No cabía de la felicidad. Estaba muy ansiosa y los nervios me dominaban por completo. Solo anhelaba verlo y que él me viera y me sonriera, como siempre solía hacerlo.

Hace más de dos años que no nos vemos por su trabajo, aunque no creo que me recuerde mucho, por ser él mi cantante querido de siempre; yo para él soy solo una fan más.

Me había ganado el concurso, para verlo a él grabar, en directo, un demo en solista, en el estudio de grabación, que quedaba en la ciudad.

Por esos días, Joey andaba de visita en mi país y algunos de los que éramos más cercanos a su carrera, y a su banda, nos habíamos enterado de su regreso, y yo dispuesta y con anhelos me metí al concurso y gané tan preciado premio. Verlo grabar su demo en vivo y en directo, y estar tan cerca de él.

Nerviosa, las piernas y manos me temblaban y con frecuencia me acomodaba mi falda pintoresca.

La respiración se me aceleró al verlo entrar al estudio y él sonriendo como siempre, llevaba su guitarra. Se veía demasiado guapo y sexy; El corazón me palpitó fuerte, las manos me sudaron. Joey se sentó, apoyó su guitarra en su pierna y me vio. Ahí mi mundo se me llenó de corazones y alegría.

No lo pude creer y él fijo en mí, fue como si me hubiera reconocido, y sorprendido de verme; se puso contento y me sonrió de oreja a oreja. Yo le devolví mi sonrisa y ambos nos sonreímos, como si hubiéramos sido grandes amigos de toda la vida.

Sin dejar de mirarme, comenzó a tocar la guitarra para iniciar la grabación y yo volví a sonreírle.

Me sentí como si estuviera soñando y él pendiente de mí y de las cuerdas de su guitarra, empezó a cantar y ahí mis oídos se armonizaron y vibraron junto con mi alma.

Inmóvil frente a él, tras el enorme vidrio, lo miré con admiración y Joey cantando, su voz me hacía volar y solo pensar en alegría y en bellos sueños de amor junto a él.

Los encargados de la grabación les parecían genial su voz, junto con su música y él contento, cantó con pasión aquella canción; tocó la guitarra y volvió a mirarme a mí coqueto y con destellos.

<< ¡¿Qué es lo que está pasando que Joey me mira?! >>

<< Es como si estuviera solo pendiente de mí >>

De pronto me percaté que llevaba puesta aquella pintoresca falda con zapatos rosas y me puse más nerviosa y apenada.

<< No debí haber venido con esto >>

Por inercia me toqué el cintillo blanco en mi cabello y él siguió mirándome, ahora con ternura.

De pronto se sintió distraído y nervioso, trató de disimularlo. No podía darse el lujo de equivocarse en un momento como ese. Tenía que ser profesional.

<< ¡Oh cielos! >>

<< No quiero equivocarme y que justo ella me vea. Sería muy bochornoso para mí...>>

Noté que algo le sucedía y preocupada, Joey continuó tocando la guitarra, como todo un profesional y nervioso, recordó de pronto lo que tenía guardado en su bolso y que lo tenía por algo en especial.

Se acomodó los audífonos sobre su cabeza y siguió cantando frente a los encargados y a mí. Era increíble y maravilloso verlo cantar así, en esa faceta, no en público y solo para mí, y él serio y concentrado, puso todo de él y cantó y tocó con toda su pasión.

A punto de terminar volvió a mirarme y yo lo miré perdidamente.

La canción había terminado; él se sacó los audífonos de su cabeza y fijó una vez más sus ojos en mí y me sonrió.

_ Hemos terminado de grabar. La canción salió perfecta, Joey...

Los encargados se levantaron y en eso llegó la seguridad. Él pretendía acercárseme y ambos nos miramos y los guardias me ordenaron que tenía que abandonar el lugar.

Él no quería y nervioso, se levantó acelerado de su silla y en eso, uno de los guardias me tomó del brazo y me sacó del estudio.

<< ¡NO! >>

Triste, no pude despedirme de él y me conformé con que lo había visto, así tan de cerca, que él me había reconocido y sus constantes miradas y sonrisas para mí.

<< La felicidad nunca es duradera... >>

Eso pensé mientras iba caminando con melancolía, pero también con alegría, por el largo pasillo de aquel enorme estudio de grabación y solo pensando en Joey, en lo tierno y coqueto que fue conmigo, recordé sus ojos desesperantes y tristes al último y se me aceleró el corazón en el pecho.

Furioso, salió del estudio y corrió por el largo pasillo, dejando desconcertado a los encargados.

Impulsivo, miró por ambos lados de aquel pasillo, pero yo ya no estaba...

_ No es posible. No...

Molesto, siguió buscándome...

A las afueras del estacionamiento, volví a sentirme triste por no haberme podido despedir de él y miré el cielo cubierto de nubes.

Más que acelerado, de pronto me vio a las afueras del estacionamiento y corrió como si aquel segundo encuentro dependiera de toda su vida.

A punto de marcharme, una suave y ya reconocida voz me hizo detenerme en seco.

_ ¡Espera!

Me volteé y quedé, otra vez anonadada al ver que, por segunda vez, se trataba de Joey. Él cansado, me sonrió.

_... Espera, aún no te vayas por favor...

_... ¿Has corrido hasta aquí? ¿Por qué? – volvió a sonreírme.

_ Por ti – las piernas se me paralizaron y se me fue por unos instantes el aliento.

_... ¿Qué has dicho?... ¿Por mí?

_ Si... Disculpa, pero ¿Podemos sentarnos ahí? es que creo que corrí mucho – ambos nos pusimos a reír.

_ Sí, claro. Vamos...

Nos sentamos en la banqueta y él de lo más normal, yo otra vez no lo podía creer y feliz y agradecida, Joey volvió a sonreírme y mencionó mi nombre.

_ ¿Cómo has estado Anaïs? - lo miré descolocada. Jamás me esperé que supiera mi nombre.

_ ¿Cómo sabes mi nombre?

_ Tengo mis informantes. Ha pasado unos dos años de que nos vimos la última vez ¿No es así?

_ ¿Es decir que si sabes quién soy yo? ¿Me recuerdas? – me miró con destellos.

_ Jamás te he olvidado Anaïs – le sonreí con pena y él me contempló en silencio.

_ Así que participaste en el concurso y resultaste ser la única ganadora – me preguntó sonriéndome con ternura y yo me perdí en su tierna y sexy sonrisa.

_ Si. Cuando supe que ibas a venir y que una de las radios locales, de aquí, haría un concurso para verte grabar en vivo y en directo, no lo pensé dos veces, pero nunca me imaginé que yo ganaría

_ Para mí es un honor que tú hayas ganado y que me vieras grabar mi nuevo demo. Yo soy el afortunado de tenerte otra vez a mi lado – me dijo mirándome con anhelos y yo bajé la mirada con vergüenza y mucha alegría en mi interior.

_ ¿Tienes hambre? Podemos ir, no sé, a comer algo por ahí

_ Pero ¿Y no estás ocupado?

_ No, ya terminé con lo del demo, así que tengo el resto del día libre – le sonreí.

_ Suena genial

_ Entonces ¿Aceptas mi invitación?

_ Si, encantada – sus ojos brillaron de alegría.

_ Grandioso