Otra amenaza

Estaba corriendo para llegar rápido a su casa, aún podía sentir las lágrimas sobre mis mejillas, no me podía controlar, aunque quería ahogar mi llanto fue imposible, estaba desesperado por llegar, necesito que ella me apoye.

Cuando al fin llegue toque varias veces, no me había dado cuenta de lo desesperado que estaba, cuando fue abierta me topé con su madre, que me vio realmente sorprendido por mi estado. —¿Estas bien?.—Me pregunto, yo negué.

—Esta Isabel, quisiera verla.—

—Lo siento aún no llega.—Contesto, cosa que me pareció extraño, ella misma dijo que se iba a casa para no preocupar a su mamá. —Pero pasa, puedes esperarla.—Le tome la palabra y entre, después fui a la sala y ella se fue, para regresar con un refrigerio, yo sonríe ante su hospitalidad.

—Gracias.—

—No hay de que... Pero, ¿Que te tiene tan afligido?, Realmente te ves mal.—Dijo sonando algo preocupada por mi, yo sonríe avergonzado mientras tome un poco de agua, vaya que corrí mucho.

—Yo...—No sabía si decirle, la miré un par de segundos, mientras me sonreía, ahora ya se donde heredó Isabel para siempre sonreír y estar de buen humor. —La verdad esto no lo saben mis padres, le pediría de favor que no lo cuente.—

—No te preocupes, no les diré a ellos.—

—Tengo una pareja, Oliver, pero nuestra relación permanece en secreto por qué su padre es demasiado estricto.—Le conté, ella se quedaba callada, prestando atención. —Yo me acostumbre a eso, pero ahora quisiera revelar el amor que nos tenemos, pero él no quiere.—

—Tal vez el no te toma en serio.—Me contestó ella. —Ah. Lo siento por ser tan dura, pero así son algunas personas, no quieren nada formal solo divertirse.—Y tal vez no se equivoca, después de todo solo somos una pareja que tiene algunas salidas, nos damos cariño, y si bien a veces nos decimos cuanto nos queremos, Oliver prioriza la relación con su padre antes que la nuestra, aunque es normal, aún así usar a Isabel para hacer más creíble una mentira, a veces no tomar en cuenta mis sentimientos, podría ser solo un pasatiempo y ni siquiera darme cuenta, aunque el me dijo que soy su primera pareja... llevo mis manos a la cabeza, me siento demasiado confundido, muchas cosas en la cabeza, quisiera hablar de esto con mi mamá, pero seguramente me daría de consejo terminar con él, ella me dijo que me aceptaba como era y si los demás no lo hacían, era mejor cortar lazos, en si Oliver me acepta y hasta me quiere, pero el prefiere seguir escondiendo su secreto en el clóset, suspiro para ya así calmarme.

Las palabras de la señora son buenas, pero nada mejor que estar con tu amiga para que te apoye, conociendo a Isabel también me diría algo similar. —Muchas gracias por la plática, me debo de ir.—Dije, apresurado para irme, ella parece que me iba a insistir pero me adelante para ir a la puerta, no quería ser grosero, pero yo quería ver a Isabel, y siento que estar esperando se volverá incómodo. —Por favor, puede decirle a Isabel que vine.—Y así salí de la casa, al menos ya estaba más calmado y no estoy llorando, me iría a casa, hasta que note un rostro familiar, escondido en un callejón, Alonso.

Al menos verlo cambio mi humor ahora solo estoy molesto, ¿Que hace aquí?, Después de lo del pleito y lo de ayer, ese tipo solo causa problemas si está cerca, no se que pretende acosando a Isabel, bien es mi turno de hacer algo por mi amiga, fui a dónde estaba, ni siquiera se escondió, podía ver como ya tenía una gasa en el golpe que recibió de Oliver. —Sabes, te pueden encerrar por acosador.—Le advertí, pero solo me ignoró, aún viendo a la casa de Isabel, precisamente a una ventana que da su cuarto, menos mal hay cortinas para que no vea nada. —¡Hey te estoy hablando!.—El suspiro con cansancio para así mirarme.

—Yo nunca he seguido a Isabel con esas intenciones oscuras.—Me contestó.

—No me interesa, si ella te rechazo, debes respetar eso.—

—Me rechazo, no dijo que me fuera de su vida, sabes no estoy de humor para ver tu rostro, largo.—Y otra vez siguió mirando a la casa.

—¡No puedes ignorarme!.—Le exclamé con furia, pero me ignoró, realmente quiero golpearlo, pero eso sería caer abajo, además a Isabel no le gusta la violencia. —Tienes suerte de que sea el mejor amigo de Isabel, y respete sus decisiones.—Le dije, para así ya irme, juro haber escuchado como se burló de mi, de verdad que no lo tolero.

...

Ya que estábamos suspendidos no tuve que ir a la escuela, le llame a Oliver para saber si podíamos salir, pero me dijo que su padre le dio maestros particulares mientras está suspendido, lo amenazó de si hay una segunda llamada estudiará en casa bajo su supervisión.

Después llame a Isabel, después de ayer no supe nada de ella, aunque si estuvo publicando un par de memes en su página social, siempre es distraída y se le olvida contestar mensajes, por eso la llamó.

