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Acostumbrarse a su nuevo hogar no le fue muy difícil. Cuando por fin terminó de arreglar la poca ropa que tenía y la metió en una vieja maleta que tenía en el fondo del armario, con las que había llegado a la ciudad de su pueblo, JongIn echó un último vistazo a su pequeño departamento.

Le daba un poco de temor, tenía poquísimas cosas en aquel lugar, pero a final de cuentas era su espacio, y perderlo por ir a vivir con el señor Do era algo que jamás se imaginó.

Se estremeció cuando sintió a KyungSoo entrando a su cuarto y se le revolvió el estómago cuando le sonrió de una manera entrañable, una que le inspiraba toda la confianza del mundo.

ㅡ Puedes conservarlo, el departamento. Pagaré la renta por ti por si algún día decides... regresar.

La última palabra salió demasiado queda, KyungSoo tembló junto con ella, bajando la mirada, a la par que JongIn terminaba de convencerse de que estaba haciendo lo correcto. De que quería hacerlo.

-No creo que vuelva. No es necesario...

-Voy a hacerlo bebé, sólo por si acaso.

JongIn asintió con una pequeña sonrisa y se aproximó a KyungSoo, con el batir de su corazoncito dentro de su pecho, retumbando por cada bonita mirada que el mayor le dedicaba.

Se despidió de aquel lugar con un último vistazo, mientras KyungSoo llevaba su pequeño bolso al automóvil y él suspiraba. El viaje hacia el departamento de KyungSoo lo hizo el silencio, escuchando la música de una radio conocida de la ciudad, reconocida por sus horas de música clásica y de participaciones de los estudiantes de la universidad de música.

Cuando por fin llegaron al edificio, JongIn se estremeció por lo grande que era. El guardia de seguridad saludó a Do con una sonrisa y él se detuvo a su lado, con la mirada baja porque se sentía realmente apenado.

ㅡ Buenas noches, señor Do.

-Buenas noches Zhen Hao. - murmuró el mayor, tomando a JongIn de la mano con fuerza - este es Kim JongIn, vivirá conmigo a partir de esta noche.

JongIn sintió sus mejillas arder, se mordió el labio inferior mientras el hombre lo inspeccionaba con detenimiento. El miembro de seguridad asintió y le dedicó una sonrisa al muchacho.

-Bienvenido joven Kim, Señor Do, me encargaré de avisar al equipo de seguridad.

-Por favor, no quiero alguna escena extraña por aquí. -KyungSoo le dedicó una mirada y el empleado hizo una pequeña reverencia para ambos.

KyungSoo prosiguió su camino hacia el elevador de la mano con JongIn, quien infló el pecho de orgullo al ver que su hombre era al parecer una gran figura en aquel lugar tan grande y espacioso, por no decir lujoso y costoso.

Ya en el elevador, KyungSoo presionó el botón de un piso bastante elevado, lo que los llevaría a las nubes o a la cumbre más alta del mundo, según los propios pensamientos del muchacho, que se emocionó cuando el elevador abrió sus puertas finalmente.

KyungSoo dejó que JongIn avanzara por el corto pasillo primero, que solo tenía una puerta, el morenito se hizo a un lado para dejar que KyungSoo tecleara la clave de acceso y la puerta finalmente se abrió para los dos. JongIn suspiró, porque la vista desde aquel lugar era demasiado hermosa.

La ventana de la amplia estancia era grande y podía vislumbrarse a la perfección las miles de luces de los edificios y las casas de la ciudad, haciendo majestuosa la vista a cualquier ojo humano, la noche estaba un poco nublada, pero JongIn sintió que si había posibilidad de que se despejara, seguro sería todo incluso más perfecto.

La decoración era bastante sencilla, las paredes blancas combinando a la perfección con los muebles oscuros, acomodados en su lugar destinado para su función determinada. JongIn sintió sus pies temblar por la emoción de estar en aquel lugar por primera vez, en verdad era un poco simple pero a la vez elegante, el tipo de elegancia que Do KyungSoo emanaba al caminar con firmeza.

-Estás en casa ahora. - La voz de KyungSoo sonaba tan reconfortante que las mejillas se le arrebolaron sin poder hacer nada al respecto.

