Diez días, más de una maldita semana, los ingratos de S.H.I.E.L.D se lo habían llevado todos esos días alegando que tenían que arreglar mucho papeleo con el para lograr que el Capitán América volviera al ojo público y Steve siendo siempre tan complaciente había aceptado, sin tomarme en cuenta a mí.

Casi no pude dormir durante todos los días que estuve sin su compañía, así que mis horas de sueño las invertía en hacer que la Torre fuera un faro de energía que se sustentara por si sola, esto lo iba a lograr con el Reactor ARC y mediante el uso de dos tipos de átomos de hidrógeno, deuterio y tritio.

Esta era una idea genial, no podía perder el tiempo durmiendo, tenía que llevarlo a cabo y que mejor manera que en mis noches de insomnio por la falta de cierto rubio.

Con Steve hablábamos todos los días, hubo algunas veces que me sentí tentado a meterme en mi traje e ir a visitarlo, pero luego recordaba que Steve quería que nuestra relación fuera privada y esto no se lograría si yo andaba persiguiendole en la base que estaba tan llena de agentes curiosos. A todos les resultaría raro que con sólo dos días de estar en esos cuarteles yo llegara a visitarlo, Steve no estaría contento con eso y lo sabía porque hace unas noches declinó mi oferta de escabullirme en el complejo para que pudieramos dormir como bebés sin insomnio y en paz por el aroma calmante de ambos, porque a los dos nos pasaba que no podíamos dormir sin nuestros aromas.

Anoche que lo vi llegar tenía unas pequeñas ojeras, el suero de supersoldado hacía bien su trabajo, pues yo tenía unas terribles ojeras de oso panda adornando mis ojos, hasta Steve se había sorprendido cuando llegó y luego bromeó diciendo que mis ojeras hacían que mis ojos resultarán más por las pequeñas pizcas de café claro que hay en ellos.

Ahora que lo veía durmiendo a mi lado sus dichosas ojeras habían desaparecido y como no, si llevaba casi 10 horas dormido, hasta yo que amo dormir sentía que era demasiado, pero no quería despertarlo, así que me mantuve quieto y observando su calmado sueño.

Steve había regresado ayer para que hoy celebraramos acción de gracias, sería una celebración rara, dado a que siempre venía Rhodey y Pepper para celebrarlo juntos y ahora se nos uniría Steve, además que Pepper dijo que traería una sorpresa con ellas.

En unas horas tendríamos que comenzar a preparar la cena puesto que Steve no quiso que la comprara como yo hacía en años anteriores, según el debíamos seguir la tradición de preparar todo en casa y quien era yo para llevarle la contraria a alguien que vivió en la época que todos esos hábitos se cumplían al pie de la letra.

Jarvis había hecho el pedido de alimentos para que pudiéramos preparar la cena sin tener que salir como la gente común. Todo había llegado ayer, así que podríamos empezar cuando quisiéramos, si es que Steve despertaba hoy.

Mi brazo me estaba comenzando a hormiguear por el peso de la cabeza de Steve sobre el, pero se veía tan pacifico mientras dormía que no tenía corazón para despertarlo, así que me quedé quieto viendo hacía el techo pero perdiéndome en mis designios hasta que sentí que alguien me vigilaba, unos curiosos ojos azules estaban clavados en mí, lo primero que hice cuando chocamos miradas fue sonreírle con cariño.

- Buenos días - Dijo antes de devolverme la sonrisa. - ¿Hace rato estás despierto?

- Eso depende de la hora. ¿Qué hora es, Jar?

- Son las nueve de la mañana con cuarenta minutos señor.

- Si, te espere pacientemente desde hace más de una hora.

- Llevo mas de once horas dormido ¿Por qué no me despertaste?

- Te veías como un angelito dormido, no tenía corazón para hacer tal iniquidad.

Cuando por fin Steve se levantó tuve que mover mi brazo en movimientos circulares para quitar un poco el adormecimiento de mi brazo, esto lo hice hasta que el se fue a su habitación a buscar ropa y tomar un baño.

Preparamos una mezcla desayuno y almuerzo ya que la hora de este estaba cercana y con el menú que teníamos que hacer para la cena teníamos que comenzar muy temprano.

