Capítulo 15. Juicio (Parte 2)
Katherine Weber.
—La señorita Katherine Loise Weber, por favor pasar al estrado a dar su declaración
Este era el momento, la oportunidad de hundir a Damien después de tanto tiempo, hoy podría ver con sus propios ojos como lo hundía y lo condenaba a una vida de miseria, era mi turno en el tablero y ganar la jugada de una vez por todas. Antes de pasar tuve que tomar valor en Bruno y Robert, eran mis únicos amuletos de la suerte que tenía cerca de mí, a pesar de esos rostros serios encontré aliento suficiente para tener valentía suficiente, mis pasos eran vigilados por toda la gente presente y también eran inmortalizados por las miles de fotografías que la prensa estaba tomándome. Camine hacia la escalinata, antes de tomar asiento tuve que prometer con la mano derecha sobre la biblia decir la verdad y nada más que la verdad, eso sería más que seguro.
Bruno fue quien se acercó una vez de haber tomado mi lugar, ahí dio rienda al primer interrogatorio, fueron preguntas tan sencillas de responder porque además yo sabía que él las había escogido para mantenerme lo más cómoda posible.
—¿Cuando conoció al señor Damien Westermann? Con fecha exacta si es posible.
Mi memoria estaba un poco oxidada ya que la fecha en que lo conocí se convirtió en un recuerdo que quise olvidar.
—Diecinueve de octubre del año pasado para ser exactos.
La tentación volvió, por supuesto que podía sentir los ojos de Damien contemplarme con intensidad sin importar la distancia, eran cuchillos clavándose en mi cuerpo, provocándome molestia y confusión, quería mirarlo y enfrentarlo pero mi estrategia era ignorarlo en todo el interrogatorio.
Bruno con el rostro neutro siguió lanzándome preguntas simples.
—¿Cómo lo conoció?
Otro recuerdo que me esforcé en desaparecer pero que de mala gana seguía en mi memoria.
—Lo conocí en la empresa International Companies Daley donde yo trabaja de secretaria de gerente, él era socio ya que el dueño es su primo, Joseph Daley.
Durante un instante mis ojos se dirigieron a la mesa de Damien pero fue tan veloz que no pude tener una imagen clara de su rostro. De nada sirvió mi estrategia de ignorarlo porque de todas formas era yo quien buscaba una imagen de Damien sin saber porque si sabía que eso me haría mal, que mis nervios se dispararían hasta el cielo, arruinando toda este entrenamiento y ensayo que había hecho para no fallar en este interrogatorio.
—Y dígame, señorita Weber. ¿Cómo fue que entabló una conversación con él? ¿Cómo dejó de ser para usted un hombre de prestigio para convertirse en su pretendiente? En alguien muy cercano.
La historia era larga, demasiado larga, quise dar todos los detalles, podía hacerlo pero lo mejor era dar solo la información necesaria para no llegar a confundir al jurado. Un silencio profundo, lleno de tensión se internó en la sala, no pude describir el grado de incomodidad que me causaba, inclusive me detenía a hablar.
Me costó algo de trabajo retomar la iniciativa de contar los detalles pero al fin pude hacerlo con la misma firmeza de antes.
— Desde que lo conocí me sentí atraída por él, creo que fue evidente para él aquel sentimiento pero no confirme que andaba tras de mí hasta que se dio una inusual coincidencia, una vez saliendo de un bar fui casi atropellada por un auto y sorprendida vi que salió de un callejón para ayudarme, ofrecerse a llevarme al hospital o a mi casa, de verdad creí que era una casualidad que él estuviera en aquel lugar pues no era un barrio que una persona de su nivel pudiera frecuentar. A pesar de eso no quise preguntarle que hacía ahí hasta que después de aquel accidente él me ofreció trabajo en su empresa, desde un principio dude en tomarlo pero en mi trabajo estaban haciendo reducción de salario así que fue cuando lo consideré. Tuve un reunión en un restaurante para hablar con él acerca del trabajo pero la conversación tomó otro rumbo y al final me confesó que estaba interesado en mí, que me había seguido hacia el bar pero que no quería decírmelo para que no me llevara una mala impresión —trague saliva, quise limpiarme el sudor que fue emanando de mi frente pero no quise moverme. —Yo también le confesé que me sentía atraída hacia él a pesar de que yo tenía una relación amorosa con alguien más. Al final termine con esa relación para tener oportunidad con Damien y cuando quedé disponible iniciamos una relación de inmediato, él siempre me dio todo el apoyo económico que necesité en ese entonces, yo tenía deudas, muchísimas pues mi madre se enfermó y no tenía como pagar su tratamiento, al principio fue prácticamente un ángel caído del cielo para mí pues encontré una salida a todos mis problemas. Hasta que las cosas tomaron un rumbo diferente...
