Residencia de los Evanson

Aquella misma noche pasadas las diez, dentro de la casa de los Evanson, Richard recibió a Anthony quien había llegado luego de cenar con Avalon.

—¿Cómo estás? —preguntó su amigo mientras cerraba la puerta—. Me dejó un poco preocupado tu llamado, ¿qué ha pasado?

—Hace como una hora atrás cené con Avalon, si bien tuve ganas de decirle una noticia que me dejó pasmado, no pude decírselo en el medio de la cena.

—¿Qué sucede? Siéntate —le sugirió y este se sentó en el sillón frente a él.

—Desde hace dos días atrás que sé que Summer no es mi hija verdadera.

—¿Qué? —Unió las cejas confundido y sin poder creérselo—, ¿cómo que no es tu hija?

—No, la tarde en que Autumn supo que Avalon era su madre, mi hija y yo hablamos sobre la posibilidad de que Summer no fuese hija biológica, el tema quedó en esa tarde, pero cuando visité a las dos en el departamento, a escondidas de ellas tomé una cuchara que había usado Summer para hacerle la prueba de ADN.

—Y no es tu hija, o sea que, todos estos años Heather te engañó —entrelazó sus manos cuando apoyó los codos en cada muslo al inclinarse hacia delante—. ¿Se lo dirás a tu exesposa?

—Sí, lo haré mañana mismo. No quiero seguir con esto por tanto tiempo, les estoy pagando la renta del departamento, algo qué, ya no me correspondería.

—Tuvieron un matrimonio de por medio, Anthony.

—¿Tú qué hubieras hecho en mi lugar? Por más que nos haya unido un matrimonio y una supuesta hija, que al final no terminó siendo mía, no puedo pagarles algo después de todas las cosas que nos hicieron.

—No sé lo que habría hecho sinceramente.

—Entendería y la aceptaría si la hubiera conocido ya embarazada o que la tuviera y yo aceptaba casarme con ella y si nunca conocía a la madre de Autumn.

—La conociste y te obligaron a casarte con otra —le dijo directo.

—Ya lo sé, Richard, no me lo recuerdes —se quejó—, pero en este caso, dijo que era mío cuando no fue así, hizo que Avalon se alejara de mí, sin contar con que no tuve las pelotas suficientes para enfrentar a los padres de ella y a Heather misma en decirles que no me importaba nada y que regresaría con la mujer que de verdad amaba.

—Vas a tener que ponerle fin al asunto porque si Summer se entera de que no es hija tuya, las cosas se pueden poner muy feas —le advirtió Richard al mirarlo a los ojos—. Ya no es más Heather porque ella quiero creer que entendió todo, pero no su hija, Summer no frenará hasta que haga algo imprudente, si los escucha a los dos, la situación se puede tornar mal, por lo que yo te aconsejo que la cites en un lugar público.

—Lo sé, Heather entendió las cosas e incluso va al psicólogo, pero no Summer, sé que ella no va a las sesiones, me lo comentó quien la debería atender, ese es otro tema que me tiene preocupado.

—Sabiendo eso, con más razón tienes que citarla en otro lugar o hablarle de eso cuando no esté ella.

—Es lo que haré.

Su amigo se levantó del sillón y se acercó al bar para servir dos vasos con licor.

—Creo que lo necesitas —le entregó el pequeño vaso y este lo sujetó entre sus dedos.

Anthony empujó de un solo sorbo el líquido cobrizo y tragó sintiendo el ardor del alcohol en su garganta.

—Tiene buen sabor, gracias por el trago y la charla —se puso de pie—, me iré.

—¿Cómo te fue en la cena?

—Bien, sin muchas novedades, hemos conversado, sobre todo recordamos viejos tiempos de la corta casi relación que tuvimos.

—Me alegro, puede que recordando cosas buenas surjan tiempos buenos también entre ustedes ahora.

—Quizás, aunque no veo mucho entusiasmo por parte de Avalon, aceptó que fuéramos a cenar, pero no la sentí con ánimos de verme otra vez.

—Le tienes que dar tiempo y espacio, Anthony, pasaron muchos años y siempre cuesta cuando vuelves a ver a la persona que creías iba a ser tu marido, en el caso de ella, a ti te hubiera pasado lo mismo.

—Sí, claro que sí, pero quisiera que por lo menos me diga algo como para yo saber cómo puedo seguir con ella.

—Son mujeres, hermano, no pidas sencillez en sus actos, para lo sencillo y básico estamos nosotros.

—Y luego dicen que son el sexo débil, para débiles me pongo como ejemplo, porque acostumbraba a ser un hombre débil por no ponerme los pantalones y enfrentar ciertas situaciones, pero me hacía el macho para gritarle a Autumn.

—Bueno, eso ya es un tema pasado, ahora debes enfocarte en lo que hablamos y en Avalon si realmente quieres reconquistarla.

—Lo haré, ahora sí me iré, gracias por todo, amigo querido —le respondió y ambos se dieron un abrazo.