Capítulo 3. Impedimento
A D V E R T E N C I A: Esta novela puede contener lenguaje fuerte, escenas violentas así como contenido sexual explicito.
No estoy a favor de este tipo de relaciones y tampoco las promuevo. Todo lo que se lee es simple ficción
Damien Westermann
—Necesito que me consigas su número, ¿Podrás hacerlo?
Hubo un pequeño silencio, podía interpretarlo como una dificultad que pudiera ayudarme a conseguirlo pero eso no quería decir que fuera imposible, no le pedía nada del otro mundo, solamente el número de la terapeuta de Katherine era por lo que estaba suplicándole por casi veinte minutos.
—Damien, necesito saber para que fin es que quieres hacer esto y quiero la verdad.
Ahogue una risa, ya conocía mis intenciones pero prefería que yo mismo se lo confesara, si haciéndolo aceptaba lo que quería entonces lo haría.
—Quiero que me hable de Katherine, no saber de ella me pone ansioso, lo has visto —esperé que recordara las tres ocasiones en las que mi impulso me obligó a desorganizar su consultorio y romper varias sillas.
—Hemos trabajado en eso, ¿No has ejercitado tu meditación? ¿Y la respiración?
Puse los ojos en blanco, no quería terminar hablando de cuanto me tomaba en serio las estupideces acerca de los ejercicios de respiración y meditación.
—Scott he hecho todo lo que dices —repuse en tono firme —Así que por favor es momento de que hagas esto por mí, sabes que lo necesito, la angustia me mata todo los días y no puedo más.
Se hizo un silencio al otro lado de la línea de nuevo, esperaría lo que fuera necesario para escuchar la respuesta que quería, le suplicaría si las cosas se ponían difíciles. Al final gané, un suspiro de rendición por parte de Scott me dio la victoria total.
—Hablaré con ella primero y le preguntaré si desea verte, no te puedo asegurar que quiera pero al menos ya sabes que lo intenté.
Sonreí por primera vez en seis largos meses, había reservado cada sonrisa para cuando tuviera noticias de Katherine y estas cada vez más se acercaban a mí con este triunfo.
—Si desea verme como terapeuta está bien, no me importa, yo me encargo de que pueda darme alguna noticia de ella.
—Damien, a veces no puedes obligar a la gente a hacer lo que tu quieres, no siempre es a tu favor.
La sensación de poder había disminuido un poco, antes recordaba que así había sido siempre, mi voluntad por delante de todos y ahora ya no más, no era lo mismo, no era tan fuerte, decaía y cuando me daba cuenta una crisis se apodera de mí.
Di un pesado suspiro, pude reconocer que era lo que aplastaba a mi pecho con cierto remordimiento, era dolor a la verdad.
—Lo sé, Scott, pero esto es importante, lo digo en serio.
Nadie iba a discutir contra eso porque él más que nadie lo sabía, era algo que también comenzaba a fascinarlo, este enloquecido interés por Katherine, él quería descubrir porque era tan imposible de dominar, porque era una manía, un trastorno, ¿Cómo iba a querer encontrarle una solución? Cuando ni yo mismo lo entendía, este fanatismo que esperaba no fuera peligroso por una desconocida no era normal.
(...)
Después de largos cuatro días logré que Nora accediera a verme pero no como terapeuta, le pedí que viniera a mi departamento y ella aceptó, no había discutido en absoluto porque seguro sabía para que la solicitaba y me parecía bien, así no tendría que explicar nada. Mi departamento nunca estaba vacío, había dos agentes policiales afuera y uno adentro que protegía a quienes fueran a visitarme, en este caso a Nora.
Cuando llegó yo estaba en mi pequeña habitación, uno de los policías me dio el aviso para que me encontrara con ella, la hicieron esperar en la pequeña y desgastada sala que tenía, al verla la encontré tan despreocupada, mostrando una conducta excelente, no sonrió, no expresó absolutamente nada cuando fui acercándome y nuestras miradas se encontraron.
