Juego del pocky
Está historia será un conjunto de viñetas y uno que otro One-Shot, (Viñeta: Más de quinientas palabras pero menos de mil) (One-shot: Más de mil palabras pero solo una parte)
Creo que he estado un poco oxidado últimamente en cuanto a esta pareja, pero no se preocupen (si es que alguien continúa leyéndome) que tengo pensado un proyecto un poco más ambicioso que involucra a estos dos híbridos cabezas huecas xD
Enfin, quien lleve bastante (y digo bastante) tiempo shipeando a estos dos quizá recuerde mi primera historia Truten (una de las primeras en Wattpad ;u; ) de la cual me sentí orgulloso en su tiempo pero ahora solo estoy reutilizando algunas ideas de ella y publicando algunos borradores de la misma.
Si es que no la recuerdan, dejo aquí una imagen de la portada: (Cursi y muy rosa :'v)
Si es que llegaste a recordarla significa que eres bastante viejo en el fandom Truten, y conociste mi pasado obscuro... si no lo hiciste pues ahora puedes disfrutar de mis horribles escritos e ideas fumadas :'v
Este libro va dedicado para @Nelaluz que me maltrato psicológicamente para que escribiera nuevamente sobre estos dos, si aún recuerdas nuestra pequeña conversación, te amare por siempre (?)
Ya no les distraigo más y comencemos:
[Advertencia: Lime]
[♡♡♡]
Puede que ya tuviese dieciocho años cumplidos en toda regla pero parecía que su madre no lo veía de aquella manera, de hecho parecía tratarlo como a un maldito crio.
Trunks bufo mientras recargaba su mejilla en la palma de su mano izquierda y miraba con resentimiento aquella mesa alta donde los "adultos" reían y tomaban champán de una forma grotescamente satisfecha que le hacía hervir la sangre.
Desvío la mirada hacia su compañero pelinegro cuando este había golpeado su hombro, le miro durante algunos momentos notando la burla en el rostro ajeno, no lo entendió del todo bien sino hasta que pudo ver sus propias manos donde se encontraban los restos de lo que alguna vez fueron cubiertos, avergonzado sintió como pronto un leve rubor comenzaba a cubrir su rostro y cuello, disimuladamente dejo caer los cubiertos al suelo y procedió a patearlos haciendo que estos quedasen ocultos debajo del mantel de la mesa.
El pelinegro a su lado sonreía divertido mientras bebía una copa rellena con jugo de uva, Trunks no podía considerar aquello como vino, puesto que no tenía alcohol.
"Que maduro" pensó para si mismo mientras el rubor de su cara se hacía levemente más intenso.
Goten dejo disimuladamente su cuchara al lado del plato del de cabellos lavanda, quizá no era tan mala persona después de todo; Trunks agradeció aquello en un gesto silencioso y procedió a comer aquella crema de elote que su madre había decidido ofrecer.
Observo analítico la mesa en la que se encontraba mientras se abstenía a realizar algún mojin que delatase su disgusto, la mesa se encontraba habitada, por decirlo de algún modo, por todos aquellos críos que pertenecían a los invitados.
—Después de comer, ¿Dónde podríamos ir a pasar el tiempo?
Trunks tardó un poco en entender que aquella pregunta iba dirigida hacia él, la pregunta había sido formulada por una pecosa niña pelirroja que no parecía sobrepasar los trece años y que no paraba de mirarle, "como si me llegase a fijar en ti" pensó él, aun así respondió con una sonrisa cortes.
—Podríamos dirigirnos a la sala de juegos, solía ocuparla cuando era más chico, dudo que a Bra le moleste compartir sus muñecas contigo.
La chica hizo una leve mueca de disgusto que desapareció tan rápido como apareció.
—Claro que me encantaría.
Sonrió ella en una falsa sonrisa alegre.
"Ahh, política, como la detesto" pensó el mayor mientras comenzaba a beber de su jugo de uva.
No paso mucho tiempo para que todos los críos hubiesen terminado de comer e iniciado a dar vueltas por todo el inmenso jardín que tenia la Corporación Cápsula. Su madre, astuta como solo ella podía ser, se había acercado a estos pidiendo amablemente que se dirigiesen al salón de juegos pues ahí había una mesa con chuches, Goten y Trunks la miraban desde la distancia, el primero con algo de diversión en la mirada, el segundo con una extraña mezcla de admiración y resentimiento.
Goten se colocó de pie dispuesto a dejar aquella mesa de una vez por todas, el pelinegro estimaba en gran medida al mayor pero eventos como aquel, donde se veía forzado a enfundarse en un traje, no eran de su agrado, al menos, no del todo.
El pelinegro se desperezo disimuladamente.
—Listo hicimos nuestra parte, ahora podemos ir a jugar.
Comento el azabache, el de cabellos lavanda asintió algo más animado y de igual forma se colocó de pie, el trato con su madre había sido claro, estarían presentes durante la comida, nunca dijo que tenían que estar toda la tarde.
Algo más alegres, comenzaron a caminar de regreso a las instalaciones de la Corporación, pasaron por el cuarto de juegos robando algunas golosinas y eludiendo a los críos que parecían querer conversar con Trunks, lo que menos quería él era tener que socializar con los pequeños "mini lords estirados", Goten había mirado toda aquella escena divertido mientras devoraba algunos daifukus que había encontrado en la mesa, dichos dulces eran de fresa, por supuesto.
—Hola.
Un pequeño niño de cabellos castaños y mirada chocolate se hizo presente en la visión del azabache.
—Hola.
Respondió este de igual forma, dejando de mirar al mayor y centrando toda su atención en el pequeño.