Pavo relleno de verduras, puré de papas, gravy, salsa de arándanos, crema de maíz, guiso de judías verdes, papas caramelizadas y pastel de calabaza era lo que había en la mesa luego de varias horas de preparar la dichosa cena, parecía que nos habíamos excedido pero para mi estaba perfecto.

- No les digas que te ayudé a cocinar - Dije mientras me reía por ver tanta comida sobre la mesa.

Nos habíamos compartido recetas, Steve se sabía las de su mamá y yo recordaba las que habíamos preparado con Jarvis y Ana, de manera que creamos un banquete con todo lo que recordamos, estábamos tan absortos en volver a recrear los platillos de nuestra infancia que no sabíamos como acabaríamos con tanta comida, no estaba seguro de si cabría en mi traje luego de comer tanto.

En unos minutos llegarían nuestros invitados así que subimos a tomar nuevamente un baño porque habíamos sudado mientras preparabamos la comida y también teníamos que ponernos ropa más formal para la ocasión. Cuando estaba terminando de hacer mi peinado frente al espejo, escuché la voz de Steve preguntar si estaba listo, no le respondí sólo salí quedándome embelesado en el marco de la puerta viendo a el rubio que tenía en frente mío, estaba precioso y al parecer a el le pasó lo mismo que a mí. Acorté la distancia por impulso o quizá fue mi alfa el que me controló, cuando menos le esperaba tenía mi mano sobre su mejilla y mi cara estaba muy cerca de la suya.

- El auto de la señorita Pepper está entrando en el estacionamiento. - interrumpió Jarvis la burbuja de feromonas que se había creado a nuestro alrededor, su voz nos asustó tanto que retrocedimos varios pasos hacia atrás como si nuestro contacto quemara.

- Maldición, Jarvis. - Dije recompuesto de lo que acababa de pasar.

- No maldigas - Respondió Steve mientras salía de mi cuarto y me dejaba ahí parado totalmente perdido por los rápidos sucesos.

Cuando llegué al comedor Steve estaba colocando los platos en la mesa y yo le ayudé colocando las copas y servilletas. Ninguno de los dos dijo nada. Cuando ya habíamos terminado escuché el inconfundible sonido de la risa de Rhodey y Pepper, pero había otra risa que los acompañaba, una risa un poco más ronca.

Llegamos a la sala de estar y ahí reconocí a quien pertenecía la otra risa, era de Natasha. La pelirroja y yo topamos miradas y ella me dio una sonrisa engreída a lo que yo la vi con una ceja arriba y luego rodé los ojos. Cuando el moreno y la rubia fresa se calmaron de su ataque de risa caminaron hacia nosotros junto con la otra alfa.

- Tony, que bien huele, ¿A qué restaurante hiciste el pedido este año? - Consultó emocionada Pepper que traía una botella de vino en la mano, pero eso no le impidió abrazarme.

- La preparó Steve.

- La preparamos ambos- Corrigió el rubio.

- Te dije que no les dijeras - Dije con un puchero.

- Oh, lo siento, creí que era un chiste.

- ¿Tones sabe cocinar? - Preguntó Rhodey confundido luego de haberme dado un efusivo abrazo y la Natasha nos veía con interés. Steve asintió como respuesta. A lo que el moreno continuó. - No me lo creo. - Dijo indignado, mientras Natasha depositaba un beso en mi mejilla y luego hacía lo mismo con Steve.- Durante fuimos compañeros de cuarto en MIT nunca quisiste tocar una cacerola.

- Lo mismo me pasó a mi - Alegó Pepper. - Siempre te preparé la comida.

- Algunas veces te preparé el desayuno - Me defendí.

- La última vez que lo hiciste me diste huevos quemados.

- Seguro estaba distraído y nunca les preparaba comida porque luego me tocaría hacerlo siempre ha mi, no quería que se acostumbraran.

- Eres todo un caso - Dijo Natasha con diversión.

- Deberíamos pasar al comedor - Sugirió Steve, pues Pepper seguía enfurruñas por la información recién descubierta.

- Hicieron comida para todo el barrio - Exageró Rhodey al ver la cantidad de comida que había en la mesa.