—Hola, Damien —me saludó con educación en lo que yo tomaba asiento en el único sofá disponible.
Si, era muy agradable, de eso no había duda, no me sentía mal porque a fin de cuentas no había nada que ocultar, por primera vez era transparente, me sentía limpio.
—Supongo que sabes para que te llamé —empecé la conversación de una vez, no quería perder tiempo.
Ella asintió.
—Sí, es claro que no lo hiciste por mis servicios de terapeuta porque tú tienes el propio, así que cuando Scott me llamó pidiendo que deseabas verme supe de que se trataba todo —mostró una sonrisita apenas visible —Aquí estoy.
Estaba un poco impresionado de que no hubiera problema al respecto por lo que sin pena alguna di inicio a las preguntas.
—Quiero que me expliques una cosa, ¿Es verdad que Katherine se fue con el detective Robert McGrath? Necesito saber si es verdad, fue lo que me dijo mi abogado y no le creí.
—¿Y porque no le creerías? —preguntó, dudosa.
—Solo contesta la pregunta.
Inhaló aire y desvió su mirada de la mía, pensaba en que responderme, tal vez eligiendo con cuidado que decir para no afectar en nada a Katherine.
—El hecho es que se fue, desde hace seis meses y no importa con quien, ella no piensa regresar.
—Entonces si se fue —afirme, clavándole los ojos y apretando la mandíbula sin poder evitarlo, esquivar el tema no servía de nada, no podía engañarme —¿Acaso están viviendo juntos? ¿Piensa casarse con él? Por eso me pidió el divorcio, ¿Cierto?
—¿Qué? —exclamó sorprendida, parpadeando varias veces y después hizo una gran mueca que le desfiguró la expresión —¿De dónde has sacado eso? Las cosas no son así, Damien, no puedes permitir que esta obsesión este manipulando tu vida, debes dejar ir a Katherine.
—¿Vive con él? —no fue una pregunta, lo dije para mi mismo para llegar a comprenderlo. —¿Por eso jamás respondió a mi carta?
—Damien, ella ya no quiere tener nada que ver contigo, nada —remarcó lo último, alzando ambas cejas, inclinándose hacia mí para que prestara más atención a sus palabras —Ella lo que quiere es olvidarse de lo que le has hecho, te tiene miedo, vive atemorizada todo los días, todavía tiene pesadillas de lo que pasó. Déjala ir.
Escucharla me ponía a pensar en que sí llegara a volver a verla la reacción que tendría me haría pedazos, me odiaba, era su peor pesadilla viviente, no tendría esperanzas de poder tenerla de nuevo a mi lado, las posibilidades se desintegraban al comprender las palabras de Nora.
—Solo necesito verla una vez más —le pedí, sin dejar de mirarla con intensidad, ella lucía un poco desesperada, el que yo no entendiera la comenzaba a molestar —¿Qué tal difícil puede ser eso? A fin de cuentas ella está esperando un hijo mío.
—No creo que eso logré convencerla de querer verte —añadió con mucha seguridad —Ella se aferra a ese bebé como solo suyo y de nadie más. Escucha, Damien, no vengo a juzgarte, no soy quien para hacerlo pero hay cosas que ella me ha dicho de ti y solo puedo decirte lo que me ha contado como amiga y no como terapeuta. Le has hecho mucho daño, es una desgracia que no recuerdes lo que le hiciste porque solo así podrías dejarla en paz pero a fin de cuentas ella siente lastima por ti porque sabe que estás enfermo.
—No me interesa lo que piense de mí —objete, dispuesto a ignorar todo lo que me decía, no quería saber nada a excepción de porque nadie podía darme la oportunidad de hablar con ella —Estoy dispuesto a hacer lo que sea para que acepte una de mis llamadas, lo que sea.
Nora resopló con frustración, negó con la cabeza muchas veces, quería comprenderme y no la culpaba porque nadie podía hacerlo.
