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Capítulo 38.

POV Ana.

—¡Tenemos que hacer algo! —grité asustada.

Manuel no puede hacer nada, aquí aún hay mucha gente.

Comencé a caminar hasta allá, Manuel solo las tenía sujetadas de la mano, no podía llamar la atención de todos o estaría acabado.

—¡Ana, no! —Diego me detuvo tomando mi mano.

—No puedo dejar que se las lleve.

Me zafé del agarré de diego y comencé a caminar hasta allá.

—Sera mejor que no vayas, Ana, si esto se sale de control, Manuel querrá llevarte con él.

No puedo ignorar lo que dice Hanna, Manuel si sería capaz, pero ahora mismo no puedo pensar bien, seguí caminando, tengo que intentar hacer algo.

—¡Ana! —nuevamente gritó Nina.

Apresure mi paso, los demás solo comenzaron a seguirme, ellos no podrán detenerme.

Al llegar, ahí estaba Manuel, él las tenia del brazo, no hacía nada porque el director Heck estaba a unos cuantos metros.

—No lo harás, Manuel —dije mirándolo fijamente, él se miraba molesto, lo expresaba apretando la mano de Camila.

—Lárgate de aquí, Ana, solo empeoraras las cosas —mencionó Ariana empujándome a un lado.

—Es cierto, Ana, vete de aquí —Pablo me miró molesto.

Carlos, Ariana, Pablo y Manuel se dieron la vuelta, comenzaron a jalar a las chicas, pero Nina me tomó del brazo.

—Esto no les conviene a ninguno de los dos —mencionó Emily. —Los dos se irán a la cárcel si esto no se soluciona.

—Es verdad, por favor, Ana, solo deja que se las lleve —dijo Melanie.

No puedo creer lo que está diciendo Melanie, no hare eso, estoy segura de que Manuel tendrá miedo y las dejará.

—Hazle caso a tu primita, Ana —Manuel rio. —No querrás que se enoje.

—¡Por favor, ayúdame, no dejes que nos mate! —Camila estaba comenzando a llorar.

Nina aún me tenía tomada del brazo, no soy capaz de dejarlas.

—No lo haré, Manuel, así que, si no quieres que esto se ponga feo, déjalas.

—¡Déjalas, ya las encontraremos después! —gritó Carlos asustado miré a la izquierda, el director comenzaba a caminar hasta nosotros.

—Esto se acabó, Manuel, ¿Tú decides?

—¡Maldita sea! —gritó él molesto.

Manuel metió su mano a su bolsillo, él estaba muy molesto, saco una pequeña navaja.

—No podrás hacerlo, Manuel, ya lárgate —dijo Ian riendo.

Saúl se acercó y tomó a Nina y la alejó un poco de aquí, pero Manuel aún sostenía a Camila, el director cada vez estaba más y más cerca de nosotros.

—Al menos una —dijo y soltó a Camila, mire que la navaja iba con sangre.

—Ana, ayúdame.

Sangre comenzaba a salir de su estómago, el director solo se paró frente a nosotros, yo solo recargue a Camila en mi hombro, estaba muy asustada, no sabía qué hacer.

—¿Qué pasa, jóvenes? —preguntó el director.

—Nada —dije muy nerviosa, pero obvio tratando de ocultarlo.

—¡Ana! —exclamó Camila., podía notar que estaba sintiendo mucho miedo y dolor.

—Tranquila, todo va a estar bien, lo juro —dije tratando de que no se me escapara una lagrima.

Hanna me tomó de la mano y comenzó a jalarme.

—Nos tenemos que ir —Diego se acercó a mí.

—No quiero tener más problemas en la escuela, recuerden que estoy todos los días en mi oficina, con confianza vayan y hablamos de lo que quieran —el director solo se fue.

Rápido me deje caer en el suelo, Camila no estaba respirando, estaba muy pálida, ahora también yo estaba toda llena de sangre.

—¡Ana, le hubieras dicho! —exclamó Melanie.

—Ella no quiere ir a la cárcel, Melanie, solo hace lo que le conviene —Emily me miró, creo que estaba molesta.

—¿Qué hacemos? —pregunté asustada.

Todos se quedaron mirando a todos lados, aun había mucha gente, no quiero que nadie sepa que soy una asesina, tengo mucho miedo.

—¡Camila, despierta! —comencé a gritar.

—Ana, baja la voz —mencionó Saúl acercándose a mí.

—¡Ella está muerta, Saúl, muerta! —exclamé muy asustada,

¡Dios mío! Ella murió en mis manos, esto es horrible, maldita sea, no sé qué vamos hacer con ella, hay muchos testigos.

—No es tu culpa, Ana —dijo Valeria.

—Ella tiene razón, Ana, tú no eres la culpable, tú solo querías salvarnos —Nina me sonrió, ella ya estaba tranquila, maldita sea, como puede estar tan tranquila, claro como ella está bien.

Diego tomó a Camila en brazos, de poco a poco nos alejamos de ahí.

Fingimos que Camila se había desmayado por todo lo que paso, pero la llevamos al dormitorio de Hanna, llegando la noche la dejaremos afuera, no podemos esconderla, ella tiene que ser encontrada, y de la nota esta vez me encargo yo.

—No puedo creer lo que hizo Manuel, delante de todos, es un maldito monstruo —dijo Selena molesta.

—Esto no se pude quedar así —Isaac me miró molesto. —Creo que es hora de llamar a la policía.

Isaac tiene razón, pero Ariana tiene mi video, ella podría dárselo a la policía y yo iría con ellos.

—Eso no le gusta para nada a Ana —mencionó Emily.

Es verdad, pero ahora no es momento de hablar de eso, nos fuimos a las clases que nos quedaban, la primera era con el profesor Alberto, su clase me alegro el día, es muy divertido.

—Siento mucho lo que paso el otro día en el gimnasio —menciono el profesor Alberto. —Me siento muy mal por Sofia y por todos ustedes.

El profesor nos señaló a nosotros, toda clase inmediatamente nos miró, y comenzaron a murmurar entre ellos.

—No se olviden que hay cuatro personas desaparecidas —mencionó Matt desde las butacas de atrás.

El profesor nos dio un gran sermón de no salir de noche, pero los preparativos para el baile no sé han cancelado, me da lástima que ahora no esté Camila, ni Sídney, ellas estaban muy emocionadas por esto, tal vez desde hace tiempo.

***

Es hora, tomamos el cuerpo de Camila envuelto en una sábana, luego con toda cautela salimos del cuarto.

Estaba muy nerviosa, salimos, tuvimos suerte, ya que no había nadie por aquí, eso significa que todos les hicieron caso a los profesores, aunque pues también están cuidando sus vidas.

Al llegar al estacionamiento, yo misma le puse la hoja en la ropa, quiero que Manuel se asuste, quiero que viva con miedo.

—¡Ana! —gritó Hanna asustada.

Miré a la entrada del estacionamiento, un auto venía muy rápido, el mismo que se llevó a Henry inmediatamente lo reconocí.

Se detuvieron frente a nosotros y arrojaron tres cuerpos, mi corazón comenzó a latir demasiado rápido, temía que un cuerpo fuera de Jessica, él se la llevo, los secuestradores no duran mucho con sus víctimas.


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Espero y les haya gustado.

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