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43. ¿Una gema?

— Creo que el efecto del alcohol aún sigue en mi cuerpo. — Expresó Sam con confusión.

— Tony. — Habló el niño que parecía tener unos seis años.

— Jarvis, ¿Qué pasó? — Investigué acercándome al niño que daba unos pasos hacia mi, saliendo del pantalón que se le había caído por el cambio de tamaño, también dejando atrás los zapatos, los calcetines y la ropa interior, había una línea de ropa regada en el suelo para cuando llegó a mí.

— El señor Storm se volvió un niño cuando el señor Stark uso el poder de una gema en él.

— ¿Es Johnny? — Preguntó Natasha poniéndose de rodillas junto a mi, frente al niño que sólo vestía una camisa.

— ¿Yo? — Dije confundido mientras el niño me sonreía.

— Usted tiene el control de ella. — Afirmó Jarvis.

— ¿Cómo que Tony tiene una gema? — Cuestionó Thor.

— Esta en su cabeza— Aclaró la IA — La gema se volvió incorporea cuando el Capitán Rogers lo golpeó con el Cetro, pero la gema volvió a su estado material dentro de su cráneo.

—Steve, mira lo que hiciste. — Reclamé exaltado poniéndome de pie para voltearme hacía el y Johnny se abrazó a mi pierna mientras sonreía a el equipo.

— Deberías vestirte. — Recomendó  Bruce y me dí cuenta que todos ya estaban vestidos, sólo estaba yo, como siempre en ropa interior.

— Johnny, ¿Puedes soltarme? — Pedí y el niño negó y sonrió con picardía.

— ¿Cómo lo conocen? — Curioseo Pepper acercándose a Johnny.

— Es el sobrino de... — Corté mis palabras cuando me di cuenta que el no estaba en el lugar, así que cargué al pequeño rubio. — El sobrino de Steve. — Declaré y justo en ese momento el susodicho para escuchar los sonidos de sorpresa que emitieron nuestros amigos.

— Tío. — Saludó el pequeño y Pepper hizo un sonido de cariño hacia el pequeño.

Steve me extendió una muda de ropa y cuando la agarré tomo al niño en sus brazos.

— ¿Steve tiene familia viva? — Preguntó Clint y recibió un sape de parte de Bruce.

— Es tan parecido a ti. — Expresó con ternura la beta y acercó la mano a la cabeza del Johnny, pero este le gruñó.

— Johnny. — Dije como regaño cuando termine de ponerme la camisa y el pantalón.

— ¿Esto es normal entre ustedes? — Consultó Sam confundido al vernos tan tranquilos.

—No...— Respondí con duda en mi voz.

— No entiendo como pasó esto. — Manifestó Bruce.

— Creo que le hice eso cuando me sorprendí por ver un desconocido llegar, digo, por el inductor facial que usaba.

— Recuerdenme nunca aparecer de la nada en la torre para no terminar así. — Bromeó Rhodey.

— ¿Ya desayuno el pequeño? — Preguntó Sam entrando en modo madre omega.

— ¿Ya desayunaste Johnny? — Consulté y este negó mientras abría y cerraba las manos en mi dirección, como clara señal para que lo cargará.

— Hay que alimentar al cachorro. — Proclamó Thor.

— Esperen, ¿Alimentarán al sobrino de Steve, que hasta el momento nadie sabía que existencia, cómo si nada hubiese pasado frente a nuestros ojos? Digo lo acabamos de ver convertirse en un niño. — Puntualizó Clint.

— Clint, te controlaron mentalmente y estás parado debajo de el lugar donde hubo un gran agujero de gusano, esto no debería ser la gran cosa. — Respondió Natasha.

— Creo que tienes un punto. — Respondió el rubio. — Niño, ¿Puedes hablar?

— Si. — Contestó con una voz infantil.

— ¿Sabes quienes somos? — Encuestó y el rubio pequeño negó. — ¿Sabes quienes son ellos? — Dijo señalandonos.

— Mi tío y Tony.

— ¿Y cómo llegaste aquí? — siguió preguntando mientras yo lo sentaba en la barra para desayunar y los demás se sentaban en la mesa del comedor. El niño sólo levantó sus hombros como respuesta al no saber como había terminado ahí.

— ¿Sabes quién es Susan? — Pregunté mientras le daba un vaso de leche.

— Mi hermana mayor.

— Sam y yo nos vamos, ya habíamos quedado de ir a visitar a su madre.— Anunció Rhodey.

