Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Garfio (James Hook) - A Villain's Twisted Heart

Abrió los ojos mientras era mecida por el vaivén de las olas, pues su sonido la había hecho despertar. El golpeteo del agua contra el casco del Jolly Roger era constante y claro, algo que le había hecho dormir muy bien, pese a que pensaba que no lograría hacerlo por marearse.

Todo el país de Nunca Jamás estaba a salvo del villano que asolaba los mundos de Caperucita Roja, La Reina de las Nieves y Peter Pan. Por eso, tras haber elegido a Garfio cómo pareja esta era la primera vez que ibais hacia Nunca Jamás, pues Garfio quería estar con su tripulación y su barco y contarles las novedades de su nueva vida en otro mundo, viniendo de vez en cuando. Aunque era más que obvio qué ambos querían pasar la noche juntos, Garfio dijo ser un caballero y dejar ese día para descansar después de todos los acontecimientos. Así que se levantó sola en su pequeño camarote, sonriendo ya al escuchar en la popa a su pareja dando órdenes al timón.

Al salir a la cubierta del barco, la luz el sol de Nunca Jamás le cegó un instante. Varios piratas que estaban cerca le saludaron y le dieron los buenos días, y prefirieron no mirarla demasiado porque aún seguía en camisón de dormir... y no querían represalias con su capitán.

- ¿Ya se ha despertado el segundo amor de mi vida?

Ella levantó la mirada hacia el timón. Allí estaba su amado capitán con el garfio enganchado el timón y su mano en la cintura observando a la chica que acababa de salir a cubierta. Después de eso soltó el timón y bajo lentamente por las escaleras que había ambos lados sin dejar de mirarla.

- ¿Cómo que "el segundo amor de tu vida"? ¿El Jolly Roger me ha vuelto a quitar mi sitio?

Garfio se río llegando a su lado y poniendo una mano en su cintura levantando su barbilla con su garfio lentamente. Luego empezó a susurrar.

- Debo consentirle, es un poco caprichosa. Ahora que voy a vivir contigo en tu mundo me va a echar mucho de menos y además está recién arreglada tras haber chocado contra la orilla persiguiendo al Desentrañador. Ella se merece un poco de cariño... o si no las cuerdas de las gavias se endurecerán y agitará con fuerza la vela cangreja. Mi chica se puede poner celosa de ti.

En realidad no había entendido mucho lo de las gavias ni cuál de todas era la vela cangreja, pero confiaba en él.

- Hum... Bueno, creo que esta vez podré compartirte un poco con tu barco... - ella sonrió acariciando su mejilla.

- Lo agradezco... Pero yo no puedo compartir lo que estoy viendo con mi tripulación... - Él les echó un vistazo a los piratas, que fueron pillados mirando a la chica y volvieron a limpiar la cubierta y cargar cañones - Así que, por favor, no dejes que nadie más te vea con ese camisoncito blanco salvo yo, corazón.

Con una sonrisa larga y ojos juguetones, le empuja suavemente la espalda baja invitándola a bajar de nuevo a los camarotes, pero en vez de quedarse en cubierta, bajaba detrás de ella. Tras llegar a su habitación, entró con ella, ayudándola a desplegar el biombo para que se cambiase de ropa en la intimidad.

- Algún día no necesitarás eso para cambiarte de ropa cuando esté aquí... - Sonrió esperándola, sentado en su cama.

- ¡A-Aún falta mucho! - se quejó tras el biombo, echando su camisón por lo alto - ¡Yo quiero mi intimidad!

- No me gusta conseguir lo que quiero tan pronto... - Él jugueteó con su garfio viendo como la ropa sobre el biombo era tomada por orden para ponérsela - Es más divertido poco a poco... Ir ganando terreno y conquistando despacio, sin dejar cabos sueltos.

Iba hablando despacio sin quitar sus ojos del biombo, sonriendo de lado al ver como no tomaba más ropa después de su corsé. Seguramente aún no podía abrocharlo por su cuenta todavía, y se levantó.

- ¿Necesitas ayuda con...?

- No... ¡Lo conseguí!

Ella salió tras el biombo con el corsé puesto que realizaba su busto, además de con su ropa interior femenina, dando una vuelta para que él pudiera ver todos los enganches sujetos. Al darse cuenta de lo que había hecho y ver cómo Garfio sonreía alzando las cejas y silbando encantado, ella se sonrojo fuertemente volviendo a esconderse tras el biombo.

- Vaya dos piernas largas y bonitas... Y yo con una sola mano...

- ¡Garfio! ¡No quería que vieses mis piernas, sino los enganches del corsé!

- Para los enganches ha sido para lo único que no he tenido ojos.

