Unico
La tarde era bella en aquella época del año en la que a pesar de hacer frío se podía estar feliz junto a tu familia y seres queridos, navidad estaba cerca y las calles se mostraban completamente llenas de personas, algunas llendo a trabajar, otras buscando regalos para su familia y otras simplemente disfrutando de la linda tarde, entre la multitud se encontraba un joven con una maleta llendo de manera apresurada a una pequeña tienda la cuál estaba adornada con hermosas luces y decoraciones navideñas, había vuelto de un viaje, se mostraba sin muchos animos.
–ahi dios–se quejo el joven de cabellos rosas al entrar, prender y mirar toda la tienda repleta de cosas navideñas–feliz, feliz, feliz–trato de calmarse para luego dirigirse a un cuarto del lugar con una cortina en lugar de una puerta, dejo la maleta en una mesa para abrirla y ver su vestimenta.
–Ohh llegaste antes-el chico volteó su mirada encontrando a su compañero y dueño de la tienda–jamas llegas a esta hora, ¿que paso ahora?.
–La vivienda escasea-gano una mirada de curiosidad de su amigo Douma, mientras el sacaba un traje de su equipaje.
–Comun en ti, ¿qué hisiste ahora? ¿hisiste otro desastre?–una sonrisa se posaba en sus labios mirando al de rosa.
–No, eso fue hace una semana–recordaba en los problemas que causó, uno de ellos cortar la luz en hogar de un chico.
–Se te van a acabar los amigos que tienes–recibio la chaqueta del contrario para colgarla en una percha–has estado enfermo, recuerda que tu salud es importante–volteo mirando a su amigo.
–Ohh te preocupo–carcajeo divertido, esas personas no eran sus amigos así que no le importaba mucho si no le hablaban.
–Claro que me preocupo–sonrio–pero debes estar atento para no caer desmayado frente a la clientela–dio media vuelta para ya salir del cuarto–a trabajar duende.
El joven Akaza carcajeo por eso, para luego mirar el traje que tenía en manos, le encantaba la navidad pero ¿era necesario vestirse de duende? sentía que no le quedaba, pero no tenía muchas opciones que digamos ya que tenía trabajo que hacer y a Douma le encantaba exagerar con las cosas navideñas.
Atendía de la mejor forma posible a los clientes viendo en qué podría ayudar y lograr que compren varias cosas.
–No lo se, quería que usted me ayudara, ambos son preciosos–una señora no podía elejir entre dos pequeños adornos del niño Jesús, eran casi iguales pero de un pequeño color diferente.
–Tengo una idea mejor–hablo rápido y mostró una sonrisa–hay que pretender que María tuvo gemelos y se lleva ambos–gano una risa de la señora la cuál se miraba animada aún con ambos adornos.
–Seguro amas trabajar aqui–el joven asintio–este lugar es precioso hasta podría decir mágico.
Hablaron un poco más y reían un poco, el joven Soyama era muy entretenido para los demás, segundos después llegó un joven por la puerta, cabello negro y rostro serio llamando al duende de navidad.
–Oh discúlpeme debo hacer algo ya la atenderan, ¡Santa!–llamo a su compañero para que pueda atender a la joven–¡Santa!–dio un último grito antes de salir por la puerta y mirar a su hermano el cual estaba de brazos cruzados.
–¡No contestas el teléfono tuve que salir del trabajo!–exclamo con enojo en su rostro-Papa' quiere que le hables, cada vez que no contestas me llama a mi, 17 veces ayer.
–Ya deja de darme órdenes Hakuji, yo ya madure–el contrario levanto una ceja.
–Eres la persona más inmadura que conozco, solo te pido un favor contesta sus mensajes–le suplica su hermano esperando alguna cooperacion del contrario ganando un suspiro.
–Bien, lo hare, pero solo por padre-lo miro de mala gana–pero también tengo una vida fuera de casa, tengo cosas importantes que hacer–suspiro para luego mostrar una sonrisa–dale mis saludos a copito.
–Gracias, se los dare–sonrio tranquilo a su hermano para darse vuelta y comenzar a caminar–andar coqueteando no cuenta como algo importante–carcajeo al escuchar el quejido del contrario para seguir su camino.
Akaza había vuelto dentro del local solo para ver qué no había nadie, soltó otro suspiro para sentarse en un banquito y ponerse a viciar con su celular.
–Y aquí tenemos al pecado de la pereza en persona al parecer no hace nada más que ver el teléfono–hablo el compañero del cerezo, era acompañado por varias personas más por lo que le hacía señas al contrario de que debería de seguir con su trabajo.
Este hizo caso para luego llevar un plumero y limpiar a regañadientes el estante que se encontraba justo en la ventana para que las personas de afuera vieran los adornos.
El Soyama limpiaba tranquilo varios adornos hasta que por el vidrio pudo divisar unos cabellos de un peculiar color rubio con puntas rojisas, con curiosidad coloco el adorno para poder sacar otro y mirar para afuera, aquel joven para su vista era algo brillante, miraba con atención tipo el cual por alguna razón miraba hacia arriba y eso extrañaba al cerezo, salió de aquel lugar y se colocó detrás de este mirando a la misma dirección.
–¿Que miras?–pregunto ganando un sobresalto del rubio el cual no esperaba verlo allí.
–¡Ah! ¿de dónde saliste?–lo miro tranquilo para volver a mirar hacia arriba nuevamente donde se encontraba un toldo el cual estaba arriba de ellos.
–¿Que miras? eh–miro nuevamente a la misma dirección que el contrario.
–Ahí, Ahí– apunto al lugar que estaba mirando–ahí, ¿lo ves? justo arriba en la orilla del techo, no es común ver un ave haci en la ciudad–sonrio mirando a aquel animal con alas.
–Que hermosa–susurro mirando al ave hasta que sintió caer algo en su ojo–¡AH! ¡Maldita!–se tapó el ojo.
–Ten–el extraño le dio un pañuelo a Akaza–se hizo popo en tu ojo.