Todos tomamos asiento frente a los platos, Pepper estaba junto a Natasha muy convenientemente.

- Así que... ¿Están juntas?

Pepper y Natasha se vieron entre sí. Natasha le sonrió mostrando los dientes a Pepper y está le devolvió una sonrisa cómplice para segundos después levantar sus manos que estaban unidas bajo la mesa. Pepper fue la primera en hablar.

- Aún no tenemos una relación como tal, queremos ir despacio, para ver que pasa o lo que surge.

- ¿Una relación abierta?

- No creo que quiera tener más citas mientras estoy con esta chica. - Dijo la alfa con ojos soñadores hacia la beta.

- Bueno, basta de hablar de nosotras, ¿Qué hay de ustedes? - Indagó la rubia fresa.

- Ves cosas donde no las hay, Steve y yo sólo somos amigos.

- ¿Así se les dice ahora? - Preguntó burlón Rhodey.

- Ja ja ja - Dije en tono sarcástico - Siempre tan divertido.

- Es una lástima, se verían tan bien juntos - Se lamentó Pepper.

- Dos alfas no se verían ¿Verdad Steve? - Le pregunté al ver que el se mantenía callado y yo era el único que estaba defendiendo esa mentira, aunque no era totalmente un engaño, nosotros dos somos amigos, al menos por el momento.

- Sí, es algo antinatural - Acotó con la mirada pegada en la mesa - Deberíamos comenzar ya, ¿Quien va a orar?

- No creo en Dios - Dije rápidamente.

- Yo tampoco - Secundó Natasha.

- Soy Agnóstica - Agregó Pepper.

- Yo si creo en Dios, soy Católico- Informó Rhodey.

- Si que han cambiado las cosas - Manifestó Steve. - Entonces sólo demos gracias. ¿Quién quiere comenzar?

Todos nos comenzamos a ver unos con otros, nadie quería ser el primero en hablar. Las veces anteriores sólo nos dedicabamos a comer y algunos años hasta nos emborrachabamos al irnos de fiesta luego de la cena.

- Vamos, es el día más maravilloso del año en el que se expresa gratitud por todo lo que se tiene en la vida. - Comentó Steve.

- Bueno comience usted capitán o se enfriará el banquete - Dijo Rhodey que parecía desesperado por comer.

- Esta bien. Doy gracias a Díos por darme Otra oportunidad en la vida para poder rehacerla en mejores circunstancias, también porque Tony me encontrará y me diera un lugar en el cual vivir y también por quererme - Creí que iba desmentir lo que habíamos dicho antes, pero rápidamente arreglo lo dicho anteriormente - Por quererme apesar de ser un desconocido para él, gracias por quererme como tú amigo Tony.

- Capitán me hará enamorarme de usted - Dije coqueteando en broma, para que nadie pensara en lo que había dicho antes. - Yo doy gracias al destino por encontrarme un nuevo amigo, al cual enseñarle de películas y música, porque la vida es menos aburrida si tienes con quien compartir tus gustos.

- No me digas que ya lo volviste fan de tus bandas favoritas.

- No, a Steve le gusta la música de abuelito.

- No es de abuelito.

- Claro que lo es.

- Calmense, es mi turno - Interrumpió Natasha. - Yo le doy gracias a la vida por hacerme coincidir con está linda beta, si Tony no fuera un suicida y le hubiera dejado la empresa a Pepper no me habría dado cuenta de lo tenaz y trabajadora que es esta chica.

- Vaya me volví Cupido. - Agregué en tono bajo.

- Yo le doy gracias a las fuerzas desconocidas por unirme a Natasha, una alfa fuerte y firme, que me hace sentir protegida a su lado. - Pepper apretó su mano y se inclinó para dejar un casto beso en los voluminosos labios de Nat.

- Ya casense o me dará un coma diabético por toda la miel que reparten al mundo.

- Lo dices porque estas sólo - Puyó Pepper al moreno - No dirás lo mismo cuando tengas pareja.

- Eres malvada - Dijo Rhodey entrecerrando los ojos hacía Pepper. - Yo doy gracias por estar sólo, ahora si comamos.

