Capítulo 29. Herida
Katherine Weber.
—¿Podemos dejar de hablar de mí un momento? —interrumpí a Robert frunciendo el ceño, ya habíamos dicho mucho de mí, ahora le tocaba a él.
Estábamos desayunando unos hot cakes que había hecho porque él ya tenía que tomar el avión de regreso a Nueva York, habíamos pedido un taxi y en lo que llegaba quisimos platicar para matar tiempo. Robert sonrió de mi repentino cambio de humor y asintió.
—Bien, ya no voy a mencionar nada de Luke si eso es a lo que te refieres.
Seguí con la misma expresión porque no solo me refería a eso, yo quería saber más de Robert, casi no habíamos platicado de lo que le había pasado desde que me fui y no era justo.
—Quiero que me hables de ti, ¿Cómo va todo en el trabajo?
Con mucha naturalidad, respondió a mis preguntas.
—Bastante bien, nada del otro mundo.
Mis ojos pasaban apresurados por su rostro por si intentaba engañarme pero no lo hizo. Miré una vez más su tranquilidad porque la siguiente pregunta lo iba a desconcentrar, estaba segura.
—¿Y, hay alguien de quien quieras contarme?
Siguió comiendo como si la pregunta no lo hubiera tomado por sorpresa, tuvo dificultad en tragar un poco pero aun así seguía actuando muy bien.
—¿De alguien? —preguntó, sin mirarme —¿Cómo quien?
Entrecerré los ojos, eso solo me decía que podría haber alguien porque le estaba dando muchos rodeos a la pregunta.
—Tú sabes a que me refiero, Robert —puse mis ojos fijos en él, no iba a escapar de la pregunta.
Me miró fijamente por unos segundos y después volvió al plato de hot cakes, tal vez para distraer su cabeza o crearse una buena mentira.
—Pues...Sí, tal vez hay alguien —vaciló, moviendo el tenedor una y otra vez con aire distraído. —Se llama Wendy, hemos salido un par de veces porque es nueva en el departamento, es agradable.
Mis labios se curvaron en una sonrisa, sostuve mi barbilla con mi mano para volver el asunto más interesante, esto me llenaba de mucha alegría, ver que Robert también empezaba a darse una nueva oportunidad me hacia ver que a los dos nos estaba yendo bien.
—¿En serio? ¿Cómo es? Adelante, quiero saberlo.
Soltó un suspiro con una sonrisa casi traviesa, podía ver en sus ojos ese reflejo al momento de recordarla.
—Es pelirroja, pero yo diría más cobrizo que rojo, tiene unos ojos muy bonitos y su cabello es abundante y ondulado.
Parpadee asombrada, seguro era muy guapa y si llamó la atención de Robert seguro también era interesante, claro que debía ser especial, hablábamos de Robert.
—Sin duda debe ser muy bonita, puedo imaginarlo. ¿Desde cuando salen?
—Un par de semanas.
Seguí sonriendo, no podía creerlo, en verdad me alegraba que Robert estuviera interesado en alguien, eso era lo que yo quería para él, esta oportunidad de ser feliz, que no perdiera esperanzas.
—Es increíble, me encanta que estés dándote esta oportunidad con ella, me pone feliz y claro que quisiera que me dijeras más adelante como va todo. Eres un gran hombre y ella se dará cuenta del buen corazón que tienes.
Mis palabras lo sobrecogieron, logré ver como se ruborizaba y soltaba unas risitas con timidez, Robert era tan noble y esa emoción recorrió todo su rostro. Ella debía ser importante, pues habló de ella bastante animado.
—Eso espero, digo, ella en verdad me agrada y se que yo también le agrado mucho. —admitió pero aun así su preocupación era evidente —Pero el tiempo lo dirá, es todo lo que puedo decir.
Entendía por lo que pasaba, las cosas en la vida no estaban escritas y siempre existía esa duda sobre si una relación sería para siempre. Lo alenté a que confiara en él, que fuera el mismo porque eso era lo que debía haber si esperaba que la relación entre él y ella durara.
Su taxi llegó, era tiempo de despedirse, lo acompañe hasta la puerta con Lily en brazos y con un largo abrazo le dije adiós y también le agradecí el haber venido y darme la hermosa sorpresa de su visita, le pedí que si en algún momento tenía oportunidad de regresar que lo hiciera cuando él quisiera, que yo estaría siempre esperándolo con los brazos abiertos. Al final también se despidió de Lily, le deseó un feliz cumpleaños y le dio un beso de despedida en la frente.
