(ㅂ3ㅂ)~ teddy bear
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dedicado a GabeAkasha ~
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A sus veintiocho años, Kyungsoo siempre ha sido una persona solitaria. Había tenido algunos amigos, los cuales conservaba con mucho cariño, algunos vía telefónica o texto, porque se habían mudado de ciudad y un par de ellos que veía de vez en cuando, cuando sus tiempos de sus trabajos se lo permitían.
Sin embargo, y pese a que había tenido parejas a lo largo de su vida, a KyungSoo no le importaban demasiado las fechas románticas, pese a que BaekHyun ㅡel esposo de uno de sus mejores amigosㅡ siempre dijera que era porque ninguna de sus parejas habían sido tomadas con seriedad.
ChanYeol siempre reía y le decía que no desesperara, que la persona indicada llegaría y que él sabría en ese momento que era la indicada. Pero KyungSoo siempre se mantenía en silencio, porque lo cierto era que no estaba desesperado, tenía un trabajo que si bien no era el mejor, era bastante estable; tenía un hogar que consistía en un pequeño departamento poco amueblado y también a sus amigos.
Salía a tomar alguna copa en el transcurso del mes y también había tenido una que otra pareja ocasional, sin que fuera algo serio el asunto, porque bueno, a KyungSoo no le iba bien en eso de relacionarse con las personas demasiado. Siempre terminaba estropeándolo de una u otra manera y quería evitarse ese tipo de situaciones si podía tener calor corporal de vez en cuando sin afectar su vida en absoluto.
Por eso, cuando JongDae le canceló la salida a cenar aquella tarde de Febrero, KyungSoo se sintió extraño. Tenía una reservación en un buen lugar y no quería ir solo, por suerte habían quedado después de que pasara San Valentín, para que el ambiente no estuviese tan pegajoso. Pero ahora que su mejor amigo había decidido tomar un vuelo para recuperar al amor de su vida, KyungSoo necesitaba cancelar o bien ir a disfrutar de la comida en solitario.
Mientras tanto y con la cabeza llena de escenas en las que JongDae bajaba dramáticamente de un avión con rosas y globos para decirle a MinSeok que lo perdonara por ser un estúpido ㅡél apoyaba a MinSeok en esa ocasión pero no podía decirle a JongDae, porque eran mejores amigosㅡ, el mayor que iba caminando por las transitadas calles de regreso a su departamento, se detuvo súbitamente, saliendo de su ensimismamiento para observar un cartel un poco llamativo de un pequeño restaurante en aquel lugar.
KyungSoo frunció el ceño, a él le encantaba comer, le gustaba mucho probar variedad de platillos en diversos lugares para mejorar su experiencia en la cocina y siempre ponía mucho afán en aprender los platillos que más le atraían de donde adquiría una buena comida.
El cartel rezaba «En Osolandia no importa si vienes sólo, probarás le mejor comida y nunca te sentirás solitario». KyungSoo arqueó una ceja, por supuesto que había ido a muchos restaurantes y por educación se dice que su comida es la mejor, pero lo cierto es que había visto a contados lugares adjudicarse de tener la mejor y más confortable comida.
Osilandia no le parecía el mejor nombre para un restaurante y KyungSoo se giró lo suficiente para ver la pequeña entrada que estaba con algunos cuantos clientes en espera, todos parecían no ir acompañados, y fue precisamente aquello lo que le llamó la atención. Regresó su vista al cartel y observó a un osito bailarín muy sonriente saludándole de regreso.
KyungSoo tenía hambre, así que bueno... podría quedarse y probar para determinar si es que era verdad que tenían la comida más reconfortante y la mejor, que lo hicieran sentir como en casa. Al menos eso era lo que vendían de fachada y eso era como mínimo lo que esperaba.
Así que se encaminó hacia la entrada y observó extrañado que no había arreglos de San Valentín como en todos los malditos escaparates de la maldita ciudad en aquellas fechas. Estaba bien, ese era otro motivo para quedarse.
ㅡ Disculpa, ¿esta es la fila? ㅡ KyungSoo habló y la muchacha que estaba parada junto a la puerta asintió con una sonrisa.
ㅡ Sí, ellos nos llaman cuando se desocupe una mesa.
ㅡ Perfecto.
