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5. Muestras de afecto

Siete días, una semana desde que Steve había despertado en la Torre, la mejor semana de mi vida, el rubio había llegado a la Torre el veintiuno de julio y un día después había despertado, era increíble la velocidad con la que habían pasado los días desde que el hombre despertó, días memorables, el rubio me había caído muy bien, a veces no entendía mi sarcasmo pero amablemente le explicaba. Me encanta explicarle todo, es como un bebé adulto. Es increíble que en una semana de conocerse se sintieran tan cercanos, a tal punto que los maratones de películas los hacíamos en mi cama, la primera noche lo hicimos en la sala de cine y nos quedamos dormidos viendo la saga de Star Wars, al día siguiente amanecimos con un terrible dolor de cuello por dormir en incómodas posiciones.

Un día después seguimos el maratón en la sala, pero me quedé dormido y me caí del sofá, el olor de Steve me provocaba sueño o las películas ya no eran tan divertidas como recordaba, así que Steve decidió que el maratón de Star Wars se cancelaba. Al final decidimos tener noches de películas en mi cama, vimos el Mago de Oz y como aún no teníamos sueño continuamos con Titanic. Steve terminó llorando y como acto reflejo lo abracé, extrañamente Steve se relajó en mis brazos y se alejó diciendo que se había metido demasiado en la película, por eso había exagerado al llorar. Y yo lo había consolado diciéndole que se disfrutaban mejor las películas cuando unos se metía de lleno en ella. Sin más palabras Steve se fue a su habitación, pero me deseó buenas noches antes de cerrar la puerta. Steve había dejado su olor en una almohada por eso cambié la mía por la que anteriormente él había usado y logré dormir como un bebé.

Así continuamos todas las noches viendo las películas que una persona normal debía conocer, hasta vimos clásicos de Disney. Anoche vimos Grease y a Steve le gustó tanto el musical que decidí que hoy viéramos Glee, así matamos dos pájaros de un solo tiro, conoce la serie del momento y también conoce de música.

Steve me había obligado a ir toda la semana a a trabajar, así que estaba desesperado por llegar a la cena y que luego juntos fueramos a acurrucarnos a en mi cama frente a la televisión. Siempre hacía palomitas, pero esta vez había hecho un pedido de churros españoles, muchos churros, para comer mientras veíamos la serie.

Me subí al ascensor y pulse el botón del Penthouse, apenas las puertas se abrieron fui recibido por un delicioso aroma, albóndigas con espagueti, que maravilloso olor, Steve tenía manos mágicas a la hora de cocinar. Caminé hasta la cocina y lo encontré frente a la estufa, moviendo lo que supuse era la salsa, al ver que el no notó mi presencia caminé silenciosamente hasta posicionarme justo detrás de él, y lo abracé por la cintura poniendo mi barba sobre su hombre, el dió un pequeño saltito por la sorpresa.

- Tony- Me regañó- Casi me matas del susto.

- No es mi culpa que no sintieras mi magnífico olor.- Me defendí.

- Todo el penthouse está impregnado de tu olor, es muy difícil notar si estás o no. - Explicó el rubio.

- Pareces la típica esposa que espera a su marido con la cena preparada.- Respondí desviando el tema y Steve se comenzó a remover de mi abrazo para que lo soltara, cosa que hice para no incomodar al alfa, entendía que le fuera raro que un alfa le demostrará cariño de esa forma, pero no lo podía evitar, era algo instintivo para mí.

- Eso suena machista.

- Entonces, ¿Pareces el típico omega? - Respondí dudando con tono de broma.

- Ahora suena peor.- Replicó Steve apagando la estufa y dándose vuelta para verme a los ojos.

- No pude evitarlo, pareces un lindo omega preparando comida para agradar a su alfa es decir a mí - Confesé y le dí un pellizco en la mejilla.

- Eres imposible - Contesto Steve volteandose rápidamente, yo sabía que lo había hecho porque comenzaba a sonrojarse. No era un comportamiento usual en los alfas, pero creo que se debe a la época en la que creció.

Bajé dos platos del estante y Steve sirvió los espaguetis blancos con las albóndigas arriba y sobre ellos vertió la salsa, con suma dedicación y yo disfruté viendo como estaba tan concentrado en la comida. Cuando terminó lleve los platos a la mesa y me dispuse a degustar la deliciosa cena que había preparado Steve.

-¿Y cómo fue tú día sin mí?- Pregunte coquetamente. Él me dedicó una pequeña sonrisa antes de contestar.

- Estuve en el gimnasio, luego me puse a dibujar y luego salí a dar una vuelta y me dí cuenta que vivo con Iron Man - Soltó Steve de golpe - No puedo creer que no me lo contaras, además de que no me comunicaste que todos creen que somos pareja, me tuve que enterar por Jarvis.