Mientras él se despedía de Lily vi desde la casa de Rebecca que Luke se acercaba, tenía un CD en la mano y cuando se percató de que estaba despidiéndome de Robert aceleró el paso.
—¿Ya te vas, Robert? —quiso saber, acercándose con timidez.
Robert asintió.
—Así es, debo volver al trabajo.
Le dio una sonrisa amistosa y se despidió apretándole la mano.
—Esperemos que regreses pronto, estaremos felices de verte otra vez por aquí —admitió con un tono muy cordial.
Robert le apretó la mano, agradecido.
—Gracias, Luke. Hasta luego.
Luke y yo lo vimos irse al taxi y después subirse, se despidió de nosotros a través de la ventana y lo despedimos con la mano cuando el auto arrancó. No despegamos la vista hasta que el taxi se perdió sobre la calle, solo así Luke se dirigió a mí ya con su postura de siempre.
Alzó a mi vista el CD guardado en una caja de plástico.
—Te traje el video del cumpleaños de Lily lo terminé anoche y pensé en dártelo recién terminado. Espero te guste.
Sacudí la cabeza, perpleja, ¿Qué no se supone que tenerlo listo era tardado? No entendía como pudo terminarlo tan rápido.
—No era necesario que lo acabaras tan rápido —le dije, frunciendo las cejas —Hubieras tomado tu tiempo. Estás cosas deben tardar en estar listos.
Sonrió, lucía demasiado complacido de haberlo acabado tan rápido.
—Lo termine hace unas horas, no te preocupes, avance mucho ayer en la noche y un poco en la madrugada, la verdad estás cosas son más tardadas cuando grabas por más horas.
Mi remordimiento no me dejó en paz, seguramente trabajó en la madrugada sin descansar, algo me lo estaba diciendo, lo podía intuir y no necesitaba mentirme porque no iba a creerle.
—Seguro no dormiste en toda la noche para terminarlo, ¿Verdad? Y no me mientas por favor. —le advertí, con una mirada en desaprobación. Era mejor que ni lo intentara.
Luego de unos segundos queriendo ocultar la verdad, se rindió, apretándose los labios para no sonreír en disculpa.
—No fue nada, en serio —rectificó cuando mi rostro de angustia no se hizo esperar —Además yo estaba despierto a esa hora porque estaba haciendo otros trabajos, fue como matar dos pájaros de un tiro, también pude trabajar en lo tuyo.
Cerré los ojos, negando una y otra vez, seguro tampoco existía otro trabajo como él me decía pero no quería seguir escuchando cuanto más estuvo sacrificando para terminar con el CD. Aunque debía darle todo el crédito, no lo había hecho para hacerme sentir mal, ni culpable, sabía cuanto quería el CD porque iba a mandarle el video a Nora y Robert, le agradecía la rapidez con que lo terminó.
—De todas maneras, por favor, no vuelvas a desvelarte por trabajos pendientes y mucho menos cuando se traten de mí —le suplique con un tono de voz suave —Aunque te agradezco mucho que lo hayas terminado, Luke, gracias por entregarlo tan rápido, no se cómo pagártelo.
Me regaló una sonrisa que desbordaba dulzura pura y mi corazón se aceleró sin sobre aviso, no podía controlar esa vibraciones en mi pecho y esos saltos desbocados de mi corazón cuando sostenía por más tiempo esa sonrisa, que se había convertido en mi favorita.
—No es nada, me gusta ayudar y lo sabes, aunque podrías venir con nosotros más tarde al parque, hay una feria local y sería divertido que vinieras, a Abby le encantaría ver a Lily. Rebecca no podrá venir porque estará en la florería pero me pidió que la disculparas.
Acepté de inmediato, una oportunidad para salir nunca venía mal y Lily podía fortalecer la relación que ya estaba construyendo con Abby.
—Me encantaría ir, si claro, cuenten conmigo.
Su sonrisa se hizo más grande igual que el cosquilleo en mi estómago y que elevaba a mi cuerpo.
—Genial, es a las dos, vendremos por ti. Hasta luego.
No sabía que estaba pasando conmigo pero la oportunidad de convivir con Luke me hizo sentir una emoción elocuente debajo de todo mi cuerpo , tal vez no podía notarse por fuera pero por dentro era todo un festejo que pasáramos una tarde juntos, un momento para realmente estar los dos y eso lo podía sentir como una clase de triunfo.
