POV Ariana.

—¡Ya están aquí! —gritó Hanna desde la puerta. —¡Dios mío, Ana!

—No me iré sabiendo que estás viva perra —dijo Manuel cargando la pistola. —Adiós, Ana.

No hay tiempo, Manuel hará que nos lleven a la cárcel a todos.

—¡Vamos! —Carlos me tomó del brazo. Me giré, no quiero saber nada más, comenzamos a caminar hasta el cuarto trasero, podremos salir por la ventana. —¡Rápido, Ariana!

Carlos estaba jalándome del brazo, para que caminará mas rápido.

No puedo creer que esa perra, nos haya arruinado, sabía que teníamos que matarla desde el primer día que la vimos en esta estúpida escuela.

Subí a la ventana, pronto escuché unos disparos provenientes de la casa, espero de todo corazón que no sean dirigidos a Manuel.

—¡Maldita sea, Ariana! —dijo Carlos enojado. —Esto se salió de control, tenemos que irnos lejos.

—¿Lo dejaremos? —pregunté.

—Pues sí, no hay de otra, lo que más me preocupa, es el maldito dinero, no podemos regresar por él, podrían vernos.

Yo también, pero el dinero se puede recuperar fácilmente, solo tendríamos que iniciar el juego otra vez, en otra parte.

—El dinero no importa, idiota, vámonos si no quieres ir a la cárcel.

Comenzamos a alejarnos de aquí, ahora tendremos que comenzar de nuevo, no podemos dejar que esto arruine nuestras vidas, aunque hay algo que quiero hacer antes de irme, algo que quise hacer desde el primer día que miré a Ana, quiero matarla, ella no puede quedar libre como si nada, aunque, el video tal vez la mande a la cárcel.

***

POV Ana.

Los policías sacaron a Manuel de aquí, aunque no quiero que el terminé en la cárcel, él no merece estar en la cárcel, después de todo lo que ha hecho el merece la muerte y de la manera más dolorosa posible.

Mi tía y Melanie se fueron sin dirigirme la palabra, estoy muy feliz de que no les haya pasado nada.

Me puse de pie, caminé hasta Hanna, a ella la estaban poniendo en una camilla, espero ella este bien.

—¿Estás bien, Ana? —preguntó Pablo acercándose a mí.

—Se me hace extraño verte solo, siempre a la sombra de Ariana —dije. —Estoy bien, gracias a ti.

—No fue nada.

Me giré para ver a Hanna, ella ya estaba en la ambulancia, creo que tengo que contarle todo lo del director Heck a alguien.

Me da miedo ir a la policía, primero tengo que recuperar algo que el idiota de Manuel puso en la oficina del director, mi video, el video donde asesino al profesor Hernández, el padre de Paola.

—¡Ana! —gritó Diego.

Lo vi, él estaba con los demás, Emily ya estaba arriba de la ambulancia.

—¿Qué pasa? —pregunté.

—¿No iras con Hanna? —preguntó Diego confundido.

—No, primero tengo que recuperar algo que me puede mandar a la cárcel, después los veo allá.

Estaba un poco nerviosa de tener que ver al director otra vez, pero tenía que hacerlo.

—Yo voy contigo, Ana —mencionó Pablo sonriendo.

Asentí con la cabeza, los demás fueron al hospital en la ambulancia de Hanna.

—Siento mucho lo de tu hermana, me siento terrible por todo —mencionó Pablo agachando la cabeza.

No quise decir nada, pues él no es el culpable, aquí el culpable de que mi vida sea una miseria es Manuel.

Comenzamos a caminar hasta la escuela, no estaba muy lejos, al llegar al campus, miré unos policías afuera, mi corazón comenzó a latir demasiado rápido, de solo pensar que el director encontró mi video.

—Algo pasó, Ana —la mirada de Pablo estaba puesta en el estacionamiento de la universidad.

Miré hacia allá, había personas mirando algo tirado en el suelo, inmediatamente se me vino a la mente Rosa, ella sigue secuestrada.

Comenzamos a caminar hasta ahí, al llegar mire a Ángel tirado en el suelo, tenía raspones en su cara, creo que lo atropellaron.

—Ana, Ángel mató a Danna —dijo Nina acercándose a mí.

—Si, tienes razón, pero él no lo hizo solo, tiene ayudantes, para ser exactos tiene dos.

—Ana no hay tiempo, tenemos que conseguir el USB —me apresuró Pablo tomándome de la mano.

Él tiene razón, no puedo distraerme tanto de lo que vine hacer.

—¿Una memoria igual a esta? —preguntó Mike acercándose a mí.

—¡Cállate, Mike! —Pablo lo empujó.

—¿Es igual a esa? —pregunté mirando a Pablo.

—Se parece, pero no puede ser esa, Manuel estaba a punto de matarlo, así que no le daría una copia, ni nada de eso,

Estaba muy nerviosa, aquí había personas que podían escuchar de lo que estábamos hablando.

—Pablo, mejor vámonos de aquí.

Comenzamos a caminar lejos de Mike, Nina solo nos estaba siguiendo.

—¡Ana, espera! —gritó ella.

—¿Qué? —pregunte un poco enojada, solo quería recuperar la memoria y dejar de temer.

—¿De qué es la memoria? ¿Tiene algo que ver con los 50 días?

—No Nina, tienen algo peor, y descuida no te involucra a ti.

Me volteé y seguí caminando hasta el edificio donde estaban las oficinas, en la entrada miré a Lizbeth y Verónica, este día no puede estar peor, solo desaparezcan malditas.

—No les tomemos importancia —dije mirando a Verónica y a Lizbeth.

Al llegar con ellas, Lizbeth me mostró otra memoria similar a la que Mike me mostró.

—Nosotras la tenemos, Ana, todo gracias a Mike —Liz sonrió.

Miré a Pablo, él solo agacho la cabeza.

—Mike si sabía de esto, Ana, esa si es la memoria.

—Lizbeth, por favor solo dame la maldita memoria, por favor.

Ella negó rápidamente.

—No.

—Por favor, eso puede destruir mi vida —dije muy asustada.

—Pues es lo que quiero, destruirte la vida.

Lizbeth se miraba muy decidida, por nada del mundo cambiara de parecer, pero ni yo, tengo que recuperar esa maldita memoria.

—¡Dámela! —grité molesta.

—No —nuevamente dijo Lizbeth con cara seria, parece que ella quiere hacerme enojar, y vaya que lo está logrando.

—¡Dame la maldita memoria! —grité más molesta aun, la tomé fuertemente de la mano, solo quería tomar la memoria.

Ella solo trataba de zafarse de mí, tratando de hacer que no alcance la memoria.

—¿Qué está pasando aquí? —preguntó el profesor Alberto tomando la memoria de la mano de Lizbeth.

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Espero y les haya gustado.