- Olvidé mostrarte las revistas. - Me excusé tranquilamente.

- ¿Cómo olvidas algo tan grande?- Pregunto y sentí que el olor de la habitación había cambiado un poco, el olor de Steve estaba un poco más agrio y eso significaba que estaba molestandose.

Era verdad el rubio hacia que el sentimiento de vacío y soledad se fueran de mi mente

- Esta bien, lo siento, estábamos pasando tan buenos ratos, que olvide los chismes de la prensa. Tu me haces olvidarme del mundo, de mi pasado y de los problemas - Dije con total sinceridad viéndolo a los ojos y mis palabras hicieron que el olor del comedor cambiará otra vez al aroma dulce de Steve. Él agachó la mirada antes de contestar.

- Es impresionante lo que hiciste para escapar de los que te secuestraron - Dijo finalmente Steve.

- A veces nadie puede salvarnos, por eso tenemos que hacerlo nosotros mismos.

- Javis me dejó entrar a tú taller para ver el traje, espero no te moleste.

- Jarvis yo se lo quería mostrar.

- Lo siento señor, pero el señor Rogers dijo que quería saber todo acerca de usted y me pareció más preciso enseñarle lo que usted puede hacer. - Se excusó la IA.

- Lo dejaré pasar sólo porque fue para impresionar a ricitos de oro.

- Pero si yo tengo el cabello corto.

- Ya se me ocurrirá otro apodo que si te quede. - Steve sólo nego con una media sonrisa y comenzó a comer - Algún día te llevaré volando en mi traje.

- No gracias, prefiero ver desde el suelo - Respondió con una sonrisa.

- Vamos, no seas aguafiestas, sera divertido.

- Lo voy a pensar - Contestó con una sonrisa pícara.

Ya había imaginado lo que sería sobrevolar el cielo con el en brazos, a baja altura y a baja velocidad para poder apreciar sus expresiones mientras veía lo magnífico que se ve todo desde arriba, podríamos sobrevolar el mar, no mejor no, su piel de porcelana se podría maltratar, pero que estoy pensado, el estuvo en el ejército un poco de sol no le haría daño, o podría prestarle uno de mis trajes y lo sobrevolariamos juntos. Las ideas rebotaban en mi mente, ideas para pasar tiempo juntos.

Esto no es bueno, estaba creando dependencia a el y el tarde o temprano se tendría que ir y me dejaría nuevamente sólo, como antes de que llegara. Pero como siempre soy terco así que me quedaré cerca de él hasta que me abandone y me quedé nuevamente sintiéndome vacío.

He ahí el problema, nunca debes usar a una persona para llenar el vacío, debes aprender a sentirte bien contigo mismo antes de dejar entrar una persona a tu vida, para evitar futuras decepciones.

- Una moneda por tus pensamientos

- Tenías que escuchar música de abuelitos.

-A Penny for Your Thoughts es una buena canción - Dijo Steve ofendido.

- Es una canción para ancianos, pero tu lo eres así que no hay mucha diferencia - Bromeé.

- Sí, tú eres un bebé comparado conmigo- Agregó bromeando Steve.

- Mis 31 años son pocos con el siglo que te cargas tú - Me defendí.

- ¿El bebé quiere que comer más? - Continuó bromeando Steve y tomó mi cubierto para acercarlo a mi boca mientras lo movía en círculos - Abre la boca, pequeño, aquí viene al avioncito.

- Ya verás lo que este bebé puede hacer - Dije levantándome de mi silla y caminando hacia Steve para hacerle cosquillas, apenas comencé el muy cobarde salió huyendo hacía la sala pero yo lo empuje sobre el sillón y el quedó acostado boca abajo, yo comencé a meter mis manos debajo de él para hacerle cosquillas en el abdomen, él se comenzó a retorcer buscando escaparse pero yo estaba sentado un poco más arriba de donde se flexionan las rodillas así que no tenía oportunidad de huir. La habitación se inundó de nuestros aromas por la alegría, hasta podía sentir que mi lado alfa quería tomar control para convertirse en su forma animal y juguetear por toda la habitación. Pero justo el sonido del elevador nos sacó de nuestra burbuja de bromas.

- Tony, no firmaste estos pa...- Corto Pepper sus palabras al ver la nuestras posiciones. - Dios, lo siento tanto - Dijo la pelirroja poniéndose casi del mismo color de su cabello y se puso los papeles que traía en la cara, yo me levanté de encima de Steve. - Sigan haciendo lo que sea que estaban haciendo.- Agregó huyendo hacia el ascensor y tocando repetidamente el botón para cerrar las puertas.

