- Vaya has dormido bastante.

- ¿Quién eres?- Pregunté a la alfa que estaba en la misma habitación oscura que yo, cuando se acercó sentí un diminuto recuerdo pero no logré hacer que mi mente conectara con esa pequeña memoria.

-¿Te olvidaste de mi? Porqué no me sorprende.

- No es personal, pero ya olvidé lo que comí en la mañana.

- Soy Maya Hansen, nos conocimos una noche.

- Si... - Dije recordándole - La Botánica. Por favor dime que no tienes aquí un niño de doce años que nunca he visto.

- Tiene trece - Bromeó, pero yo me quedé serio cuando recordé la situación en la que me tenía -Entonces, cómo en los viejos tiempos... ¿eh?

-Uy sí. Y me fascina que me aten.

- Eso no fue mi idea.

- Entonces usaste la tarjeta que te dió Killian.

-Use sus fondos

-Y aquí estás, tres años después en una cloaca.

-No.

-Sí.- Dije intentando llamar mi traje, pero no podía, al parecer estar amarrado hacia que la función de llamar el traje se estropeara

-No. Tú estás en la cloaca. Yo puedo salir.- Alardeó - Las cosas cambiaron, pero estoy cerca de volver Extremis prácticamente estable.- Hablo con tono de súplica.

- ¡Te digo que no lo es! - Respondí exasperado-Solías tener una moral sólida. Solías tener ideales. Querías ayudar a la gente. Y mírate. Ahora yo despierto cada mañana con una persona que aún tiene alma. Así que sacame de aquí, ¿Qué esperas?

Pero nada pasó, la chica sólo se alejó de mí y escuché la voz del ser más repugnante del mundo, Killian, que venía bajando por las escaleras, eran ciertas las palabras que había dicho Happy, el hombre había cambiado mucho, se veía visiblemente más atractivo, obviamente no más que yo, pero se veía que tenía una pizca de mejoría, además de que su olor de alfa se sentía más fuerte, no como aquel alfa de rango bajo que conocí en aquella ocasión, ahora era uno de alto rango, pero no era un prime.

- No sigues molesto por lo que pasó en Suiza o ¿Si?

- No estaría molesto conmigo, vengo a agradecerte. Me diste el mejor regalo que me han ofrecido en mi vida. Desesperación.-Relató el hombre mientras se acercaba a mi - Creí que llegarías, pero al estar ahí viendo la ciudad... Nadie sabía, nadie estaba ahí, nadie podía verme. Ni siquiera me buscaban. Y me vino una idea que me guiaría por muchos años. El anonimato. Y gracias a ti es mi mantra desde entonces, es mejor gobernar tras las bambalinas. Porque en cuanto le das un rostro a la maldad, un Mandarín, le das un objetivo a la gente. - Continuo hablando, está vez se alejó de mí y se sentó sobre una mesa frente a mi - Quiero pagarte con el mismo obsequio que con generosidad me diste una vez - Agregó tirando unas bolitas para activar un holograma - Desesperación.

En el holograma podía ver a Steve amarrado a camilla, su rostro se veía rojo por la lucha que tenía con el extremis en su sangre. Mi estómago se hizo un nudo y sentí náuseas por lo que ese monstruo le estaba haciendo.

- Deberías saber que hay personas que te vigilan mientras estás en tu mansión, no son muy discretos, ese beso que se dieron bajo la lluvia fue muy caliente, ¿Siempre tienes lo mejor verdad? Ahora tienes al mejor omega disfrazado, pero no por mucho tiempo, está en la etapa dos del extremis.

Killian siguió hablando, pero yo sólo podía pensar en el la expresión de dolor que tenía Steve. Luché contra las ataduras mientras Killian y Maya discutían, pero eran muy buenas, incluso para un alfa prime. Sólo podía pensar en liberarme, tenía que ir a ayudar a mi pareja, ese desquiciado lo estaba haciendo sufrir y yo no lo permitiría por mucho tiempo.

