Durante la noche, Avalon recibió a Anthony en su casa.

—Gracias, Liam, puedes ir a tu hogar ya.

—Está bien, ¿debo llamarla señora? Me di cuenta por el anillo que lleva puesto y supongo que el señor Allister es su marido.

—Exacto, Liam, no se te escapa nada.

—Son años de servicio, señora Avalon.

—No me cabe la menor duda —contestó graciosa.

—Enhorabuena entonces —les dijo a ambos y ellos se lo agradecieron—, señora, si me permite decirle algo.

—Liam, nunca te mediste con las palabras, ahora que está Anthony no quiero que te mantengas callado.

—De acuerdo, quería decirle que me alegro por usted, creo que ahora sí es feliz, ¿verdad?

—Lo supones bien, Liam, gracias por todos estos años de trabajo, y gracias de nuevo por no querer descansar luego de que te jubilaras.

—Me gusta lo que hago, señora y más me gusta trabajar para usted, es una buena señora y su dinero no la ciegan como otras personas para tratar mal a la servidumbre.

—Te quiero, Liam, siempre has sido un hombre correcto y sin tapujos —le estrechó la mano y luego lo abrazó.

El mayordomo se quedó sorprendido, pero luego la abrazó por la cintura con un brazo.

—Ya, atienda al invitado, no me haga llorar que no estoy para estas cosas —le dijo y ella se rio—, ¿el señor se quedará a dormir?

—Sí —contestó la mujer.

—¿Y se quedará a vivir también?

—Ya lo veremos.

—No quiero romper tu rutina, vamos de a poco si quieres —respondió Anthony.

—Eso me gusta más —habló Avalon.

—Les prepararé la mesa para que cenen y me retiraré.

—Gracias.

La pareja de recién casados ayudó a Liam y luego dándose las buenas noches se fue de allí. La cena transcurrió de lo más normal y agradable, pero Anthony quería saber lo que una vez le preguntó en una situación que no debió hacerlo.

—¿Tuviste algo con ese comisario que metió presa a Summer?

—¿Por qué lo quieres saber? Es un tema pasado, me estoy enfocando en el presente y tú deberías hacer lo mismo.

—Lo sé, pero quiero saber si sientes algo por él.

—Anthony, no seas tonto, si lo sintiera todavía nunca te hubiera aceptado para casarme. Sí, tuve algo con él cuando lo conocí, pero ninguno de los dos quiso continuar con la relación porque supimos que estábamos mejor como amigos que como pareja y prefiero su amistad —bebió un sorbo de vino blanco—, luego de lo que tuvimos, él conoció a quien es su esposa desde hace años, está muy bien con ella y eso me hace feliz también, cuando supe lo que estaba pasando con Autumn y esa mujer, no lo pensé y lo llamé.

—Y te lo agradezco, todos estamos viviendo con tranquilidad.

—Lo sé, él me tiene al tanto de cómo evoluciona la chica, el tratamiento duró poco y ahora está en la cárcel, donde no va a salir por largo tiempo.

—Nadie podrá pagar una fianza, ¿verdad?

—No, nadie, ni aunque sea un conocido de ella con todo el dinero para pagarle la fianza, no va a poder, no hay fianza para delitos así. No hubo juicio porque lo pedí así, y su condena será larga, por lo menos treinta años.

—Intento de homicidio en primer grado decía la prensa.

—Así es, es el peor delito, no sé mucho de leyes, pero Sam me dijo que va a pasar un largo tiempo entre las rejas, de treinta a cuarenta años, porque tuvo la intención de matarla desde el momento en que tomó el elemento punzante.

—Ella no tenía nada que ver con la discusión que tuve con su madre.

—Pero para ella fue la razón del desastre. Una mente perturbada hace cualquier cosa, por eso necesitaba de profesionales para que la ayudaran y luego poder cumplir la condena que se merecía.

—Le había dicho muchas veces para que fuera al psicólogo como su madre, pero no quiso escucharme nunca.

—Hasta que no hiciera algo grave no iba a frenar y creo que ahora lo comprobó. ¿Me estás escuchando?

—Sí, pero ya no quiero hablar de ella.

Anthony la escuchó y pronto dejó el móvil sobre la mesa para que una canción comenzara a sonar.

—¿Bailamos?

—No creí que aún te acordaras de la canción que bailamos solo un par de veces.

—Es nuestra favorita, ¿o no?

—Sí, lo es.

La canción de fondo los llevó a los momentos que pasaban juntos Avalon y Anthony, ella recargando la cabeza en el hombro masculino mientras escuchaban Only You de The Platters. Anthony aprovechó para darle un beso en los labios y la mujer se abrazó a su cuello para besarlo también.