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11.

Neville Longbottom

La adrenalina que te genera hacer cosas malas es algo que no sientes en ninguna otra experiencia. 

El hecho de hacer cosas prohibidas va nutriendo esa parte oscura que todos tenemos en el interior , esa parte que algunos son capaces de mostrar , que otros ocultan y que otros logran reprimir.

Leer sobre magia oscura se había vuelto mi panorama favorito desde que descubrí lo que era capaz de hacer con un simple movimiento de mi varita.

Hogwarts era el lugar más aburrido del mundo con todas las normas que existían y con la ordinaria clase de Defensa contra las artes oscuras que nos impartían. Desde el  hecho de que jamás habían conseguido  un profesor decente para enseñarnos como se debía. Cuando los chicos de  Durmstrang  estuvieron en el castillo, tuve la oportunidad de simpatizar con dos de ellos. Ahí aprendí que su escuela era mucho más evolucionada de Hogwarts.

La puritana y bien comportada Hogwarts.

Demasiado reformada para enseñar artes oscuras reales y no las porquerías de los temarios que entregaban.

Stanley y Wladimir me contaron que su enseñanza era basada en esas artes ya que tenían un pensamiento sumamente supremacista, decían que sin artes oscuras jamás podríamos competir ni acabar con nuestros adversarios.

Eso me hizo mucho sentido en realidad.

Como se dieron cuenta que el tema me interesaba en demasía, antes de irse me regalaron bastantes libros que ellos ya no utilizaban , pues eran de sus cursos anteriores; también me dejaron una lista de libros que debía de pedir en la sección restringida para que me entretuviera aprendiendo por mi cuenta. 

Ya habían logrado meter el bichito de la curiosidad en mí , puesto que me contaron que muchos herbolarios en  Noruega, usaban plantas que aquí en Londres se consideraban prohibidas y que creaban pociones y venenos poderosos, algunos hasta llegaban a convertirse en alquimistas reconocidos. 

— En los países escandinavos Nev, la magia oscura no es mal vista. Es sólo una rama de la magia que solamente los más capaces logran usar debido a que rompen con lo establecido y con lo que es políticamente correcto — aún recuerdo las palabras de Wladimir al despedirse de mí. 

— Espero que nos volvamos a ver, eres capaz de hacer grandes cosas Longbottom, cuando termines de estudiar, emigra de Inglaterra, aquí no hay espacio para las mentes como las nuestras entre tantos conservadores— se despidió Stanley

Y tenían razón.

De verdad me sentía complacido por haber compartido con dos chicos de mi edad que tuvieran pensamientos similares a los míos. En Gryffindor si tenía amigos valiosos, pero Seamus y Dean jamás podrían entender la atracción que me provocaba la magia tenebrosa; de hecho creo que si lo supieran no lo entenderían, me jugarían creyendo que soy un mal chico.

Estaba cansado que todos se creyeran con la importancia de juzgar quien era realmente. Todos tenían una opinión y nadie sabía que en realidad yo disfrutaba torturando criaturas en el bosque.

Bueno, todo ese verano lo pasé con mi nariz enterrada en los libros que los chicos habían dejado para mí. Casi no salía de mi cuarto con tal de terminar el primero, realmente eran interesantes. No todo podía ser tan perfecto, el hecho de estar más callado y concentrado hizo que mi abuela –Augusta– fijara su atención de manera prácticamente asfixiante en mi persona.

— ¿Qué tanto haces metido aquí, niño? ¡Ni siquiera sales a tomar algo de sol! Mira lo blancucho que estás — solía decirme cada vez que entraba en mi habitación.

Cuando sentía sus tacones debía de ocultar mis libros y fingir que leía historietas muggles que antes solían ser mi pasatiempo favorita.

— No quiero abuela, estoy bien aquí — esa siempre era mi respuesta para ella.

Detestaba que entrara en mi habitación con tanta autoridad y propiedad. Bueno a decir verdad la detestaba a ella, pero  trataba de no ponerme a discutir ya que era una anciana y ya debía de tener algunas de sus facultades alteradas.

Tenía una tabla suelta detrás de mi armario para guardar mi material, no quería que por ningún motivo mi abuela diera con los libros o quizás qué me haría.

Al volver a Hogwarts me dediqué a seguir fingiendo ser un estúpido débil, pero en las noches solía leer a escondidas o a veces me iba a la biblioteca para estar más tranquilo.

— ¿Qué es lo que estás leyendo, Nev?

Un día la voz de Hermione me sacó de mi mundo oscuro de lectura y como acto reflejo cerré el libro por la contraportada para que no pudiera ver el título.

— No tiene importancia, es un libro de herbolaria — sonreí, mintiendo con facilidad.

Ella frunció el ceño ya que no se creía lo que le dije.

— ¿Puedo verlo?

—No — dije en tono firme por primera vez en mi vida — lo estoy usando ¿Dime que querías?

Ella se sintió atacada claramente, pero yo no podía hacerme cargo de sus berrinches ridículos.

— Veo que estás de mal humor, sólo quería conversar contigo.