-La buena noticia es que se acaba de abrir un puesto importante.- Dijo Killian después de dispararle a Maya sin ningún atisbo de remordimiento.

-Eres un maníaco.

-No, soy un visionario. Pero si tengo un maníaco y sube a escena esta noche.

Llegaron dos hombres a vigilarme y yo aún no lograba traer el traje, quien sabe hasta donde me habían trasladado o era mi mente la que no se concentraba lo suficiente para llamar la armadura.

Al final llegó por partes, primero llego el guante, el que me ayudó a liberarme de las ataduras, con el golpeé al hombre que me custodiaba y cuando llegó mi bota la use para golpearlo con ella lo más fuerte que pude, poco a poco las partes fueron llegando y quedé completamente vestido para poder luchar con el ejército de hombres que venían a intentar detenerme.

Luego de deshacerme de todos esos inútiles fui a sacarle información al Mandarín, el cual me dió algunos datos importantes, sobre el secuestro del presidente y hasta me presto su bote para ir a buscar a mi adorado Steve.

En el bote se presentó la importante desicion de salvar al presidente o buscar a Steve y como siempre tomo malas decisiones, pero está vez si escogí bien, desconecte el traje del bote para usarlo desde lejos para buscar al presidente. Jarvis rápidamente lo encontró, dirigí el traje a el y quebré la ventana para encontrarme con chispitas, que lanzó a varias personas desde el avión, pero antes de irme a salvarlas le dispare uno de los rayos de mi pecho. Me aventé por los aires para poner a salvo a las personas que habían caído del avión y lo logré, estaba impresionado por la gran hazaña que había logrado cuando un camión arrolló mi traje, salió de la nada. Y eso creo una duda, si no pude salvar al Presidente con el traje, ¿Cómo voy a salvar a Steve sin uno?

- Protocolo fiesta salvaje Señor.

- Correcto Jarvis, la situación lo amerita.

En el bote partí hasta el puerto, cuando bajé y llegué a un lugar seguro divisé al presidente atado sobre un tanque de petróleo, parecía que harían un funeral vikingo al ejecutarlo en público.

El lugar estaba demasiado lleno de hombres y mujeres con chispitas, pero no me preocupaba porque venía un ejército de mis trajes para salvarme. Jarvis ejecutó perfectamente mis órdenes al apuntarle a todas las bombas andantes, cuando vi que el se las podía arreglar sólo entré en un traje para buscar a mi amado e inmediatamente Jarvis lo ubicó para mi. Lo encontré bajo un revoltijo de hierros.

-Ya ves lo que pasa cuando te juntas con mis exnovias.- Dije mientras me estiraba para alcanzar su mano y sacarlo de debajo de los hierros.

-Eres odioso.

-Si. Lo hablamos en la cena.- Respondí cuando nuestros dedos estaban a punto de tocarse, pero algo me hizo retroceder, Killian, le había hecho daño a mi traje con su fuego, así que terminé tendido en el suelo sobre mí espalda, no era un daño irreparable, pero el creía que sí y yo dejé que lo creyera, cuando menos se lo espero convertí mi guante en un cuchillo para cortarle su mano, realmente gocé su dolor.

- Señor, el presidente fue cubierto con un traje y está en camino a casa.

- Al fin algo bueno - Dije mientras corría para ayudar a Steve, que aún estaba atrapado entre el revoltijo de partes rotas de hierro, me acerqué lo más que pude a él, pero no era suficiente. - Aquí estoy, relájate, ya te tengo, sólo mirame, ya no puedo acercarme más cariño y no te voy a dejar ahí, sueltate, tienes que soltarte, no te voy a dejar caer, te lo prometo, ya he probado que puedo sostener tú peso, tienes que creer en mí - Estábamos tan cerca, pero algo golpeó la plancha de hierro en la que estaba y cayó, sólo pude verlo desaparecer entre el fuego de las explosiones que había abajo.