Relaté el inicio del infierno, considerando los detalles sin importar que no fuese ese el plan desde el principio, mientras lo hacía miré en todo momento a Robert que me alentaba asintiendo con la cabeza, dándome aliento a seguir sin ninguna restricción, sabía qué hacía lo correcto. Al acabar el relato la sala volvió a quedarse en silencio pero por solo un par de segundos porque Bruno dio prisa a la continuación de las preguntas.
—Así que el señor Westermann le confirmó los asesinatos de las cuatro víctimas junto con él de su madre. ¿Es así?
Antes de responder, una voz femenina irrumpió en la sala.
—Objeción, señoría. Mi cliente jamás confirmó los asesinatos de las víctimas, en ningún momento lo hizo, en la declaración de la señorita Weber no se relató tal hecho.
El juez permitió que Bruno refutara.
—Por lo que se lee en la declaración de mi cliente, se dice que Damien le confesó que las conocía, que tuvo una relación muy cercana con cada una de ellas, inclusive le dijo que las había escogido porque las cuatro tenían en común la necesidad de apoyo económico.
Nina quiso contradecir.
—Objeción.
El juez le permitió refutar.
—No se describió en la declaración los asesinatos, ni siquiera se pueden leer detalles de cómo ni cuándo las habría asesinado, lo está citando fuera de contexto.
Bruno y Nina se encararon, estaban cada quien a su distancia pero aun así podía verse la agresividad en sus rostros y en el tono poco amigable de sus voces.
—¿Y que dicen las fotografías que se encontraron en los cuatro cuartos, pertenecían a cada mujer?
—No quiere decir que hubiera habido un asesinato por encontrar simples fotografías—refutó Nina con voz tajante —Ni siquiera se encontraron cosas personales de las víctimas, ni tampoco los cuerpos. Es una acusación que no tiene fundamentos y no puede proseguir sin pruebas.
Después de haber dicho ello al parecer a Bruno no le quedó de otra que seguir con el tema en donde él podía mostrar pruebas, y me pareció excelente que se enfocara en ello, me hizo preguntas acerca de mí estadía en la casa de Damien, su repentino cambio y hasta la violencia con la que empezó a intimidarme.
Bruno se inclinó más en hablar del tema de mi encierro, porque era donde teníamos pruebas, donde todo apuntaba a Damien como culpable absoluto. Acercó una pizarra al jurado donde tenía fotografías de la escena del crimen, de las marcas en mis piernas, brazos, mi rostro golpeado y mis avances en el hospital. No pude mirar aquellas fotografías, me invadía una indigestión horrible cuando llegue a ver algunas por accidente, no quise arriesgarme a pasar un mal momento, así que tuve la cabeza agachada.
—Katherine, además del abuso físico y mental que Damien te hizo pasar en la casa, ¿Hubo algún otro daño que te causó?
Presione a mi garganta para tragar saliva y hablar, no podía, tardé en responder algo tan fácil y es que decirlo en sí era lo que frenaba a mi cuerpo.
—Un aborto —admití en un hilo de voz, apenas pudiendo alzar la cabeza, observé a Bruno solamente.
Dicho esto Bruno comenzó otra vez a alegar todo lo que paso, repitiendo datos clave del relato que había hecho hace un momento, señaló las fotografías contando el suceso que había pasado ahí mismo, también mostró el arma con la que me disparó en la pierna y que tenía cómo evidencia.
Y en una de esas tantas muestras de evidencia enseñó el veneno, lo mostró a todos los presentes, inclusive a mí.
—¿Este es el veneno que Damien puso en tu taza de café para provocarte el aborto? —me preguntó Bruno, balaceando la pequeña botella de vidrio con un corcho encima.
Pensándolo brevemente, estudié la botella y asentí.
—Así es.
—¿También es el mismo que usó cuando te confesó lo del asesinato de su madre, Amalia Westermann?