Me volteé hacía Steve y el estaba sentado en el sillón con las manos sobre su rostro. Estaba totalmente sonrojado, lo sabía porque sus orejas estaban rojas y hasta parte de su cuello estaba adquiriendo un tono rosa.

- ¿En qué estábamos? - Dije sonriendo.

- Eres un fresco - Me reprendió Steve - Tu ex novia se acaba de hacer ideas locas en la mente sobre nosotros y tu haces como si nada.

- Pepper y yo terminamos en buenos términos y me ha visto en peores condiciones - Revelé- Te debo contar algo, pero te lo contaré cuando terminemos de cenar - Comenté luego de estar unos minutos sin decir nada.

La cena fue silenciosa, ninguno de los dos volvió a decir palabra.

- ¿Qué me tienes qué contar?

- Todos mis empleados me ven mal porque creen que engañé a Pepper contigo.

- ¿Qué? - Dijo sorprendió -¿Y tú no les aclaraste nada?- Preguntó unos segundos después.

- Steve, soy alguien famoso, siempre inventan rumores sobre mí y no puedo ir por la vida aclarando todo lo que inventan sobre mí - Respondí con vos tranquila - Otra cosa es que los que están molestos son personas que no les gustan los alfas.

- ¿Existe ese tipo de personas?

- En realidad la mayoría pertenecían a un movimiento que protestaba porque industrias Stark sólo contrataba alfas, no es que yo tuviera prejuicios contra ellos- Expliqué recordando lo fácil que me engaño Stane - Eso pasaba porque yo me dejaba manipular por Obadiah un amigo de Howard y el decía que los alfas eran más productivos y bueno el tenía un pensamiento retrograda acerca de los omegas, pero cuando lo despedí, todo cambió - Sonreí al recordar, los buenos cambios para la empresa que logramos Pepper y yo logramos- Pepper me sugirió que los contratara a todos los que pudiera del movimiento porque la mayoría no tenían trabajo y también para darle buena imagen a la compañía, y los alfas que no los soportaban renunciaban, así fue como la mayoría de empleados en la empresa son omegas y betas con hormonas de omega. - Le conté. me entristece no haberles dado trabajo antes a esas personas, ahora me he dado cuenta que los omegas son igual de trabajadores que los alfas, además que muchos tienen niños, por eso tenía un área para guardería, para que pudieran estar juntos a la hora del almuerzo si así lo deseaban.

- ¿Aún existen personas que los discriminan?- Preguntó entristecido

- Lastimosamente sí, muchas personas son de mente cerrada, creen que los omegas sólo sirven para parir y hacer las labores domésticas, que no te sorprenda escuchar ese tipo de comentarios.

- Creí que para este tiempo ya existía la igualdad.

- Han habido muchos progresos desde tu tiempo, por ejemplo ahora pueden estudiar lo que quieran, antes estaban reducidos a sólo poder ser enfermeros, maestros, recepcionistas y ahora pueden escoger lo que deseen, pero no es un cambio total - Steve no me respondió inmediatamente sólo meditaba en mis palabras.

- Para la guerra aceptaban Omegas varones y betas con hormonas omega para que murieran, los mandaban al frente para morir y así le servían de escudo a los alfas. - Contó entristecido - Es decepcionante que las cosas no hallan cambiado totalmente, pero al menos la situación es mejor que la que yo viví, me alegra que a los omegas se les trate mejor. - Confesó con una media sonrisa.

- Y otra cosa, si alguien te reconoce y te trata mal, ve a mi oficina y comunicamelo inmediatamente, ya sabes en que piso encontrarme y sabrás en que oficina estoy por el aroma.

- No soy una damisela, Tony. - Declaró molesto el rubio.

- Créeme a veces ellos pueden ser muy malos y sólo les diré que no te molesten - Me defendí - Por eso usa siempre mi ascensor, no uses el de empleados.

- Eso suena tan excéntrico - Respondió para quitarle peso a mis palabras anteriores.

- Me lo agradecerás cuando recibas malas miradas de los empleados - Repliqué siguiendole la broma.

- Señor, su pedido viene subiendo - Interrumpió Jarvis.

- Genial - Celebré - Esperame en la habitación Steve - Dije y caminé hacia el ascensor para esperar la caja. Las puestas se abrieron y una caja de una reconocida marca de churros apareció frente a mis ojos, la tomé emocionado y me encaminé hacía mi habitación, cuando abrí la puerta no había nadie. - ¿Y Steve?- Cuestioné a Jarvis.

- El señor Rogers está colocándose su pijama en su habitación. - Contesto la IA.

Me tiré sobre la cama y abrí la caja de churros, el agradable olor de la masa frita me recibió, estaba disfrutando de su aroma cuando la puerta de la habitación, Steve entró y caminó hasta el otro lado de la cama para sentarse.