Damien Westermann
Mi cuerpo se sintió tan liviano y excepcional al mismo tiempo cuando logré venirme encima de Nina, solo que esta vez habíamos sido precavidos, esta vez uso su saco para cubrirse el pecho por si llegase a caer semen sobre su ropa y este no cayera en su vestido. Como fue de esperarse hice un desastre pero no tan grave como en las ocasiones anteriores, sabíamos lo que teníamos que hacer, era una rutina que teníamos muy bien estudiada.
Con las luces apagadas del baño ella solo le quito al saco el residuo ligeramente blanquecino en lo que yo limpiaba, era lo mínimo que podía hacer, me había hecho un gran y excelente favor. Yo estaba a punto de salir del baño pero vi que ella todavía tardaba y quise asegurarme si necesitaba algo.
—¿Todo bien?
Ella asintió y salió con un pedazo de papel en la boca, se había retocado mal el lápiz labial que se había manchado y le costaba quitarse la mancha. Me acerque a ella, alcé su barbilla y con el pedazo de papel le quite con más facilidad la mancha rojiza del labial. Por supuesto que sus ojos estaban puestos sobre mí en todo momento y tratando de que eso no me distrajera seguí quitándole la mancha, no es que me molestara pero si era algo que restaba concentración.
—Listo, lo he quitado.
Se fue a verificar al baño y al darse cuenta de que lo había quitado, regresó con una sonrisa de satisfacción. Iba a tomar su asiento habitual en la mesa pero no la acompañe, me quedé parado frente a ella y claro que iba a extrañarse de que no tomara asiento a su lado para hablar o perder el tiempo antes de que los guardias llegaran.
Clavé mis ojos en ella, sabía que podía leer mi nerviosismo, lo que iba a pedirle no se lo esperaba y soltarlo era difícil porque lo sentía aferrado a mi pecho sin poder salir.
—¿Puedo pedirte algo? —le pregunté, un poco receloso, sabía que me ayudaría pero no estaba seguro si esto sería la excepción.
Se mostró accesible pero de todos modos muy curiosa.
—¿De que se trata?
Arrastré la silla frente a ella y me senté, ahora el ambiente se había llenado de mucho silencio y de una serenidad que te produce un estremecimiento porque hubo tensión después de todo, aunque no lo quisiéramos.
Titubee y eso le daba a ella mucha más curiosidad, no sabía porque era que empecé a temblar, no sé porque de un segundo a otro temí que se enfadara.
—Necesito que me consigas información de alguien, si es que puedes. —su aspecto tan sereno me tenía más nervioso.
Se inclinó hacia adelante, tenia las manos sobre la mesa con los dedos cruzados, entrecerró un poco los ojos buscando en mi semblante alguna pista.
—¿De quien se trata? ¿O es que acaso no necesito preguntar? —de repente alzó una ceja, mostrándose prepotente y hasta irritada —Sí es de...
—No es Katherine —la interrumpí con firmeza, trague saliva. —Es alguien más. Hablamos de mi hija.
Se paralizó con la mandíbula desencajada y sus ojos dilatados me estudiaban sin moverse, lucía idéntica a una estatua pero duró poco su estado pétreo y parpadeo tal y como si le hubiera lanzado agua fría y su expresión se descomponía a cada segundo.
—¿Hija? —preguntó, frunciendo las cejas —Espera...¿Quién te confirmó que es una niña?
—Hablé con Scott, logró conseguirme solo esa información, no es mucha, de hecho fue lo único que pudo conseguirme.
—¿Scott? —preguntó extrañada —Pues es increíble lo que te consiguió, estaba segura de que nadie lo sabía, estaba cien por ciento segura. ¿Cuál fue el otro dato que te consiguió?
—Su nombre.
Esperó en silencio a que se lo dijera.
—Lilian.
No dijo nada, solo asintió una vez y acomodó sus cosas que estaban sobre la mesa, pretendía que recogía todo para librarse tal vez de los pensamientos que no quería decirme o calmarse porque se veía por completo su incredulidad y alteración.
—De acuerdo —susurró, lucía ansiosa, no supo que hacer —Entonces, quieres información de tu hija, está bien. Yo...solo tengo una pregunta. ¿Por qué de repente te ha interesado todo esto?
Sabía que iba a interesarle mi repentina curiosidad, era extraño que después de dos años no hubiera querido saber nada pero las cosas cambiaban yo estaba cambiando y mis pensamientos, mis decisiones, todo estaba pasando por una transformación. Empezaban a importarme cosas que antes me despreocupaban o no les encontraba ningún sentido.
—Porque es mi hija, pasa que en cierto momento llega a importarme muchas cosas y está es una de ellas. Tengo derecho a saber aunque sea lo más mínimo.
Nos sumimos en otro nuevo silencio y me miró llena de confusión.