— Pues si es que no lo haz notado, estoy ocupado —le respondí de manera algo más suave— tengo notas personales dentro, por eso no puedo dártelo — expliqué, suavizando un poco la situación.

Ella sintió y me comentó algo sobre unas materias y se instaló en mi mesa.

Mierda.

¿Es que acaso uno no podía leer sin  interrupción en esta maldita escuela?

Cuando el material de lectura se acabó, tuve que ingeniármelas para que Madame Sprout me diera los permisos para entrar a la sección restringida. Tuve que desarmarme en explicaciones para que ella se resignara a firmarme uno de los pases que guardaba en un cajón de su escritorio del despacho que tenía.

Cajón que guardaba con una clave mágica y despacho que cerraba con llave.

— Espero que encuentres lo que buscas, pero no pases tanto tiempo allí Longbottom — no quiero que vayas por el mal camino — dijo cerrando su aula y palmeando mi espalda.

Ay sí Neville, no vayas por el mal camino.

Mal camino mis pelotas.

¿Qué quería? ¿Que me quedara limpiando invernaderos toda la vida y echando abono a las frambuesas gigantes toda la vida?

Al demonio con la herbolaria basica, joder.

En la biblioteca no podía quedarme a leer, ya que no faltaría el que me viera y me llegaría a molestar. Por lo que después de días pude hallar un buen escondite al inicio del bosque prohibido. El lugar no me daba miedo, yo sólo quería leer, además llevaba demasiado tiempo allí para que me asustase el bosque.

Era toda una odisea el que nadie me viera, ya que tenía que pasar sin ser visto tras la cabaña de Hagrid, esquivar a mis compañeros, esquivar al señor Filch.

Ese lugar para mí era el paraíso, nadie me hacía preguntas y podía aprender de la rama que yo quería saber, podía practicar lo aprendido con los mismos animales del lugar y nadie sabría.

O eso era lo que yo creía.

Un día luego de aprender un maleficio que hizo que unas flores se marchitasen de inmediato, escuché una voz salir de entre la espesura.

— Miren a quien tenemos aquí, Neville Longbottom.

Sentí nerviosismo.

Garret Swanson de Slytherin me había descubierto.

Garret era de mi año y según lo que yo sabía era muy disciplinado, pero tenía una conducta reprochable, solía meterse en problemas constantemente.

— Sabes, realmente eres un genio. — pronunció — Nunca me hubiese imaginado que el buen Neville era quien estuvo causando caos en el bosque el año pasado.

Le miré fijo y él no apartó su vista de mí. Me miró de arriba a abajo y me sentí algo intimidado por su presencia. Las habilidades sociales no eran lo mío y jamás lo serían.

— Pues no te quedes ahí, continúa — me alentó — quiero ver como haces que se marchite todo este bosque.

Swanson ¿Vas a delatarme? — le pregunté una vez que se sentó en una roca a observarme.

Sus ojos de serpiente y su sonrisa malévola se incrementaron. Tenía el cabello rubio y ojos verdes, tez clara y una contextura ni muy delgada, ni muy musculosa.

Todas las chicas morían por él, pero él sólo se dedicaba a leer por los pasillos sin darles ilusión alguna.

— ¿Por qué te delataría? Me encanta la gente a la que le gusta desatar el infierno — comentó con veracidad— claramente tú eres uno de ellos, sabes fingir.

Sonreí y seguí en lo mío mientras él observaba atento mis movimientos.

— ¿Por qué haces esto Neville? ¿Rebeldía? ¿Una etapa descontrolada?

Esta vez fuí yo el que se acercó con confianza, me senté en la misma roca y sonreí.

— Me gusta demasiado la magia oscura, me gusta sentir el poder que te otorga el torturar o destruir algo.

Desde ese día Swanson se convirtió en lo que podría decirse mi mejor amigo, compañero de lectura y de esos crímenes que cometíamos en el bosque. Ahora sí éramos más cuidadosos de lo que yo había sido el año pasado, éramos dos personas y no quería levantar las sospechas de nadie más.

— ¿Qué crees que dirían tus padres si llegasen a enterarse de lo que haces Nev? ¿Qué crees que pensarían de tí por estar causando este caos en los animales? — me preguntó un día..

Mi respuesta fue certera.

— Pues jamás lo sabrán, eso debido a que ellos eran como estos animales — respondí — no les odio, no les tengo resentimiento ni nada, sólo que creo que lo que les sucedió a ellos me dió las armas para querer que no me suceda a mí.

Él miró mi semblante con curiosidad.

— Debí aprender a no ser débil Garret — farfullé—En la vida eres presa o predador y decidí por el último.

— Me gusta cómo piensas Longbottom, son ellos o tú — reconoció — y si algo malo sucede alguna vez, mejor ellos que tú.

Me entendía de lo mejor con Garret, era parecido a mí en los intereses y gustos. Su familia era relajada en todo sentido y no le daba problemas por nada, ni siquiera le regañaban cuando les mandaban llamar debido a los constantes problemas en los que se metía.