Refugiarse bajo el techo del establecimiento le había venido como anillo al dedo, porque el clima en la ciudad en ese mes estaba un poco loco y las nubes grisáceas en el firmamento lucían amenazantes, aunque no sabía si era a causa de una nevada o quizá un poco de lluvia. A KyungSoo se le había olvidado consultar el estado del tiempo, pero ya tendría tiempo de hacerlo dentro.
Por suerte no tardó mucho tiempo en ser atendido, después de lo que fueron aproximadamente cinco o diez minutos de espera, una joven con un mandil de un oso sonriente le llamó para avisarle que ya había un lugar disponible y KyungSoo asintió, siendo guiado por la persona hasta una de las últimas habitaciones pequeñas donde las mesas se dividían singularmente.
ㅡ Le dejo el menú, en un momento vengo por su pedido.
KyungSoo asintió, mientras parpadeaba extrañado, el lugar estaba tranquilo, había música ambiental ligera y acogedora y en general aquello le hacía sentir bien, se acomodó en la silla y observó el asiento vacío que había enfrente y después se enfocó en ver el menú.
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ㅡ Ay mira, es tan guapo...
La voz de Seungwan salió chillona y Seulgi le dio un manotazo mientras asomaba la cabeza por una de las ventanillas para observar en la distancia hacia la dirección de las mesas atendidas por su amiga.
ㅡ Oh... es guapo, es verdad. Y está viendo desoladamente la silla.
ㅡ Awww, ¿qué se supone que debemos hacer? ㅡ Seungwan puchereó y arrugó la frente de manera infantil, mientras se giraba de nuevo hacia el cliente que había terminado de acomodar y suspiraba. ㅡ Ojalá alguien así me hiciera caso algún día.
ㅡ Ay niña, no digas tonterías. ㅡ SeulGi negó firmemente y después se giró para ir por el pasillo hacia la oficina del jefe, a la par que Seungwan la seguía después de reaccionar.
Las muchachas tocaron la puerta un par de veces y después abrieron para asomarse con cierto recelo hacia el escritorio.
ㅡ ¿Ahora qué? ㅡ Un hombre estaba sentado detrás del escritorio, con el ceño ligeramente fruncido mientras observaba los papeles en su escritorio, sacando ligeramente la lengua como si estuviese concentrado en ellos. No, no estaba respondiéndoles de mal humor, era su manera confianzuda de tratar a sus camareras.
ㅡ Jefe... ㅡ Seungwan chilló de nueva cuenta, abriendo la puerta por completo para entrar ㅡ Teddy no está, está ausente en la mesa 12 y hay un chico guapísimo solo, ¿qué se supone que hagamos?
ㅡ ¿Qué pasó con Teddy? Ya debería estar aquí ㅡ El hombre levantó la mirada dejando mostrar sus encantadores ojos cafés y sus labios especialmente gruesos que lo hacían un hombre muy atractivo y joven, sobre todo joven.
ㅡ Está en la tintorería, hubo un retraso. ㅡ SeulGi respondió.
ㅡ Jefe, ¿debería usar el disfraz de oso y sentarme con él? ㅡ Seungwan propuso y el hombre moreno la observó con gesto dudoso ante su sonrisa coqueta.
ㅡ Eres una coqueta Seungwan ㅡ el jefe respondió y después lo meditó un par de segundos ㅡ déjenlo, veré qué puedo hacer.
SeulGi se hundió de hombros y el muchacho se levantó de la silla, estirándose por completo, levantando las manos por encima de su cabeza mientras suspiraba.
Aquella sería una noche peculiar y entretenida.
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La siguiente vez que KyungSoo quitó la vista del menú, se sorprendió bastante, sus ojos se abrieron a la par que su boca y observó cómo alguien se sentaba frente a él, ¿acaso en ese restaurante para ahorrar espacio los sentaban con otros clientes y que así se sintieran «acompañados»? A Do no le gustaba para nada esa idea. No era muy bueno haciendo conversaciones, cuando quería ligar en alguna fiesta o bar, lo único que tenía que hacer era responder o preguntar sobre si quería una copa o si querían pasar directo a la cama.
Y bueno, las cosas sucedían. Pero tener que estar en ese lugar así de incómodo. Definitivamente no le gustaba.
Sin embargo, la persona levantó las manos envueltas en lo que parecían ser unas patas felpudas y se acomodó el gorrito felposo con orejitas a la vez, mostrándole su rostro que lo hizo removerse en su lugar porque joder, era un chico bastante apuesto.