Él río tranquilamente con su sonrisa, mientras que ella seguía escondida en el biombo demasiado sonrojada. Si, ahora había visto demasiada carne, pero en realidad no le molestaba. Solo avergonzaba un poco... Lo suficiente para poder freír un huevo en sus mejillas.

- ¿Entonces no es incómodo que este aquí?

Ella se giró rápidamente, viendo a Garfio tras el biombo con ella, sonriendo... Pero con los ojos cerrados. Pasó una mano delante de ellos para asegurarse de que no veía nada.

- No voy a mirar si no quieres, amor... Pero no puedes quitarme el privilegio de subir la cremallera de tu vestido y de colocar tu cabello después.

Ah, es cierto. En esa semana que llevaban juntos, a Garfio le encantaba hacer eso con la ropa por ella, siempre que había alguna cremallera a su espalda o botón, quería hacerlo él.

- ¿Tanto significa para ti?

- Es uno de los pequeños placeres de mi vida - él sonrió más, algo pícaro - Me encanta abrochar y desabrochar tu ropa.

Ella le dio un golpe en el pecho, avergonzada, poniéndose rápidamente el vestido sobre su cabeza para tapar más su cuerpo. Una vez listo, le dio la espalda a Garfio y echó su pelo a un lado.

- Ya... Puedes...

Mirándole de reojo, le vio abrir los suyos, satisfecho, tomando la cremallera y los pliegues del vestido para subirla despacio, poniendo luego su pelo en su espalda peinándolo con los dedos. Eso era muy relajante, y ella sonrió cerrando los ojos un poco, disfrutando de ese tacto entre sus mechones, hasta que notó que su mano bajaba por su hombro recorriendo su brazo hasta tomar una de sus manos, levantándola. Su izquierda, con el garfio, también levantó su otra mano con elegancia, poniéndose justo detrás de ella al lado de su hombro, mirándose con ella frente a un espejo. Ella ya tenía su vestido bien puesto, estaba preciosa con esos trajes que Garfio tenía para ella.

Sería una escena preciosa en los ojos de ambos viéndose al espejo, pero ella notó que su garfio quedaba fuera de este y no se podía ver.

 - Cada vez estoy más convencido de que no hay pareja más hermosa en el mundo que nosotros dos - comentó con su sonrisa coqueta.

 - Incluso si haces así, yo lo sigo viendo igual de perfecto - ella tomó su garfio, rodeando con él su cintura para que estuviese a la vista, haciéndole a él rodar un poco los ojos - Oh, ¿Aún tienes mis gomas del pelo en las correas?

Sí, justo antes de atrapar al Desentrañador, su garfio se había aflojado por una rotura de las correas, y ella, con un par de gomitas rosas, las había sujetado. Él lo levantó mirándolo, sonriendo.

 - Es cierto, no lo arreglé... pero me gusta verlo así.

 - Me dijiste que no te gustaba el rosa...

 - Cierto, para mí, no me gusta el rosa, pero es un recordatorio de lo sucedido en su día. Es como si siempre que lo miro, veo... veo que no te parece una deformidad, una carencia en mí... veo que me hiciste un regalo y no quiero quitarme las gomas rosas del garfio.

 - ¿Tenías miedo cuando te quité el garfio aquella vez? - preguntó, apegando su brazo a su cintura, viéndolo todavía en el espejo.

 - Me quedé sin poder respirar... - él suspiró, queriendo bajar la cabeza y alejarse, pero ella no le soltaba - Era un momento muy tenso para mí... no sabía si saldrías corriendo o nunca más me volverías a mirar... con ese brillo y ese cariño en los ojos.

 - Pues... debo decir que me sorprendió lo bien curado que está... se nota que pusiste mucho empeño - ella sonrió acariciando su brazo - Pronto conseguiré que duermas sin el garfio, seguro que descansas mejor... 

Él dio una risa junto con un abrazo, consiguiendo después soltarse de ella, yendo hacia la puerta del camarote.

 - Entonces arreglaré la correa del garfio antes de que se me vuelva a olvidar... y espero que consigas que algún día duerma sin él.

- Oh, ¿me devuelves entonces las gomas del pelo cuando termines?

 - No.

Su negación salió con una sonrisa juguetona.

 - ¿No?

 - No, después me lo quedaré de adorno en el garfio. Será como si siempre estuvieses tomando... mi mano.

Él le guiñó un ojo saliendo y cerrando tras de sí. Ella suspiró con una sonrisa, encantada mirando su vestido, yendo a colocar sus botas rápidamente. Después del desayuno, Garfio le prometió que irían en busca de las hadas para que usaran un poco de polvo mágico para elevar el Jolly Roger por el cielo, y poder ver Nunca Jamás desde un lugar inmejorable.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro