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20.

Frederick Weasley.


¿Existe la lealtad dentro de la familia?

¿Un hermano estará para ti en todo momento y no te traicionará?

Al parecer eso no era de esa forma; al parecer en la familia podías encontrar los peores cuchillos, las peores traiciones y las peores mentiras. 

Y parecía ser que los Weasley no éramos la excepción.

Nuestra madre se esmeró en criarnos de la misma forma, a ella no podría atribuirle los sentimientos de rechazo que comencé a sentir por algunos miembros de mi familia, en especial por dos. Arthur Weasley y Molly Prewett eran los mejores seres humanos que se podrían llegar a conocer; no merecía tenerlos como padres. 

A pesar de todos los problemas que teníamos y que solía discutir con mi madre por cosas tan básicas como las de cualquier jóven a mi edad; ella tenía una paciencia de oro con nosotros, jamás nos ofendió, nunca hirió nuestros sentimientos, siempre hubo una sonrisa amable y generosa de parte de ella. Y si hablamos de mi padre era lo mismo, nadie en el mundo podría negar que era generoso, valiente y de buen corazón.

Por lo que cuando Percy comenzó a subir a la cima de lo que él llamaba éxito, le rompió el corazón a mamá; papá lo disimulaba muy bien pues quería verse  fuerte para mi madre, sin embargo podía notar en sus ojos la decepción que sentía al saber que Percy se avergonzaba de donde venía sólo por haber conseguido un buen puesto en el ministerio de magia al lado de Cornelius Fudge; para él ser el lamebotas del ministro era lo mejor que podría haberle sucedido en la vida. Cuando conoció a Audrey; su prometida, mamá le convido a una cena muy especial, estuvo horas esperando a que llegaran y eso jamás sucedió. Cuando mi padre lo mencionó para navidad sentí una indignación que jamás había sentido.

¿Cómo era posible que se avergonzara de nosotros?

¿Acaso el dinero había borrado todas las enseñanzas que nuestros padres le habían enseñado en un momento?

Sí, también era una mierda de persona, pero jamás hubiera tenido el corazón de dejarle a mi madre una cena servida y dejando que las velas se derritieran de esperar.

En ese momento fue la primera vez que sentí que las cosas en nuestra familia se habían comenzado a desmoronar poco a poco, sentí que el cariño ya no era tan genuino y primaban los intereses personales sobre el bien de todos nosotros. Fue un golpe duro, era triste ver cómo mamá sufría en silencio la ausencia de su hijo y trataba de que los demás no nos diéramos cuenta, pero Molly Weasley era un libro abierto que no podía ocultar sus emociones ni aunque se colocara una capa de invisibilidad.

Para intentar que ella se sintiera mejor , papá se comunicó con Charlie; mi hermano que vivía en Rumania y que trabajaba con Dragones. Al igual que todos; él se sintió podrido de saber que Percy estaba comportándose así con mamá; por lo que pidió unas vacaciones y vino a Londres para quedarse en casa por una temporada.  

Charlie, qué podría decir de él.

Ermitaño, antisocial, solitario, sarcástico pero valiente.

Valiente pero tenía otros defectos.

Uno que a mí no me agradó.

A Charlie le gustaba lo ajeno.

No hubiera sido nada que quisiera las cosas de los demás; él quería las mías y eso era algo que ni a un hermano se lo permitiría. 

Cuando él volvió al suceder lo de Percy, Nina y yo estábamos de lo mejor; hacíamos todo juntos y nos volvimos sumamente unidos,tanto que ella comenzó a ir mucho a la Madriguera durante ese verano después del accidente de mi padre. A mi madre parecía comenzar a caerle bien y mis hermanos ya no veían con recelo que estuviera con una chica de una casa rival; lo que en realidad a mi siempre me pareció una tontería. Pero no es a eso a donde quiero llegar, en el momento en que ella pisó un pie en mi casa pude percibir la manera curiosa con la que mi hermano se acercó a saber sobre ella, sobre sus padres y sobre cómo ella podría haberse fijado en un idiota como yo, haciendo alusión a que ella parecía muy inteligente y que yo era un inmaduro que se pasaba los días haciendo bromas e ideando cuál sería la próxima de víctima de Sortilegios Weasley.