— Saludos a Darlin. — Dije como despedida.

— ¿Cómo la conoces?— Inquirió Sam.

— Cuando regresen te lo diré. — Contesté y Rhodey jaló al omega para salir del comedor.

— ¿Ya intentaste devolverlo a su edad? — Consultó Bruce.

— No tengo idea de cómo hacerlo. — Repliqué parandome frente al niño y viendolo a los ojos.

— Prueba concentrandote y recordando como era antes. — Indicó Thor.

Intenté hacer lo que dijo mientras lo miraba fijamente, pero nada pasó, así que cerré los ojos he intente hacer algo con mi mente, pero nada funcionaba, me sentía como un tonto intentando hacer cosas con la mente, cosas imposibles que sabía que no funcionarían.

— Tony. — Llamó Steve sorprendido a mi espalda.

Cuando abrí los ojos Johnny se había vuelto más pequeño, la camisa casi se le salía por los hombros, pero continuaba sonriendo.

— Mierda. — Susurré cuando medité en el problema que estaba creando.

— Mierda. — Repitió el pequeño con el vaso en las manos.

—Tony. — Reclamó Steve.

— Johnny tiene tu edad, no debería sorprenderte su vocabulario.

— Ahora es un niño de... ¿Jarvis, cuántos años tiene Johnny ahora?

— La edad biológica de el señor Storm es de tres años.

— Esto será un gran problema cuando le tengas que contar todo a Su.

— ¿Por qué tengo que contárselo yo?

— Tu metiste la gema en mi cabeza. — Me defendí robando un panqueque de los que ya había hecho.

— Tony, debes aceptar que fue tu culpa. — Expresó Bruce. Y continuó hablando cuando todos lo vieron interrogantes por lo que había declarado. — Tony quería crear un robot que protegiera la tierra con ayuda del Cetro.

— Creo que hay suficientes películas que muestran lo mal que saldría todo si lo intentan. — Acotó Clint.

— Saben, no tengo ganas de discutir con ustedes sobre el tema. — Decreté cuando vi a Pepper lista para hablar. — Tengo suficiente con la jaqueca provocada por la gema como para que me agreguen sus regaños.

Natasha me dirigió una mirada de compasión mientras terminaba de poner en la mesa los platos, la mermelada y la miel para los panqueques que estaba haciendo Steve.

Tomé uno de los panqueques ya hecho, para Johnny y luego lo tomé en brazos para marcharme con el pero fui detenido por la voz de Steve.

— No puedes llevártelo, déjalo desayunar en la mesa.

— Pues me voy yo, toma te lo regalo. — Expresé acercándole al niño.

— No puedo, estoy haciendo el desayuno. — Respondió.

Johnny estaba sujeto como un koala de mi camisa, sabía que aunque Steve lo intentará tomar el no sedería. Arregle un poco su camisa que se estaba cayendo por su hombro, pero de nada sirvió pues luego se comenzó a caer del otro lado.

— Parecen recién casados con un hijo.

Oí decir a Clint en voz baja, pero no tanto como para que yo no escuchará.

— Espero tengas hijos muy pronto. — Sentencié con una mala mirada.

— Creo que deberíamos pedir el desayuno. — Propuso Pepper acercándose a nosotros

— El señor controlador está por terminar. — Aludí y me acerqué al resto de la manada para sentarme en el comedor.

— Vamos renacuajo, quédate en la silla. — Pedí, pero de nada sirvió, el niño nunca soltó sus manos de mi cuello, así que no me quedó de otra que sentarme con el infante en mis piernas.

— Te queda bien la maternidad, Tony. — Dijo risueño el omega pelinegro.

— Burlate, yo reiré al último cuando tengas mini arqueros corriendo a tu alrededor.

— Me sorprende que tengas paciencia. — Expresó Natasha en tono de broma y yo puse los ojos en blanco ante su contestación.

— Jarvis, pide ropa de la talla de Johnny.

— ¿Piensas dejarlo así?

— Claro, sería lo más fácil para todos. — Respondí con sarcasmo. — Ya viste que no puedo devolverlo a la normalidad.— Aclaré al ver que no entendió mi sarcasmo. — ¿Esperas que lo deje andar por ahí descalzo y vistiendo una camisa diez tallas más grande que el?

— Podrías intentarlo nuevamente.

— Y dejarlo en una edad que necesite pañales, no gracias.

