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Otabek x Yuri

*el kazajo miraba la esbelta figura patinar en la enorme pista de hielo; cada movimiento delicado y febril le atraía, lo sabía muy bien desde hacía varios años, aquel joven no hacía más que embellecer con el paso de los años, y él no había podido evitar ser cautivado por todo lo que lo conformaba.*

- ¿Cuánto tiempo piensas quedarte mirando?

*preguntó de pronto el rubio deteniéndose  en medio de la pista, volteó a verlo con el rostro fruncido por el gesto de fastidio que estaba dibujando en él.*

*Otabek lo miró con serenidad a pesar de que no esperaba que fuera a notar su presencia en el lugar; Yurio entrecerró los ojos con molestia por la falta de respuesta en el kazajo y giró de vuelta el rostro para dejar de verlo.*

- La pista de hielo es para patinar, si sólo vienes a perder el tiempo, será mejor que te vayas.

*tras decir esto, Yurio volvió a recrear su rutina ignorando deliberadamente al mayor; estaba muy molesto con él, y en ese momento no tenía deseos de consentir su presencia.*

*una vez que hubo terminado su impecable danza, levantó la vista, dándose cuenta de que Otabek ya no se encontraba en ese lugar; pues bien, eso era lo que quería y siguió esforzándose por pensar de esa manera, más había quedado cabizbajo y estático con un mal sabor de boca y en sentir muy desagradable en el pecho, más grande que cualquier otro inconveniente que hubiera tenido que enfrentar hasta el momento.*

- ¿Me permites ésta pieza?

*Yurio giró al escuchar aquella voz a sus espaldas, y encontró al kazajo mirándolo serenamente y extendiéndose la mano, como si lo estuviera sacando a bailar. Yurio frunció el ceño otra vez y comenzó a patinar hacia él con clara molestia, cada movimiento suyo era tan elegante como arte del ballet y tan fuerte como si se tratara del luchador más fuerte que pudiera haber de su edad.*

*Otabek respondió con un patinar calmado y entregado, mas la molestia de Yurio era más que evidente, y cualquiera que los viera, sabría que en vez de patinar, estaban librando una batalla en ese lugar; y cuando menos se lo esperaba, el rubio se impuso cortando tajantemente sus movimientos, encarándolo y acercando su rostro tanto como fuera posible para mostrarse aún más amenazante.*

- ¡¿Cuánto tiempo más me vas a hacer esperar?!

*preguntó con furia mientras aguzaba la mirada, apenas visible por el largo fleco que cubría el lado derecho de su rostro.*

*el mayor se asombró al escucharlo y por un momento no supo qué hacer, pero la frustración en el rostro del ruso lo hizo pensar en una sola cosa. Yurio estaba a punto de marcharse al ver que el otro no reaccionaba, cuando de pronto, sintió un suave toque sobre su mejilla derecha; Otabek había alzado su mano para apartar un poco sus cabellos y acariciarlo.*

- Tienes razón, ya es tiempo de que lo haga.

*esas palabras y el toque del mayor hicieron que Yurio se descolocara por un momento, y lo siguiente que supo fue que Otabek se había acercado para besarlo. Yurio no pudo evitar estremecerse y, luego de algunos instantes, rodeó su cuello con ambos brazos y se alzó sobre las puntas de los patines, tratando de profundizar el beso.*

*Otabek rodeó su cintura con sus manos, estrechando más sus cuerpos, se movieron torpemente  hasta haberse recostado sobre la fría pista; el mayor se separó de él para contemplarlo, sus rubios cabellos habían sido esparcidos sobre el suelo, su rostro estaba sonrojado y traía puesto su traje de entrenamiento color negro que ceñía todo su cuerpo.
De nuevo se acercó y volvió a besarlo mientras introducía sus manos dentro de la camisa para empezar a acariciarlo; haciendo que Yurio soltara varios suspiros y se retorciera por la sensación que comenzaba a llenarlo.*

*el mayor bajó a su cuello y lo descubrió, ya que la polera que traía puesta lo tapaba, mientras tocaba su pecho; Yurio arqueó su espalda por los espasmos que Otabek provocaba en él, haciendo que presionara su entrepierna con la de del mayor, éste rodeó la delicada espalda del rubio para abrazarlo y hacer que sus miembros se siguieran presionando. Ambos se miraron con vergüenza, pero el gesto suplicante de Yurio hizo que quitara sus mallas y comenzara a masturbar su miembro.*

- ¡O... Otabek!