— Creo que tendrás que ponerte a la altura o esta chica se cansará de tí muy pronto, hermanito— mencionó entre risas aquella tarde, para después sentarse junto a Bill.

Ese comentario me sentó cómo una patada en el estómago; pues en parte tenía razón, detestaba leer en grandes proporciones, no era muy aplicado en los estudios y mi sueño era montar lo más pronto posible una tienda de bromas que lo más probable me haría exitoso pero no de la forma que mis padres quisieran. Creo que se debió a eso que dicho comentario me hiciera enojar tanto.

— No necesito de tus opiniones, Charles—rebatí, totalmente odioso pues sabía que detestaba que lo llamaran así.

— Creo que el consejo de tu hermano mayor siempre tendría que ser bien recibido—añadió con toda la intención de avergonzarme— Nina — dijo directamente a ella— De verdad que creo que mereces un mejor partido. 

—¿Como quién?¿Como Malfoy? —bromeó George y le lancé una mirada asesina; era su deber apoyarme a mí y no seguirle las tonterías a Charlie.

Esa tarde pasó como muchas otras, sin embargo no me percaté de lo que pasaba hasta mucho tiempo después; claramente mi hermano trataba de hacerme ver como lo peor delante de mi novia cada vez que podía y eso me colocaba de un humor de mierda. Simplemente no entendía porqué le molestaba tanto que tuviera una novia que de verdad me quisiera, hasta que empecé a atar cabos sueltos. Cuando Charlie era un niño, teníamos una vecina una colina más abajo de nuestra casa y después se fueron a vivir a Australia, a ella le gustaba jugar con Percy y Charlie le molestaba hasta que él dejó de jugar con ella, por lo que la niña después se hizo amiga de él.

Esto era diferente, pero estaba seguro de que era la misma situación la que estaba sucediendo. 

Todo me decía que a Charlie estaba gustándole mi novia y quería hacer todo lo que fuera para que ella se fijara en él.

Primero que todo, mi hermano era un jodido desagradable que no hablaba con nadie y que tenía un número muy limitado de personas con las que solía relacionarse. Nina era una desconocida para él, sin embargo siempre trataba de sacarle tema de conversación o contarle sobre sus estúpidos dragones. Segundo, solía tener actitudes que no tenía con nadie más, le preguntaba si quería más jugo, si quería estar más cerca de la chimenea y buscaba su atención de las maneras más mínimas que se podrían pensar. Tercero, comencé a sentir una especie de competencia y comparación conmigo en todo ámbito.

Yo saqué el premio anual y Fred no.

Tuve matrícula de honor y tú no.

Me fuí al extranjero y aún no terminas la escuela.

¿Era necesario mencionar siempre cuando me dió peste burbuja?

¿Era necesario mencionar que había sido expulsado?

¿Era necesario compararse en cada momento?

¿Era necesario engrandecerse en base a mis defectos?

No, no, no y no.

No tenía motivos más que querer quitármela.

Obvio que no tenía pruebas, pero era temperamental y jamás conseguí quedarme callado cuando algo me molestaba, así que un día cuando salí de la ducha, él estaba esperando a entrar y ví el momento perfecto para encararle por la situación que estaba incomodándome.

— ¿No te cansas de querer llamar la atención de mi novia?

— ¿Ah? ¿De qué hablas?

— No te hagas el desentendido, me he dado cuenta de que tratas de hacer todos los esfuerzos para que ella hable contigo y ponga sus ojos en tí; eres un pésimo hermano, debiera darte vergüenza.

—Fred, porfavor no seas ridículo—señaló— Lo único que consigues con esto es demostrar tu inmadurez, quieres traer a tu novia a la familia pero no quieres que nadie se le acerque ¿Estás consciente de lo tóxico que eres?

— Pues ese es mi asunto, además te conozco más de lo que crees; sé lo que digo,no lo has negado.

— Pues Merlín nos ha dado discernimiento propio a todos; si quieres vivir en un mundo donde todo gira a tu alrededor adelante,ten claro que ella se cansará de tí con ese comportamiento.

— ¿Y ahí pretendes ir tras ella?