Labios especialmente gruesos, nariz un poco chata y piel morena, cejas delgadas y ojos pequeños, pero con una sonrisa resplandeciente y encantadora que lo hicieron bajar la mirada a su menú nuevamente.
ㅡ ¿Está listo para ordenar? ㅡ la camarera que llevaba un vestido ampón color rojo y un mandil azul con su oso sonriente le habló y KyungSoo dudó sobre pedir o marcharse, porque la situación era bastante extraña.
ㅡ Eh...
ㅡ Le recomiendo el especial de hoy, es un estofado con kimchi y acompañado de arroz y trozos de tortas de calabaza. ㅡ La muchacha continuó y KyungSoo asintió aun dudando.
ㅡ Está bien, es la primera vez que como aquí.
La muchacha le sonrió con cierta coquetería que al mayor no le pasó desapercibido. ㅡ Puedo verlo, me alegra mucho que esté con nosotros, en seguida le pido su orden.
Al verla girarse, KyungSoo observó al otro hombre que había sido completamente ignorado por la muchacha, así que la llamó de regreso ㅡ Disculpa, ¿se te olvidó él?
ㅡ Oh no señor, mi jefe no come con los clientes.
Después de verla marchar nuevamente, el mayor entrecerró los ojos y se acomodó las gafas de pasta gruesa, ¿había dicho jefe? ¿Eso significaba que era el dueño del lugar? Eso lo hacía sentir un poco más incómodo. El tipo lo había estado observando mientras ordenaba pero en ese momento estaba viendo hacia el piso, como si pretendiera no estar ahí.
ㅡ Ehh... ¿disculpa?
JongIn reaccionó a la voz del cliente y parpadeó, dándole toda su atención nuevamente. ¡Maldición que era guapo! Era bastante apuesto, era bajito y sus mejillas eran redondas, sus labios eran gruesos y sus ojos grandes al igual que sus espesas cejas. Era ㅡpodría decirseㅡ completamente el tipo de JongIn, pero como estaba trabajando, no podía darse el lujo de coquetear, así que había optado por ser un oso invisible. Sí señor.
ㅡ ¿Está todo bien? ㅡ preguntó JongIn y KyungSoo se sintió un poco frustrado porque en realidad no sabía lo que se suponía pasaba. ㅡ Bien, me presento, soy Kim JongIn, dueño y administrador de Osilandia, me disculpo con usted porque Teddy Bear tuvo un imprevisto en la tintorería y no quisimos dejarlo pasar, así que estoy aquí para cubrirlo. Estaré en esta silla y usted puede comer en paz.
ㅡ ¿Teddy Bear? ㅡ KyungSoo preguntó extrañado.
ㅡ Así es señor, cada mesa es para dos, una para nuestros valiosos clientes y otra para un oso de felpa que los acompañe en su comida. Así ustedes se sienten cómodos y pueden comer bien. Es lo que hacemos en el restaurante, pero el día de hoy hay mucha demanda, por la temporada.
KyungSoo asintió, entendiendo el punto del comer acompañado, comían con el oso de felpa y sabrán los cielos qué más harían con ellos, quizá hablarles o algo por el estilo, lo cual a él le parecía absurdo, pero por lo cotizado del restaurante, parecía que a los demás no.
ㅡ Entonces ¿me observará mientras estoy comiendo sin decir nada? ㅡ KyungSoo preguntó y a JongIn se le tiñeron las mejillas, porque bueno, no había considerado que al cliente guapetón le incomodara la situación, pero después de ver que era la primera vez que asistía a aquel lugar, lo entendía.
ㅡ Si gusta puedo girarme hacia la pared ㅡ JongIn esbozó una sonrisa y le mostró sus dientes, mientras el otro arqueaba una ceja ㅡ es... política del restaurante, los clientes comen con un oso de felpa.
KyungSoo asintió ㅡ O con el propietario vestido de oso de felpa.
Los dos se echaron a reír por el comentario del mayor y el moreno asintió mientras que Seungwan llegaba con la comida del mayor, acomodando los platos en la mesa de madera, mientras que JongIn observaba todo discretamente, o al menos lo intentaba.
ㅡ Trae un poco del platillo de la receta de mamá, por favor. ㅡ Ordenó y Seungwan extrañada asintió, retirándose y dejándolos solos de nuevo ㅡ es algo que ella hace algunas veces cuando viene a visitarme, su sazón es exquisito.
