28.
Ginevra Weasley
El sueño de toda mi vida había sido entrar a las Arpías de Holyhead.
Y cuando lo conseguí no lo haría para quedarme sin jugar. Mi entrenador me detestaba debido a mi mal carácter y porque cada vez que me molestaba algo solía mandar a la mierda a medio mundo y hablaba las cosas sin disfrazarselas a los periodistas deportivos.
—¡Odio a ese maldito hijo de puta! —resoplé mientras me levantaba del pecho de Scott.
Me había casado con Harry hace un año, pero no había sido capaz de dejar a Scott de lado; estaba completamente enamorada de él y nuestro sexo era increíble, para una mujer que hacía lo que se le daba la gana aquello era lo más importante.
¿Por qué me casé con Harry Potter entonces?
Pues porque era un sueño casarse con el amor de infancia, pero claramente nuestro matrimonio no era lo que esperaba ninguno de los dos, de hecho lo hicimos porque me quedé embarazada de James y mi madre montó una escena y no pude hacer más, mi padre intervino y a Harry no le quedó de otra que hacerse cargo.
Yo tampoco estaba contenta, sabía que era su hijo, en el período que me embaracé Scott estaba de viaje y era imposible que fuera de él. La convivencia había matado mucho nuestra relación y ninguno de los dos se esforzaba por reanimarla, Harry amaba su trabajo por antes que cualquier cosa, incluso que su hijo y yo no toleraba compartir la casa con un hombre así de frío.
Por lo que ninguno de los dos hacía mucho problema, seguíamos por las apariencias y para que no tuviéramos que dar explicaciones. Sin embargo Harry era tan correcto, que sabía que sería incapaz de serme infiel o al menos eso podía ser lo más probable.
—Cariño, no te ofusques; ahora tienes la oportunidad de estar en el equipo de tus sueños —dijo Scott mientras me besaba —Lo demás se verá con el tiempo.
Cuando entré al equipo por fin, me quedé embarazada por un descuido. Fuí una estúpida realmente pues yo no quería tener niños, sin embargo un día el grandioso elegido, decidió terminar dentro de mí sin consultarlo y yo daba por hecho que él había usado los hechizos anticonceptivos porque era algo que ya habíamos hablado desde hace mucho, ya no tomaba poción anticonceptiva porque me hacía subir de peso y necesitaba estar en mi mejor forma ahora que había entrado al equipo.
—¿Cómo mierda estoy embarazada?
—Pues nos hemos acostado, Ginny.
—Sabías que no quería niños, Harry.
—Pero yo siempre he querido uno, quiero ser un buen padre.
—Te odio, ni siquiera nos hemos casado—declaré —No pienso tenerlo, abortaré y no puedes hacer nada pues es mi cuerpo.
Harry metió en el asunto a mi conservadora y piadosa familia y mi madre no toleraba el hecho de que estuviera embarazada y no casada aún cuando ya no estábamos en el siglo pasado.
De cierta forma Harry Potter nos había unido hasta el fin de los tiempos y con James nacido y la vida de casados terminamos por matar cualquier tipo de sentimiento que en un momento llegamos a sentir el uno por el otro.
Jamás me había gustado la monogamia, no era para mí y por eso me encantaba Scott, siempre estuvo allí para mí desde que inicié mi vida sexual sin reclamarme exclusividad; seguí siendo una scort hasta que salí de la escuela y entré al equipo. Lastimosamente sabía que el niño no podía ser de ninguno de mis clientes porque era sumamente cuidadosa en ese aspecto.
Por lo que definitivamente tendría al heredero de Potter en mi vientre.
Detesté cómo quedó mi cuerpo después del parto, todo lo que había trabajado fue en vano pues tuve que guardar reposo intenso y después vino el terrible tiempo de amamantar que no se lo deseo a nadie, no era grato que alguien te mordiera los pezones con esa fuerza, definitivamente.
Y después se sumó la presión de mi entrenador.