—No sé que puedas hacer para que puedes volver a comunicarte con ella pero de una cosa si te puedo asegurar, la perdiste, lo hiciste y no seré yo la que te ayude a recuperarla porque lo que hiciste estuvo mal. ¿Qué hay en ti que te exige volver a tenerla? ¿Es que la quieres para volverla a lastimar? ¿Saciar tu odio? Ya la has lastimado suficiente.
Mi ser entero la quería de vuelta por la razón de que pudiera darse cuenta del cambio que con el paso de los meses se iba formando dentro de mí, la quería como testigo de que tal vez podía cambiar, estaba sacrificándome para descubrir que pasaba conmigo, que andaba mal, poder redimir todo y empezar desde cero.
Me incliné más hacia Nora y ella se tensó sobre su asiento, se alejó un poco porque la intimidaba, no se sentía segura y también lo respetaba.
—No quiero hacerle nada, lo que quiero es que pueda ver que estoy cambiando y que haré lo que sea para que podamos hablar y aclaras las cosas, hice cosas terribles y lo que quiero es estar con ella para que se de cuenta de eso. La necesito, ella ha logrado sacar lo más decente que tengo en mí, la parte humana y sensible que pensé había perdido hace años y quiero volver a sentirlo, ella es la única que lo ha logrado.
Me había creído, su mirada lucía cautivadora, atenta a lo que le decía y me alegré de que tomara más en serio el único motivo para tener a Katherine de nuevo en mi vida, quería ser salvado, que pudiera darle mi llamado de emergencia antes de que fuera muy tarde.
Nos observábamos unos largos minutos, ella quería detectar alguna mentira que pudiera delatar mi rostro y el alivio sumergió desde mi interior cuando supe que ella me creía.
—No puedo ayudarte a traerla de vuelta, Damien, no se a dónde quieras llegar con esto pero debes saber que ella ya no es la misma de antes.
—Por favor, Nora —le imploré angustiado, ella no podía hacerme esto, era mi única oportunidad —Eres la que puede darle mi mensaje, no te pido que la convenzas, solo díselo y que ella pueda hacer lo que quiera. ¿Lo harías?
Parecía que no le gustaba la idea, torció un poco la boca en muestra de desacuerdo, estaba preocupado de que ella no quisiera involucrarse en esto y menos en ayudarme, ha como pude tuve que rogarle que me ayudara y valió la pena porque logré convencerla de esto.
—Se lo haré saber cuándo pueda pero ella no necesita saber más de ti, Damien, deberías tener más consideración, Katherine trabaja muy duro para superarlo y lo que me pides no la beneficia en nada.
Suspiré, nadie merecía esto pero yo podía darle lo que Katherine debía querer desde hace mucho.
—Merece una explicación, eso es lo que quiero darle.
Katherine Weber.
—No pensé que recibiría tu llamada tan pronto —comenté mientras ajustaba la cámara de mi laptop. Bruno había pedido hablar conmigo personalmente pues tenía noticias delo juicio de Damien que por derecho debía saber —Llamaste hace poco con buenas noticias así que ¿Cuáles son las nuevas?
La última vez que hablé con Bruno fue para darme la confirmación de mi divorcio, fue la mejor noticia de todas, recordé que había llorado de felicidad como nunca antes, fue satisfactorio, me dio fuerzas, muchas más de las que imagine porque las necesitaba de verdad. la imagen se veía un poco distorsionada pero a fin de cuentas visible, llevaba muchos meses de conocer a Bruno y aunque él estaba en Grecia arreglando lo de mi caso esperaba que volviera para cuando el juicio terminara y me diera las noticias acerca de ello.
—Sí, lo sé —rió bajito —Supongo que no pensabas oír de mi en varias semanas pero esto es importante, creí que no debía decírtelo por teléfono.
A pesar de la imagen en baja resolución noté el rostro de Bruno muy quebrado, extraño, intentando ocultarme algo con una sonrisa fingida, esto no era bueno, él era muy malo para mentir, no sabía ocultar las malas noticias, se delataba por el hecho de no poder sostenerte la mirada y esforzarse por ser lo más considerado posible o de calmar las aguas turbias que se formaban recién comenzaba a hablar.