Mi corazón se encogió de la peor manera, se formo un nudo en mi garganta, mi alfa se había vuelto loco en mi interior, no sabía que hacer, el dolor era demasiado, tenía ganas de lanzarme también para reunirme con mi amado si es que había algo después de la muerte, pero no lo hice, antes de morir tenía que matar al que me lo arrebató, no sé de dónde saque fuerzas para ponerme de pie y encararlo, pero lo hice.

- Es una pena, yo lo hubiera salvado, eres un alfa inútil - Dijo y eso sólo acrecentó mi odio hacia ese deplorable ser que se acercaba a mí. Nos batimos a puñetazos. Yo en mi traje y mi odio no eran una buena combinación, era capaz de morir si con eso también me llevaba a esa escoria
.
Pero algo me desconcentro, mi mente. No debiste dejar al omega sólo. Debiste protegerlo siempre. Mi alfa me recriminaba, pero no entendía porque lo llamaba omega, esa desconcentracion hizo que Killian casi me ganara, pues había destrozado el traje que llevaba puesto.

- El Mark 42 se acerca.- Anunció Jarvis cuando ya estaba a segundos de darme por vencido.

- Mira nada más, a vuelto el hijo pródigo- Dije con los ánimos renovados, pero duraron poco, pues el traje chocó contra algo y se desarmó. - ¿Qué más da?

- No lo merecías Tony, es una pena, lo iba a convertir en algo más que perfecto.

Me cansé de su hablar por eso mandé mi traje para que lo cubriera por completo y le pedí a Jarvis que lo explotara, me lancé de dónde estábamos y aterricé sobre uno de mis trajes, pero el traje estaba deteriorado, así que terminé cayendo en lugar de poder volar, pero había cumplido mi misión, no me moví de ahí, ahora podía reunirme con el amor de mi vida, pensaba dejar que los pedazos de la embarcación me mataran, hasta que vi al maldito de Killian levantarse a unos metros de donde yo había caído, el hombre venía hacía mí, me iba a matar y yo ya no tenía más ideas para defenderme.

La salvación llegó a mí, Steve, él golpeó al loco con una barra, su cuerpo se veía rojo, parecía que estabas en llamas, sólo vestía un boxer negros y se veia tan sexi con ese aspecto, literalmente se veía ardiente.

- Tienes un increíble parecido con Johnny Storm.- Dije, pero todo eso lo olvidé cuando vi que uno de mis trajes venía directo a atacarlo, le pedí a Jarvis que lo detuviera pero el mando se había caído a unos metros de mí.

Steve saltó hacía el traje lo atrapó en el aire lo traspasó con su puño, se puso el guante de mi traje antes de lanzar a Killian por los aires y lo hizo explotar. Fue la mejor imagen que vi, aunque ahora debía recordar no molestarlo más.

- Steve, mi vida, casi me matas de un susto.

- ¿Por qué? ¿Porque caí 60 metros? ¿Quién está mal ahora?

-Eso es debatible, probablemente a tu favor, deberías de vestir así en la casa.

-¿Voy a estar bien Tony?- Cuestionó viéndose el cuerpo que aún tenía pequeños destellos rojos.

-¡No! Estás en una relación conmigo, nunca vas a estar bien, pero creo que puedo resolver esto. - Respondí acercándome a él para tomarlo de las manos.

- No, no me toques, te voy a quemar.- Anunció soltando una gran cantidad de sus feromonas y percibí el pánico en su aroma.

- No, no lo harás, se que tu nunca me dañarías, mira está frío.- Dije masajeando sus manos que estaban entre las mías - Puedo resolver esto, te puedo curar, es lo que hago, reparó cosas- Agregué atrayendolo a mi pecho para abrazarlo, deslicé mi mano sobre su cabeza para peinar algunos de sus cabellos y ambos suspiramos satisfactoriamente al estar en los brazos del otro, luego con mis pulgares inicié un suave masaje en su espalda para calmarlo un poco.