JongIn asintió y suspiró, avanzando a pasitos sencillos hacia él, para abrazarlo con fuerza y poner un puchero en su boca, como si esperara un beso de su parte. El morenito cerró los ojos y KyungSoo sonrió, dejando que sus pomposos labios cubrieran los del pequeño, acariciando sus cabellos castaños con una de sus manos y dejando caer la bolsa para tomar con cierta posesividad su cintura.

JongIn se dejó hacer cuando la mano grande le acarició la espalda y se estremeció entre sus brazos, prensándose más con él para impedir que escapara, con los labios necesitados de atención.

-Ahora vamos, te mostraré tu cuarto... - KyungSoo se separó de él finalmente y JongIn parpadeó con sus bonitos ojos, mientras que el hombre lo tomaba de la mano y con la otra recogía la maleta para comenzar a avanzar por la amplia estancia.

Recorrieron un par de pasillos donde JongIn fue presentado en la cocina y el estudio, además de tres habitaciones, una de huéspedes, la recámara principal y la que sería su habitación.

Era un buen espacio, las paredes eran blancas y había un sillón junto al ventanal, tenía un tocador con algunos accesorios y también un amplio guardarropa. Y ni hablar de la cama, JongIn se mordió el labio porque apostaba a que dormiría como un bebé en aquel mullido colchón y aquellas esponjosas almohadas.

-Necesita decoración, pero quiero que seas tú el que decida, bebé. - KyungSoo le besó la frente y JongIn se estremeció de emoción, sentía todo aquello tan irreal, que no podía creer que en realidad estuviese pasando.

ㅡ ¿Voy a decorarlo yo?

-Podemos hacerlo los dos, si es lo que quieres... - el mayor se hundió de hombros y JongIn lo observó a los ojos, emocionado - este espacio es tuyo y sólo tuyo, mi amor.

JongIn asintió con las mejillas morenitas arreboladas y suspiró, abrazándose a KyungSoo, pasándole la mano por la espalda para acomodar su cabeza sobre su hombro, casi a la perfección.

ㅡ ¿Y tu habitación? ㅡ JongIn preguntó con curiosidad.

ㅡ Está al fondo del pasillo.

-¿Puedo... verla? - JongIn pestañeó para él, con una diminuta sonrisa en sus labios de algodón, haciendo que al mayor le pareciera verdaderamente irresistible.

-Por supuesto, pero ya pasan de las nueve y es necesario que te bañes para que vayas a la cama, así que primero hagamos eso. - KyungSoo lo soltó para dejar la maleta sobre la cama y después se giró para alcanzar a JongIn, despeinándole los cabellos con un movimiento de mano suave.

-Si... papi, voy a bañarme primero.

ㅡ Te dejo para que desempaques, después vendré a arroparte.

Cuando JongIn observó a KyungSoo salir de la habitación, se lanzó sobre la cama una vez la puerta se hubo cerrado, estaba tan emocionado que su corazón latía demasiado, se sentía tan bien que no podía creer que todo fuese real.

KyungSoo seguía siendo tan bueno con él, y JongIn se mordió el labio inferior pensando en cómo lo arroparía más tarde. No quería ser un niño desobediente, al contrario, quería hacer méritos para que el señor Do lo tratara igual que a un príncipe y que siguiera amándolo de esa manera tan peculiar.

Así que se apresuró a abrir su maleta y desempacó su pijama, que era unos simples pantaloncillos llenos de ositos que su madre le había regalado hacía años, la camiseta a juego se había desgastado tanto que tenía muchos hoyitos, pero JongIn adoraba aquella pijama y por eso la conservaba.

Sin embargo, no podía mostrarse con la camiseta llena de agujeros ante KyungSoo, solo pensarlo lo hacía sentirse realmente apenado, así que decidió tomar el puro pantalón y se dirigió al amplio baño de su habitación.

Encendió la luz y se sorprendió de ver una tina en el lugar, cosa que alborotó más su corazoncito, porque sabía que amaría esa habitación muchísimo. Según las palabras de KyungSoo era tarde, así que optó por ducharse en la regadera, con los shampoos y jabones de fragancias exquisitas que adornaron su cuerpo con suavidad.

El morenito se secó apropiadamente con la toalla y se puso el pantalón, envolviéndose en la bata de baño la parte superior y la toalla en la cabeza para que se le terminaran de secar los cabellos.

