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✧ Lección

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Cuando JongIn se escabulló nuevamente a cuarto de KyungSoo, lo hizo casi de inmediato después de haberse bañado, se había tomado su tiempo, pero en el fondo estaba muy ansioso, esperando que el mayor siguiera bañándose para sorprenderlo.

Hubiera querido abrir la puerta del baño para entrar con él, pero realmente pensaba que aquello quizá era propasar demasiado los límites, y era mejor así, con lo que estaba dispuesto a hacer para recibir un poquito más de la atención de su papi, solo la que merecía.

Se sentó sobre la cama y observó el espejo que había en el tocador, había también un espejo completo que le mostraba casi todo su cuerpo revestido en aquella pijama de oso que había decidido usar para la ocasión.

Sonrió y sus cachetitos se abultaron mientras se sonrojaba, dejándose caer hacia atrás sobre la cama, suspirando una vez más porque aquello solo le traía los recuerdos de la noche anterior. Había sido follado por primera vez en aquella cama y si lo pensaba un poco, aún podía deleitarse con la amena senación de las manos de su hombre sobre su cuerpecito.

JongIn se mordió el labio inferior y se arrastró hacia atrás, poniéndose la capucha de oso mientras se dejaba caer sobre las almohadas, observando el techo sin verlo en realidad, sumergido en los pensamientos a los que sucumbía con facilidad.

Sintió las manos de KyungSoo sobre su estómago, deslizándose sobre su pielecita dorada sin censura, haciéndolo estremecer. JongIn derigió sus propias manos por su cuerpo y las paseó por encima de la ropa, a través de los pequeños botones delanteros de la pijama que le estorbaban en aquel momento.

Se acarició con detenimiento en el vientre y apretó los ojos cuando sus dedos se escabulleron dentro de la tela para tomar su miembro con ellos, dando pequeñas caricias de forma suave y gentil, JongIn tragó saliva y abrió los labios, entregándose por completo a sus propias caricias mientras acomodaba la espalda sobre las mullidas almohadas.

Jadeó bajito, siguiendo con sus propios toques que se intensificaban yendo a través de la longitud de su miembro despierto, masturbándose mientras pensaba en su papi, en cómo lo había amado la noche anterior, en el pensamiento glorioso de sus labios sobre su piel morena y cómo se vería bajo la cortina de agua en aquel momento.

Abrió un poco más las piernas y aceleró el movimiento de su mano, sintiéndose a punto de explotar mientras que sus gemidos no podían contenerse aprisionados detrás de sus labios gruesos. Enunciando el nombre de su papi una y otra vez, como si con ello fuese a llamarlo para que apareciera.

Y aunque quizá pensaba que no, lo cierto era que sus deseos se hicieron realidad, aunque no de la manera que esperaba, no realmente.

Cuando KyungSoo salió envuelto en la toalla de baño sobre sus caderas, se topó con una imagen que lo desconcertó en un principio, pero que sin lugar a dudas lo excitó sobremanera. Era una escena demasiado erótica y poco común.

La manera en que JongIn estaba recargado sobre las almohadas, con la pijama que había comprado para él, misma que estaba entreabierta de la parte baja, donde sus manos estaban enfrascados dándose placer a sí mismo.

KyungSoo se relamió los labios con descaro y después se saboreó cada uno de sus gemidos desde la puerta del baño, escuchando sus súplicas en la agonía de su voz, en sus constantes murmullos que lo llamaban, que enunciaban su nombre porque estaba pensando en él.

Le regodeaba saberlo, por supuesto, saber que JongIn se sentía necesitado de él, que quería que lo mimara un poquito más. Pero también necesitaba que JongIn aprendiera la lección del día, y esa era que no debía desobedecerlo, sin lugar a dudas era la más importante.

Se encaminó lentamente hacia el pequeño que seguía masturbándose de manera adorable y excitante a la vez y se preguntó cómo era posible que lo pusiera tan duro con solo verlo de aquella manera. Se deleitó con los movimientos de sus manos y los suaves contoneos de cadera esporádicos que su osito hacía mientras iba de arriba abajo y viceversa.

