Capítulo 28.
POV Silvia.
Abrí mis ojos, nuevamente estaba en ese pequeño cuarto, la ventana estaba nuevamente asegurada, había una completa oscuridad.
—¡Jessica! —exclamé poniéndome de pie.
—Aquí —escuché que dijo. —Me duele mucho, ayúdame Silvia.
—No sé qué hacer, Jessica, lo siento mucho —dije y una lágrima resbaló por mi mejilla.
Caminé un poco, la sentí, tomé su mano, ella me la apretaba, debe dolerle demasiado, él la apuñaló.
—Lo siento —Danna se escuchaba llorando.
—¿Sabes porque no escapaste? —pregunté esperando su maldita respuesta.
—Si, no debí confiar en ese hombre, era malo y yo no lo sabía.
En parte tiene razón, pero fue una maldita perra, ella nos dejó dentro y se largó, es una maldita.
—Por perra, por eso no escapaste.
—Lo siento mucho, solo tenía miedo, cuando escuché que gritaron, hice lo primero que vino a mi mente, correr y dejarlas aquí —dijo ella.
—Por favor, solo cállense, no pude salvar a Rosa, ella debe estar muerta ya —Jessica estaba llorando.
Las lágrimas no paraban de salir de mis ojos, ahora entiendo todo, no estoy lista para morir, jamás se está listo para eso, tuve un poco de fe, creí que podría salvarme, pero no, ahora todo está perdido.
—No quiero morir —dije tratando de limpiar mis lágrimas.
—No quería que esto terminase así —mencionó Jessica. —Pero no puedo hacer nada, posiblemente muera, la sangre no para de salir de mi herida, estoy muy mareada.
—Todo fue culpa de Danna, esa maldita perra nos dejó —estaba molesta. —No me importa que estés aquí, en verdad te odio maldita perra, estaríamos a salvó si no hubieras cerrado la maldita puerta.
En ese momento de tensión, la puerta se abrió antes nosotros, era el hombre, venía cargando a Rosa, también estaba el tipo que parece doctor, o es doctor, no sé.
No dijo nada, solo la dejo en el suelo y nuevamente cerraron la puerta.
***
POV Ana.
Abrí los ojos, había dormido muy bien, solo me olvidé de todo y pude hacerlo.
—La supervisora pasó esta mañana a revisar nuestro dormitorio, dijo que era el más sucio que había visto en todo el día, y éramos las últimas —dijo Verónica mirándome fijamente. —Tendrás que hacerlo tú, cuando regrese lo quiero limpio.
Solo lárgate maldita, no me arruines mi buen día.
Ella salió del cuarto, me hubiera gustado gritárselo, pero no quise, solo quiero evitarme problemas, en cuanto al aseo, hasta sueña que lo haré yo, es una maldita puerca.
Me puse de pie y me dirigí al baño, después de alistarme, salí con mi mochila, no puedo creer que estoy estudiando gracias a Manuel, o mejor dicho a Lucas.
En el pasillo, me encontré con Hanna, ella estaba muy sonriente, al parecer todos amanecieron de buenas.
Al llegar a nuestra primera clase del día, todos entramos en la misma, eso es excelente.
—Buenos días, chicos —dijo el profesor Víctor.
Todos respondimos su saludo.
—Profesor, ¿Tiene algo que contarnos sobre la niña que encontraron muerta? —pregunto una chica en las butacas de atrás.
—No puedo decirles nada, Nancy, al parecer ahora los alumnos saben más de estas cosas que nosotros —menciono el profesor preocupado.
—Eso gracias al internet —dijo Sidney levantando su celular.
—Eso es verdad, los jóvenes de ahora lo usan para cualquier cosa menos para lo importante, si ven a una persona muerta en la calle, solo toman fotos y se largan.
El profesor tiene razón, ese día mire a unos cuantos, tomando fotos, pobre de Andrea, ella era muy joven.
—¿No sabe nada de los 50 días? —preguntó nuevamente Nancy.
—Señorita Nancy, ya le dije que no se nada, por favor evité las preguntas al respecto.
Seguimos con la clase, era muy entretenida, el profesor sabe cómo hacer para no aburrirnos, casi al terminar, el profesor nos recordó los equipos que íbamos hacer para el proyecto.
—Ana Davis, irá con Lucas Gómez —mencionó el profesor, oh mierda.
Miré hacia arriba, Manuel no estaba, más bien Lucas, qué raro, pero que, no quiero ir con él, levanté mi mano, jamás pensé que iba hacerlo, no soy muy participativa que digamos.
—¿Puedo tener otra pareja? —pregunté muy nerviosa.
—No, tu trabajarás con el joven Lucas.
Maldita sea, no quiero, tendré que hacer todo yo sola.
La clase finalizó y empezó otra, la clase del profesor Alberto, el igual es muy cool, sus clases no son para nada aburridas.
—Buen día, jóvenes, por favor saquen su libro en la página 34 —dijo el.
—Una pregunta antes de iniciar, escuché que usted está a cargo del baile de bienvenida —mencionó Camila desde su asiento. —Bueno la pregunta es, ¿Podemos mi amiga Sidney y yo ayudar en algo para puntos extra?
—Ya que sacaste el tema, si me gustaría ayuda —dijo el profesor. —Necesito voluntarios para la organización de todo.
—Obvio nosotras —Camila sonrió.
El profesor nos explicó que tenemos que elegir una temática para el baile, no me gustan los bailes, pero creo que ayudare en algo, eso implicaría salir de noche y juntarme con más personas, así puedo averiguar algo sobre el hombre que se llevó a Jessica. Porque de algo estoy segura, ese hombre está aquí en la escuela.
***
POV Carlos.
—Estoy muy nervioso Henry, ¿Estás seguro que es hora de matar a esa chica? —pregunté nervioso.
El valioso plan de Henry es matar a Nancy, una chica jugadora de Ariana, ella al parecer ha completado los retos, pero hace falta otra muerte en la escuela.
—Si, prepara el cartel, esta vez podremos, "Cada uno de los jugadores de 50 días, morirán"
—Insisto en poner el nombre de Manuel, así será más fácil largarnos de aquí.
Lo único que quiero es ya largarme de este campus.
—No, debemos hacerlo despacio —dijo Henry acercándose a mí. —¿Entendido?
—Si, lo entiendo, no te preocupes.
Me alejé de él, me fui a casa, Henry conseguirá traer a Nancy, es lo mejor para el equipo, largarnos de aquí.
Al llegar a la casa ahí estaba Manuel, Ariana y Pablo. En la tele de la sala había un vídeo puesto, por supuesto yo aparecía en él.
—Recuerdo perfectamente ese día, esa Ana se tragó todo de que era un jugador como ella —me reí.
—Carlos, ¿Quieres decirme lo que le pediste a Pablo que hiciera?
Pablo se miraba confundido, yo estaba muy nervioso.
—¿Que pasó, Manuel? —preguntó Ariana.
—Le pedimos que se deshiciera del cuerpo de Andrea.
—¿De qué estás hablando? Yo no lo hice —Pablo se miraba nervioso y solo comenzó a retroceder de donde Manuel estaba.
Manuel se miraba enojado, caminó hasta Pablo y lo tomó del cuello.
—Dime, idiota, ¿Quieres que nos descubran?
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Espero y les haya gustado.
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