KyungSoo asintió con seriedad, agradeciendo que el propietario quisiera compartir de su comida casera con él, y entonces observó la variedad que tenía enfrente y respiró profundamente, acercándose al plato del estofado para oler con precisión el platillo y poder comenzar a comer.
Tomó los palillos y comenzó a comer, tomando un poco de arroz y una tortita de calabaza para meterla con cuidado a su boca y degustar la experiencia por primera vez. Estaba bastante bien, tenía un sabor exquisito que lo hizo cerrar los ojos y disfrutar del momento por un instante, olvidándose por ese pequeño momento que no se encontraba solo, haciendo que se le tiñeran las mejillas cuando abrió de nueva cuenta los ojos.
JongIn estaba observando la mesa cuando eso ocurrió, observó de lleno la expresión del cliente y se sintió profundamente halagado de que la comida de su restaurante ㅡsupervisada por él mismoㅡ le pareciera buena o al menos eso se podía percibir. Sin embargo, había decidido desviar la mirada para no incomodarlo y estorbar en el momento íntimo de su cliente.
ㅡ Está delicioso. ㅡ Kyungsoo enunció y dibujó una sonrisa tímida, volviendo a ver sus platillos para tomar un poco de kimchi y verterlo en una hoja de lechuga.
ㅡ Me alegra que aprecie la comida.
Seungwan volvió con el platillo ordenado por su jefe y lo colocó en la mesa, mientras que JongIn asentía para que se retirara, pero antes de que lo hiciera, KyungSoo se aclaró la garganta y con la pena en la punta de la lengua y en todo su rostro, se determinó a hablar.
ㅡ Eh... bueno, si vas... si vas a estar aquí, deberías comer algo.
ㅡ ¿Yo? ㅡ preguntó JongIn, señalándose a sí mismo con el dedo de una manera que a KyungSoo le pareció ciertamente tierna.
El mayor asintió y volvió su vista hacia su plato, colorado por la manera en que aquello podía interpretarse. ㅡ Me sentiría menos incómodo.
ㅡ Al cliente lo que pida ㅡ JongIn se hundió de hombros y Seungwan abrió a boca con sorpresa, asintiendo y retirándose apresuradamente porque ella misma había visto comer a su jefe hacía menos de una hora y ahora estaba por comer nuevamente.
Cuando la comida del otro llegó, ambos estaban sumergidos en una atmósfera un poco más relajada, aunque no habían hablado mucho, puesto que JongIn no sabía si debía y KyungSoo no era bueno para iniciar conversaciones.
Los dos se enfocaron en comer, degustando los alimentos con cierto ímpetu a la par que sus miradas se escabullían directo hacia el otro, sólo para azorarse y bajarla nuevamente, con una pequeña sonrisa en los labios por haber sido atrapados en el intento.
Después de lo que pareció un buen rato en el que ambos decidieron verse con menos pena ㅡo eso intentó KyungSooㅡ, JongIn decidió arriesgarse un poco, de lo contrario, toda la velada se trataría de comer, aunque básicamente esa era la temática del restaurante, él quería saber un poco más de su cliente en ese momento.
ㅡ ¿Y... en qué trabajas? ㅡ el moreno preguntó, alcanzando la lechuga y rozando los dedos con los de su cliente por unos instantes antes de retraer su mano, porque se había distraído viéndole al rostro y no se había percatado de ello.
ㅡ ¿Sueles entrevistar a todos tus clientes? ㅡ KyungSoo preguntó, sonriendo mientras recogía su mano a la vez, sintiéndose extraño por toda la nueva experiencia.
ㅡ No, de hecho es la primera vez que sucede ― JongIn mencionó con gesto serio ㅡ disculpe si lo incomodé.
KyungSoo negó en automático cuando notó que el otro volvió a cambiar su manera de expresarse a una forma más respetuosa. ㅡ ¿En verdad soy el primero?
ㅡ Y el único, espero yo... ㅡ JongIn sonrió y KyungSoo se preguntó si aquello era una forma de coquetear con él. Aunque bien podría estar sobre pensando las cosas. ㅡ No lo digo porque no me guste estar aquí, lo digo porque es una falla del restaurante.