Vinod Quarrel era un turco con una de las mejores estrategias y había sido una contratación asombrosa, en persona me había seleccionado para convertirme en la cazadora principal.
—La verdad que has sido una decepción, Ginevra —me habló en una reunión importante —Te contraté y qué haces tú, te embarazas; no sé si llegarás a jugar por el equipo realmente, luego del parto necesitarás demasiado tiempo de preparación y no puedo darme ese lujo.
Y allí estaba ahora, había entrado durante meses después de tener a James y aún no me llamaban a los juegos, de dinero no tenía que preocuparme, Harry tenía por montones y Scott también me daba una vida llena de lujos, pues quería lo mejor para mí.
Volver al equipo fue una decisión que tomé sin consultarle a nadie debido a que si lo planteaba todos se negarían y montarían un espectáculo de proporciones, que montaron claramente, pero como decía mi abuela es mejor pedir perdón que pedir permiso.
—Pues ustedes sabían que no quería hijos, lo pondremos en una sala cuna o le pagaremos una niñera —solté —No me interesa cuidar de él y privar mi carrera.
Y después de todo eso, allí estaba sin poder volar y con casi la mitad de la temporada sentada en los reemplazos en caso de que una de mis compañeras se cayera de la escoba.
Sí, pensé en tirar a una de la escoba, pero las chicas me caían demasiado bien como para hacerle algo a una de ellas. Mi odio era contra Harry, contra Vinod, contra mi familia en general.
Por lo que un día irrumpí en la oficina de Vinod y le reclamé por la poca consideración que había tenido conmigo.
—¿Qué eres capaz de hacer por tu puesto?
No tuve que darle más vueltas a sus palabras, llevaba años sabiendo perfectamente lo que los hombres querían de mí, no eran capaces de resistirse a mis encantos.
—¿Quieres acostarte conmigo, Vinod?
Mi franqueza y manera directa lo hicieron titubear, los hombres no estaban acostumbrados a que una fuera la que tomara la iniciativa. No le dí muchas vueltas y accedí a hacerlo, un hombre más no me haría ni más ni menos, por lo que me acosté con el entrenador y luego de una semana estaba de vuelta en la formación oficial del equipo.
Tuvimos muchas victorias y jugar me hizo volver a la vida, hace prácticamente dos años que no entraba en un estadio a patear los traseros de los contrincantes, me encantaba sentir el vuelo de la escoba y ver las caras de los contrincantes cuando les quitaba las quaffles y anotaba a favor del equipo, sin duda era lo que más me gustaba hacer.
Con Vinod las cosas mejoraron considerablemente y no pude evitar resistir a la tentación de seguir teniendo una aventura con él, quizás tenía un problema; pero cada cierto tiempo necesitaba de estímulos nuevos con los que disfrutar y él se convirtió en uno de ellos, durante mucho tiempo estuvimos juntos e incluso en varias ocasiones incluimos a Scott, la fantasía sexual de cualquier mujer debería ser que dos hombres hicieran de todo para complacer nuestro cuerpo.
Y eso funcionó muy bien en ese aspecto, Harry no se inmiscuía en mi vida, sabía que tenía varios amantes, pero yo tampoco lo haría público por lo que él no se vería expuesto a una vergüenza pública y eso era todo lo que a él le importaba.
La vida estaba sonriéndome y estaba contenta después de mucho tiempo en el que todo lo que hacía era cambiar pañales y dar pecho. Hubiera seguido así de no ser porque Scott comenzó con una idea que no hubiera imaginado jamás que pasaría por su cabeza.
— Quiero que tengamos un hijo, hace años que estamos juntos y te amo; no me importa que estés casada con otro—farfulló—Pero quiero algo nuestro, algo que sea de nosotros.
¿No podía pedirme otra cosa?
—Sabes Scott, te amo demasiado; pero sabes que no está en mis planes otro hijo—declaré —Y si es lo que tu quieres no me queda más remedio que dejarte ir si es algo que necesitas.