— Deberías intentarlo cuando se te vaya la migraña.— Concluyó Pepper.

— Ese es un buen consejo, siempre das los mejores. — Alabé y la beta sonrió.

Durante todo el desayuno evité mirar a cualquiera que estuviera en la mesa, sabía que todos tenían la mirada sobre mi, por permitir que el niño me hiciera darle de comer en la boca y también por acercarle el jugo a la boca, esperando que el tomara hasta que estuviera satisfecho. Cuando terminamos ya todos lo habían hecho, pero parecían estar esperandome.

— ¿Van a planear un horario para cuidarlo o que esperan todavía frente a la mes... No puede ser. — Exclamé poniéndome de pie rápidamente y levantando a Johnny por las axilas al sentir algo caliente bajar por mi pierna, si eso era, se había orinado y el muy descarado seguía haciendolo. ¿Cuánta agua podía guardar en su vejiga?

Todos estaban a punto de reír por lo que estaba pasando y el mini rubio sonreía con picardia.

— ¿Por qué no me dijiste que querías ir al baño? — Formulé poniéndolo en el suelo. Pero no recibí respuesta. — ¿Alguien quiere bañarlo? — Consulté al ver su camisa mojada y mi pantalón también.

— El cachorro te ama, no dejará que nadie más lo toque, a excepción de Steve y claramente tú. — Comunicó la alfa pelirroja.

— Si ahogó a alguien durante el baño no será mi culpa.— Ironicé sentándole en mi brazo para irme con el al baño y esperando que Steve me siguiera, pero justo antes de salir del campo de visión de la manada lo tibio cayó sobre mi pecho y salpicó mi barbilla. Un aura de mala suerte rodeaba mi cuerpo o sería la gema.

— No me lo creo. — Dijo Clint entre risas.

— No debiste darle leche y luego jugo. — Mencionó Steve que estaba unos pasos detrás de mi.

— El aviso hubiese sido perfecto hace unos diez minutos.

— Es algo lógico.

— No para mi, tal vez les sorprenda, pero nunca he cuidado un niño. — Refunfuñé mientras continuaba caminando por las escaleras para evitar oir la risa de mis compañeros. — Jarvis llena la bañera del cuarto anterior al mío.

Continúe caminando hacia el cuarto que perteneció Bruce, pero el se mudó al cuarto de Clint, así que ahora sólo era otra habitación de huéspedes. Steve venía en silencio detrás de mi.

Dejé al niño sobre el suelo y le quité la camisa para meterlo al agua enseguida. Yo hice lo mismo con mi camisa llena de vómito, la hice una bolita y me limpié el mentón con ella, para luego tirarla al piso. Johnny ya estaba jugando con el agua cuando. Derramé en el agua jabón de leche y tomé un bote de shampoo de miel, vertí un poco en su cabeza luego de mojarle su cabello y masajeé su cabello.

— Jarvis pide, cosas para niños, shampoo, crema, jabón y esos enseres. — Pedí cuando ya le había quitado el jabón del cuerpo.

— Lo haces bien. — Alabó Steve que se había quedado apoyado en el lavamanos.

— Pues te baño a ti. — Respondí con una sonrisa y el pequeño sonrió sin saber porque. — Una toalla. — Precisé cuando lo saqué del agua y Steve lo envolvió en ella.

— La señorita Potts trae las compras. — Informó la IA.

Mientras Pepper llegaba con las bolsas Johnny era un rollito envuelto, depositado en la cama esperando por su ropa.

— Son cositas tan lindas las que pidió Jarvis, deveras se lució, hay zapatitos, camisitas, pantaloncitos...

— Demasiadas cosas con diminutivo. — Expresé para cortar sus palabras al mismo tiempo que tomaba las bolsas que me tendía la espía.

— Papás sexis. — Dijo Natasha al verme sin camisa.

Steve ya estaba sacando cosas para vestir a su sobrino cuando yo cerré la puerta y lo dejé continuar con su labor.

— Jarvis, ¿No había más ropa? — Cuestioné al ver que la camisa que le había puesto Steve tenía el símbolo de Batman, el héroe de Gotham.

— Hay camisas con los símbolos de todos los miembros de la manada. — Aclaró y yo revisé las bolsas, era verdad, hasta encontré una con el símbolo de Green Arrow, el justiciero de Starling City.

— Ahora... ¿Llamamos a Susan? — Preguntó con duda mi omega.

