus hijos y sin hacer ningún gesto sus lágrimas caen, no hace gestos ni sonido sufre su luto a su manera.

Los días pasan como si nada importara, las semanas pasan pesadas queriendo que se termine y el omega se da cuenta de algo. Llegará pronto su celo. Las últimas noches se negó al sexo con Sukuna, no por falta de deseo sino por todas las inseguridades.

La cara de Katsuki es como la de Sukuna y la forma de los ojos de Makoto con como de él, el recuerdo le sigue doliendo y es como si se lo restregaran todo el tiempo, iría al oráculo del pueblo a pedir medicina que ayude, quería algún opio que relaje su cuerpo y se entregué a Sukuna, tal podrían tener más hijos, nos los reemplazaría, pero... pero...

Megumi se cubre con su hakama y emprende el camino al lugar en donde la vieja omega esta como oráculo, lleva algunas monedas y comida para dárselo a la anciana.

Su camino es moderadamente largo, niños corriendo en la plaza, mujeres y hombres omegas embarazados todos es como un doloroso recordatoria de su perdida, sus paso y pensamientos se pierde hasta que llega a la puerta de la ancianita omega.

-Un Zen'nin ha venido a mi- dice con todo alegre- desde que ti abuela me pidió que viera el nacimiento de ti padre no los había visto-dice ofreciendo algo de beber.

-Obacchan, me alegra que se encuentre bien.

-Espero te encuentres mejor- le dice con tristeza

-Ve-Vengo a eso, quiero pasar un celo con mi alfa, algo con que relajarme ante tanto dolor que mis huesos lo sienten. -les dice a gimoteos- por favor.

-Mi pequeñito, no debes sufrir-le dice acariciando su mejilla-iré por la que necesitas espérame-la ancianita se adentra por las habitaciones y puede ver un caldero de agua dentro de él, era tan transparente.

Al cerrar sus ojos una lagrima cayo ahí y todo se ilumino...

Sus ojos vieron algo que se arrepentiría toda su vida... causándole mucho dolor

Sukuna sube sus mangas no quiere que los brazos y sus hombros se vean esas marcas negras que comienzan a salir.

Corre lo más rápido que sus piernas le dan, Megumi le dejo una nota... su omega no es de dejar notas. NUNCA.

Algo anda mal, el aroma lo enloquece el... su omega... algo anda mal.

Llega mas rápido y lo ve.

Tan sereno y oliendo el aroma que el viento alborota su cabello, los ojos cerrado y tranquilos. Hasta que vio su mano metidas en el hakama de color negro.

-Sabes- dice aun mirando a un costado y el viento volando su cabello- la razón de amar y estar completo eran mi razón de seguir, el verte era celestial y hasta hermoso, nustra familia y nuestro hijos lo eran todo... yo...- sus lágrimas comienzan a salir.

-Ya Gumi, debemos seguir... podemos más niños, más hijos- le dice tranquilo.

-Siempre pense que eras mi ancla, seas mi lanza.- lo mira y el odio brilla en sus ojos-"Mi Dulce Omega" "Mi Vida" "Dulce Angel" "MiGumi"- le dice de manera burlona- cuando estabas en celo siempre me decías eso, me sentía tan amado, mimado y protegido, pero no... - gira y le da cara con sus ojos- sabes... fui al Oraculo a ver a la anciana, quería un brebaje para pasar un celo decente contigo porque sabía que te rechazaba, y en el fondo me dolía... pero había algo-sus ojos se achica y las lagrimas salen, duelen- pero otra parte de mi no quería acercarse a ti... me senti sucio y cobarde, sé que te merecías mejor pero... pero- sus ojos se oscurecieron y su brillo desapareció, con su mano izquierda saco una daga mediana- cuando una lagrima cayo al caldero me revelo todo lo que mi corazóbn sabia- le dice gritando, desgarrando su garganta- fuiste con los ancianos- se le acerco mas y Sukuna no se movió ni un paso, sabe que Megumi no lo dañaría, impregno a su omega ademas ver a los ancianos no significaba nada-Mamá me lo dijo y yo no quería creer en él... te elegí sobre la persona que me dio la vida... luego parecio que salias del viejo LuOh con una cuchilla que jamas vi ante y luego la caza- la cara de Sukuna se puso palida y los colores a los pies- En la cueva mataste a la osa primero y despues tú... tú - comenzo a golpear con sus puños el pecho del alfa- mataste a mis hijo tú...¡MALDITO MOUNTRUO!¡CONFIE EN TI!¿NO TE DOLIA ESCUCHAR A MAKOTO DECIR PAPÁ MIENTRAS LO MUTILABAS?¡¡¡TE ODIO TANTO!!-sus puños golpearon por ultima vez-... por eso ocultabas esto- abrió la camiseta de tela y bio su pecho con marcas negras.

-Mi amor-susurro por primera vez Sukuna desde que hablo Megumi-MiGumi Precioso-recibió un golpe en la mejilla.

-No.. no me lo vuelvas a decir nunca- retrocede con la mano en la boca y las lagrimas derramándose- sé cual es tu deseo, y lo cumpliré... serás poderoso-Sukuna no entendía lo que decía-Yo te maldigo Ryomen Sukuna-sube la daga hasta la garganta- Te maldigo a ¡nunca poseerme! ni en la siguiente ni en ninguna.

-¡NO!... no lo hagas, amor

Con el puñal en el cuello y un corte pequeño-Cuando un alfa impregna a un omega, da algo a cambio y ese es tu amor.... tu razón por la que me amas- presiona el mango del cuchillo- ¿EN EL MOMENTO EN QUE MATASTE A MIS HIJOS ME MATASTE A MI!-las lagrimas comienza a llorar- ¡TE MALDIGO A QUE EL RESTO DE TU VIDA A SER INFELIZ Y CUANDO ME ENCUENTRES EN ALGUNA VIDA... JAMAS PUEDA SER TUYO!-Megumi tiro su mano y la sangre corrió por su cuerpo, Sukuna se acerco a sanarlo... pero no puede, no puede curar a Megumi.

-No... no... no... no- dice por primera vez llorando-Gumi... mi Megumi no.... no...- su desesperación era palpable y su tristeza de perder a su omega hace que su alfa interior aúlla- ¡PERDON! ¡PERD¡AH!- sentía como su cuerpo dolía, como sus costillas se contraían, y su cara ardía, sus pómulos se abrían. Sus gritos era horrible y fuerte, fuera de si. Enloqueció comenzando a llorar y reír.

cuando se dio cuenta estaba tirado en el rio, otros dos brazos le salieron marcas en los ojos y un par de ojos más, los tatuajes en su cara sobresalieron y...y... estaba solo. Su ambición pudo más que todo... ,mas que su amor... mas que su... NADA.

No tiene nada ahora... iría con los viejo y luego con la oráculo, todo hubiera salido tan bien.

El alfa al llegar al pueblo barrio con todos, los ancianos que lo conocían lo llamaron Ryomen Sukuna "el Doble cara"

FIN
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¿O NO?

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