–Si ya me di cuenta–volvio a la tienda tapándose el ojo con el pañuelo, no podía creer lo que le acababa de pasar.
–Adios, que le valla bien–despidio a un cliente para ahora mirar a su amigo con una sonrisa–¿dónde estabas?.
–!Agh! perdón me cago un ave–solto con enojo por lo que sucedido.
–¿El ave está aquí?–miro hacia la puerta con nervios, el rosa solo negó.
–Una persona estaba viendo hacia arriba y payaseando–seguia con el pañuelo en su ojo, no soportaba le daba tanto asco.
–Deberias concentrarte en tu trabajo en lugar de andar afuera-coloco ambas manos en su cintura.
–UH!, mi telefono disculpa–camino hasta la mesita donde dejo su celular y al agarrarlo contesto la llamada–¿si? a okey–mostro una sonrisa hasta que Douma le hablo diciendo que corte la llamada–okey te llamo luego–colgo la llamada–dejame limpiar el ojo solto para escuchar un "quiero que brilles!!" por parte de su amigo.
Pasaron los minutos y el joven Soyama habia vuelto a su puesto recibiendo a los clientes con la misma sonrisa de siempre vendiendo todo lo que podia, fue haci hasta que cierto rubio se acerco por dentras del chico de cabellos de cerezo.
–Hola.
–!AH¡ hola, hola–suspiro miro al hombre.
–Solo entre para ver lo de tu ojo–apuntaba la cara del joven resiviendo por respuesta un "Esta bien"–te dara suerte-el de rosa lo miro.
–¿Que cosa?.
–La popo de ave.
–Mentiroso
–No, encerio y quizas, te darian ganas de pasear conmigo–seguia al chico el cual camino a paso apresurado.
–Ohh, esa es mi suerte–lo miro de brazos cruzados–¿ir a pasear contigo?.
–puede ser.
–¿Oye viste mi perfil en insta?.
–¿Insta?.
–Si, siendo honesto no eres de mi tipo–volvio a caminar de forma apresurado aun siendo seguido por el rubio.
–Siendo honesto no eres el mio–levanto los hombre en señal de indiferencia.
–Entonces olvidemoslo y ya.
–Soy alguien de retos-mostro una gran sonrisa–en este momento me gustaria pasear contigo.
–Entonces retirate porque mi respuesta es no.
–¿Hay algo que yo pueda hacer para persuadirte?–seguia aquella sonrisa tan alegre.
–No.
–¿Ṕorque?
–Porque eres raro, esto es raro y no te conosco, porfavor retirate ya ¿si?–agarro un plumero y lo sacudio frente al tipo–anda shu, ya–saco al joven para luego mirarlo.
–¿Mas raro que dos personas conociendose atravez de una aplicacion en lugar de conocerse en persona?.
–Me voy a trabajar rarito, nos vemos–suspiro al cerrar la puerta y ponerse a un costado de esta y luego volver a dentro.
Ya estaban apunto de cerrar, todos se habian ido y los chicos estaban guardando todo, haci siguieron hasta que alguien abrio la puerta, era una preciosa mujer la cual entro tranquila y con una pequeña sonrisa en su rostro, su cabello era de un bello pero simple color negro el cual se miraba sedoso y unos ojos verdes que parecian dos hermosas esmeraldas, esta entro tranquila parandose frente al joven de ojos arcoiris el cual se quedo completamente callado al ver a la mujer, esta solo hablo.
–Buenas tardes–sonrio con dulzura.
–Eh, buenas tardes-miro con detalle esa sonrisa en el rostro de la dama–¿l-le ayudo a escoger algo?.
–Si porfavor.
El Soyama miro el como su amigo se habia quedado callado por lo que fingio una pequeña tos.
–Contesta–le susurro a su compañero el cual se habia quedado cual piedra.
–¿Q-que es lo que esta buscando señorita?.
–Esto–mostro un pequeño peluche de santa.
–Es muy lindo–dijo con un pequeño rojo en sus mejillas, luego de que la mujer pagará el muñeco hiso una reverencia y se fue por la puerta con una sonrisa.
–Te gusta–carcajeo divertido Akaza mirando la cara de su amigo.
–¿Que? no, no, como crees.
–Oh que mal, ¡MIRA A VUELTO!
–¡¿Encerio?!–se asomo una sonrisa en su rostro solo para mirar la puerta cerrada, no había nada.
–Jajajajjaa–reia sin parar–sin duda te gusta.
–Sabes ya ha terminado tu turno haci que ya te puedes ir–sonrio con una pequeña vena en su frente.
–Bien, no aguantas nada–salio del lugar con una sonrisa en el rostro.
Nuestro protagonista caminaba sin una idea de a dónde podría ir, talvez iria a comer unos dulces y luego a su hogar, como deseaba que eso hubiera pasado ya que al no ver a su alrededor chocó con cierto chico.
–Hola!–una sonrisa posaba en el rostro el cual había conocido aquel mismo dia el joven rubio lo siguió desde atrás–veo que ya has salido de tu trabajo, ¿ahora aceptas pasear conmigo?.
–¿Me estabas siguiendo?–le mira con curiosidad.
–No solo hacia unas entregas soy mensajero de medio tiempo–carcajeo– y te vi por aquí, entoces ¿que dices?.
Un bufido salió de los labios del peli rosa, sentía como le seguía con paso tranquilo, parecía que de verdad iba a seguirlo todo el camino.
–Hey no es mi intención ser malo pero encerio ya dije que no quiero pasear contigo.
–¿Porque? además de que yo sea raro, que más te impide el pasear conmigo, ni siquiera te estoy pidiendo tu número y tampoco es como si fuera una cita, solo es una caminata.
–Tks, como quieras–siguio su camino con paso rápido escuchando los pies del chico detrás suyo seguirlo.