El mayor asintió y siguió comiendo, observando la seriedad en el rostro del propietario que se veía bastante lindo con su capucha de osito. KyungSoo nunca había pensado en un hombre con esa extraña combinación, o bien eran sexys y calientes o bien eran... no, era la primera vez que alguien se le hacía lindo y sensual a la vez.
Los labios del moreno eran tentadores y sus ojos brillantes se notaban coquetos, era alto y también su piel le parecía encantadora, su tono era muy bello. Pero con esa capucha y sus labios fruncidos eventualmente, lo hacían ser adorable. Era adorable y sexy, cosa que lo ponía a hacer locuras, seguramente por eso lo estaba observando más de la cuenta.
ㅡ Trabajo en la compañía de Kim JunMyeon, estoy en el departamento de recursos humanos.
ㅡ Oh... ㅡ JongIn había escuchado ese nombre antes, era una cadena de empresas la que el hombre tenía a lo largo del país, tiendas departamentales de alta calidad, por lo que asintió en automático ㅡ suena como que es un buen trabajo.
ㅡ La paga es buena y tengo los fines de semana libres. ㅡ KyungSoo se hundió de hombros para restarle importancia a su trabajo. ㅡ ¿Tú cocinas?
ㅡ Algunas veces, comencé este negocio y me incluí en la cocina, pero la administración del mismo a veces me deja agotado... y otras veces hay que hacer algunos sacrificios para con los clientes.
ㅡ Agradezco el sacrificio, supongo ㅡ KyungSoo respondió y JongIn negó en automático.
ㅡ Es un placer para mi acompañarte a cenar... ㅡ dijo el propietario, dándose cuenta de que el cliente nunca le había dicho su nombre.
El mayor dudó por un instante y después asintió, con las mejillas arreboladas. ㅡ KyungSoo, Do KyungSoo.
ㅡ Tienes un bonito nombre, KyungSoo ㅡ JongIn estiró la mano para saludarlo de manera formal y KyungSoo no dudó en tomarla esa vez, sintiendo un cosquilleo sobre la palma de su mano cuando el cálido roce entre ambos se dio.
ㅡ Está bien, eres un buen anfitrión ㅡ KyungSoo se mordió el labio inferior, apenado por el cumplido del otro y por estarse comportando como un colegial.
ㅡ Eso fue por mi cuenta, en verdad lo pienso. ㅡ JongIn murmuró y el mayor se aclaró la garganta, poniéndose un poco serio e intentando dejar atrás por un instante la pena que le suponía hablar con extraños.
Cuando estaba rodeado de personas que conocía, KyungSoo solía ser alegre, cómico e incluso un poco llevado, también era muy cursi algunas veces y encimoso, como con JongDae, siempre colgado de su brazo o del de MinSeok, disfrutando de buenos momentos entre todos. JongIn seguía siendo un extraño, por supuesto, pero había estado tan apenado que sentía que estaba dando la impresión incorrecta de alguna manera.
Y por algún motivo, en sus recónditos quería dejar una buena impresión.
ㅡ Tenías razón, tu madre tiene un sazón exquisito, esto sabe delicioso y yo soy muy exigente con la comida.
ㅡ ¿He superado la prueba? ㅡ JongIn arqueó una ceja y ladeó una sonrisa traviesa, mientras que KyungSoo se relamía los labios.
El corazón le retumbó porque no sabía si el tipo era así o estaba coqueteándole, y si se preguntan cómo era que conseguía tener sexo de vez en cuando, la respuesta era poniéndose muy ebrio, para dejar la vergüenza atrás.
ㅡ Depende, supongo que en parte.
ㅡ Eso me deja intrigado. ㅡ JongIn se acercó un poco a la mesa y KyungSoo se echó a reír.
Una risa de verdad, un poco escandalosa y con los labios bien abiertos, JongIn sintió su corazón latir fuerte cuando vio formarse en ellos un corazón, con sus dientes pulcros sonriéndole a su vez, haciendo que se viera encantador y guapo, bastante sensual.
Ah, JongIn caía con una simple mirada suya, con una sonrisa lo tenía en el suelo. Quería seguir coqueteando pero no sabía si el otro se sentiría ofendido. Al menos quería conservarlo como cliente, para deleitarse viéndolo regresar.
ㅡ ¡Ah! ㅡ JongIn se quejó escandalosamente ㅡ ¿Qué debería hacer para gustarte?
