Me giré para ver a la nueva chica, era Lizbeth, ella estaba entrando por la puerta, no puede ser, todos creímos que Lizbeth había muerto por el disparo de Manuel.

—¡Oh por dios! —exclamó Rosa aun lado mío.

Ella entró al salón, ni siquiera me vio, no puedo creerlo, todo este tiempo creí que ella estaba muerta.

La clase siguió normal, el profesor nos contó algo de su vida, como de costumbre, el profe es muy chido.

Cuando sonó el timbre, miré que Lizbeth inmediatamente se puso de pie para salir del salón, pero me levanté rápido y la alcance en la puerta.

—¡Oye!

Ella se giró hacia mí, se sorprendió mucho de verme.

—¡Dios mío Ana, estás viva!

—Creímos que habías muerto, justo a un lado de Marcos, bueno, fue lo que Hanna me dijo.

—No lo hice, Ana, yo estaba bien, no me desmaye ni nada, en cuanto ustedes se fueron, rápido me fui al hospital, no quise volver, no quería correr peligro de nuevo, simplemente hui, los di por muertos a todos.

—Muchos sobrevivimos.

—Qué bueno, ahora solo déjame rehacer mi vida aquí, Ana, no vuelvas a dirigirme la palabra, presiento que a ti te sigue la desgracias —ella sonrió y se alejó de mí.

No puedo creerlo, después de que nosotros le ayudamos por mucho tiempo, ella simplemente me dijo que me aleje de ella, pero creo que en algo tiene razón, las desgracias me siguen.

Seguí por el pasillo, todo estaba bien hasta que miré a Pablo caminando a un lado de Ariana y Henry.

No quiero verlos, así que di la vuelta para irme, pero algo me hizo caer al suelo.

—¡Estúpida como siempre! —exclamaron y escuché unas risas acompañando mi vergüenza.

Levanté mi vista, era Manuel, él se estaba burlando de mí, maldito.

—¿Qué quieres, Manuel?

—Preguntarte por tu hermana, ¿Dónde la tienes escondida? —preguntó él.

—¿La tiene ella Manuel? —Henry se acercó a nosotros y me señaló.

Giré mi mirada hasta Pablo, él se miraba muy confundido, tal vez él no sabe lo que está pasando.

—¿De que hablan? —preguntó Pablo.

—De su estúpida hermana, ella se largó —dijo Manuel molesto. —Pero ten por seguro que la voy a encontrar, y deseara jamás habernos dejado.

—¡Maldita sea, Manuel, ella no está conmigo! —dije molesta. —Tú la tienes, solo déjala ir, ella no quiere estar contigo, por favor ella necesita a su familia.

Una pequeña lagrima comenzó a deslizarse por mi mejilla, de tan solo imaginarme a Jessica en peligro.

—¿Qué paso con Jessica? —preguntó Pablo.

—Selena nos dijo que alguien se la llevo, que no pudo hacer nada contra él —Ariana se miraba bastante sonriente.

—Entonces si Jessica no está con ella, ni con nosotros, ¿Dónde está? No más bien, ¿Quién la tiene? —preguntó Henry.

—Eso me tiene sin cuidado —Manuel sonrió, luego comenzaron a caminar, alejándose de mí.

Tengo que hacer algo para averiguar quién tiene a Jessica, pero esto será muy difícil, no tengo ninguna pista.

—Ana, quería hablar contigo, ¿Puedo? —preguntó Eduardo acercándose a mí.

—Claro, pero creo que tienes que ir a la enfermería, ¿Qué te paso en la pierna?

—Nada, solo un mal día —respondió riendo.

Yo solo asentí viéndolo con algo de confusión.

—¿Y qué quieres preguntarme?

—Me pregunto, ¿Si quieres venir a cenar conmigo?

—Si, suena bien —dije alejándome de él.

No sé si hice lo correcto, aunque no vendría mal salir con alguien. Me dirigí a mi dormitorio, al llegar ahí estaba Rosa, me asusta mucho su actitud.

—Hola —mencioné esperando no obtener respuesta.

—Hola, Ana.

Me giré rápidamente para verla directamente, no esperaba que me respondiera.

—¿Estás bien?

—Si, Ana, de maravilla, mi hermano está bien, así que lo único que me queda es divertirme, vivir la vida.

—¿Qué? —pregunté confundida.

—Si, hoy saldré con Sidney y Camila, las amigas de tu mejor amiga, por lo que veo —ella se levantó de su cama y se fue.

***

POV Danna.

Espero Ana no me haya mentido, no quiero que me pase nada, en serio ella tiene que ir a ver a Manuel.

Mi celular comenzó a sonar, espero no sea Manuel, el me da mucho miedo.

