Capítulo 11
Con anhelos fui al campo de Margaritas, que Joey había comprado para mí.
Me senté con cuidado sobre una gran roca, que era ideal para sentarse y con afán, comencé a mirar y observar todo aquel enorme campo de margaritas.
Amaba las margaritas, era una de mis flores preferidas y Joey lo sabía.
Corrió viento y yo feliz, sentí una tranquilidad infinita y con las tiernas pataditas de nuestro bebe, me acaricié la barriga y me dejé atrapar por el viento, el que rozó en mis mejillas y largo cabello.
Me encantaba escuchar el viento y perdida en las margaritas, observé cómo se movían sus blancos pétalos y esbocé una sonrisa.
<< Mi vida. Mi amado Joey >>
Sus ojos brillaron de amor al verme sentada frente al campo de margaritas y sonrió. Con anhelos fue por mí.
Seguía aquel rico y relajante viento y yo ida en él y en las preciosas margaritas, él se sentó junto a mí y me miró. Yo lo vi a mi lado y mi corazón estalló de felicidad.
_ Sabía que te encontraría aquí – le sonreí.
_ Quería mirar las margaritas
_ Lo sé y estás tan preciosa como todas ellas – mis ojos brillaron y él los contempló perdidamente y luego sostuvo mi mejilla con amor.
_ Te amo demasiado mi Anaïs
_ Mí amado Joey. Nosotros también te amamos demasiado – me miró locamente enamorado y comenzó a besarme. Yo lo abrasé fuerte, muy fuerte.
Al cabo de besarme, yo le sonreí feliz y con pudor y él me amó con más locura y luego colocó su mano en mi enorme barriga. Amé que lo hiciera.
_ ¿Te sientes bien?
_ Muy bien. Estoy muy feliz – me sonrió enternecido.
_ Yo también lo estoy
Nos sonreímos y después nos tomamos de la mano con cariño y miramos las margaritas.
De pronto, los dos miramos unos globos volando en el cielo y no nos soltamos de la mano.
_ Mira cariño – más sonrió.
_ Son unos globos
_ Que lindos – dije con emoción y él me miró con amor y me abrazó.
Yo me recargué de su hombro y los dos con cariño, miramos con detenimiento como los globos volaban y volaban más lejos del cielo azul y luego sonreímos.
_ Ven aquí amor – más le sonreí y él se puso de pie, y atento, me tomó de las manos y me ayudó a colocarme de pie.
Tomó otra vez mi mano con cariño y me llevó a caminar por aquel campo cubierto de margaritas.
Nos volvimos a sonreír, y con afán, nos recostamos sobre todas aquellas margaritas.
Nos reímos y Joey me miró con destellos. Yo le sonreí y con deseos, tomé su mano, lo que a él le encantó y le provocó ternura.
_ Te amo
_ Y yo. Siempre
Más me sonrió y sin soltarnos, de nuevo, de la mano, miramos el cielo y vimos que aún aquellos globos seguían volando y los dos los seguimos mirando con atención, rodeados por todas las margaritas.
Días después...
Con ilusión y cariño, tomé el osito de peluche y me lo abrasé al pecho con todo mi amor, cuando de pronto, sentí un gran dolor en la barriga y se me escapó un grito.
Joey con un ramo de margaritas, me vio y corrió a sostenerme en sus brazos.
_ Niña mía
_...
No podía hablar, y asustada, me vino otra fuerte contracción y Joey me miró preocupado.
_ Ven aquí...
Me cargó con cuidado en sus brazos y me llevó a la cama.
Angustiada por nuestro bebe, me toqué la barriga y respiré hondo. Joey aún más alarmado, acarició mi mejilla.
_ Tranquila, todo va a salir bien
_... Tengo miedo
_ No, tranquila. Nada malo va a pasar. Yo voy a estar contigo – lo miré a punto de llorar y él se acostó a mi lado.
_ No te separes de mí – me miró con ternura y volvió a acariciar mi mejilla.
_ No me separaré. Te lo prometo
Lo miré perdidamente y sentí otra fuerte contracción y se me escaparon las lágrimas. Él tomó mi mano.
_... Cada vez son más fuertes...
_ A ver, déjame ayudarte...
Me abrazó con más cariño y acarició a nuestro bebe. Yo le sonreí y él me miró perdidamente enamorado.
_ Agradezco tanto de poder acompañarte en estos momentos
_ Mi Joey... - miré mi barriga – Mi amor, ya vas a conocer a tu papá – Joey más se derritió.
_ Te amo
Besó con ternura mis labios y yo, como pude, lo abrasé fuerte, con todo mi amor.
De pronto miré las bellas margaritas sobre la mesa y esbocé una sonrisa.
_... ¿Y esas margaritas? – volvió a mirarme con ternura.
_ Son para ti hermosa. Quería sorprenderte y te las compré
_ Eres tan tierno... - me miró todo enamorado. Sus ojos otra vez me sedujeron y volvió a acariciar mi mejilla.
_ Te amo tanto mi amor – le sonreí.
_ Y yo. Yo también te amo mucho. Te adoro
Los dos embelesados, estábamos tan felices porque nuestro bebe estaba a punto de nacer y volvimos a besarnos con desesperación y amor.
Solté otro dulce gemido en sus labios, él sostuvo mi rostro en sus manos y me miró preocupado.
_ Te llevaré al hospital
_...
_ Sujétate de mis hombros...
Afligida, él me cargó con cuidado en sus brazos. Me sonrió con ternura y luego me llevó con urgencia al hospital.
Mucho tiempo después...
La primavera volvió a llegar y nosotros felices en su jardín, miramos con cariño y alegría a nuestro pequeño bebe en mis brazos, el que sostenía mi tan preciado osito de peluche; yo le había puesto sus divertidos lentes rosas. Joey me miró perdidamente y yo le sonreí.
_ Eres tan linda cuando me sonríes
_ Mi Joey, mí amado Joey. Soy tan feliz aquí a tu lado y con nuestro pequeño – tomó mi mano.
_ Yo también lo soy. Soy inmensamente feliz de haber regresado a tu lado y que los dos, por nuestro amor tengamos este lindo hijo, nuestro hijo. Que seas mi esposa y que me ames tanto, como yo te amo ti – lo miré con emoción.
_ Te amo mi Joey
_ Y yo. Agradezco todos los días por haberte cruzado en mi vida y que te quedes por siempre en ella
_ Y que tú te quedes por siempre en la mía. Eres lo mejor que me ha pasado
Miró cautivado mis ojos emocionados y me amó con locura. Nos abrazamos fuerte y luego nos besamos largamente, atesorando cada segundo de nuestro beso. Pretendíamos detener el transcurso del tiempo ahí.
Nos sonreímos plenos y realizados, y tomados de la mano, comenzamos a pasear por su largo jardín, cubierto de plantas, árboles y sus bellas rosas.
Las rosas se movieron con el viento y las miramos con afán. Miré a Joey, él me miró y me regaló su sonrisa tierna y sexy, de la que me enamoró desde el primer instante en que lo vi por primera vez.
_ Gracias por estar en mi vida niña mía. Mi preciosa Anaïs
_ Mi Joey. Te adoro
Me miró con deslumbro y luego contempló cómo algunos pétalos rojos se desprendieron y cayeron sobre mí cabello, entonces, sus ojos brillaron con intensidad. Sostuvo más fuerte y con cariño mi mano y me sonrió sin parar.
Fin.
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