36. Propuesta
- ¿Por qué mierdas la cortina está abierta? - Vociferé molesto al no poder seguir durmiendo tranquilamente porque la luz del sol estaba apuntando directamente a mis ojos. Inmediatamente la cortina se cerró y yo me volveé en la cama para ver a mi omega, pero me un terrible dolor me recorrió el cuerpo. - ¡Diablos! Parece que fue a mi el que follaron. - Maldije al sentir el malestar en mis brazos, en mi abdomen y en mis piernas, parecía que había hecho ejercicio durante un mes sin descansar. Y al parecer Steve estaba en el mismo estado, pues permanecia en posición fetal.
- ¿Cómo estás mi lindo rubio? - Pregunté al escuchar un gruñido de su parte ante mis anteriores palabras.
-Me duele todo- Reprochó con la voz rasposa - Y es tu culpa.
- Pues no te quejabas hace unas horas - Respondí y recordé que teníamos días de no comer bien, lo único que habíamos comido eran las barras de avena que habían en la mesita de noche de Steve y algunas botellas de agua con chucherías que había envíado Jarvis con un robot. La IA tuvo que enviar cosas para picar pues la comida sólida había terminado en el piso cuando intente probar algo, pues Steve exigió mi atención no me dejándome ingerir nada del plato. No habíamos logrado separarnos durante mucho tiempo, en realidad no recordaba mucho de estos días, parecía que de igual manera había sido consumido casi por completo, como si yo también hubiese estado en celo.
Llamé mi traje para que cargará a Steve pues estaba seguro de que si yo intentaba cargarlo no llegaríamos hasta el baño y mientras este llegaba quité la sabana que nos cubría y me sorprendí por la cantidad de hematomas que cubrían su lechoza piel, había marcar de mordidas de diferentes tonalidades, marcar de mis dedos y semen seco en su cuerpo. Si alguien lo viera pensaría que estuvo con un desquiciado. Pero segundos después vi las marcas que yo también tenía, en las muñecas tenía marcas de que Steve me sujeto de ellas, tenía hematomas en mis costados y estaba seguro de que mi espalda estaba llena de arañones pues sentía un ligero ardor en ella.
Me moví lentamente para acercarme a la orilla de la cama y me quité algunas plumas que tenía pegadas en el brazo y eso me despertó el recuerdo de que había roto una almohada al morderla cada vez que mi alfa me mandaba marcar al omega, ese maldito impulso casi me vuelve loco, la obligación de no marcarlo hasta que juntos lo acordaramos fue lo único que me mantuvo un poco consiente, de otra forma habría mandado la cordura al carajo y me habría hundido en el mar del placer que me concedía Steve. Aún estaba sorprendido por el control que tenía sobre mi mismo al llevarle la contraria a mi alfa interior y no acatar sus órdenes, no cualquier prime habría ganado una batalla interna de ese calibre, pero yo sí, hasta me sentía orgulloso por mi hazaña, si eso no le probaba a Steve que era digno de su confianza ya nada lo haría.
Mi traje llegó caminando por si mismo sacándome de mis cavilaciones pero cuando pasó el brazo metálico por detrás de las piernas del rubio este se quejó así que detuve el movimiento.
- Me duele el estómago. - Dijo haciéndose una bolita en la cama y soltando varios quejidos, fue ahí cuando lo noté, su vientre estaba abultado, todo el semen de los cinco días de celo estaba ahí acumulado.
- Creo que debimos usar condón. - Proclamé asombrado por la cantidad de semen que había dejado dentro suyo y que le había provocado tal hinchazón.
- ¡Tony no usamos condón! - Dijo alarmado el rubio tomando su estómago nuevamente al haber hecho un movimiento brusco al exaltarse.
- Tenías que ser rubio. - Ironicé moviéndome en la cama para levantarme.
- Tony no quiero tener un bebé.
- Steve yo no te puedo preñar, cree un anticonceptivo para mi antes de nuestra primera vez - Informé al verlo a punto de tener una crisis de nerviosa. - Has memoria y recordarás que nunca hemos usado condón- Pedí revisando si había ropa en el suelo, pero no, yo me había desvestido en el baño y Steve en su habitación - En todos los meses que hemos mantenido relaciones sexuales los evitamos - Destaqué yendome al baño mientras veía las botellas de agua vacías en el suelo. Busqué una toallita y encontré la que había dejado días antes para esta ocasión, la humedecí con agua fría y volví para ayudar a mi omega. - Yo tampoco me siento preparado para ser padre, imagino que tu tampoco.- Mencione con tristeza al imaginar lo mal padre que podría ser, dado al historial que tuvo el mío.
- No, y no es que odie la maternidad, de hecho amo la idea de poder engendrar y admiro a los que se aventuran a una vida así, pero yo no quiero preñarme, al menos no por el momento. - Reveló cuando me puse entre sus piernas y yo asentí comprensivo.