- Steve hoy vas a probar el cielo - Declare mientras le mostraba la caja de churros que tenía en mis manos. - Estas delicias que tengo en mis manos son churros y mezclados con estos saben increíble. - Dije señalandole los jarabes que habían en la caja - Prueba uno - Demande acercándole la caja - Este es el dulce de leche, chocolate y cajeta. - Expliqué señalandole cada uno.

- Te portas como un niño cuando ves dulces - Dijo divertido Steve.

- Los dulces son vida.

- Hasta que te mueres de diabetes- ironizó Steve.

- Me arruinas la diversión - Simulé estar molesto - Mejor comete el churro para que podamos comenzar la noche de series.

Comenzamos a comer mientras veíamos los episodios de la serie. Luego de casi cuatro horas y cinco episodios ambos teníamos sueño. A Steve le estaba gustando la serie, se veía que iba a hablar de valores y esas cosas que le gustaban a el, a mi me estaba aburriendo pero la seguía viendo por él.

- Creo que es suficiente por hoy - Dije bostezando. Steve se iba a poner de pie pero lo tomé de la mano para evitar que se fuera - Quédate- le pedí con mirada de cachorrito para hacerlo quedarse. - La cama es grande, no te voy a tocar, sólo quiero hablar un poco más contigo.

- Voy a volver, pero me iré a cepillar los dientes, se nos caerán los dientes si seguimos durmiendo sin lavarnos los dientes después de comer golosinas.

Salió de la habitación y me sorprendí por lo que había hecho, estaba seguro que mi alfa interior me había inducido a decirle que se quedara. No habría hecho eso porque yo quería ¿O si? No claro que no, yo no soy de tenerle afecto nadie. Deje de darle vueltas al asunto para ir a lavarme los dientes, mientras estaba en el baño escuché a Steve entrar. Cuando salí del baño el ya estaba acostado y cubierto con la sabana.

- Huele tan bien - Dijo Steve llevándose la sabana a la nariz. Causando que mi alfa saltara de alegría en mi conciencia, sin querer deje salir mis feromonas de alegría y fue así que notó que yo ya había salido del baño- No sé porqué dije eso - Se excusó Steve al verse descubierto, la luz estaba apagada pero la luz de la ciudad se colaba por la gran ventana de la habitación y me permitió notar el leve rubor que apareció en sus mejillas.

- Tu hueles mejor - Dije coquetamente y me acosté al otro extremo de la cama, el silencio se hizo presente, pero era un silencio cómodo, sólo el sonido de nuestras respiraciones se escuchaba en la habitación, eso era gracias a que estábamos tan arriba en la Torre que no nos permitía escuchar el bullicio de la ciudad y el vidrio también hacía un gran trabajo - Me agradas Capitán.

- Tu también me agradas Tony- Susurro con sinceridad. Con esas palabras mi alfa se puso como loco, mi alfa quería que creará una manada y que lo quería a el en ella, un pensamiento loco pues en una manada no podían haber dos alfa prime dado a la agresividad y la pelea por el mando, sólo podían haber alfas de otros rangos y que estos aceptaran dejarse mandar por otro alfa. - ¿Puedo quedarme está noche?

- Daba por hecho que te ibas a quedar.

- Buenas noches - Murmuró Steve mientras yo me cubría con la sábana.

- Buenas noches Steve.

- Gracias, Tony, por todo, me has dado un hogar, ahora que yo no tengo nada, me invitaste a quedarme aquí, me has hecho sentir que puedo encajar en este siglo. - Dijo Steve antes de darse vuelta hacía mí.

- No tienes que darlas ricitos de oro - Conteste con una sonrisa mientras veía el techo de la habitación. Estaba tan feliz que en mi cabeza no rondó por mucho tiempo la pregunta de porque Steve había decidido quedarse en mi cama si el tenía una habitación al lado de la mía.

Todo se estaba aclarando en mi mente, todo tomaba sentido, ya no me sentía vacío, ahora siento que mi vida nuevamente se puede pintar de colores.

11 de Junio 2020

Wattpad me eliminó la foto de portada, por eso la cambié y mi nombre lo cambie por locura.

Hable con una escritora y me dijo que narrara más en lugar de poner tantos diálogos, iba a seguir su consejo y luego lo olvidé, al menos lo intente ¿Eso cuenta?

Y también me dijo que no metiera tanta cosa sad y drama innecesario. Ahí fue cuando me di cuenta que yo no sirvo para que me den consejos, porque lo primero que hice fue poner a Steve todo dramático y creo que hay párrafos sad. Creo que esa es mi esencia porque no lo pude cambiar *inventos xD*

Gracias por leer ♡♡♡

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