Diez minutos después de que hubiese salido de bañar, KyungSoo tocó la puerta y JongIn se ruborizó cuando la misma se abrió le mostró a un KyungSoo más relajado. El traje se había ido y traía unos pantalones de chándal que le quedaban bastante bien, además de una camiseta blanca que hacía relucir sus brazos.

Llevaba lentes, JongIn nunca lo había visto usarlos y supuso que había estado leyendo. El hombre se acercó a él y lo observó con curiosidad.

ㅡ ¿Estás listo para dormir? ㅡ KyungSoo preguntó, sentándose en el bordo de la cama mientras le dedicaba una mirada a todo su cuerpo.

JongIn enrojeció, quizá el momento había llegado, quizá KyungSoo iba a follarlo en su nueva habitación para darle la bienvenida y él se sentía repentinamente avergonzado, lo había esperado tanto que ahora no sabía cómo reaccionar.

ㅡ Sí, estoy listo.

ㅡ Espero que no pienses que te dejaré dormir con eso bebé. ¿Dónde está la otra parte del pijama? ㅡ  KyungSoo preguntó y JongIn tragó saliva.

ㅡ Bueno está... impresentable ㅡ le morenito hizo un puchero con las mejillas ardiendo, haciendo enternecer a KyungSoo, que suspiró al instante como el hombre enamorado que era.

ㅡ Te traeré una camiseta, nini... y después nos encargaremos de tu pijama.

JongIn asintió con ligereza y emoción, mientras lo veía partir de nuevo hacia su cuarto, dejando la puerta abierta. Esa vez no tardó tanto, regresó con una camiseta amplia que a JongIn le iba bien en su cuerpo flacucho y el mayor le ayudó a colocársela con detenimiento, con sumo cuidado porque lo que menos quería era que su amor se enfermara, comenzaba a hacer frío afuera en aquellos tiempos.

El morenito sonrió satisfecho cuando KyungSoo lo observó a los ojos y se acomodó entre el montón de almohadas, con KyungSoo arropándolo en las cobijas para que no fuese a sentir nada de frío y conservara su temperatura corporal. JongIn se sentía tan bien, con aquellos pequeños mimos y acciones de KyungSoo, con aquella mirada llena de un cálido sentimiento que lo consumía de a poco.

El mayor se inclinó hacia adelante y le besó la frente con suavidad, mientras JongIn cerraba los ojos y suspiraba.

ㅡ Es tarde, mañana nos encargaremos de lo demás.

ㅡ Pero papi... mañana es sábado, no tengo escuela.

-Osito... debes hacer lo que papi dice, mañana hablaremos sobre ello. - KyungSoo sonrió con aquellos exquisitos labios y se levantó para irse a dormir también.

-¿No me vas a dar un besito? - JongIn murmuró con los labios abultados de manera adorable, apuntándose a ellos mismos con su dedo índice, parpadeando con sus ojos brillantes en una súplica silenciosa.

KyungSoo se sentía arder, era tan adorable que no podía negarle nada. Así que se regresó sobre sus pasos y se inclinó hacia él, para besarlo en los labios como si osito pedía, porque estaba siendo un osito obediente y debía merecerse lo mejor. Lo besó con detenimiento, suave y de manera dulce, dejando que sus respiraciones se acoplaran unas a las otras.

Era tan bello sentirlo tan cálido sobre sus labios, con el palpitar agitado de su corazón por el sublime momento. KyungSoo se retiró nuevamente y le besó la nariz, así como también las mejillas y la frente, dejando una bonita sonrisa en el rostro de su bebé.

ㅡ Buenas noches osito.

-Buenas noches... papi.

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JongIn siendo arropado por KyungSoo

Notas:

Primero que nada espero que todas las bellas estrellitas de México estén bien, sé que el sismo fue fuerte y tuvo réplicas, así que por favor tengan muchas precauciones, sé que el epicentro fue en Oaxaca otra vez, así que estén al pendientes, por favor.

Realmente no sabía si era prudente publicar hoy o no, pero a las personas que me leen, quería mandarles mucho apoyo ;w; y mucho mucho amor, espero que todo mejore.

Y espero que el capítulo les haya gustado uwu, fue bastante asdsdsas para mi escribirlo, esperen por el que sigue que me emociono mucho. Todavía me estoy acostumbrando a lo de papi xD

Los quiero a todos, gracias por leer ♥

Besos posholatosos

Ary.