
Capítulo 7
No sé porque esa noche tuve que soñar precisamente con el día que conocí a Isabel, supongo que era mi mente diciéndome que no fuera un maldito rencoroso y la perdonará a pesar de que traicionó mi confianza.
Nosotros nos habíamos mudado apenas pero mamá quería llevarse bien con los vecinos, y ella me hizo una cita de juego con la hija de alguien, yo acepté muy alegre pues estuve algo desanimado cuando debí despedirme de mis viejos amigos, y mamá estaba muy feliz de mi enorme entusiasmo. —Es una niña muy linda, seguro se llevarán muy bien.—Yo asentí muy contento y fuimos a la casa de esa niña, de Isabel, su mamá nos dejó pasar, dijo que su pequeña estaba jugando en el patio de atrás con sus muñecas, se disculpó conmigo porque no tenía juguetes de niños, solo pelotas, yo como buen niño dije que no pasaba nada y fui con Isabel.
No pareciera que jugará mucho, solo estaba sentada en el suelo, cepillando a su muñeca en silencio, ni siquiera notó mi presencia, pues estaba muy distraída además de repente me dio la espalda. —¡Hola!.—Grite con gran energía y vi como ella se asustó hasta tiró su juguete, ella me miró sorprendida, lucía un lindo vestido rosa, tenía un par de coletas, y ahora que notó mejor estos recuerdos podía ver miedo en sus ojos grises. —Soy Alan, vine a jugar contigo, ¿Tu cómo te llamas?.—Le decía con una enorme sonrisa.
Que extraño, ella ni siquiera sonríe un poquito, me preguntó cuando fue que se volvió una persona con una sonrisa perpetua. —I-Isabel.—Mi yo pequeño no noto esos detalles antes, una Isabel que parecía asustada hasta de su propia sombra, y pareciera que en cualquier se pondría a llorar o se iba a esconder con su mamá.
De hecho siempre que iba a jugar con ella era así, me esperaba atrás con sus juguetes, siempre me dejaba elegir a mi, escoger el juego que quisiera, pero jamás sonreía, ni un poquito aunque hiciera cosas divertidas en cambio me miraba con extrañes, parecía que se preguntaba si se debía reír o no, mi yo pequeño solo creía que era una niña muy buena y linda por permitirme hacer lo que quisiera y no notaba las pequeñas ojeras que se asoman debajo de sus ojos, tampoco que aveces tenía curitas en su cuerpo.
Cuando yo me quería acercar ella solo se alejaba con miedo, pero mi yo pequeño pensaba que solo quería jugar a las atrapadas, no note ese día cuando la abracé con fuerza para atraparla, que se quedó demasiado sorprendida. —¿No te doy asco, no me odias?.—Yo le sonríe.
—¡No!... Tu haces que sea muy feliz, eres mi primer amiga.—No había notado antes el poder de esas palabras, en cuanto hice eso los ojos de ella brillaron como nunca, incluso se sonrojo.
Y por primera vez la vi sonreír, y así se convirtió en la alegre Isabel que conozco o pensé conocer.
Abrí los ojos de golpe, un ruido me despertó repentinamente, era mi celular, mire la hora, 4:00am, contesté sin fijarme quien era.
—Hey. ¿Estas bien?.—Es Oliver.
—Estoy bien, tus hermanos te contaron...
—Si. Lo sé todo, aún no puede creer que Isabel haya hecho eso, yo que la consideré una amiga.
—Si... Yo lo sigo procesando, le dije muchas cosas.—Le comenté. —Debo de admitir que me siento un poco arrepentido.
—Eso es muy amable de tu parte, honestamente no sé que haría si la viera de frente.—Yo tragué saliva, recordando el poco control que tiene el, además como reaccionara Alonso si el la llega a dañar.
—Por favor no le hagas nada malo, o serás igual que tus hermanos.—Le dije para así tranquilizarlo, lo oí suspirar.
—Si tienes razón, por cierto te tengo buenas noticias.
—¿Que es?.—Ansiaba por escuchar algo bueno.
—Como Isabel ya no les dará información a mis hermanos, podemos tener nuestros encuentros de nuevo.—Recorde las palabras que ella me dijo antes de que me traicionará, pero fui estúpido y respondí otra cosa.
—Que bien, ya quiero verte sin tener miedo de ser espiados.
—Podemos vernos hoy, ven a mi casa...—Me susurro, y como él estúpido que soy ya me estaba levantando de la cama.
—¿No sería peligroso, que tal si mejor en mi casa?.—Le pregunté, algo preocupado.
—No te preocupes, mi casa solo es un punto de encuentro, vayamos a un hotel.—Se escucha realmente feliz, yo solo pienso que porque ya me quiere ver, quede pensativo, es muy tarde y sigo con mi castigo, además vernos en un hotel me parece algo peligroso.
—Lo siento, que tal mañana temprano... Cuando mis padres salgan ven a mi casa.—Pude escuchar un gruñido por parte de él, ¿Le contesté mal?, Me preguntó.
—Ya que... Adiós.—Y me colgó, bien eso no me hizo sentir mejor, por mera costumbre le iba marcar a Isabel pero después reaccione.
—Ah... Yo ya no tengo en quien confiar.—Claro está mi madre, pero es seguro que me diga lo mismo que Isabel, y si, ambas tienes razón, pero soy un chico estúpidamente enamorado, solo espero que Oliver se de cuenta de eso.
Me volví a acostar para conciliar el sueño, pero de nuevo vinieron imágenes de esa infancia que tuve con Isabel.
—Alan, eres muy importante para mí, gracias por quererme.—En el sueño estaba ella siendo una niña, sonreía tan tiernamente que recuerdo haberme sonrojado. —Por hacerme una niña feliz, te prometo que desde ahora yo te protegeré, al igual que tú felicidad.—Habia tomado mis manos, si no me equivoco ya teníamos nueve años cuando me dijo todo eso, aún lucía aquellas curitas en su cara. —Te quiero mucho.—Alargo aún más aquella sonrisa, fue tan lindo ese sueño, nostálgico.
No me di cuenta que empecé a llorar, me lamento de lo que le hice a Isabel, ella no es una mala amiga, lo soy yo, ambos nos equivocamos, y solo pensé en mi.
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Muchísimas gracias a LisaValeria por seguir esta pequeña historia ♥ (espero haber escrito bien tú nombre ; ; )
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