No podríamos cuidar de un hijo mientras fuéramos Vengadores, no sería justo, seria horrible comunicarle a un cachorro el por qué su padre no volvería de su última misión y que nunca lo haría, de sólo pensarlo me rompía el corazón, no podríamos correr ese riesgo.
-Tienes que relajarte y dejarme ayudarte- le dije y noté el semen seco en la superficialmente en su entrada, puse la toalla humeda sobre su maltratado orificio y esperé un rato que eso ayudará a refrescar la zona irritada.
Cuando creí que era suficiente quité la toalla y limpie superficialmente para después llevar un dedo a su entrada e irlo introduciendo en su esfínter, cuando lo moví un poco su entrada comenzó a escurrir el semen de los días anteriores y lo fui moviendo despacio para no producirle malestar, pero al mismo tiempo sacar el fluido. Dentro de poco Steve estaría completamente aliviado.
- Esto es tan vergonzoso. - afirmó llevando sus manos al rostro cuando terminé de sacar todo el semen.
- Sólo imagina que estas en tu periodo.
- Yo no tengo periodo.
- Por eso dije que lo imaginaras.
- La tina ya está lista, señor. - Habló la IA cortando mi mal chiste.
- Que eficiente.
Me cubrí con mi traje para llevarme en voladas a Steve, lo deposité en el agua y luego yo también hice lo mismo. Ambos dejábamos salir sonidos de gustó al masajearnos con jabón y con agua tibia nuestra sensible piel.
- La señorita Pepper está en su habitación dejando comida y líquidos. - Informó Jarvis cuando me estaba quitándo la espuma del cabello. En ese momento gradecí que Pepper fuera beta, porque de otra manera andaría como una maniática intentando descubrir con quien pasé mi celo.
- ¿Le comentaste que estoy acompañado?
- No Señor, ella cree que está sólo.
- ¿Preguntó por Steve?
- Sí, le comuniqué que el no estaba en su habitación.
- Avisame cuando se vaya.
- La Señorita está lista para regañarlo por olvidar tomar sus supresores.
- Pero si ella me regañaba por usarlos continuamente - Alegé y Steve se rió - ¿Y por qué se lo dijiste?
-Me pareció la excusa más conveniente.
Negué con la cabeza y me puse de pie, todos mis músculos experimentaron un tirón por el esfuerzo de sobreejercitarlos después de tantos días de movimiento en los días anteriores.
- Me tiemblan las piernas - Confesó el omega cuando se puso de pie y yo le pasé una bata de baño. - No me sentí así ni siquiera cuando entrené para la guerra antes de usar el suero. - Agregó estirando los brazos después de amarrarse la cinta de la bata.
- Quien diría que pasar un celo es peor que estar en la guerra. - Ironicé riendo.
Mientras esperábamos que Pepper se fuera y los robots terminarán de limpiar nos cepillamos los dientes y yo me peine mientras Steve se humectaba el cuerpo con crema y luego yo hice lo que el hacía.
- La señorita Potts ya está en el ascensor.
Abrí la puerta para que Steve saliera con su raro andar, aunque mi caminar no estaba tan diferente al suyo, pero ninguno de los dos hablo sobre ello- Milkshakes - Aullé contento al ver dos vasos con los batidos.
Yo tomé rápidamente de la pajilla del vaso de la malteada de chocolate, en cambio Steve tomó la botella de agua mientras se sentaba con cuidado en la cama. La ropa de cama ya había sido cambiada por uno de mis robots así que podíamos descansar en ella nuevamente.
- Pepper se lució - Alabó el omega tomando una de las hamburguesas que había dejado la beta.
- La de doble queso es mía. - Proclamé tomando antes que él rubio.
- Jarvis, enciende la televisión.
- ¿Qué desean ver?
- Una película que sea del gusto de Steve.
La IA comenzó a recopilar datos de las películas que Steve había visto en diferentes plataformas y luego hizo una búsqueda entre las películas para al final entrar a Netflix y poner a reproducir Propuesta en año bisiesto.
Nos sumimos en la historia de tal forma que terminamos arrecostados en un bulto de almohadas y nos abrazamos mientras nos alimentabamos sin pensar en las calorías o en las migajas que dejábamos caer en la cama, sólo nos interesaba la romántica aventura que se presentaba en la pantalla.
-Te ruego que nunca robes, mientas ni engañes. Pero si debes robar, róbame las penas. Y si debes mentir, miente conmigo todas las noches de mi vida. Y si debes engañar, engaña a la muerte, porque no podría vivir un sólo día sin ti. - Recitó el rubio con un brillo especial en los ojos cuando la película terminó. - Te dedico sus votos matrimoniales, están hermosos.
- Es amor del bueno cuando te dedican un fragmento de una película - Dije con cariño dejando un beso sobre su cabello - Yo te voy a dedicar la mejor frase de película que encuentre.
- Capitán Rogers el Director Fury llamo hoy por la mañana exigiendo que respondiera sus correos electrónicos.
- ¿Jarvis, por qué nos cortas la nube de amor que estábamos creando?