Mensajes:

Manuel: Tu reto está cumplido Danna, aunque prepárate para la peor traición que harás.

Danna: ¿De qué hablas?

Manuel: Me encontré a Ana, ya hablé con ella.

Danna: Me refería a la traición, ¿A qué te refieres con eso?

Danna: ¿Manuel?

Maldita sea, no entiendo, ¿Tengo que traicionar a Ana?

—Me dijiste que tus amigos me ayudarían —Nina estaba asustada, incluso podía verla mal, parece que no ha dormido muy bien últimamente.

—Lo siento, Ana está muy ocupada con el asunto de tu hermana.

—Está bien, ya estoy impuesta a estar sola en todo —dijo Nina cabizbaja. —Desde que Jazmín murió, casi no he hecho amigos, a ella la conocía desde hace ya mucho tiempo, era la mejor.

Pues al parecer tenemos mucho en común, también estoy muy sola, no hago amigos tan fácilmente, aunque jamás me gustaría hablar de eso, por lo cual solo me quede callada.

Esta escuela es muy linda, solo que nadie se imagina los oscuros secretos que oculta, los suicidios no son eso, de seguro son homicidios, solo lo intentan cubrir.

Miré a lo lejos que Sidney y Camila se dirigían hasta mí, solo me buscan cuando quieren algo.

—¿Son tus amigas? —preguntó Nina.

—Cuando les conviene —sonreí.

—¡Hola, Danna! —Exclamó Sidney sonriente, yo solo asentí. —Queremos tu ayuda, queremos asustar a Rosa, la amiga de Ana.

Es lo que yo solía hacer, hasta que mire la realidad, a nadie le caía bien por mis estúpidas bromas, Kate tenía razón, ellas no me hacían nada a mí.

—Será una broma de muerte —mencionó Camila.

—¿Qué le harán?

—Ven y veras —dijo Sidney tomándome del brazo. —Tú también puedes venir, tal vez puedas ayudarnos en algo.

Nos jalaron hasta la cafetería, ahí nos explicarían todo, la verdad no estoy muy convencida, pero con lo poco que conozco a Sídney y Camila ellas harán algo muy horrible.

Al llegar la noche, Sidney, Rosa y Camila habían organizado una fiesta en una fraternidad.

El plan es drogar a Rosa y amarrarla en un árbol, así todos pensaran que ella está muerta, pero no, me temo que tengo que contárselo a Ana.

Llegando a la fiesta miré a Ana, ella estaba acompañada de Eduardo.

—Ana se divierte —dije acercándome a Hanna.

—Si, pero creo que es un mal momento, deberíamos estar buscando a Jessica, Ana quedaría destrozada si algo le pasa —mencionó Hanna preocupada.

—La que la pasara muy mal hoy es Rosa, Sidney y Camila le jugaran una broma muy pesada.

Hanna me miró confundida.

—Rosa ha estado muy extraña, y no es por su hermano, Rosa le dijo a Ana que Isaac está bien —mencionó Melanie.

—Me recuerda tanto a cuando era una perra, cuando estábamos en el reto —Ian comenzó a reír.

—No van a creerlo, miré a Lizbeth —mencionó Emily sorprendida.

—No puede ser, Lizbeth está muerta —dijo Grace sorprendida. —Nosotras mismas vimos cómo murió.

Creo que es hora, tengo que ir por las sogas, no quiero hacerlo, pero no tengo opción, si no lo hago yo, lo hará alguien más.

Comencé a caminar hasta la cafetería, de ahí tomaré las sogas, toda esta muy solo, tengo miedo.

Rápido entre a la cafetería, encontré las sogas y salí lo más rápido que pude, así nadie me vería.

Comencé a sentir que alguien estaba detrás mí, al girarme no había nadie, mi corazón comenzó a latir muy rápido.

Al darme la vuelta, un hombre con una capucha estaba frente a mí.

—¿Quién eres? —pregunte asustada, no puede ser, es el mismo que quiso llevarse a Ana. —Por favor, no me lastimes.

Comencé a dar pequeños pasos hacia atrás, retrocediendo, pero él se acercó a mí, me daba mucho miedo, estaba muy lejos de la fiesta, nadie estaría para ayudarme.

El hombre levantó su mano hacia mí, él tenía una jeringa, creo que ya se lo que sigue.

—¡Ayudaaaaa! —grité y comencé a correr a la cafetería, al menos tengo que intentarlo, no puedo dejar que me lleve. —¡Alguien, por favor!

Detrás de un árbol, miré a Ángel, sentí un gran alivio.

—¡Ángel, por favor tienes que ayudarme!

—Estarás bien, Danna —él sonrió.

Sentí un ligero piquete en mi mano, de pronto todo comenzó a verse borroso.

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Espero y les haya gustado.