—Solo quería saber si puedes venir a mi casa, o yo voy para allá, la verdad necesito que hablemos.—Le expliqué, y ella me dijo que vendría lo más rápido que pudiera, como no iba a clases se quedó dormida hasta tarde, y apenas se anda levantando. —No hay problema, espero.—

Yo fui a la sala para esperarla ahí, tras largos veinte minutos al fin llegó, primera vez que no la veo con el uniforme, si no con un vestido lila, pero con medias blancas, aunque si traía los zapatos escolares. —Lo siento, estaba entre venir con el uniforme, o lucir algo bello, me veo bien, ¿No?.—Hizo un par de poses divertidas, yo solo me moría de la risa.

—Me dejaste sin habla, pasa.—

—¿Y si te dejé sin habla, porque sigues hablando, eh?.—Yo solo rodé los ojos ante buena respuesta, después la lleve a la sala, para que así nos sentemos. —Y tus padres, no están molestos.—

—Un poco, quitaron el internet y televisión pero tengo datos.—

—¡Oh te voy a acusar!.—Dijo en tono de broma.

—¿Y los tuyos?... Más bien cómo sigues de tu golpe.—Me acerqué un poco, quería ver cuan sensible sigue, pero ella no lo permitió.

—Duele aún, pero no tanto como ayer, y lo mismo castigada sin nada, de hecho quieren que limpie el sótano.—Fingio un tono asustadizo mientras se abraza a sí misma. —No quiero que el fantasma me jale los pies, Boo.—

—Por que los pies...—

—Quien sabe, tal vez me caigo y ya no me puedo ir.—

—Cierto.—Diablos me desvió del tema que quería hablar, Isabel siempre sabe cómo hacer un buen ambiente, claro entre bromas pero funciona muy bien, apenas le iba preguntar porque no llegó a casa ayer, no sé cómo decirlo sin sonar entrometido.

—Por cierto, ayer que tal te fue con Oliver.—

—No muy bien, realmente insiste en mantener la relación en secreto, lo quiero pero me estoy cansando de eso, además me enteré de algo, pero él debe decirte.—

—De acuerdo... Creo que puedo sonar algo insensible con Oliver, pero si el no quiere revelar lo que tienen, deberías darle un ultimátum.—Yo me quedé callado ante tal idea, la verdad suena algo extremo, pero creo que a este paso se casará y seré solo su amante, vaya cosas que pienso del futuro. —Quiero lo mejor para los dos, pero no es justo para ti.—Pude sentir como la mano de Isabel fue a mi mejilla, así hizo que la mirara a los ojos. —Cualquiera que sea la decisión te apoyaré.—Yo sonríe agradecido por tener a una persona tan importante que se preocupa por mi, no sé qué haría sin Isabel.

—Gracias por ser tan amable, y alegrarme en los peores momentos.—Tome su mano con fuerza, al fin me puedo desahogar, y pensar con la cabeza fría.

—Para eso somos los amigos, además no me gusta ver a las personas tristes.—Sus palabras son tan cálidas, no se en que momento me acerque tanto a ella, ni yo mismo sabía lo que haría al pretender estar tan cerca de su rostro, y ella tan nerviosa hasta asustada.

Pero mi celular empezó a sonar, lo conteste, se trata de Oliver. —Pense que estarías ocupado.—

—Oh si, lo está.—Aquella voz no era de Oliver, me asusté e Isabel notó mi preocupación, se acercó para escuchar y yo puse el altavoz. —Así que tú eres mi cuñado.—Dijo con un tono de burla que me hizo enfadar.

—¿Qué haces con su celular?.—

—Y a ti que te importa... No vine a responder preguntas de un maricon.—En serio me puse rojo de la furia, pero Isabel me tomo la mano para calmarme es increíble cómo está tan tranquila con la situacion, sin duda es como mi hermana mayor. —Solo vine a decirte que si quieres saber quién te delató a ti y a Oliver ven a la dirección que te enviaré, ah y traía a tu amiga.—Dijo con cierto tono de malicia, mire a Isabel que al fin se ponía nerviosa, mirándome a los ojos, con gran suplica, diciendo que no fuera, eso mismo contestaría. —Y si no vienes, subiré un par de fotos que les tomaron.—Estaba realmente aterrado, si eso se llega a publicar será el fin para Oliver y quién sabe si para mí también, antes de dar una respuesta o reclamar el me colgó.

—¡Maldición!... Pero como tiene todo eso.—Dijo, debo de admitir que me salí de mis cabales, pero con gran razón, ese estúpido me está amenazando, y estoy seguro que el estúpido de Alonso es el maldito soplón.

—¿Y si no vamos?.—Me dijo Isabel con una voz débil, yo la miré algo sorprendido, me preguntó si no habrá oído lo que dijo ese tipo. —Tal vez solo sea una mentira, y solo te quiere exhibir.—Lo de ella no suena tan descabellado, pero no me pienso arriesgar, maldita sea de nuevo estoy pensando en Oliver.

—Isabel se lo que te pediré es mucho y arriesgado, pero por favor ven conmigo.—Por primera vez notó duda en aquellos ojos grises que siempre brillan, incluso agacha la cabeza, pienso lo peor pero después con una sonrisa pequeña me miró.

—Por supuesto que sí, terminemos con esto.—Yo le sonreí con gratitud y sin perder más tiempo fuimos a la dirección que nos envío.