—Las niñas de haya dicen que si quieren jugar con nosotros al juego del pocky.
Comento este sonrojado mientras comenzaba a jugar con sus manos, Goten volteo a ver el lugar que había señalado encontrando a un pequeño grupo de adolescentes sentados en círculo en una de las esquinas del salón de juegos. Las niñas de las que supuso habían estado hablando miraban en su dirección, sonriendo en un torpe coqueteo y riendo de forma nerviosa.
Goten no sabía si reír o no debido a la situación tan irreal, decidió hacer lo primero, soltó una risa cantarina mientras revolvía los cabellos chocolate del pequeño en un gesto cariñoso.
—No, lo siento, tengo otros planes, además soy muy mayor como para jugar con ustedes.
Comento lo ultimo con cierta vergüenza mientras se despedía del pequeño y dirigía hacia donde había visto por última vez a su blondo amigo. No tardó mucho en encontrarlo pues destacaba por obvias razones, su piel aperlada, cabellos lavandas y mirada celeste parecían llamar la atención de cualquiera, eso solo contando sus rasgos físicos pues la sola mención de su nombre parecía atraer la atención por si sola, "Es el heredero de la Corporación Cápsula, es de esperarse" pensó Goten mientras se abría paso entre la multitud de niños y adolescentes que parecían querer llamar la atención del príncipe sayayjin.
Al llegar hasta ahí se topo con la mirada agradecida del príncipe quien se excusó con los críos antes de dirigirse hasta la salida junto a Goten, el azabache por su parte se mantenía con una leve sonrisa burlona en la comisura de sus labios.
—Así que, huyendo de unos indefensos críos.
Comento petulante mientras en el rostro del mayor aparecía un tenue rubor avergonzado.
—Cállate.
Mascullo antes de ser interrumpido por una voz infantil que se dirigía hasta ellos.
—Esperen— grito el pequeño que minutos antes había hablando con Goten, el castaño había jadeando levemente por aire antes de volver a hablar—, me dijeron que les entregará esto.
Mencionó mientras entregaba una caja de pockys de chocolate que tenia pegado un postick color celeste.
"Llámennos ;)"
Tenía escrito este seguido de un par de números de celular.
Ambos Sayayjins se sonrojaron y rieron levemente incómodos, Goten mascullo un "gracias" al pequeño antes de retomar su camino hacia la habitación del mayor. No sin antes sostener la mano del de cabellos lavanda en un acto completamente normal para ambos. Quizá no eran novios, aunque su relación tampoco podía considerarse como de amigos, ellos simplemente eran algo y estaban bastante cómodos con ello.
Nada más prender la consola, olvidaron todo lo ocurrido acerca de la caja de pockys que quedo relegada a un lado del puf donde el pelinegro estaba cómodamente sentado. No fue si no hasta un par de horas después, cuando el repentino aburrimiento de la partida online les abarco, que recordaron la existencia de aquella caja.
Trunks había sonreído petulante mientras pausaba el juego y tomaba la caja de pockys, obviando la nota celeste que había terminado por caerse.
—Que opinas de un juego.
Había dicho agitando levemente la caja haciendo que los palillos de pan cubiertos de chocolate quedarán expuestos a la vista. Goten le había mirado divertido, mordiendo su labio inferior y asintiendo con la cabeza.
—Dios, ¿que estoy haciendo con mi vida?
Murmuro mientras se levantaba envalentonado hacia donde se encontraba el mayor, sentándose en el suelo, a un lado de él.
Trunks le había mirado enarcando una ceja, antes de bufar y colocarse de cuclillas frente al morocho sacando uno de los palitos de la caja y colocándolo en su propia boca, Goten le miro durante unos momentos, retándolo a continuar, no era la primera vez que hacían aquello, el príncipe comenzó a acercarse manteniendo el palito recto que tiempo después comenzó a ser introducido en la boca del azabache, se acercaban lentamente disfrutando del tiempo y el tenue sabor del chocolate, durante todo el intercambio no cerraron los ojos, estableciendo aquello como una competencia silenciosa para ver quien de ellos dominaba el beso pronto a ocurrir.
Goten sonrió durante un momento mientras levantaba sus brazos y rodeaba el cuello del mayor atrayéndolo más rápidamente hacia si, el dulce se había acabado finalmente pero ellos no se habían separado iniciando el beso en un simple choque de labios que prontamente se había convertido en algo más intenso, Trunks había tomado la nuca del pelinegro instándolo a abrir la boca, cosa que hizo gustoso.
Ambos saboreando sus bocas en un ritmo lento, aunque no por ello menos intenso, el tenue sabor del chocolate parecía no abandonar sus bocas haciendo el beso un poco más disfrutable, en algún momento las manos del azabache habían terminado vagando por el cuerpo del mayor deteniéndose en su trasero unos momentos masajeándolo a través de la tela del traje que ambos habían insistido en no quitarse, una tontería que Goten se encargaría de arreglar.
Cuando el príncipe soltó un leve gemido gustoso ambos se separaron juntando sus frentes y rosando sus labios dejando que cada una de sus respiraciones chocase en el rostro ajeno, Trunks ahora se encontraba encima del cuerpo del pelinegro, ambos abrazados sobre la mullida alfombra de la habitación.
—Creo que podríamos aprovechar el tiempo de otra forma— había casi ronroneado el príncipe.
Goten sonrió mientras ocultaba su cara en el hueco de la clavícula del mayor besando levemente esta antes de subir por su cuello y comenzar a mordisquear el lóbulo de la oreja ajena, recibiendo como recompensa tenues suspiros del mayor.
Sin duda su noche se haría de lo más interesante.
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