Y bueno se puede decir que esa tarde la pasaron bien, al Soyama parecía caerle algo mejor, hasta supo su nombre, Kyojurou Rengoku un nombre interesante y que le iba a la apariencia del tipo, habían ido a comer ambos pagando su propia comida, era de noche y todo era tan frío.
–Bien chico raro al parecer me equivoqué, no fue tan malo pasear un rato contigo–carcajeo–Bueno creo que hasta aquí sería el paseo.
–Igualmente, espero verte luego cabellos de chicle–escucho una queja venir de Akaza–espero nos veamos nuevamente.
–¿Y que tal si me das tu número?–levanto los hombros con indiferencia–digo, es para que veamos si podemos reunirnos de nuevo.
–Disculpa pero es que no tengo teléfono.
–Cuando pensé que no podías ser más raro.
–Bueno mentí si tengo, pero antes de que pienses que solo fue un paseo de un día solo voy a decirte que no lo uso–rio rascándose la nuca–Lo tengo guardado en una despensa.
–¿Que? ¿y porque?.
–Es que ya estoy cansado de siempre andar viciando, es una bella ciudad y una bella noche como para no hacerle caso, deberías intentarlo así podrías estar muy relajado.
–Este creo que mejor no–suspiro–ya que, bueno entonces adios.
–Bien, entoces hasta luego–sonrio para tomar el camino contrario.
Akaza fue con calma pensando en el interesante día que había pasado, solo caminaba para llegar a su hogar, pero cuando estuvo apunto de abrir la puerta miro hacia el cielo y mostró una sonrisa.
–Si es una bella noche–entro a su casa para solo relajarse y dormir hasta el día siguiente.
La noche paso tranquila,por lo que el peli rosa durmió bien, después de aquella caminata con el Rengoku, se había divertido y había despertado con buen ánimo, hacia la misma rutina de siempre y se fue a trabajar con una sonrisa en rostro, o al menos fue hacia hasta que vio las ventanas rotas de aquella tienda, fue corriendo para entrar a aquel lugar.
–No, no hay camaras–Douma se miraba terrible, al parecer había robado muchas cosas, dinero y adornos también.
–¿Le conoce?–pregunto el oficial de unos cabellos negros con una cicatriz arriba de su nariz, este había apuntado al peli rosa.
–Si–suspiro el ojos de arcoiris con su mano en la frente–el trabaja aquí.
–¿Que paso?–pregunto rápido Akaza acercándose a los policías.
–Rompieron la ventana–apunto un peli blanco–es común en esta época del año, rompen y roban en cuanto los trabajadores se van.
Los policías le hicieron varias preguntas más a los dos chicos para luego irse, al parecer no pusieron cámaras de seguridad por lo que no se sabría quienes fueron los que robaron.
–No lo puedo creer, y justo en estos momentos–suspiro mirando a su amigo el cual estaba sentado cubriéndose la cara con ambas manos, se habían llevado todo el dinero–tranquilo podremos recuperar todo, solo debemos trabajar un poco más y tal vez volvamos a conseguir el dinero que se nos fue robado.
–Es que no lo entiendo, ¿porque tenía que ser nuestra tienda? nisiquiera es tan grande–el peli rosa miro al contrario y vio una cara de angustia en ella, no sabía cómo haría que su amigo estuviera bien, a este le gustaba mucho la navidad y su trabajo y que pase esto.
–Douma–recibio una mirada del contrario.
–Si quieres puedes tomarte el dia, necesito procesar esto.
No iba a decir nada sabía que Douma no le gustaba mostrarse así frente a las personas solo podía dar un suspiro para salir por la puerta, se sentía mal y no podía ayudar mucho, ya había pasado varias hora se oscurecía y nisiquiera se daba cuenta al estar de aquí para allá sin rumbo, pensó que ese día iba a ser genial pero había comenzado mal.
Al pasar por un gran edificio pudo divisar a un rubio el cual se acercaba en una bici con una sonrisa, no sabía el porque pero eso le ánimo un poco.
–Hey!! ¿Cómo estás?–sonrio frenando la bicicleta y y bajándose de está–¿mmm? te ves raro.
–¿Eh? ¿de que modo?–pregunto.
–Te veo, menos animado y algo triste, ¿que paso?.
–Je, nada más que un maldito robo–susurro.
–Oh.
–Hey pero no tienes que preocuparte, que tal si paseamos–carcajeo, intentaba sonar más animado.
–Mmm, bien, vamos–ensancho su sonrisa para tomarlo de la mano y guiarlo a quien sabe dónde.
En ese instante Akaza sintió un pequeño choque pasar por su espalda seguido de su corazón el cual acelero de manera rápida, no supo lo que sucedía le extraño un poco aquella sensación, pero de cierta forma le gustaba se sentía bien, solo ignoro aquel sentimiento para seguirle.
–Llegamos.
El Soyama quedó impresionado, era tan precioso era un pequeño parque el cual se iluminaba con la luz lunar, había pocas personas las cuales estaban en silencio era relajante.
–Ven–Kyojuro le guió hasta llegar a un banco, ambos chicos se sentaron de forma tranquila–la noche es preciosa ¿no?–sonrio.
–¿Noche?–presto atención al cielo–ah si, si se ve preciosa, recién me doy cuenta de que bajo el sol.
–Ohhh–rio al escuchar aquello para mirar el lugar.
–Es hermoso, ¿porque casi nadie viene aquí?.
–Bueno, muchos dicen que aquí es aburrido ya que no hay juegos, ni kioscos, pero es un buen lugar, la mismas personas vienen aquí seguido para estar tranquilos, hasta sabemos muchas cosas del otro, y todos se guardan los secretos de los demas–apunto a una bella mujer la cuál leía el libro con una pequeña sonrisa tranquila–ella se llama Tamayo, perdió a su familia en un accidente pero sigue su vida a pesar de eso siempre tiene a su esposo eh hijo en mente, y el es Rui a corta edad perdió a sus padres, viene aquí ya que es un recuerdo de cuando paseaba junto a su familia–sonrio tranquilo.