— Podríamos esperar a que ella nos llamé preguntando por su hermano.

— Eso sería preocuparla innecesariamente.

— Puede que ella no noté que no está y cuando arreglemos esto, lo devolvemos como si nada hubiese pasado.

— La Señora Storm está en la línea. — Interrumpió Jarvis.

— ¿Tú sobrina es psíquica?

— Contesta — Accedió Steve ignorandome completamente.

— Hola Jonhhy. Franklin no ha parado de pedirme que te llame, sabes que últimamente tiene esos pensamientos,¿Estás bien?

— Hola Susan. — Saludó Steve.

— Hola tío. Johnny me dijo que iría a visitarte, ¿Aún no llega? — Preguntó con un ligero tono de preocupación.

— Hola Sue. — Dije cuando pasé la llamada a mi teléfono para hacer un vídeo llamada.

— ¿Y ese niño? — Curioseo cuando vió al pequeño que cargaba su tio. — ¿Tienen un hijo? Se parece mucho a Johnny cuando era bebé.

— Si... sobre eso... Es Johnny. — Revelé riendome entre cada frase debido al nerviosismo. — Querida, haz cálculos, no podría ser nuestro bebé si el dejó de ser capipaleta hace dos años.

— ¿Qué? —Gritó sobresaltada. — Tío, dime que es una broma. — Suplicó la alfa y Steve negó con pesar.— Pero, ¿Cómo?

— Tony... — Iba a explicar el rubio, pero fue interrumpido por la alfa.

— Tenía que ser culpa tuya.

— No fue totalmente mi culpa — Me defendí. — El me metió una gema en la cabeza.

— Nunca es tu culpa. — Gruñó la rubia. — Y ¿Qué es eso de una gema?

— Es tecnología extraterrestre.

— Y ¿Cómo llegó a tus manos, Tony?

— La gema estaba en el Cetro que uso Loki cuando intento conquistar la tierra.

— Se había extraviado y cuando lo encontramos tu adorado tío quería matarme con él.

— El sólo le estaba haciendo un favor al mundo.

— Olvidó que la mala hierba nunca muere. — Respondí fingiendo que no me molestaban sus palabras. — La cuestión es que ahora tengo poder sobre la gema y al parecer puedo convertir personas en bebés.

— Susan, me disculpo por lo que pasó, te prometo que lo arreglaremos lo más pronto posible.

— Eso me preocupa, ya que Tony nunca termina nada.

— ¡Hey!, he terminado muchas cosas en mi vida.

— ¿Tienes alguna sugerencia en cuanto a Johnny? — intervino mi omega.

— Johnny dejó de dormir con pañal hasta los seis años, así que si es menor a esa edad es mejor que le pongan uno si no quieren que arruine la cama.

— Jarvis compra pañales para Johnny. —Pedí con una mueca, pues pensé que nos habíamos librado de cambiar pañales.

— Extra grande. — Aclaró la alfa. — Desde bebé fue malcriado por mis padres para dormir acompañado, así que tendrá que hacerlo con ustedes o no podrá dormir.

— Genial. — Dije molesto al pensar que ya no podríamos dormir abrazados, ahora habría un mocoso enmedio de ambos.

— No lo dejen ver televisión antes de ir a la cama o no podrá dormir y tampoco lo dejen tomar siestas durante el día, le arruinará el horario del sueño.

— ¿Algo más?

— Dos meriendas al día. — Dijo de golpe. — Casi olvido ese detalle, era muy delicado del estómago, por eso no se le dividían las comidas en cinco.

— ¿Cómo recuerdas tantos detalles? — Consulté con curiosidad, pues yo no recordaba muchos detalles de como se hacían las cosas en mi infancia.

— Soy madre y Franklin es igual a Johnny.

— Y parece que lo heredó de mi. — Confesó mi esposo.

— Si recuerdo algo más les enviaré un mensaje. — Expresó la rubia, cuando Valeria a su lado.

— Hola tíos. — Saludó la niña con alegría.

— Valery. — Contesté sonriendo.

— Iré en unos días si no lo han devuelto a la normalidad. — Dictaminó y terminó con la llamada.

— Parece que el destino quería que fuéramos padres. — Manifesté con falso tono de broma guardando mi teléfono en el bolsillo del pantalón.

10 de Enero 2021

Voy a subir doble capítulo celebrando que durante la semana llegamos a los 2K de votos... ¿Alguien sabe que significa lo que marqué en rojo?

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