ㅡ ¿Qué se supone que estás haciendo? ㅡ La voz le salió ronca y el pequeño JongIn se sobresaltó en su lugar, observándolo con los ojos bien abiertos, dejando su pene al descubierto por un instante.

Las mejillas morenitas se le colorearon de un intenso carmesí y su corazón latía frenético más allá de todas las sensaciones dadas por sus propias manos. El ceño de KyungSoo estaba fruncido y lo observaba con tanto detenimiento, que se estremeció por completo.

Se sentía repentinamente nervioso y por un instante se preguntó si aquello había sido una mala idea después de todo.

ㅡ Te hice una pregunta...

ㅡ P-papi... ㅡ JongIn tragó saliva mientras le echaba un vistazo al cuerpo semidesnudo de su hombre, cayendo rendido por aquellos anchos brazos sin envoltura alguna. ㅡ Y-yo...

ㅡ Estabas masturbándote en mi cama, JongIn... te dije que durmieras.

ㅡ Pero no quiero dormir, quiero que me ames y que me hagas tuyo otra vez.

KyungSoo tembló por lo adorable que era ver a JongIn haciendo berrinche, con sus mejillas infladas en un puchero y con sus ojitos avergonzados que evitaban verlo en ese momento. Le gustaba la sensación de controlarlo todo, de que su bebé sintiera el peso de sus actos mientras él se acercaba hacia la cama, rodeándola para quedar más cerca del muchacho.

ㅡ Necesitas aprender un par de cosas, Osito... ㅡ KyungSoo murmuró y JongIn tragó saliva, completamente azorado bajo la mirada de su papi, que lo tomó de las manos y las apretó con cierta fuerza, siempre con el cuidado necesario de no lastimarlo, porque era lo último que quería, en todo caso. ㅡ En primera, no me gusta que te des placer a ti mismo.

JongIn abrió los ojos, a la expectativa de las palabras del mayor, que se sentó sobre la cama y lo hizo enderezarse hasta quedar sentado con un poco de suavidad en sus manos firmes.

ㅡ Me gusta darte placer, quiero ser yo quien lo haga. ㅡ JongIn asintió con las mejillas ardiendo y su pene erecto que saltó cuando KyungSoo se hizo hacia atrás para sentarse de lleno en la cama. ㅡ Debes ser más obediente y hacer lo que papi dice, papi vela por tu salud y por tu sueño.

KyungSoo comenzó a desnudarlo lentamente, dejando que sus dedos habilidosos se hicieran cargo de cada uno de los estorbosos botones, para después acariciarle el pecho mientras bajaba la tela del pijama y terminaba de desnudarlo, excitándose con el toque de su piel ardiente en pleno contacto.

JongIn se estremeció con la voz sedosa de KyungSoo, que lo tomó nuevamente de la mano y de la cadera y lo hizo arrodillarse ante él, acomodándolo sobre sus piernas para acostarlo y dejar al descubierto su trasero sobre una de sus rodillas. JongIn supo que sería reprendido en aquel preciso instante y su corazón se aceleró ante lo desconocido, mientras que apretaba los ojos y tragaba saliva, escondiendo la cara del otro lado del cuerpo de KyungSoo, mientras sentía como el mayor le acariciaba el trasero con suavidad, delineando sus nalgas con sutileza.

ㅡ Voy a reprenderte mi amor, vamos a aprender una valiosa lección hoy, y después me encargaré de tu erección.

La voz del mayor sonó firme y JongIn se sintió repentinamente ansioso cuando la mano dejó de tocarlo, apretando los puños cuando sintió la primer palmada sobre su trasero, haciendolo estremecer porque si bien no había sido dura ni le había dolido demasiado, aquello era totalmente nuevo para él.

Una, dos, tres, cinco nalgadas más y JongIn se removió inquieto, respirando profundamente porque ansiaba que se terminara el castigo, porque había aprendido la lección y quería decírselo a su papi, quería demostrarle con creces que no volvería a desobedecerlo de aquella manera a menos que quisiera volver a sentir la misma excitación que le provocaba ser nalgueado por él.

KyungSoo se inclinó sobre el trasero del menor y le besó los glúteos con detenimiento, lamiendo cierta parte de la carne que había azotado levemente con sus propias manos, haciendo que JongIn se estremeciera.