–Si se guardan los secretos ¿porque me lo cuentas?–pregunto curioso.
–Porque confío en ti–una sonrisa más animada se mostró.
–¿Porque confías en mí?.
–Porque se que tú eres una gran persona, y no le contarias a nadie.
–¿Y como sabes que no andaré de chismoso diciéndole a todo el mundo?.
–Se que no lo harias–le miro a los ojos–tu no eres esa clase de personas.
–Apenas me conoces desde ayer.
–Aun así siento que te conoco.
–Mmmm, tienes razón, yo no diría los secretos de otras personas–rasco su nuca–y dime ¿qué hacías hace un rato antes de encontrarme?.
–Venia de ayudar en servicio comunitario.
–Debi esperarme eso.
–Es bueno ayudar, es lindo ver a las personas con una sonrisa en su rostro.
–Supongo que si.
Paso el día, bueno días en los que ambos se acercaban más y sonreían cuando estaban uno junto al otro, era algo que les alegraba a ambos, el Soyama era el que le gustaba más estar junto a kyojurou, desde aquel momento en el parque su corazón empezó a palpitar de forma rápida, sus nervios al este junto al contrario aumentaban y sus mejillas brillaban de un color rojo brillante, se le hacía difícil no pensar en este todos los días, en esos momentos Akaza estaba siendo arrastrado a un centro de patinaje de hielo, no sabía patinar.
–Ya te dije que no puedo acerlo–estaba aferrado a una baranda, no sabía en qué momento le puso los patines, pero no entraría temía caerse.
–¡¡Vamos será divertido!!–tan feliz como siempre tomando d la cintura al peli rosa tratando de llevarlo a la pista de patinaje–¡ya verás que será increible!–logro hacer que se suelte para llevarlo a centro del hielo, el Soyama lo abrazo fuertemente intentando no resbalarse.
–Kyojuro porfavor, no me hagas hacer esto.
–Tranquilo, pon los pies asi–bajo la mirada mostrando la pocision en la que estaba–solo agárrate bien–sonrio divertido.
–Juro que si me caigo te mato–temblo alejándose y solo tomar las manos del contrario, ahora el joven Rengoku le ayudaba a caminar por el hielo con calma claro que sin soltar a Akaza.
– ¿ves? es muy divertido–carcajeo emocionado.
–Bien, bien creo que si–mantenia el equilibrio tranquilo–obviamente yo sabía que podía hacerlo.
–Aja–le miro divertido–lo que tú digas–sintio como le tomaba de ambos hombros para no caer.
–¡¡Hey!! ¡¿Que haces aquí?! ¡ya está cerrado!–grito al parecer el dueño del lugar.
Ambos entre risas se fueron a tropezones para salir del lugar rápidamente.
–Entramos ahí y ¿estaba cerrado?–carcajeo el joven Akaza, ya se habían retirado de aquel lugar.
–Te soy sincero, pensé que estaba abierto–tomo la mano de su acompañante.
–Que las puertas estén abiertas no significa que este el lugar esté abierto–un pequeño rubor apareció en sus mejillas.
–Bueno pero al menos aprendiste a patinar aunque fuera un poquito.
–Si, es cierto.
Ya al pasar un rato los dos se despidieron para separarse eh irse por caminos separados, Akaza se dirigía a la tienda para mirar el como se encontraba su amigo, diviso a Douma fuera del lugar al parecer cerraba el local, se hubiera acercado pero se detuvo al ver a la misma señorita que había ido hace unos días, los dos con una sonrisa miro a la chica despedirse y a su amigo volteando y para verlo allí parado.
–Hey galan–rio divertido para ya acercarse a este y darle un codazo–veo que estás más animado.
–Si–rasco su nuca con un pequeño rubor–aunque tu también pareces muy animado.
–B-bueno pasaron ciertas cosas–rio–yo que te venía animar y me ganan–carcajeo–y dime ¿cómo se llama?
–Se llama Kotoha Hashibira y ama la navidad–toco su propia mejilla imaginando a esa bella dama–dijo que le encantaba nuestra tienda, que es un lugar precioso.
–Rayos amigo si que te han flechado–rio.
–Que te puedo decir.
–Bueno supongo que ya será hora de irnos, anocheció sería mejor ir a nuestro hogar.
–Si–le dio un pequeño abrazo–te espero mañana.
Akaza vio a Douma irse con una sonrisita y dando algunos brincos, soltó un suspiro y carcajeo, su caminar fue lento pensando en su día, Kyojurou, pensaba ese nombre sin parar, era extraño pero su ser, su cuerpo y corazon se sentían tan cálidos, no había sentido nada haci desde nunca, era increible.
–¿Hola?–contesto una llamada de su celular–Haku, ¿que tal?, ¿eh?–levanto la mano en medio camino llamando la atención de un taxi–¿ahora? si, si tengo tiempo–subio a aquel auto dando la dirección–claro no hay problema–sonrio–si haya voy espérenme tantito.
Su querido hermano le había llamado, al parecer una reunión familiar, Akaza estaba sonriente ya que todos comerían junto y hablarían.
–Toc toc–rio al llegar y tocar la puerta, la cuál fue abierta por una joven–¡copito! ¿cómo has estado?–sonrio feliz abrazando a la joven–te ves preciosa Koyuki–ambos entraron.
–Igualmente Akaza, yo eh estado muy bien ¿y tu?–su adorable sonrisa se posó en su rostro.
–Igual, la eh pasado bien aunque ya casi no tengo para pagar el alquiler–carcajeo para llegar a la cocina donde se encontraban todos, solo pudo sonreír y abrazar a cada uno–Padre te eh extrañado–le miro alegre.
–Yo igual Akaza, te veo muy bien–el señor Soyama tenía una sonrisa en el rostro, le alegro ver a su hijo después de un tiempo–ven siéntate, a comer–el peli rosa asítío feliz.
Hakuji, Koyuki, keiso, Akaza y el señor Soyama comían entretenidos, conversando de cosas triviales, la familia reunida era lo mejor.