*dijo Yurio con nerviosismo a causa de las extrañas reacciones que estaban surgiendo en su cuerpo.*

*al poco tiempo, Yurio se vino en la mano del mayor, Otabek se acercó y lo besó de nuevo mientras descubría el resto su ropa y comenzaba a acariciar su entrada. El beso se hacía más candente y el menor conenzaba a sentirse cada vez más excitado, abrió los ojos con sorpresa cuando sintió el primer dedo de Otabek introducirse en su interior; se abrazó a él con fuerza tratando de soportar la intromisión, mientras el kazajo seguía besándolo y acariciándolo en un intento por distraerlo.*

- ¡Ahh! ¡Aahhh!

*los dedos de Otabek se introducían con mayor facilidad y arremetía con más fuerza en la entrada del ruso; Yurio gemía ahogadamente tratando de contener los sonidos vergonzosos que salían de su garaganta.*

- Yurichka...

*Otabek de nuevo se acercó para besar su rostro, viendo los gestos de placer que en el rostro del ruso*

*Yurio se acostumbró a la intromisión en su entrada y comenzó a mover las caderas contra los dedos del mayor, provocando que sus miembros se frotaran constantemente, haciéndolo gemir más audiblemente que antes; Otabek también había comenzado a frotarse contra el menor, provocándole más espasmos al rubio.*

- ¡Aahhh! ¡Aaahhhh!

*Yurichka no dejaba gemir y miraba al kazajo con deseo, necesitaba más que eso; pero no lograba pensar claramente como para decirle lo que quería.*

- O... Ota... bek

*Otabek sacó sus dedos y comenzó a entrar en él, haciendo que el menor abriera más las piernas a causa del enorme placer que estaba sintiendo.*

- ¡¡¡Aahhhhh!!!

*Yurio gimió con fuerza al sentir todo el miembro dentro de él, Otabek lo miró con deseo al ver cuán excitado estaba; comenzó a moverse despacio, contemplando gestos de vergüenza y lascivia en el rostro del menor.*

- Yurichka...

*cada gemido del menor lo excitaba aún más, se sentían tan calientes que por un momento pensaron que comenzarían a derretir la pista debajo de sus cuerpos.*

- ¡¡Aahhh!! ¡¡Aaahhhh!! ¡¡O-Otabek!!

*Yurio alzó sus brazos hacia el mayor y se abrazó a él con fuerza, sintiendo las fuertes estocadas en su interior; Yurio se movía contra el miembro del mayor, deseaba sentirlo con más fuerza, así que entrelazó sus piernas alrededor de las caderas del kazajo.*

- Yu-Yurichka...

*Otabek embestía desenfrenadamente al rubio y éste se abrazaba con más fuerza a él; el calor seguía aumentando en ellos y no podían detenerse, solamente querían sentir más placer.*

- ¡Otabek!

*Yurio emitió un agudo gemido, al sentir cómo se liberaba su corrida. El mayor seguía arremetiendo contra él, y lo abrazó con fuerza sintiendo que pronto llegaría a su límite.*

- ¡Aahhh!

*Otabek gimió al sentir la presión en la entrada del menor, y tras unas embestidas más, se corrió dentro de él. Ambos se acostaron sobre el hielo sin soltarse, tratando de regular su agitada respiración.*

- Te quiero... Otabek...

*Otabek sonrió al escuchar el débil murmullo del menor, y lo abrazó contra su pecho*

- Yo también te quiero, Yurichka.

Fin.

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