La pregunta salió de sus labios sin pensarla realmente, completamente ambigua, podría referirse a la comida y el lugar o bien, si KyungSoo quería, en otros términos.
El mayor se acaloró cuando lo escuchó y se mordió el labio inferior, pensando en cómo debería responder sin sentirse ni verse atrevido, mucho menos desesperado. Porque no lo estaba, a él no le iba bien en eso del amor, ni lo estaba buscando. JongIn era atractivo, seguro lo hacía magnífico en la cama y él quería comprobarlo, cerciorarse por completo, dejarlo sin aliento, sí, eso era. No era nada más.
ㅡ Eso es algo que te corresponde a ti decidir, ¿no lo crees?
JongIn asintió ante la respuesta ambigua del hombre y bajó la mirada insatisfecho aunque esperanzado, porque sí, de alguna manera sabía que estaban coqueteando implícitamente.
ㅡ Para ello tendría que conocerte mejor, pero me esforzaré en complacerte.
KyungSoo lo observó directo a los ojos y respiró profundo, intentando mantenerse en su lugar ante la peculiar manera de responder del moreno, bastante habilidoso, según lo que él pensaba.
ㅡ Me parece bien, supongo que podría regresar. ㅡ KyungSoo tomó una servilleta y se limpió cuidadosamente con ella, habiendo terminado sus alimentos definitivamente.
JongIn lo observó con detenimiento y asintió.
ㅡ Me agradas, JongIn... ㅡ KyungSoo volvió a decir, sintiéndose como si no fuera él, por estar tan desenvuelto con un extraño. ㅡ Y sé que esto es una locura porque tienes un restaurante, pero mi amigo me dejó plantado y creo que deberías tomar mi reservación pasado mañana en el Seoul light.
JongIn frunció el ceño ante el creciente rubor del otro y su mirada baja y apenada. Ese restaurante era famoso por ser caro, de los mejores de la ciudad, con reservaciones anticipadas por la alta demanda de la clientela.
ㅡ ¿Me estás invitando a salir? ㅡ JongIn preguntó y KyungSoo levantó el rostro repentinamente, azorado por cómo las cosas se habían interpretado.
¡Por supuesto que no lo estaba invitando a salir! Había creído que darle su reservación era un buen trato por pasarla bien, porque quizá tendría a alguien a quien llevar a cenar, aunque eso lo convertiría en un coqueto y playboy. KyungSoo nunca había invitado a salir a alguien que no fueran sus amigos, por lo que se sentía tembloroso por responder.
ㅡ Ehh... bueno yo
ㅡ Porque si no vas conmigo no entiendo para qué iría ㅡ JongIn se hundió de hombros al ver los nervios del otro crecer en todo su cuerpo, poniéndose tenso. ㅡ ¿Me estás pidiendo una cita?
KyungSoo no sabía qué responder, aquella noche era de locos. Había decidido detenerse a cenar pese a que en casa tenía qué comer, había terminado sentado con una persona vestida de oso y no solo eso, sino que había terminado hablando y coqueteando con el tipo, un extraño, sin una cama de por medio, coqueteos sutiles y bastante efectivos. ¿Cómo podía decir que sí y ser rechazado sin pasar vergüenza?
ㅡ Si quieres ir... podríamos ir.
ㅡ ¿Eres mayor que yo?
ㅡ ¿Eso importa en este momento? ㅡ KyungSoo arrugó la frente.
ㅡ Importa para mí ㅡ JongIn se hundió de hombros ㅡ quiero saber si es mayor o menor que yo el chico que me ha estado coqueteando toda la noche y me está pidiendo una cita sin saber si tengo un compromiso.
KyungSoo enmudeció ante aquello, se tensó por completo y perdió el color de su rostro porque seguramente se había propasado, en su vida había coqueteado tan descaradamente en un restaurante y sobre todo, la manera en que JongIn lo había descrito era espeluznante.
ㅡ Ehh... yo, lo siento.
ㅡ No te disculpes, ¿cuántos años tienes?
ㅡ Veintiocho, recién cumplidos. ㅡ KyungSoo respondió como pudo.
ㅡ Tengo veintisiete, recién cumplidos, hyung. ㅡ JongIn sonrió entonces, haciendo que el otro se sintiera extraño nuevamente, era una montaña rusa de emociones en una sola noche ㅡ Sí quiero salir contigo hyung.