–Bueno como ya saben yo y Koyuki estamos saliendo desde hace unos años–sonrio Hakuji parado frente a todos en la mesa–bueno quería darles un noticia-tomo la mano de su amada-¡vamos a casarnos!.
No lo podia creer, ¿acaso ese dia no podia ser mejor?, estaba tan feliz por su hermano sabia que esos dos eran el uno para el otro y esa noticia, el que van a casar era tan increible, solo pudo pararse para darle un abrazo a la pareja.
-¡Felicidades chicos!-sonrio alegre su padre y keiso tambien estaban con una sonrisa celebrando, habia comenzado aquel dia mal para terminarlo de manera increible, desearía que todos los días fueran así.
–Sabia que se comprometerian antes de navidad–rio Keiso.
–Eso es increíble–sonrio alegre el señor Soyama para que luego todos se dieran un cálido abrazo y poder comer la deliciosa comida que posaba en la mesa, pocas veces podían reunirse y Akaza amaba la navidad por el simple echo de que puede estar más tiempo junto a su familia, los amaba tanto.
–Si te llega a molestar este torpe tu solo dime–rio Akaza divertido ganando un codazo de su hermano.
–Tranquilo, estaremos muy bien–beso la mejilla de su pareja–no debes de peeocuparte–sonrio tierna.
Luego de pasar la noche en casa de su padre volvió a repetir su rutina aunque se levantó tarde y llegó corriendo, en el trabajo Douma estaba muy feliz ya que Kotoha le había entregado su número por lo cual no le dio importancia el que llegara media hora despues, su día seguía siendo increíble por la cantidad de clientela que tuvieron, si era demaciada y termino agotado, pero gracias a ello había recuperado o hasta tenían más dinero del que robaron, salió del trabajo con una sonrisa, ahora lo único que faltaba era encontrarse con su hermoso rubiales, ¿hermoso?, ni sabía porque le decía asi pero lo que quería ahora era encontrarlo y pasar más tiempo con el.
.....
Una, dos, tres, cuantro, las horas pasaban y no lo encontraba, se iso de noche pero le siguió buscando, incluido el parque y el trabajo de este, desearía que Kyojurou si tuviera su teléfono para poder llamarle, no sabía nisiquiera en donde vivía, tal vez al día siguiente lo vería, nuevamente se quedó a dormir en casa de su padre al no conseguir un buen lugar donde podría quedarse.
–Te ves mal ¿que sucede?–su querido amigo pregunto.
–No pasa nada no debes preocuparte–suspiro, ya habían pasado días desde que no lo había visto se sentía extraño, de echo le extrañaba tanto y solo pensaba que tal vez le había olvidado por lo cual se alejo de el.
–Quisiera que confíes un poco más en mi, ¿es aquel chico?.
–¿Cómo lo supiste?.
–Se ve que quieres volver a verlo, ¿me equivoco?.
–No, no te equivocas–nego–es que emos estado varios días juntos, y yo–miro a otro lado–solo desearía volver a verlo.
–Entonces no te pongas tan mal, seguramente debe estar ocupado o no se, tener problemas familiares, no te desanimes después de todo no es el fin del mundo.
–Si, cierto.
El trabajo nuevamente fue agitado y cansador para los jóvenes, estaban cansados de tanto trabajo e ir de aquí para allá atendiendo a los clientes.
El Soyama solo salió del trabajo dando pasos lentos en el camino se compró una malteada de fresa, su favorita, camino, llegando frente al trabajo de aquel chico, suspiro dándose una vuelta, para luego divisar al rubio el cual le había preocupado y lo peor de todo es que Kyojuro se acerco en bicicleta a el con una sonrisa en rostro saludándolo como si nada.
–Hola–mostro aquella sonrisa que tanto le encantaba–¿que haces a fuera tan tarde?–bajo de su bici y le miro sonriente.
–¿Dónde estaba Kyojuro?.
–¿Cómo?.
–¿Que paso?–pregunto angustiado, quería saber porque no lo había visto por tanto tiempo–no eh podido encontrarte, eso pasó solo desapareciste–le miro a los ojos–durante días.
–Dos dias–mostro dos de sus dedos.
–Eh intentado encontrarte, así que solo saca tu maldito celular de la despensa y llámame ¿si?, eh sido un idiota–se tocó la cabeza.
–lo dudo pero, ¿Acaso no has dormido bien?–al peli rosa se le miraban una ojeras muy notables.
–Ags, olvida esos lindos modales y solo vuelve a tu trabajo y déjame en paz.
–Vengo de ayudar a los necesitados.
–Tks que gusto.
–De personas que están angustiadas y eso–le miro mostrando esa tranquilidad–de echo me alegra haberte encontrado porque pareces muy angustiado–le mostró su mano con una sonrisa–¿sacamos mi teléfono de la despensa?
–Si–suspiro ya más calmado.
–Vamos.
–¿A dónde?.
–A mi hogar.
De nuevo el corazón de Akaza se mostraba acelerado, los dos tomados de las manos caminando por la ciudad hablando de muchas cosas, llegaron a un pequeño departamento.
–Es aquí.
–Ohh wow, si que eres ordenado–miro la pequeña habitación la cuál se encontraba limpia sin ningún rastro de suciedad.
–Sientate–señalo su cama.
–No, no tus sábanas están muy limpias y bien tendidas, yo podría arruinarlas–neho varias veces–creo que sería mejor si me siento aquí–rio un poco para sentarse en el fresco piso.
–Hoy no eres tu–se arrodilló frente al contrario.
–¿No?.
–Tal vez estoy mal–suspiro para sentarse frente Akaza.
–No, de echo tengo un problema, el cual no le eh contado a nadie–sus ojos reflejaban su tristeza.
–Entiendo–tomo su mano para tranquilizarlo.
–Estuve enfermo–susurro–fue algo del corazón–miro el rostro del contrario el cual al inicio era de sorpresa y luego de comprensión.