- Lo siento señor.
- La próxima semana tengo que viajar para buscar las últimas bases de Hydra. - Comunicó el omega viendo la tableta que estaba en sus manos que tomó del suelo, no recordaba que yo la había dejado ahí.
- Fury ya no es director de nada, no te puede mandar.
- Yo acepté ayudarle luego de la caída de S.H.I.E.L.D.
- ¿Se vieron en persona? - El asintió - ¿Te dijo algo raro?
- ¿Debería? - Preguntó y yo negué en respuesta.
Me entró una sensación de vacío al saber que Steve se iría y justo a otra misión, lo más seguro es que sería muy tardado, eso duraría meses y también sería muy peligroso, claro que lo sería, están implicados agentes de Hydra, es obvio que será riesgoso, no quiero imaginar que le volviera a pasar algo parecido a lo que le había pasado hace unos meses en su misión anterior. Sabía que el pensaría en cualquiera menos en él, por eso no quería correr el riesgo de que se fuera sólo o al menos sin una verdadera promesa, de que estaríamos juntos a pesar de todo.
- Steve esto te sonará impulsivo ya que no tengo un anillo para proponértelo, se que ya portamos unos, pero cumpliré la promesa de que los reemplazaré, aunque eso será después de que nos casemos. Desde que nos vimos la primera vez he sentido la adictiva necesidad de estar contigo, me he vuelto tan cursi, yo, el que antes le parecían patéticas las muestras de cariño, por eso es que a veces no me reconozco, porque calentaste mi frío corazón, ahora sólo puedo pesar que tengamos una vida como en los cuentos de hadas y tal vez te merezcas algo mejor, pero soy muy egoísta como para dejarte ir con otro así que Steve Rogers sin más rodeos te lo propondré ¿Te gustaría ser mi esposo?- Dije sujetandole la mano y besándole el anillo.
-¿Por qué? - Preguntó.
-Esa no era la respuesta que esperaba - Le dije, pero de igual forma contesté -Cuando te vas a una misión siento que ya no volverás y así al menos tendré algo con que probar nuestro amor, algo que te motive a volver conmigo.
-Siempre volveré a ti, siempre quiero regresar contigo, no necesitamos un documento para que lo compruebes. - Expresó con sinceridad en su mirada -Nunca voy a dejarte, no importa lo lejos que esté o por lo que estemos pasando siempre voy a volver para estar contigo.
-Steve, es que tengo miedo, miedo de perderte, de perder a quien ha estado conmigo en las buenas y en las malas, de perder tus consejos, tus regaños, tus frases fuera de época y todo lo que me dices.
-¿Por qué siempre estás tan convencido de que me vas a perder?
- Perdí a mis cuatro padres de un momento a otro, por eso vivo con miedo de que todo se pueda desmoronar, cuando hago algo mal, me da miedo perder a una de las pocas personas que realmente me hace feliz.
- No me vas a perder, yo te pertenezco en cuerpo y alma, por eso prometeme que nunca te rendiras conmigo.
-No lo haré, ¿Cómo podrias pensar eso? Estoy enamorado hasta la médula de ti. Se que todos creen que me tomo todo a la ligera, pero siempre tengo dudas, tengo miedo de fallar, de fallarte, se que eso es problemático y debo parecer una guardería de problemas, dudas y errores... pero la cosa es que te quiero y quiero que tengas lo mejor... Y... Y... - Iba a continuar hablando pero Steve me interrumpió con un beso.
-Acepto.
- Beloved, me acabas de hacer el alfa más feliz del mundo, te haría el amor nuevamente si no estuvieras reponiendote de un celo de cinco días.
- No me lo recuerdes.
- Casemonos hoy. - Propuse con seguridad.
- Tony es demasiado pronto - Respondió después de quedarse atónito unos segundos. - No se lo hemos dicho a nadie.
- No es necesario contarle a nadie, lo importante es que nosotros dos nos amamos.
- Nos reconocerán en cualquier oficina.
- Podemos ir a otro país con poca tecnología y casarnos en una embajada.
- Tony...
- Podemos contárselo después de que destruyas los últimos fragmentos de Hydra, cuando ya todo esté en calma nuevamente en la manada. - Sugerí con esperanza. - Steve no pienses en los obstáculos, piensa en el amor que nos tenemos, eso es lo más importante, la aprobación de la manada es menos importante que nuestra felicidad.
- Creo que es una locura, pero está bien, nos casamos mañana.
- Se lo importante que era en tu tiempo el casarse y yo antes lo tomaba a la ligera, pensaba que sólo es un pedazo de papel, pero contigo he aprendido a valorarlo, tengo un creciente deseo de que ambos firmemos ese papel para inmortalizar nuestro amor.
- Tony contigo a mi lado me dejaría caer al vacío si es necesario para que estemos juntos por toda la eternidad.
- Me tienes entre tus redes Steve, puedes ser mi bendición o mi maldición y yo lo aceptaré
23 de Noviembre 2020
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