—¿Qué sucede? —no quería sonar asustada, lo que menos quería era angustiarlo así que le di la posibilidad de tomarse su tiempo estando tranquila.
Lo disimuló a como pudo, al final sus ojos delante de mi pantalla no pudieron ser silenciosos y en el fondo el pánico era abundante.
—El juicio de Damien es en una semana y se necesita que regreses al país para dar tu testimonio de nuevo frente al jurado ya que eres la única superviviente del caso.
Encajó una gran y afilada punzada en mi pecho, causándome un dolor que instantáneamente me hirió, la sensación era tan real, casi como si pudiera sangrar en cualquier momento, mi respiración era un jadeo, la urgencia por volver a llenar mi cuerpo de oxigeno se hizo casi imposible, no pude moverme, me petrifiqué por segundos que luego se volvieron minutos. Mi cabeza se llenó de imágenes horrendas, traumáticas, no quería hacerme a la idea de volver.
—¿De que estás hablando? No puedo volver —negué una y otra vez, presa del miedo, de la angustia hasta al borde del llanto —No puedo y no quiero volver, me fui para empezar de nuevo y eso es lo que haré.
—Katherine, debes regresar, hable con unos colegas y parece que el juicio que más se va a procesar es el tuyo porque dicen que tal vez el caso de las otras cuatro víctimas no se puede comprobar del todo sin cuerpos ni evidencias que mostrar.
—¡¿Qué?! —casi dejaba ir un alarido de enfado, no podía ser —¿Cómo que no se va a procesar el caso de las cuatro víctimas? No puede ser posible, no, no. ¿Y que me dices de su madre? Fue un intento de homicidio, debe pagar, debe estar encerrado maldita sea, ¿Qué están esperando?
Bruno tenía el rostro tan serio que me hizo estremecer, estaba tan escéptica que esta injustica me desgarraba por dentro, ¿Hasta cuándo iba a terminar esto?
—No creo que se procese ese caso tampoco, han pasado ya muchos años pero por ahora tú eres la que tiene las palabras para darle una sentencia, tenemos pruebas y solo queremos tu declaración frente a todos, tú debes ser quien puede ponerlo finalmente en prisión.
—No pienso permitir que se libre de ir a prisión, aunque este enfermo no podrá salvarse de pagar las cosas que me hizo.
Bruno parecía un poco más positivo escuchándome, yo sabía que lo que me pedía no era fácil pero tampoco podía tomar una decisión de la noche a la mañana, había estado en Nueva York apenas seis meses y volver a dejarlo me deprimía mucho, ya me había aferrado a un nuevo comienzo.
—Eres la única que puede hacerlo, Katherine, Damien te ha dicho tanto que se ha condenado él mismo, ¿Puedo contar contigo?
Medité sus palabras, comprendía que debía hacerlo, era un deber o casi una obligación tomar esta prueba y librarme de una vez por todas de este asunto, quizá era una oportunidad para dar punto y final a esta pesadilla viviente que no se había desprendido de mí.
Inhale aire, debía luchar por la vida que tanto quería, aquella donde Damien ya no existiera.
—Lo haré, no tengo opción.
(...)
—No puedo dejarte ir sola —admitió Robert como última decisión —No puedes ir, yo debo ir contigo.
Transcurrió más de veinte minutos y Robert no dejaba de repetirlo por más que lo convencía de que era mi obligación ir él se negaba a dejarme ir sola, no iba a poder acompañarme porque su trabajo no se lo permitía y aun así quería ir conmigo a como diera lugar, era difícil hablar con él cuando su terquedad era quien lo dominaba.
—Sé que quieres ir pero no puedes , compréndelo, yo puedo hacerlo sola.
Estaba tan frustrado que se pasaba tantas veces la mano por el cabello y caminaba de un lado a otro de la habitación aclarando sus ideas, me ponía nerviosa de verlo tan preocupado cuando no necesitaba estresarme más.