En él había hallado un par realmente importante, un amigo con el que compartía intereses y gustos.

Un día llegó corriendo a sentarse a la mesa de Gryffindor junto a mí. Traía un afiche en la mano y me lo entregó.

— Debes entrar a este concurso. —señaló.

Leí el papel y pude ver que la profesora Sprout estaba convocando a un concurso de Herbolaria.
El ganador obtendría una colección completa de libros de un renombrado mago internacional, líder en la creación de pociones a base de plantas medicinales.

— ¡Seguro que ganas!¡Debes entrar!

Leí otra vez, para ganar había que tener la plantación mejor cuidada de Mantise Devoratum, una especie de planta carnívora muy complicada pero valiosa para control de plagas.

— ¿Estás seguro de que puedo ganar?

— ¡Por supuesto! ¿Dime que no quieres ver a Analise Brown humillada? Estoy seguro que ya se apuntó.

Analise era una Hufflepuff a la que le iba muy bien en el ramo y la maestra le tenía bastante aprecio. Podía decirse que solíamos competir en las calificaciones y siempre se pavoneaba cuando algo le salía a la perfección o mejor que a mí.

— Podemos usar los libros de la sección prohibida para averiguar cómo hacer crecer las plantas en poco tiempo — me animó Garret — Te ayudaré, pero mereces el reconocimiento.

— ¿Lo dices enserio por mí? ¿O quieres ver humillada a Analise? ¿Alguna venganza de ex novios?— pregunté.

Él se rió con fuerza.

— ¿Es en serio Neville? ¿No te has dado cuenta? No me interesa ella, soy gay.

Eso no me lo esperaba, jamás lo hubiera pensado en realidad.

— Pues, no. — determiné — no lo sabía.

— Eres tan inocente aún para algunas cosas, sígueme. Debes inscribirte — ordenó tirando de mí.

En el tiempo que siguió realicé un montón de acciones que solo jamás me hubiera animado a hacer.

•No teníamos acceso a la sección prohibida sin permiso y junto a Garret, robamos los pases de Madame Sprout.

•Falsificamos su firma en ellos para entrar.

•Finalmente, hicimos copias de los textos para poder tener más información sin necesidad de ir a la biblioteca

Demasiado para el buen Neville, obvio.

Comencé la plantación y comenzó siendo fructífera, pero no crecía con la rapidez que yo quería. Por lo que destinamos horas y horas para buscar algo que nos ayudara. Noches en vela leyendo libros de hierbas prohibidas o con capacidades extraordinarias que no estaban autorizadas.

Hasta que dimos con una solución.

La sangre de unicornio, provocará que cualquier cultivo crezca de manera rápida y eficaz— leyó Garret —su uso no traerá problemas al mago, mientras no la consuma.

— ¿Qué? No podemos hacer eso Swanson, es demasiado arriesgado y peligroso — señalé — podrían expulsarnos, nos romperían la varita si nos descubren.

— ¿Y por qué tendrían que hacerlo? — cuestionó acercándose a mí — Durante meses no han dado con quien causó el daño en las criaturas del bosque ¿Una más qué más da? No vamos a beber la sangre, sólo la usaremos como fertilizante.

— No lo sé — murmuré dubitativo — es demasiado arriesgado.

Matar un unicornio era un crimen horrible y te dejaba como un ser despiadado y cruel.

— Pues creo que llegó la hora de hacer cosas de hombres, basta de juegos de niños ¿No quieres que te tomen en serio? Pues esta es tu oportunidad Neville.

Después de decir eso, me besó delicadamente.

No lo frené ya que también me sentí atraído por él desde que apareció en el bosque la primera vez, jamás me sentí atraído del todo por las chicas, ya sabía el porqué.

— ¿Eso es un sí?

Asentí.

Él sonrió.

— No te preocupes, tú eres el herbolario, yo llevaré la poción — terminó por decir en un tono algo macabro.

Cuando colocas a las personas correctas en tu vida todo marcha sobre ruedas.

Eso es lo que pasó conmigo.

Garret hizo un veneno potente y una noche decidimos usarla en un unicornio del bosque prohibido. Con un cuchillo le abrimos el cuello para que la sangre brotara de la fuente misma.

Al día siguiente todos estaban escandalizados por lo sucedido y nuevamente se activó el protocolo y se llamó al departamento ambiental y de cuidado de criaturas mágicas. No hay que mencionar que Hagrid lloraba como un estúpido la muerte del animal.

Mis hermosas plantas crecieron con fuerza y nadie pudo ganarme en el concurso.

Anelise estaba de muerte.

La profesora Sprout se hallaba muy feliz, ya que podría usar mis plantas para librar una plaga de mosquitos que acechaba los invernaderos.

Gané mis preciados libros, gane reconocimiento ya que descubrí que el rocío de nieve, incrementa el crecimiento de las plantas y era verdad sólo que tarda más que hacerlo con sangre de unicornio.

Un hombre del ministerio me ofreció una beca en Islandia saliendo de Hogwarts.

Y por cierto, mi relación con Garret está mejor que nunca.

¿Genial no?

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