ㅡ ¿Te dolió? A papi no le gusta ser rudo ㅡ KyungSoo susurró, preguntándose si el pequeño estaba molesto con él, o si no le había gustado su pequeño juego.

Pero el menor se apoyó sobre sus codos y se irguió hasta quedar sentado, con cierta dificultad, mientras negaba con las mejillas coloradas y los labios hinchados de haberlos estado mordiendo.

ㅡ Papi... nini va a ser un osito bueno ㅡ JongIn abultó sus labios gruesos y KyungSoo sonrió en la oscuridad parcial de la habitación.

Se dejó hacer cuando el morenito lo empujó hacia atrás, acostándolo sobre el colchón mullido, encargándose de acariciar su cuerpo semidesnudo con sus manitas de chocolate. KyungSoo cerró los ojos cuando JongIn contorneó sus exquisitas caderas y le deshizo el nudo de la toalla, exponiendo su erección por completo ante él.

El mayor abrió los ojos y lo observó sonreír, relamiéndose los labios como el osito travieso que era, mientras se inclinaba y se acomodaba sobre sus piernas, dejándole sentir el roce de su pene con sus piernas.

JongIn tomó su pene con sus manos y le besó la punta con detenimiento, siguiendo los pasos que KyungSoo le había enseñado la noche anterior, dedicándose a chupar la punta con dedicación, haciendo que el mayor gruñera y quisiera retomar las riendas del asunto.

Pero JongIn negó mientras lo detenía, dándole una lamida desde la punta hasta la base y regresando para meterlo en su boca, se sentía extraño porque era la primera vez que lo hacía, pero quería hacer sentir a su papi tan bien como él lo había hecho antes, quería darle un poquito de satisfacción y placer, quería que no se enojara con él.

El moreno engulló toda la longitud y chupó con ella dentro de su boca, haciendo que KyungSoo se deshiciera en gemidos mientras cerraba los ojos, entregándose a las sensaciones de que JongIn le chupara la polla de aquella manera tan exquisita.

Su osito aprendía rápido, lo comprobó cuando su cabeza comenzó a subir y bajar sobre su longitud, haciéndolo estremecer porque sus caderas necesitaban más, necesitaban follarlo y satisfacerse por completo. Sin poderse contener KyungSoo lo tomó por el mentón y lo hizo levantarse, atrayéndolo hacia él para besarle la boca, disfrutando de su propio sabor inmerso en sus labios.

JongIn se acomodó sobre su regazo y su papi se encargó de comenzar a moverse para restregar su erección contra él, para decirle al oído que lo había hecho bien y que estaba orgulloso.

ㅡ Te necesito ahora, bebé. ㅡ JongIn se estremeció al escuchar aquellas palabras, satisfecho de que su papi estuviese murmurando aquello que lo hacía sentir flotando en las nubes.

ㅡ ¿Estás enojado conmigo?

ㅡ No bebé, papi va a follarte ahora... ㅡ KyungSoo le besó los cachetes y JongIn cerró los ojos cuando el frío lubricante se coló en su entrada.

No supo cómo ni cuando KyungSoo había tomado el bote de la mesita de noche donde lo habían dejado el día anterior, pero lo cierto es que sentir sus dedos sobre su entrada, acariciándolo y estimulándolo un poquito más, lo hicieron saltar de alegría, lo hicieron regodearse de que podía seducirlo, que lo había hecho ya.

Así que cuando KyungSoo hundió sus dedos para prepararlo, JongIn se relajó cerrando los ojos, jadeando quedito en su oído mientras que el mayor le reiteraba en voz baja que estaba haciendo un buen trabajo y que era el mejor osito del mundo. Que era suyo y que iba a hacer que disfrutara.

JongIn estaba ansioso cuando KyungSoo finalmente reemplazó sus dedos por su pene y JongIn se puso sobre sus rodillas para ser guiado por las manos de KyungSoo sobre sus caderas, autopenetrándose de manera lenta y suave, bajando por completo para abarcar la longitud de su hombre.

KyungSoo esperó paciente mientras besaba su pecho, mientras sus labios de corazón dibujaban pequeños trazos sobre su cuello y se enfrascaban en sus calvículas perfectas. JongIn se acostumbró a la intromisión y comenzó a menear las caderas, anunciándole a su papi que estaba listo para él.