–Ya veo.
–Me hisieron un trasplante–apreto el agarre de Kyojurou–no lo digo mucho porque temo que se preocupen y se asusten, pero tú no eres asi–trato de mostrar una sonrisa.
–No.
Alejo su mano del agarre del chico para poder desprenderse su campera y subir su remera, sus mejillas estaban rojas y sus nervios por los cielos, no le había enseñado a nadie más que a su familia esa cicatriz.
–Esta bien ¿okey?–su mano se dirigió con calma al pecho del peli rosa parando unos segundos para mirar al joven asentir, termino de acercar su mano para ahora tocar esa marca con delicadeza y poder sentir el corazón que tenía.
–Ellos sacaron mi corazon–lagrimas caían por su rostro liberando una mirada de dolor en todo su ser–hace tan solo un año me lo sacaron y lo tiraron, y no se que me metieron pero se sintio–sorbio su nariz sintiendo un picor en ella y su garganta seca, sus palabras casi no salían le era tan difícil hablar de ese tema–raro, diferente y extraño, como que perdí una parte de mi–cada segundo que pasaba las gotas de agua salada salían de sus cuencas sin querer parar, necesitaba contar como es que se sentía, porfin tenía un hombro donde llorar–me dijeron que tenía suerte de seguir vivo, pero no me sentía vivo si no medio muerto–Kyojuro le miro con compresión en su rostro, el no juzgaba, el no se burlaba, el no lo miraba raro, hasta pudo mirar como en silencio se pasó de estar frente a el para ahora estar a su lado estirando sus brazos.
–Ven aqui–sonrio, sonrisa que iluminó como siempre al Soyama, Akaza ahora estaba abrazado al pecho de este.
–Se supone que debo ser especial, yo no quería serlo pero me hisieron sentir que lo era, fue hacia hasta que pasó lo del transplante y me dijieron que yo fuera normal y que siguiera adelante.
–No existe eso de ser normal, es una tonteria–acaricio su cabellos–daña a las personas.
–Nada se siente bien–miro los ojos característicos del rubio–tu eres la única persona que me hace sentir, no lo se, solido–las lágrimas ya habían dejado de caer solo quedaban rastro de las secas que aún posaban en su rostro–como si existiera.
–¿Un mensajero de medio tiempo que nisiquiera tiene teléfono?–sonrio.
–Lo se nisiquiera yo me lo vi venir.
–Es muy triste.
Ambos rieron por lo dicho, el habiente se sentía más ligero y calmado, Akaza sonrió ya más tranquilo al ver a un hermoso sol frente de el, el cual le apoyaba y quería como era, con defectos y todo.
–Creo que lo de ser especial o no, no es tan realista–el Rengoku tomo las manos de este–solo se que el ser un ser humano es difícil, muy dificil.
–Tu pareces hacerlo bien.
–Lo que alguna vez me dijieron me ayudó, cada pequeña acción del día a día, forja o demuele el carácter, significa que tú construyes todo lo que haces y eso está bien.
–¿Y quién soy yo?.
–No lo se–sonrio ganando una gran carcajada del contrario–¿porque te preocupas quien eres? ¿que hay de malo en saber y no ser constante? no tener certeza, ¿porque debes ser algo?.
–Kyojuro.
–¿Si?
–¿Podemos ir a la cama?–rio con cierta idea en mente.
–Por supuesto–ambos rieron y Kyojuro ayudo a Akaza a pararse–vamos.
–Que comodo–sonrio sintiendo lo cómodo de la cama–¿que? ¿que haces?–pregunto sintiendo como el contrario lo tapaba–oye, Kyojuro, dije los dos.
–Esto es suficiente por hoy, apenas me conoces.
–¿Que? ¿de que estas hablando?–le miro sin saber el porque había dicho aquello–acabo de decirte todo sobre mi y ya no hay nada más que saber.
–Me confesarte cosas muy dificiles, creo que lo mejor sería dormir.
–¿Me cantas una canción?
–No se cantar.
–Tods saben.
–Canta tu.
–Si canto ¿me darías un beso?–rasco su mejilla con un sonrojo notable, el rubí asintió con una cálida sonrisa.
~Déjame contarte un secreto, ponlo en tu corazón y luego guárdalo, hay algo que quiero que sepas, haz algo por mi~
De un momento a otro ambas voces se juntaron en una tierna melodía.
~Escucha mi simple historia y quizás tengamos algo que mostrarte, me dices que eres frío por dentro, ¿cómo puede el mundo exterior ser un lugar que tú corazon pueda abrazar?~
Sonrieron con calma juntando sus labios. El Soyama sintio una sencacion hermosa en su pecho una pequeña pisca de felicidad brotó dentro de su ser, era un beso tranquilo y delicado, Akaza nunca antes tuvo millones de parejas, besos y más pero ninguna le hiso sentir de está manera tan calida.
–Tienes una hermosa voz, deberías cantar más seguido–sonrio–Hora de dormir–al separarse beso su frente con delicadeza.
Al despertarse al seguiente dia no había nadie más que el peli rosa el cual se levantó con una sonrisa, miro por la ventana al brillante sol y la ciudad resplandeciente, rápidamente acomodo la cama del rubio y salió de allí para irse a su trabajo, de paso compraría algo para comer y tomar.
–Ump llegaste antes–sonrio su compañero al verlo entrar por la puerta–no me digas que tú padre de corrio–carcajeo divertido.
–Nop, ¿que tal tu cita?–le miro alegre.
–¿Cómo sabes que tuve una cita?.
–Tu sonrisa de enamorado.
–Bueno es verdad, fue muy linda, paseamos por muchos lugares y es de verdad un encanto, también le gustan las flores.
–El amor te hace actuar diferente–sonrio para irse a cambiar pero antes de ello se detuvo unos segundos–oye Santa te traje un late–se dio la vuelta entregando el vaso dónde estaba la bebida.
–¿Que es lo que quieres?–le miro curioso.