- Me duele la cabeza- Susurro Steve dejando caer un poco su peso sobre mí - Y ahora tengo sueño - Agregó arrastrando la lengua y haciendo casi inentendible lo que dijo. Dejo caer todo su peso en mi, yo lo sostuve lo mejor que pude pude no esperaba que hiciera eso y luego me asusté cuando vi que no reaccionaba, se me estaba deslizando por la mala posición en la que estaba.

- Jarvis, ¿Qué tiene? - Grité turbado por su repentino desmayo colocandolo en el suelo.

- Detecto una hemorragia intracraneal por traumatismo.

- ¿Por qué el Extremis no ha hecho nada?

- Lo está haciendo, pero el Capitán Rogers no tuvo el reposo necesario, por eso está sufriendo la consecuencias, de que este trabajando más lento.

Justo cuando creí que ya habíamos salido del tártaro todo sigue mal. Quería pedir a Jarvis que nos cubriera con dos de mis trajes, para irnos de ahí, pero no pude, comencé a padecer los primeros síntomas de un ataque de ansiedad, la agitación estaba llegando a mi cuerpo, el miedo había tomado control sobre mi ser y los temblores de mi cuerpo me hicieron tumbarme al lado de Steve, cuando me mantuve en esa posición sentí la falta de aire en mis pulmones y luego eso las taquicardias por el miedo de sentir que me ahogaba, estaba llegando a mi punto máximo, mi alfa estaba como loco en mi interior y en ese momento de desesperación tomo control sobre mí, después de no dejarlo salir por décadas lo sentía otra vez.

Se sentía como la si lo hiciera por primera vez, una repentina paz cubrió mi cuerpo, intente quitarme el pantalón para no arruinarlo como había hecho con mi camisa, pero mis manos ya se habían convertido, mi pelaje café se dejaba ver en lugar de mi típica piel canela, cuando terminé de hacer el cambio me puse de pie, una maravillosa sensación me recorrió, la felicidad que me había privado por tanto tiempo surgió en el momento más difícil.

Era como ver pero no tenía el control total de mi, como si otro ser me manejara, pero yo sabía que podía tomar el control. Necesitaba tomarme unos minutos de descanso luego de el terrible momento que acababa de pasar y mi alfa tomo la mejor desicion que puedo, se recostó al lado de Steve, su pensamiento era estar al lado del omega. ¿Omega? ¿Por qué mi alfa siempre pensaba eso? No lo seguí pensando porque escuché en mi estado cambiaforma escuchaba mejor y percibí el sonido de un helicóptero. Mi alfa comenzó a transformarme a mi estado normal pues sabía que así protegería mejor a Steve.

Fue grande mi sorpresa cuando noté que el reactor no estaba en mi pecho, estaba frente a mí, en el lugar en el que me había transformado, luego de la sorpresa cambié a pánico, pues sólo faltaban unos segundos para que la metralla que era detenida por el reactor llegara a mi corazón, pero noté como los pedacitos del material estaban ahí, junto al reactor, eso era lo que necesitaba para estar sano, tranformarme, yo mismo tenía la cura y no lo sabía.

Estuve tan ensimismado en todo lo que acababa de pasarme que ni siquiera puse importancia al helicóptero que estaba aterrizando cerca de mi, el fuerte viento me impidió la visión, hasta que aterrizó por completo y las que el rotor del helicóptero disminuyó su velocidad.

- Maldita sea Tony, me tenías preocupada.- gritó Pepper bajando del helicóptero.

- ¿Por qué estás desnudo? - Preguntó Natasha.
- ¿Y el reactor? - Cuestionó Rhodey.

- ¿Nadie va a preguntar por Steve?

- Parece que ibas a violarlo. - Dijo Rhodey.

Yo rodé los ojos por su respuesta y me puse de pie sin ningún tipo de pudor, tomé mi boxer que increíblemente había quedado intacto en mi cambio de forma. Pepper había volteado la mirada mientras me ponía la prenda, Rhodey se había acercado a Steve y Natasha se había quedado viéndome como si verme vestir fuera la cosa más normal del mundo. Antes de que Rhodey pudiera tocar a Steve, yo me agaché para tomarlo en brazos y caminar al helicóptero.