Pepper se puso de pie aún riendo de su broma a Rhodey y comenzó a partir el pavo para servile a cada uno.

- ¿Ya logró acoplarse a este nuevo siglo? - Cuestionó Rhodey a Steve para intentar llenar el silencio mientras Pepper volvía a tomar asiento luego de distribuir las porciones.

- Si ha sido más fácil gracias a Tony.

- Si lo he visto en las revistas. - Dijo con malicia Rhodey.

- Yo también los he visto, ¿En algún momento dejarán las revistas de publicarlos en portada? - Agregó Natasha.

- No lo creo, se ven demasiado lindos juntos - Dijo Pepper con tono soñador - La foto de la playa fue la más tierna, cuando le estás aplicando bloqueador a Steve en la espalda, son tan emparejables. - Continuo Pepper emocionada.

- Ni siquiera me di cuenta de que había un reportero en la playa-Bufé molesto - Steve deberías recibir un sueldo si casi eres su modelo de portadas. - Bromeé viendo a Steve.

- El pago sería para ti porque las fotos las toman por ti.

- Yo te lo daría a ti ya que no lo necesito.

Nos quedamos en un breve silencio disfrutando de los sabores de los platillos en la mesa hasta que la Natasha rompió el silencio.

- Capitán...

- Steve - Corto el rubio a la pelirroja - Llámame Steve.

- Esta bien, Steve - Dijo la pelirroja tomando un poco de vino de su copa - ¿Cómo le va en S.H.I.E.L.D?

- Excelente, todos son muy amabables. - Respondió con un tono dulce, como el de un niño.

- Me lo imagino - Dijo Natasha con picardía - Dejaste prendados ha muchos agentes, no sólo omegas, también betas - Agregó levantando una ceja hacía mí. Ya sabía su jueguito, quería hacerme sentir celoso, pero yo sabía que Steve nunca sería capaz de dejarse seducir por un omega, aunque lo quisiera sus valores van antes que los sentimientos, o al menos eso era lo que yo creía, así que seguí comiendo tranquilamente sin poner atención a sus intentos de hacerme caer en los celos. - Y ¿Casi se vuelven locos cuando alguien les contó que le temes a las agujas? Les pareció dulce que un alfa tan imponente no se dejara sacar sangre.

- No es por eso - Respondió haciendo una pausa para ordenar en su mente las palabras - El doctor Abraham Erskine que fue quien inventó el suero de supersoldado me dijo que tenía que cuidarlo, no quiero que mi sangre caiga en manos equivocadas, como saben eso podría pasar en los laboratorios y podrían terminar creando más personas con mis habilidades pero con malos sentimientos, el mundo ya tiene suficientes problemas como para agregar supersoldados a la situación.

Todos asentimos con la cabeza dándole la razón a sus palabras. Cuando terminamos la cena Steve fue a sacar del horno el pastel de calabaza. Olía delicioso y sabía que su sabor estaba igual. El pastel si lo terminamos entre rebanada y rebanada junto con las amenas platicas lo terminamos.

Luego de un rato de conversar en la mesa pasamos a la sala y Pepper sugirió que trajera un juego de mesa. Me decidí por poner en la mesa la caja de juego de Monopoly y una cajita de cartas Uno. Todos decidieron jugar Monopoly y como era de esperarse gané aunque todos me acusaron de hacer trampa, eran malos perdedores, pero gozamos tanto que olvidé lo que se sola que se sentía la Torre hace unos meses.

19 de Julio 2020

¿Alguien más escribe directamente en la aplicación de Wattpad en su teléfono? Pues yo sí y de la nada me apareció una notificación diciendo que Wattpad se detuvo 🤦🏼‍♀️ perdí casi la mitad el capítulo :c si ustedes hacen lo mismo dejen de hacerlo, a no ser que quieran escribir todo otra vez, mejor escriban en notas o en una aplicación.

¿Creen que ya le di muchas largas al primer beso?

¿Con quién les gustaría que empareje a Rhodey?

¿Sintieron raro que escribiera sobre acción de gracias en julio?

Tengo un millón de dudas 😂😂 y esto me pasa en cada capítulo

Mil gracias por leer esta pequeña historia 💞💞