–Nada.
–¿Porque?–apunto al late.
–Es que–lavanto sus hombros–es que hoy es Lunes.
–A trabajar–rio para dejar que el contrario se cambiara.
De nuevo todo fue genial, Kotoha volvio nuevamente solo para ver a Douma y hablar, el ojo arco iris estaba rendido en el amor, la cosa es que el no podia decir nada ya que el cerezo tambien estaba enamorado de aquel rubio especial el cual lo enamoro y no podia mentirse, lo ama.
–Hola–sonrio alegre el peli rosa, despues de haber salido del trabajo se fue hacia aquel parque donde estaba Kyojuro sentado con una sonrisa calmado.
–Oh, cerezo viniste–sonrio.
–¿Cerezo?, ¿ese sera mi nuevo apodo?
–Tal vez, si quieres tu tambien puedes ponerme uno–rio un poco.
–Un apodo para ti, mmm, ¿flamita?–sonrio–mi pequeño sol.
–Me gusta, aunque practicamente tenemos la misma altura.
–¿Cuantos años me dijiste que tenias?–se sento a su lado apoyando la cabeza en el hombro del rubio.
–22 ¿y tu?.
–20.
–Bueno entonces la cosa seria al reves tu apodo seria pequeño cerezo.
–Oye–formo un puchero para empezar a reir–supongo que si–hey.
–¿Si?
–Bueno sabes que se acerca navidad ¿no?–le miro asentir–q-queria saber si te gustaría ver los fuegos artificiales conmigo, ya que son algo hermoso, en el día de Navidad se puede ver su mayor explandor
El silencio se apodero del pequeño parque y sin saberlo sus labios se unieron nuevamente con calma y amor, el aire fresco lograba mover los cabellos de ambos, los dos tomados de las manos y una calida sencacion en el corazon, duro unos minutos para que el rubio se separara y mirara los ojos dorados de Akaza.
–Besarnos y hacer este tipo de cosas es como si estuvieramos en una relacion oficial–con una sonrisa y sonrojo le beso la mejilla, pero luego miro como su sol suspiro.
–Akaza tenemos que hablar.
Un escalofrio paso por todo su cuerpo, no sabia lo que diria pero esperaba que no fuera nada malo.
–Okey, dejame adivinar-trato de calmarse–¿eres hetero?–miro como este negaba–¿estas casado?–otra negacion–¿solo necesitas espacio? porque si es asi puedo dartelo.
–No, no solo dejame hablar–un asentimiento en el rostro preocupado de Akaza–no debes depender de mi.
–Yo no dependo de ti–rii un poco para negar varias veces ese echo.
–No nos vimos por 2 dias y tu pensaste que eran semanas.
–Ahora resulta que solo por buscarte estoy desesperado.
–No quise decir eso.
–Yo estoy cansado, te estuve buscando, te busco por todas parte y jamas te encuentro–se tapo el rostro–porfin estoy mejorando y no me preocupa lo que digan de mi, no pienso curarme el corazon, si despues alguien vendra a romperlo–suspiro–creo que hasta aqui llegamos–se paro con rapidez para irse.
–Akaza–intento tomar su brazo sin exito alguno.
Logro irse dejando a un rubio con una mirada triste pensando en el que le ubiera dañado siendo que eso era lo ultimo que queria, por el lado contrario el peli rosa fue a casa de su padre entrando a esta con un rostro de tristeza solo para luego tirarse al sofá como si nada, su señor Soyama el cual se sentó a su lado.
–¿Que sucede Akaza?–pregunto preocupado.
–No sucede nada padre, solo un pequeño problema–intento sonreír.
–Puedes decirme si lo deseas, sabes que yo siempre te apoyare.
–Es que–supiro–Padre ¿usted cree que yo sea desesperado?.
–Bueno, siendo sincero de vez en cuando eras una poco desesperado pero jamás fue para tanto, solo no tenía mucha paciencia, ¿porque esa pregunta?.
–Es que alguien dijo que dependo mucho de esa persona pero yo no quería verme de esa forma.
–Bueno eso es normal–sonrio con calma–cuando alguien te atrae deseas pasar mucho tiempo con esa persona, ya que te hace sentir especial y alegra tus dias, es común que quieras estar todo tu tiempo con alguien que te hace sentir asi, pero también debemos a aprender a caminar nuestro camino solos ya que no se sabe que podría pasar en un futuro.
–Entonces.
–Entonces si quieres tanto a alguien demuestra lo mucho que le apresias.
–Bien, entiendo muchas gracias padre–sonrio ya más calmado dándole un como abrazo el cual era cálido.
–No agradezcas, sabes que me encanta ayudarte, después de todo eres mi hijo.
–¿Que debería hacer ahora?
–Que tal si te quedas a comer un ratito y luego si quieres puedes o mandarle un mensaje o verlo.
–No tiene teléfono.
–Wow.
–Lo se–carcajeo el peli rosa.
Y tal como dijo su padre, se quedó a comer un poco para después despedirse de este y ir tranquilo al hogar del rubio, le diría que también tenía razón y que el había exagerado, aunque el irlo ver ahora se sentía como una escusa para estar a su lado, su ser pedía a gritos verlo, había pasado lo peor que se pudo imaginar, se había enamorado, lo cual jamás había pasado, no quería desperdiciar aquel sentimiento tan bello.
–Bien, aquí vamos–suspiro tocando la puerta pero está se abrió sola–¿Kyojurou?–miro a dentro para divisar a una chica cabellos negros y puntas moradas, estaba hablando por teléfono.
–Eh si perdón, te llamo luego–corto la llamada mirando al joven–lo siento no a sido un buen dia–sonrio estrechando su mano–soy Shinobu, lamento el no estar mejor vestida–rio un poco.
–No, te ves bien–sonrio Akaza.
–Es usted, ¿el joven Muichiro?.
–¿Eh? no, no, lo siento.
–Ya me parecía.