—Sí.
Retrocedió para seguir mostrándolo hacia el jurado, inmóvil vi la seriedad de los presentes, a excepción de Robert que seguía luciendo tan conciliador, sonriéndome con dulzura muy disimuladamente.
—Entonces, para dejarlo en claro a toda la gente aquí presente, ¿Damien Westermann te confesó a ti que envenenó a su madre porque sentía un extremo odio hacia ella y que fue el mismo método que usó con la primera de las víctimas?
Asentí pero recordé que debía decirlo.
—Sí, así es.
—Y que por supuesto a ti deseaba matarte de hambre y de frío, tal y como lo hizo con las otras víctimas.
—Así es.
Nina intervinó.
—Objeción, señoría.
—Denegada —respondió el juez.
Bruno sonrió con mucho disimulo, quizá fui la única que lo pudo notar.
—¿Sabes el orden de las víctimas de Damien, quien fue la primera y así sucesivamente? ¿Alguna vez te lo dijo?
Ahí estaba de nuevo, sentí los ojos de Damien impenetrables sobre mí, tratando de confundirme, de doblarme para no responder a ninguna pregunta, seguro que iba a intentar de todo para intimidarme sin importar que estuviéramos muy separados, se las arreglaría para conseguirlo.
Lo ignoré, lo hice con tanto esfuerzo que aunque llegue a temblar al responder yo pude estar consciente de cada una de mis palabras, de eso si pude tener un buen control.
—Solo supe de una de ellas, fue de la única que tuve conocimiento, se llamaba Miranda Deligiannis. Supe más a fondo de aquella mujer gracias al detective Robert McGrath, fue él quien me dio información y me advirtió acerca de lo que él sospechaba de Damien.
Bruno asintió con formalidad, dirigiéndose ahora al juez.
—Muy bien, son todas mis preguntas por ahora, señoría.
El juez instintivamente se volvió hacia Nina para saber si ella quería continuar con el interrogatorio, me apreté el estómago cuando ella accedió y se levantó de su silla. Maldita sea, no sabía si iba a poder hacer esto ahora intercambiando los papeles, con Bruno era una cosa muy diferente, él me trataba con más consideración pero en cambio Nina, nadie iba a poder predecir lo que iba a hacer conmigo.
Insegura pude sostenerle la mirada a Nina Schiffer, no se porque era que me intimidaba tanto, incluso llegando al mismo nivel que Damien, supuse que ella tenía una relación estrecha con él pues era su abogada y eso me hacía pensar que era él quien me miraba a través de los ojos de Nina. De cerca su belleza era más increíble, te dejaba inmóvil, mudo, nadie iba a poder culpar a Damien de haberse involucrado con ella, nosotras, las victimas de Damien lucíamos ordinarias a su lado.
Sus ojos me estudiaban tanto que concentrarme me costó más de la cuenta.
—De acuerdo, entonces, basándome en la información que le dio a su abogado y las pruebas que acaba de mostrar, quiero saber ¿Con que clase de intención aceptó una relación con Damien Westermann desde un principio?
Me quedé un poco confundida no por la pregunta, más bien en la forma en la que utilizó el tono de su voz para hacerlo.
—No comprendo bien la pregunta —admití, meneando con ligereza la cabeza — Dije que yo acepté la relación con él porque en verdad me interesaba hacerlo.
—Entonces, ¿No hubo un interés económico de por medio?
Iba a contestar hasta que Bruno intervino.
—Objeción, señoría. La pregunta no es fundamental para el caso.
El juez le permitió a Bruno la intervención y Nina tuvo que cambiar drásticamente de tema. Se acercó a su mesa y sacó de un folder una hoja de papel que luego fue a mostrarles a todo el jurado.
—Este es el documento oficial donde a Damien se le diagnosticó como un paciente sociópata con altos niveles de comportamiento violento e irritabilidad. Todo esto está constatado por su psicólogo y terapeuta, Scott Oliver, que trabajó con mi cliente por más de seis meses. ¿Qué quiero decir con esto? Que todo lo que él hizo fue un impulso, un comportamiento que no pudo controlar porque no había un tratamiento de por medio, y yo te pregunto a ti, Katherine. ¿Alguna vez él te confesó algo de esto?