—¿Y crees que yo pueda ayudarte? —preguntó pero su voz sonó muy prepotente, se dio cuenta y decidió cambiar de actitud —No me lo tomes a mal, tienes razón, es tu hija pero no me das más información. Dame al menos su nombre completo.
—¿Entonces, si vas a ayudarme?
Soltó un suspiró y parecía que su rostro se ensombrecía un poco.
—Haré lo que pueda.
—No tengo su nombre completo —me disculpe en voz baja —Solo se su nombre, no se si le habrá puesto mi apellido o solo el de ella pero lo más probable es que lo haya hecho, no querrá que lleve mi nombre.
Anotó el nombre en una hoja de papel junto con otros datos que no pude alcanzar a distinguir.
—Al menos tenemos su nombre y edad aproximada —me aclaró sin dejar de anotar —Puede que esto me sirva, pero...
Levantó la vista hacia a mi para reafirmar lo que más me temía.
—No me tomara semanas ni meses poder conseguirte lo que necesitas, no confíes en que será rápido. ¿Estás seguro de que eres capaz de esperar?
Aguardé en lo que mis manos debajo de la mesa se crispaban, tenía tiempo suficiente para esperar aquí encerrado pero la ansiedad iba a matarme, de eso estaba muy seguro, cada día sin saber nada de Lilian iba ser una agonía y lo peor es que se mezclaría con la derrota de haber perdido un día sin saber nada de su paradero.
—Sí, creo que sí —dije al fin, luchando por sonar sincero.
Supo de mi poca convicción pero no quiso insistirme, siguió analizándome esperando a que a la mejor cambiara de opinión pero no fue así.
—Dime una cosa —comentó de repente, levantándose de la silla para ir hacia donde estaba, su vos se desplazaba cada vez más cerca de mí. —¿Qué esperas hacer con la información que pueda darte de tu hija? Y si es posible, quiero la verdad.
Permanecí un segundo callado, convirtiéndome en una verdadera estatua, mirándola con una expresión ausente, luego sin rodeos ni mentiras tal y como ella quería le dije la razón absoluta de mi interés por Lilian.
—Porque si tengo la suerte de salir de aquí, quisiera algún día ir a buscarla y conocerla.
Fue un puño de hierro lo que chocó contra su pecho, retrocedió un paso de mí sin quitarme de encima sus ojos hundidos en una desdicha sobresaliente, le había dolido escucharme pero me quedé atónito cuando después de parpadear y recuperarse trató de sonreírme y dejó a un lado la tristeza y la decepción.
—Lo comprendo. Tienes el derecho de hacerlo. —me aseguró con esa sonrisa que temblaba aun en sus labios.
Ella esperaba que al salir quizá pudiera ser ella mi prioridad pero como había dicho las cosas cambiaban y yo quería que ella lo entendiera aunque claro Nina no dejaría de ser una parte de mí que yo rogaba por tener a mi lado todo el tiempo, a cada segundo del día, se convirtió en una pieza clave de donde yo sacaba fuerzas y motivación.
La quería, nadie iba a quitármelo de la cabeza, si me dejaba sufriría eternamente y al parecer necesitaba que ella lo supiera, ella creía que la utilizaba pero no era así, esto era importante para mí, le confiaba mi vida completa, debía darse cuenta de que era prueba suficiente de mi fidelidad por ella, yo también haría lo que fuera por Nina solo esperaba el momento para poder demostrárselo.
—Gracias —susurré.
Mi sinceridad al menos estabilizó su sonrisa, la acerque a mi y la abracé tan fuerte que pude amoldarla a mi cuerpo, debajo de mis brazos pude darme cuenta de lo pequeña y frágil que era, debía cuidarla, ella saldría herida si yo cometía un error y no iba a permitir eso.
Perdón si me tarde en responder jajaja sorry. Trataré de subir el sábado o el viernes, uno de esos días para no dejarlas con las ganas.
A partir de aqui se divide en otra parte, la 3, en esta nueva parte se vienen capítulos muyyyy significativos, les van a encantar oh si, ya quiero que los lean porque entre más los escribo más me dan ganas de enseñarselos.
Dedico el capítulo a mi amigita querida, karla, karla kalamardo jajajajaa eres bien linda y me has caido super bien y me encanta platicar contigo, eres divertidisima!!!!
Damien ya le agarró cariño a su hija así que de aquí en adelante no les sorprenda que su corazoncito se vaya ablandando, será alguien que no podrán reconocer!!!
Bueno chicas, me voy para seguir trabajando en los capítulos, nos leemos luego!!
Chao.
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