- ¿No piensas decir nada?- Preguntó Pepper caminado detrás de mí.

- Les contaré todo, pero antes debemos ir al hospital de S.H.I.E.L.D.

Me senté con el lánguido cuerpo de Steve sobre mis piernas, arreglé su cabeza para que quedara apoyada sobre mi pecho y trate de ponerlo lo más cómodo posible sobre mí, hasta que reparé en la mirada de Pepper y Rhodey clavada en mis acciones.

- ¿Qué?- dije a la defensiva.

- Nada - Respondió Rhodey levantando sus manos en señal de rendición y caminando para sentarse al lado de Nat en el área de adelante - Sólo quiero saber lo que pasó, Pepper estaba preocupada por ti, también Natasha estaba preocupada por el Capitán y cuando contáctanos a Jarvis dijo que hacía tres días no ibas a la mansión y el Capitán no había regresado hacía dos. No sé tú, pero son señales para preocuparse.

Brevemente les conté todo lo que había pasado en estos últimos días. Cuando terminé de hablar Natasha ya estaba tocando el suelo de la nueva pista de aterrizaje de S.H.I.E.L.D y me dijo que ya les había comunicado que llegaríamos. Cuando bajé habían varios agentes con una camilla y se extrañaron al verme bajar con un boxer azul claro con dibujitos del escudo del Capitán América y con él mismo en mis brazos sin nada más que un boxer negro. Lo deposité en la camilla y Pepper me tomó del hombro para que no los siguiera, pero yo lo ignore por completo corriendo detrás de las personas que lo alejaban rápidamente se mí, los escuché murmurar cosas detrás de mí pero nada me importaba más que el rubio.

- ¿Qué le pasó?- Me pregunto un doctor al ver a los agentes llevar la camilla a la habitación en la que el se encontraba.

- Se cayó desde una altura bastante alta.- Dije felicitandome mentalmente por hacer respondido con normalidad, sin dejar notar en mi voz ni una pizca del miedo que me recorría - Tiene una hemorragia intracraneal por traumatismo.

- Eso yo lo voy a determinar - Contesto viéndome de arriba a abajo con una mirada despectiva, al parecer el hombre no sabía quienes éramos. No puedo creer que aún exista gente que no me conozca.- Trasladenlo al área de tomografía computarizada. - Demandó a un grupo de enfermeras que llegaron cuando salieron los agentes que traían la camilla. - Usted no - Dijo al ver que los estaba siguiendo.

- Voy donde yo quiero. - Respondí y me metí al elevador con ellos.

- Tener un poco de decencia y vistase.

- Tenga un poco de prudencia y callese antes de que lo ponga en su lugar.- Manifesté molesto dejando salir un poco de mis feromonas, notando que las dos enfermeras eran omegas pues habían agachado la cabeza y vi la lucha que tuvo el doctor por hacer lo mismo, era un alfa de rango bajo, tenía que dejarse dominar por un prime, lastimosamente el ascensor se abrió, por lo que mis acompañantes huyeron rápidamente, hubiera disfrutado verlo tragarse sus palabras sólo por intentar alejarme de Steve. ¿Qué me pasa? Yo no soy de ese tipo de alfas me regañé al entrar a la pieza de tomografías.

- Es increíble - Expresó el hombre viendo una pantalla - Las enfermeras me notificaron que es el Capitán América el que está en la cama, por eso tiene una rápida curación. - Notificó acomodando sus lentes. Sí, por eso y más factores que preferiría guardar para mí, eso me obligaría a no dejarlo sólo para que nadie obtuviera muestras de su sangre e intentará replicar el extremis o el suero de supersoldado. - Despertará en uno o dos días si el suero continúa así de eficiente, Señor Stark.

7 de Septiembre 2020

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