Capítulo 4
Tomados de la mano, llegamos a la plaza, y descalzos, nos acercamos a la orilla del mar.
Ese era nuestro último día, juntos, ya que por la noche él debía tomar el avión, que lo llevaría de regreso a Londres, para continuar con las otras grabaciones de su disco en solitario.
Un poco triste porque ser iría, traté de ser fuerte, de disimular, y lo entendí, pero Joey lo advirtió. Apretó con más cariño mi mano.
_ No estés triste. Este no será un adiós para ambos
_ No lo sé ¿Qué pasa si no vuelves nunca? – miró mis ojos tristes y se angustió.
_ No pienses en eso. Sé que es complicado, pero por favor, no pierdas la esperanza de que si volveremos a vernos de nuevo. Yo lo sé
_ Oh Joey
No me pude contener y lo abrasé fuerte, con todo mi amor.
Él triste también, comprendía mi tristeza, pero ambos sabíamos que por ahora no podíamos estar juntos por el despliegue de su carrera en solitario, lo que me hacía pensar que él no regresaría y que yo no volvería a verlo jamás, pero aún así, lo entendí.
Recordó con anhelos que yo me le había entregado anoche y me miró perdidamente. Tomó con más cariño mi mano.
Yo lo miré y sin decirle nada, ambos miramos el sereno mar.
Solo tenía en mente que habíamos hecho el amor y con el corazón pegado en la garganta, solté un suspiro. Joey me miró y me sonrió con ternura.
_ ¿Qué pasó? – le sonreí con vergüenza.
_ Nada – me miró con destellos y dulce, sujetó mi rostro en sus manos y me dio un beso.
Besándonos sin parar, nos abrazamos y escuchamos las olas; estas nos mojaron los pies.
Nos miramos perdidamente enamorados y Joey acarició mi mejilla.
_ Te amo niña mía
_ Y yo te amo a ti, y siempre voy a amarte mi Joey
Me miró locamente. Sus ojos más me destellaron y solo deseó volver a besarme hasta cansarse y me besó con locura.
Volvimos a abrazarnos. Ese abrazo que yo amaba de él, y sin dejar de besarnos, nos recostamos sobre la arena y Joey volvió a hacerme el amor.
Con su equipaje en mano, llegamos hasta el aeropuerto...
Joey me miró y yo a su lado, tenía un nudo en la garganta. Él se detuvo y yo sin querer hablar, solo le acaricié su mejilla y contemplé por última vez sus profundos y celestes ojos. Él me miró, amándome con locura y deseó tirar todo por la borda.
_ No sé si prometerte esto, pero si puedo, volveré por ti
_...
Solo lo escuché y seguí acariciando su mejilla y a Joey se le llenaron los ojos de lágrimas y se desesperó.
_ No lo dudes nunca por favor Anaïs. Realmente fui muy feliz este poco tiempo que estuvimos juntos. Fui muy afortunado de haberte vuelto a encontrar y sé que si regreso, volveré a hacerlo
_ Quiero creerte, pero, es mejor que esto no lo hagamos más complicado sí – me miró triste y yo a punto de llorar, nos besamos con desesperación y amor.
Su vuelo fue anunciado por el alta voz y acabamos de besarnos, tristes.
_... Bueno, que tengas buen vuelo y mucha suerte – le dije ya con mis ojos hinchados por las lágrimas y él las miró con pesar.
_ Cuídate mucho
_ Si, tú igual
_ No te olvidaré nunca Anaïs y espero que tú tampoco lo hagas
_... No lo haré, descuida...
Me sonrió melancólico y el alto parlante volvió a anunciar su vuelo. Yo no aguanté más y salí huyendo de su lado sin decirle un último adiós, ni voltearme a verlo.
Él desecho, me vio correr y alejarme de su lado muy triste, y lo entendió, y con su corazón desolado, tomó su equipaje y fue al avión.
_ Adiós mi amada Anaïs. Voy a amarte siempre, siempre...
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