— De verdad que no tengo tiempo para tus pataletas de nene de quince años, madura. 

— Te diré una cosa Charlie; ella es mi novia y nada ni nadie va a separarnos.

— Uh ¿Y ella está enterada de esa seguridad que tienes contigo mismo?¿Si quiere terminarte vas a perseguirla hasta el cansancio como esos dementes de San Mungo a la siga de las visitas?

La sangre me hirvió y de verdad que le hubiera lanzado un hechizo si hubiera tenido la varita a mano.

— De verdad, lo digo por el bien de tu relación.

Pasó el tiempo y de verdad que quise dejarlo correr pues de nada me servía seguir haciéndome ideas de ese estilo, si mamá llegaba a enterarse me regañaría a mí; pues Bill y Charlie eran sus favoritos por el simple hecho de que vivían en el extranjero y que no les veía siempre. Además que había quedado demasiado nerviosa ante el ataque de papá y nadie quería darle más preocupaciones de las que ya tenía de por sí.  Por otra parte la Órden del Fénix estaba tomando fuerza y ella iba y venía de la Madriguera al cuartel de la sociedad durante todo el día. 

No obstante un día llegué a la casa de la familia Black, donde nos quedamos durante mucho tiempo, Sortilegios había abierto hace muy poco y estaba sumamente cansado; pero me llamó la atención oír susurrar a mis hermanos mayores en unas de las habitaciones más alejadas de la casa. Me acerqué como un infantil a la puerta y me quedé a la escucha.

— Sabes que tienes que olvidarlo, además eso es como una especie de capricho por este tonto juego que empezaron al competir por todo—escuché a Bill.

— Lo sé, pero no pude evitarlo; siento que ella me gusta demasiado.

Hablaban de una chica sin duda.

— Creo que lo mejor es que te vayas a Rumania y no regreses hasta que tus ideas locas se hayan calmado ¿Además no es muy menor para tí? Hasta sería ilegal en estos momentos, asaltacunas.

—Promete que no se lo dirás a nadie, menos a Fred. 

— No, cómo se te ocurre; querría quemar la casa y todo el planeta si se entera de que te has confundido y que te gusta su novia.

Esas palabras fueron lo que ya sabía y me confirmaban que no estuve equivocado.

— ¿Ella lo sabe?

— No, pero tal vez lo ha notado. 

—¿Cómo podría hacerlo, genio?

—Pues porque siento que puede que se haya dado cuenta la ultima vez que conversamos, le dí un dije con un dragón.

— No eres nada sutil, Charles.

Tenía dos opciones, enfrentarle y golpearle como nunca.

Esperar y vengarme.

En este momento iría por la opción dos. Él sabía lo importante que era ella para mí y aún así no tuvo ninguna delicadeza a la hora de intentar coquetearle en mis narices. 

Pensaría muy bien lo que haría. 

Comencé a leer pociones avanzadas en demasía y todos notaron aquel cambio, más no me importaron los comentarios que dejaban por mi nuevo hobbie. No sabían que trataba de concentrarme y de que lo que planeaba saliera del todo bien para cuando él se hubiera ido. 

Cuando Charlie decidió volver a Rumania, mamá fue a despedirlo con bombos y platillos, como i no fuera a volver a verlo en un mes. Le entregó una canasta de comida para el viaje largo y lloró en sus hombros. 

Al parecer ella presentía algo que no sabía en realidad, pero que me daría una total satisfacción.

Dos horas después llamaron a papá al ministerio para decirle que Charlie había sufrido de una grave descompensación y que su vida corría peligro. 

¿Que si yo era el causante de esa broma?

Pues claro, había envenenado la comida que mamá le había preparado. 

Con todas las intenciones de que estuviera lejos de Nina para siempre y que no se acercara nunca más. 

Claro que no contaba que le hicieran primeros auxilios y tampoco estaba en mis planes hacer sufrir a mamá denuevo. 

Eso no era parte del plan y como todo ensayo y error este había salido mal.

Pues no contaba con que Charlie viviera, es más deseaba que esa muerte fuera tan lenta como los segundos a los que sus pulmones les faltó el aire en medio de ese viaje. 



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