Estaba obligada a decir la verdad, no iba a poder mentir y por supuesto no estaba dispuesta a hacerlo, sería sincera y aunque me iba a costar tener que admitirlo, lo hice.
Reprimiendo la gran traición que sentí estaba cometiendo y que me estaba derrumbando, dije la verdad porque el recuerdo de Damien luchando contra si mismo estaba en mi cabeza, obligándome a contarles a todos que sí, ahí estaba esa muestra pequeña de humanidad en Damien.
—Sí, lo hizo —confesé, fijando mis ojos hacia cualquier punto donde no hubiera ninguna sola mirada, quería desconectarme de todos mientras contaba lo que sabía. No pude evitar el estremecimiento al recordarlo, llevar ese recuerdo del pasado hacia el presente fue como abrir una herida ya cicatrizada —Él fue capaz de sacarme de la habitación cuando yo ya estaba muy mal, casi al borde de la muerte, incluso me dijo que le lastimó mucho tenerme ahí, que estaba luchando consigo mismo para sacarme desde mucho antes pero cuando se dio cuenta que estaba muriendo fue cuando solo así pudo sacarme y ayudarme. Después me platicó lo de su madre, que él comenzó a sentir una fuerza muy poderosa que lo dominaba al grado de hacerlo cometer cosas que a él le costaba hacer, que solo pudo sacarme de esa habitación gracias a que ese justo momento fue capaz de controlar a esa fuerza, dominarla.
Nina evaluaba mi expresión ausente y me sacó de mi trance usando un tono de voz alto y arrogante.
—Eso quiere decir que Damien sufrió de...—buscó la palabra adecuada, apretándose los labios —¿Un cambio muy repentino en su personalidad? ¿Qué cambios fueron los que se presentaron? ¿Amabilidad, consideración?
Claro, ella quería dejar a Damien en una buena posición y eso me parecía insoportable porque estaba obligándome a hablar bien de él, enfocándose en la única parte de la historia donde podía sacar provecho.
—No, amabilidad no fue —corregí con rapidez, no podía usar un tono muy agresivo para responder así que la brevedad era mi única opción.
—Entonces, ¿Qué es lo que puedes describir? —preguntó, esforzándose para que nuestras miradas se encontraran, mi intención no era luchar con ella porque me parecía absurdo pero pensándolo ya muy bien era muy normal tener un roce poco amistoso con la persona que intentaba salvar a Damien.
—Lo único que puedo decir es que...—enmudecí, el recuerdo de Damien llorando sobre mi al tenerme en sus brazos porque creía que me había perdido fue lo que me hizo cambiar de opinión, no podía mentir, tenía que decirlo aunque me costara mucho hacerlo —Al momento de que me sacó de ahí y creyó que había muerto, lloró sobre mí y trató de despertarme a como diera lugar, yo estaba muy mal y tengo recuerdos borrosos y vagos pero si recuerdo la desesperación por traerme de vuelta en sí. Después de que funcionara, su comportamiento fue el mismo, como si no hubiera pasado nada.
Nina aguardó, esperaba que yo pudiera decir algo más pero al no hacerlo, continuó.
—Pero en tu declaración dice que intentó curarte e incluso te dio de comer, ¿Ahí también se comportó como antes? ¿Agresivo, violento?
—No pero tampoco se comportó como si no me odiara, fue un compromiso hacerlo, una obligación darme de comer y curar las heridas, al principio todo apuntaba a que se sentía culpable y arrepentido porque me dijo cuanto sufría consigo mismo, que no le gustaba a veces ser como era, esa maldad, ese odio que llevaba con él, quería desaparecerlo.
Entonces Nina me echó una mirada rápida y se volvió hacia el jurado, ignorándome por todo el tiempo que se dirigió a ellos.
—Cómo puedo mostrarles de nueva cuenta, aquí tengo el documento donde se avala que Damien Westermann ha sido diagnosticado como sociópata y con problemas de temperamento, que no puede controlar cómo impulsos psicópatas, la irritabilidad y mal comportamiento. Por lo tanto él no era capaz de controlar estas agresiones, los pensamientos que lo impulsaban a matar y a dañar a estas personas. No era consciente hasta después de que los cometía y el sentimiento de culpa lo invadía.
Le lancé una mirada incrédula a Nina sin importar que no me estuviera viendo, hice un gran gesto con la boca al darme cuenta hacia donde se dirigía todo esto, quería dejarles a todos bien en claro que Damien jamás tuvo la intención de lastimar a nadie, que todo se debía a su enfermedad, que no pudo controlarlo.