KyungSoo, que había tomado un trago de soju, casi la devuelve cuando lo escuchó decir que sí quería salir con él, con el corazón bastante acelerado porque después de lo que había dicho antes eso era lo que menos se esperaba.
ㅡ Tengamos una cita, Do KyungSoo. ㅡ JongIn declaró y el mayor lo observó a los ojos por un instante que al moreno le pareció una eternidad.
Al final, KyungSoo sonrió mientras asentía, con el alma ligera y el corazón retumbando en su interior porque JongIn, el chico encantador que había conocido esa noche, quería no solo salir con él, quería tener una cita con él.
ㅡ ¿Paso por ti pasado mañana? ㅡ KyungSoo se mordió el labio inferior y JongIn se tornó pensativo al respecto.
ㅡ Creí que no podrías esperar...
ㅡ Mañana es San Valentín... ㅡ KyungSoo arrugó la nariz porque bueno, la fecha le parecía bastante comercial.
ㅡ Ven mañana, cenemos juntos aquí, después te dejaré llevarme a donde tú quieras. ㅡ JongIn lo observó con coquetería y KyungSoo observó la mano del muchacho estirarse sobre la mesa hacia él.
Se acercó para tomarla y enlazar sus dedos con ligereza, con su corazón agitado y las mejillas arreboladas, con la sangre hirviéndole y el estómago hecho un revoltijo. JongIn era guapo, era lindo y estaba viéndolo como si él también pensara lo mismo de él. Por supuesto que no podía esperar a mañana para cenar con él y llevarlo a algún lado después.
ㅡ Estaré aquí mañana a las ocho, y después iremos a otro lugar.
JongIn asintió mientras que ambos se tomaban de la mano, siendo interrumpidos por la camarera que llegó a retirar los platos de la mesa.
KyungSoo se marchó ese día con un número nuevo agendando en su teléfono, con la promesa de hablarle en cuanto llegara a casa y de una invitación a cenar para el día siguiente.
Se habían despedido con una larga mirada de apreciación y con las manos tocándose entre ellas, con el cosquilleo expandiéndose por toda la piel y una sensación anidándose entre su pecho y su estómago.
JongIn sonreía como los mismos dioses y KyungSoo se sintió atrevido cuando se acercó para dejarle un beso en la mejilla y el otro sorprendido, se inclinó para besarle la otra, cerca de los labios para tentarlo, para incitarlo a regresar, a que recordara que tenía un trato y que a final de cuentas aquello iba comenzando.
KyungSoo y JongIn cenarían juntos en San Valentín, en la comodidad de una habitación de Osilandia para no ser molestados y después irían a caminar para platicar y conocerse mejor, se despedirían con un beso amable y apetitoso y después tendrían una cita en un restaurante caro, como el comienzo de muchas citas que tendrían antes de llegar al sexo y descubrir lo bien complementados que estaban, lo mucho que ambos se gustaban y que a pesar de que su relación haya comenzado de la manera más extraña e inesperada, KyungSoo y JongIn sabían, que no la habían buscado, simplemente se dio.
Cuando KyungSoo salió aquella noche del restaurante, marcó inmediatamente a su mejor amigo, quien le respondió contento porque MinSeok lo había perdonado y lo escuchó incrédulo cuando Do le contó sobre su extraña experiencia.
ㅡ ¿Quién entra a un restaurante para solteros y sale con una cita con nadie más y nadie menos que con el dueño?
ㅡ ¡Mi mejor amigo! ㅡ JongDae respondió al otro lado de la línea, con MinSeok haciendo vítores para él ㅡ Estoy... orgulloso campeón, ve a por él.
Y bueno, eso era justo lo que KyungSoo quería hacer.
(ㅂ3ㅂ)
Notas:
Esta historia es parte de un intercambio que hicimos con algunas amigas por San valentín. Hace unos días vi en Twitter una imagen donde decían que había un restaurante donde cenabas con osos de felpa y alguien comentó que sería genial si JongIn sustituyera a un oso. Perdí el tweet :c pero de ahí salió mi idea.
Gabecita nim~ espero que te guste, te tengo mucho aprecio, gracias por los gratos momentos que me diste. Te deseo mucha felicidad siempre ♡
Espero que les haya gustado aunque sea un poquito uwu
Besos posholatosos ~
🌠Ary
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