–Este, ¿esperas a Kyojurou?–pregunto curioso.
–No lo creo, ¿vino con usted?
–Nop, vine a buscarlo.
–Oh ya veo, entoces seguro no tarda–otra sonrisa en la chica–okey ¿le gustaría que iniciaríamos?.
–Uhh ¿iniciar que cosa?.
–Le enseñaré todo, ¿si?–dio unos 5 pasos y carcajeo–listo esto es todo, ya se acabó, pequeño y compacto pero lindo, y eso es su fortaleza de venta.
–¿Esta a la venta?–sorprendido mira a la chica.
–Solamente está en venta, no está en renta.
–Ahh, y por eso estaba tan ordenado–suspiro con una sonrisa.
–Aja, no hay lugar para el desorden, pero tiene mucho espacio para guardar, y mire–abrio la pequeña puerta de la despensa–¿que tenemos aquí?–la mujer curiosa saco un teléfono de allí adentro para luego escuchar una risa del joven.
–Pff, no puede ser–rio–era literal en la despensa–tomo el teléfono de entre las manos de la joven–seguro no sirve, tranquilo yo se lo voy a dar.
–¿Dárselo a quien?.
–A Kyojurou.
–¿Quién es ese?.
–Kyojuro, el que vive aqui pero está vendiendo el espacio–miro a la mujer.
–No, nadie vive aquí lleva meses vacío.
–Vivia aquí de ilegal–solto sorprendido.
–¿Que?, ¿vivía aquí de ilegal?–el peli rosa se golpeó la frente por delatar al rubio–Aggg maldita sea–la chica por unos segundos se mostró molesta para luego calmarse–disculpe mi lenguaje, tks es típico aqui–suspiro–son esos procesos legales los que evitan que hagamos el trabajo.
–¿Dijiste procesos?–le miro extrañado.
–Si, cuando fallecen es un problema para nosotros.
–¿Quien falleció?.
–El propietario anterior–suspiro.
–¿Q-quien era?.
–Ehh, un tal Rengoku creo, un hombre joven, fue triste murió la navidad pasada.
Eso le rompió el alma dejando su mente por un momento en blanco, para sentir mil cosas diferentes en todo su cuerpo, perdido por varios minutos en su mente queriendo mentirse así mismo y creer que no escucho nada, que solo lo mal interpretó, era tan doloroso el haber escuchado eso.
–¿Joven? ¿esta bien?–lo miro preocupada.
–S-si.
–Es que usted se desvaneció por un momento, ¿de verdad está bien?.
Solo asintió saliendo de aquel lugar, camino a paso lento mientras sus recuerdos junto al rubio invadían su mente, tantos momentos preciosos, bellos y divertidos los cuales hacían que esto le doliera mas, soltando lagrimas su caminar se hiso más rápido hasta el punto de empezar a correr las lágrimas eran agrias llenas de dolor solo para que luego de tanto correr llegará a su destino, miro a su hermoso sol sentado en la misma banca de siempre, lo estaba esperando, solo se sentó a su lado tomó sus manos y dejo que las lágrimas corran.
–¿Porque puedo sentirte?–solloso con dolor en su voz, sintió el como tocaba su pecho.
–Porque soy parte de ti–otra sonrisa sincera en ese rostro que quería tanto, el Soyama solo asintió varias veces tratando de calmar todo su ser–cuida mi corazon.
–Lo prometo–sorbio su nariz.
–Iba a ser tuyo de un modo u otro–ambos sonrieron.
Kyojuro se levantó con calma, tenía que irse, pero antes de poder siquiera dar un paso recibió un abrazo y un beso en la mejilla con un simple, te amo lo cual era la verdad de Akaza, soltó el cuerpo ajeno y miro como le dedico una última sonrisa para al fin poder irse dejando al joven Soyama con lágrimas y una pequeña sonrisa tocando su pecho.
>dos semanas después<
Llegó navidad y Akaza caminaba por las calles frescas, ese día había nevado era precioso, su familia estaba en su hogar charlando el venía de allí pues quiso salir a despejar su mente, sus pasos eran lentos sin saber a dónde quería ir.
~La navidad pasada, te di mi corazón pero al día siguiente tú lo regalaste, este año para ahorrarme las lágrimas se lo daré a alguien especial~
Su corazón se estrujó al recordar esos momentos junto a su rubio favorito, sus pies seguían caminando.
~La Navidad pasada te di mi corazón
Pero al día siguiente lo regalaste
Este año, para salvarme de las lágrimas
Se lo daré a alguien especial
Una vez mordido y dos veces tímido
, mantengo la distancia,
pero todavía me llamas la atención.
Dime, cariño,
¿me reconoces?
Bueno, ha pasado un año
No me sorprende
¡Feliz Navidad! Lo envolví y lo envié
Con una nota que decía: "Te amo", lo dije en serio~
Llegó al pequeño parque donde era costumbre de Kyojurou el sentarse allí para relajarse, se sentó en la banca mirando al cielo.
~Ahora, sé lo tonto que he sido
Pero si me besaras ahora
, sé que me engañarías de
nuevo, La Navidad pasada, te di mi corazón Pero
al día siguiente lo regalaste
Este año, para salvarme de las lágrimas
, se lo daré a alguien especial
Una habitación llena de gente, amigos con ojos cansados
que me escondo de ti, y tu alma de hielo
Dios mío, ¿pensé que eras alguien en quien confiar
? Supongo que era un hombro sobre el que llorar. Un
rostro de un amante con fuego en su corazón un
hombre encubierto pero me destrozaste ahora encontré, un amor real, nunca me engañarás~
Su cantar acabo al mismo tiempo en que el cielo se alumbró con hermosas luces de colores, fuegos artificiales, sus favoritos, un suave toque paso por sus hombros con unas palabras que solo el pudo escuchar yo también te amo, mi pequeño cerezo fue lo que escucho y el sentir de un pequeño beso en su mejilla, solo sonrió con alegría y pequeñas lágrimas.
Fin
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