—¿Estás diciendo que no lo hizo con intención? —pregunté, anonadada, indignada, ¿Qué clase de pensamiento estaban pasando por la cabeza de esta mujer? Era la idea más retrograda, vieja y simple que pudo haber tenido, que mala estrategia.
Por supuesto que mi impacto le dio una pequeña sorpresa a Nina y aunque me viera tan desesperada ella no pareció compadecerse, inclusive vi como su expresión se tensaba un poco al tener que dirigirme la palabra otra vez.
—Aquí esta la prueba oficial y contundente que lo respalda —se acercó tres pasos hacia el estrado y alzó la mano con el papel para dejarme muy de cerca el documento avalado por Scott. —Scott Oliver ha pasado casi siete meses evaluando a Damien, hay cosas que Scott ha visto en él que por supuesto no todos los que lo conocieron pudieron ver.
No pude controlarme, necesitaba exigir que la verdad saliera a la luz, sin importar si hacia mal o bien, no iba a permitir que ella también engañara al mundo con sus mentiras. Me acerque al micrófono que estaba delante de mí y con la mandíbula muy tensa hablé con el tono de voz tan antipático que tanto me guarde.
—¿Y cómo está segura de eso, señorita Schiffer? Usted no sabe lo que las victimas de Damien hemos pasado y estoy segura de que el señor Scott Oliver tampoco, no puede siquiera hacerse a la idea o incluso ponerse en nuestro lugar. Nosotras hemos visto todo, el lado amable de Damien, el cariñoso, el malvado, el destructivo y el enfermizo, no hay ningún que hubiese pasado desapercibido. Nadie puede conocerlo tan bien como todas nosotras pero de nada sirve porque la única que puede decirlo soy yo. ¿Las pruebas no son suficientes, ni mi testimonio? Todo es real aunque sea muy difícil de creer, lo viví y puedo decir con seguridad que usted está equivocada.
—¿Aunque existan pruebas que avalen las enfermedades de Damien? —me interrogó, ahora acercándose demasiado al estrado para encararme —Sabe bien que Damien también tiene su versión, que luchó mucho para no cometer los crímenes y puedo demostrárselos a todos los presentes.
No le presté atención a la gente, a la presa, ni al jurado, en ese exacto momento solo fuimos Nina y yo, luchando en esta batalla para ganar la razón absoluta. Yo contaba con mi experiencia, la que ella no tendría jamás.
—Entonces déjeme decirle algo señorita Schiffer, no ha visto suficiente de Damien para hacerse una idea de lo que es capaz. Su trabajo es defenderlo pero ¿Sabe en verdad a quien defiende? ¿Si a un hombre o a un monstruo?
Nina palideció, me siguió contemplando pero ahora sus ojos no fueron rudos conmigo, se compadecieron un poco, fue como si me encontrara con una parte diferente de ella, la de mujer, la comprensible. Bajó la mirada, parpadeando muchas veces, tantas que perdí la cuenta y habló para el juez.
—No hay más preguntas.
Se fue directo hacia su mesa y cuando me dieron el permiso de irme no lo dude ni un segundo, no quise mirar hacia su mesa porque no quería ver la conversación entre ella y Damien porque algo me decía que Damien sería capaz de envenenar la cabeza de Nina con sus clásicas mentiras o tal vez ella sabía para quien estaba trabajando, con que clase de manipulador se estaba entregando.
Ya llegamos a las 6k leídas!!!!!!!!!! AY PERO QUE BONITO!!! GRACIAS G-R-A-C-I-A-S
Chicas las partes del juicio se va a ampliar con otra parte más, ¿Que quiero decir con esto? Que el siguiente capítulo será parte 3 del juicio y la última, por lo que se conocerá la declaración de Damien!!! Esperenlo
Y seguro se sorprendieron porque subí capítulo hoy ¿Verdad? JAJAJA pues no podrán creer que lo termine ayer pero lo subí hoy porque lo edité y corregí errores, espero seguir escribiendo así de rápido.
No se olviden de comentar y dar estrellita para saber si les gustó el capítulo, les mando un beso gigante desde donde me lean y nos vemos para el próximo capítulo.
Ciao!!
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