—Robert, ¿No confías en mí, verdad? ¿Crees que no puedo manejarlo? ¿Crees que no voy a poder manejarme si veo a Damien otra vez?
Al escucharme frenó casi de inmediato, su expresión fue de leve sorpresa, sí, tal vez ya lo había descubierto porque eso era lo que le incomodaba.
—No —afirmó de inmediato pero aun así no le dio la veracidad que se necesitaba para creerlo —Lo que quiero es cuidarte, estarás sola ahí, necesitas apoyo, estás cosas no son fáciles, no la vas a pasar bien, te lo digo porque lo sé, lo veo en el trabajo y puede que sea una muy mala experiencia, además estás embarazada, eres vulnerable.
Le dedique una mirada perpleja, ¿Acaso debía detenerme solo por el hecho de estar embarazada? ¿Eso me hacía más manipulable?
—¿Crees que en seguida voy a ceder ante Damien solo por estar embarazada? ¿Eso quieres decir? —reí sin gracia —Déjame recordarte que voy a hacer madre y que si no aprendo a cuidarme yo sola no podré cuidar de este bebé, necesito enfrentarme a la vida sola, lo voy a hacer porque es la oportunidad de acabar esto.
Ahora me miraba con más compasión, se arrodilló frente a mi y me tomó de las manos, le echo un vistazo rápido a mi gran barriga y luego a mí con perdón, dando una sonrisa cálida, tan dulce que mi corazón se agrandó ante sus ojos que brillaban con aprecio pero más que nada con amor.
—Sé que puedes con eso y más, eres una guerrera, Katherine, eres una mujer fuerte, superviviente y no dudo que seas capaz de hacerlo pero yo iba a ser un protector para ti, ¿Recuerdas?
Un protector, Damien fue el primero que había tomado ese papel y resultó una farsa, no le había interesado en absoluto y ahora que Robert retomaba la tarea de cuidarme y que me demostraba como debió haber sido realmente me daba cuenta que tampoco quería alejarme de él porque era mi complemento, mi refugio.
—Lo sé pero es momento de sacar a Damien de nuestras vidas, por el bien de todos, ahora o nunca.
No discutió conmigo, me siguió regalando esa sonrisa destellante y me abrazó, lo sujete tan fuerte que no quería soltarlo, le pedí que se sentara a mi lado en el sofá y que me rodeara con sus brazos para descansar sobre su pecho, me dio un beso en la cabeza mientras que yo despejaba mi mente de este problema creando un escenario donde yo pudiera regresar de Grecia con las mejores noticias y una vida nueva por delante.
—No quiero perderte, Katherine, sabes cuánto me importas.
Era demasiado para mí escucharlo, fue un estrujón a mi corazón y no sabía si en el mal o buen sentido, eso siempre era difícil de concluir. Me incorporé para contemplarlo, siguió sonriéndome sin dejar de observarme y le regrese tal sonrisa igual a la suya.
—Nunca dejaré de pensar que hice para merecerte —murmure.
Fue un impulsó hacerlo justo en ese momento, tal vez por la cercanía de nuestros rostros pero algo me obligó a hacerlo, no me costó trabajo, solo me acerque y lo besé en los labios, al principio la sorpresa de Robert lo dejó helado pero después me regresó el beso con ternura, siendo lo más delicado posible y muy tierno, era un beso tan inocente que tranquilizo cada espacio, cada rincón del departamento, rodeándonos también a nosotros.
Chicas!! Quiero agradecerles estás casi 800 leídas ¡Millones de gracias! y perdón por subir muy tarde y después de muchos días pero como les dije, subo los capítulos cuando recién los termino.
Espero les guste este capítulo, el siguiente capítulo le da entrada a nuevo personaje que bueno...dejará mucho que pensar entre Damien y Katherine.
Besitos
Le dedicó el capítulo a mi tocalla también llamada Cinthia, mi querida NewGirlBlueJones porque desde la historia pasada le debía la dedicación.
Espero te guste. Quien quiera dedicación no dude en pedirla
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