El mayor se relamió los labios y comenzó a guiarlo, haciendo que JongIn subiera y bajara sobre su longitud, con sus piernas a sus costados para cabalgarlo mejor, el menor gimió con cada penetración más profunda y cerró los ojos, con la respiración agitada mientras KyungSoo le ayudaba desde abajo, empujando sus caderas para encontrarlo y follarlo de manera apropiada.

JongIn se aferró a su espalda ancha y KyungSoo siguió empujando hacia arriba, mientras su pequeño osito lo montaba de manera exquisita, gimiendo para él, alentándolo a aumentar la velocidad de sus estocadas dificultosas, disfrutando de la manera en que su cuerpo delgado rebotaba sobre sus caderas, la manera en que sus pieles sudorosas chasqueaban y cómo sus cuerpos se adherían el uno al otro.

KyungSoo estaba rebozando de felicidad, con JongIn haciéndose hacia atrás mientras él lo sostenía por las caderas para que siguiera saltando sobre su pene una y otra vez, perforándolo hasta el fondo, con la intención de alcanzar su punto dulce y hacerlo enloquecer.

Porque JongIn lo hacía enloquecer con cada cosa que hacía, lo sorprendía con cada comentario y con su manera de actuar. Era la primera vez para ambos en muchas cosas, y sin lugar a dudas era la primera vez que el mayor se sentía tan satisfecho haciendo el amor, teniendo sexo con alguien en su propia cama, aferrándose al cuerpo del muchacho que tanto adoraba e idolatraba.

Tenían tantas cosas que aprender, JongIn lo sabía, cuando sintió la mano de KyungSoo comenzar a masturbarlo porque sabía que estaba cerca de llegar a su propio placer personal, y descubrió que en efecto no había nada mejor que sentir las manos de su hombre sobre su pene, acariciándolo y dándole amor mientras él seguía cabalgándolo de aquella manera.

Se sentía asombroso, escucharlo gruñir en su cuello mientras lo mordía y él se venía entre sus manos, mientras unas estocadas después el mayor le inundaba el trasero con su semen caliente, porque ni siquiera habían reparado en el preservativo esa vez.

JongIn se aferró a él mientras KyungSoo lo abrazaba y lo traía hacia su pecho, recostándose sobre la cama con él encima, haciéndolo salir de él un poco después, para acostarlo a su lado.

Lo besó, lo besó de manera suave después de haberse incendiado ambos y le dedicó su mejor sonrisa porque lo quería, porque amaba a su osito con todo su corazón.

ㅡ ¿Papi quiere que me vaya a mi cama? ㅡ JongIn preguntó con voz infantil y KyungSoo negó lentamente, con una sonrisa diminuta entre sus labios gruesos.

ㅡ No mi amor, deja que papi te de un baño pequeño para limpiarte y después podremos dormir los dos.

El morenito le dedicó su mejor sonrisa y KyungSoo lo besó antes de salir de la cama, completamente desnudo para ir a mediar el agua para su pequeño. JongIn suspiró observando sus caderas contonearse, sus perfectas y redondas nalgas que adoraba apretar de vez en vez, como el osito travieso que era.

Su papi era como un príncipe, uno encantador, uno que hacía magia tras sus párpados cuando lo besaba y cuando se enterraba en él, haciéndole sentir más que mariposas en el estómago, haciéndolo sentir libre.

Por eso cuando KyungSoo finalmente regresó por él, JongIn se dejó hacer, porque quería que su papi le enseñara más lecciones, quería aprender a disfrutar de su cuerpo con él y que lo adorara, que lo amara por quien JongIn realmente era: su osito mimado.

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🌙

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JongIn y su pijama de osito

Notas:

Ningún osito mimado salió lastimado con esas nalgadas.

No, en serio, no fueron nalgadas de las feas, fueron nalgaditas suaves :P

Esto no lo tenía planeado, salió de la nada del final del capítulo de ayer, y pensé en ponerlo ;) así que espero que les haya gustado hehehe...

Gracias por seguir la historia, por darle tanto amor y por ser así de bellas personas brillantes y mimadas ♥

Los quiero mucho

Besos posholatosos

🌠Ary.

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