Aprendí que nada era de nadie, que las personas no nos pertenecían así que si Scott quería un hijo y otra mujer estaba dispuesta a dárselo, pues no le cortaría sus alas.
Decidimos darnos un tiempo separados, yo seguí con mi vida con normalidad hasta que lo más horrible sucedió, comencé con síntomas de embarazo y al hacerme un test tuve la horrible noticia de que estaba embarazada otra vez; sin embargo ahora tomaría las medidas por mi misma y no le dejaría elegir a nadie, primero porque no quería niños y segundo porque no tenía idea de quien era, con Scott habíamos dejalo de estar juntos hace unos meses y luego de eso seguí teniendo relaciones con Vinod y con otros hombres que me llamaban la atención.
Era difícil dejar los viejos hábitos que habían sido parte de tí durante tanto tiempo.
Sin embargo no lo tendría, aparté una hora en una clínica privada y haría la interrupción de manera terapéutica, según la prueba tenía cinco semanas, por lo que era totalmente viable realizar el procedimiento sin correr peligro de exponer mi salud.
Creo que cómo mujeres siempre debiesemos tener la oportunidad de elegir sobre qué hacer con nuestros cuerpos, nadie ni siquiera un esposo tendría que tener derecho a opinar sobre tu cuerpo o de los hijos que deberías de tener únicamente porque están casados, sin embargo el útero sigue siendo parte del cuerpo femenino.
En la clínica la doctora que me revisó no me observó con recelo ni con prejuicios, se limitó a darme las indicaciones, las fechas, lo que necesitaba y el tiempo de reposo que necesitaría después de que me liberara de aquella célula que se había apoderado en mi interior.
Fijé la fecha para el fin de semana, pues durante los días que venían tenía partidos importantes y no podía posponerlos, la vida estaba siendo como había querido hace mucho, tomaba las decisiones que quería y sin preguntarle a nadie.
Aquella noche sería un partido importante y necesitaba concentrarme para tener el mejor desempeño, había hablado hace unas semanas que sí brillaba en el estadio podría convertirme en la próxima capitana y eso significaba que tendría un aumento significativo de sueldo. Lo único que me faltaba por así decirlo era Scott, pues le extrañaba por lo que decidí llamarle.
—Allí estaré, hermosa —respondió —Sabes que te amo y no puedo mantenerme lejos, no te forzaré a nada y si no quieres nada con respecto a nuestro tiempo pues lo entenderé, prefiero estar cerca de tí.
Entré al estadio con una sonrisa en la cara, pues todo estaba saliendo como lo tenía planificado, la vida estaba sintiéndome de forma significativa. No me arrepentía de mis decisiones, de las personas con las que me rodeaba y había tomado una decisión, le pediría el divorcio a Harry ya que era una de las personas que no me dejaba avanzar de la forma que yo quería, lo nuestro no había sido un error, sólo que fue a destiempo y su insistencia en un hijo mató todo lo que podríamos haber sido si es que James no hubiera nacido.
De James no pensaba nada en específico, estaba contenta de que lo estuvieran criando personas que no amaran enserio, siempre dije que no sería una buena madre y aún así me obligaron a tenerlo, al menos era sincera y cedí su cuidado a mi madre que ahora era su tutora legal.
Por eso no esperé sentir un rayo que me impactó durante el partido.
—¡Esa perra se acostó con mi esposo! ¡Se metió en mi matrimonio!
Todo sucedió muy rápido cuando caí de la escoba.
Me enteré de que esa mujer era la esposa de Vinod y que se había enterado de nuestra aventura y por ende todo el mundo mágico lo sabía incluido Harry que apenas saliera del hospital me haría firmar el divorcio.
Me enteré que había sufrido de un aborto espontáneo.
Eso no era lo peor.
Una sensación de angustia recorrió mi cuerpo y me largué a llorar.
No podía sentir mis piernas.
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